miércoles, 1 de junio de 2011

TRON LEGACY – 'ESPURIO' THE MATRIX

El afiche de la película (reminiscente
del original) ya previene sobre cuánto 
de oscuro y desalentado está todo
Sería una canallada negarle a la tardía secuela de Tron su apabullante y electrizante factura visual, barroca y morbosa puesta en escena que difiere bastante de los brillantes colores de la primera cinta. También sería una canallada decir que el curso del argumento realza tan impresionante despliegue de imaginería FX, pues crea momentos plúmbeos que se amalgaman con la falta de garra de las actuaciones.
JOSEPH KOSINSKY, el director, les ha inducido tal chute de ‘pasiva filosofía JEDI’ a los personajes que casi caen en coma. Para compensarlo, los reviste en un neopreno pecaminoso que realza las curvas de las féminas con relevancia en la cinta y por ahí salva Tron Legacy también. Sin embargo, esto apenas ayuda a soportar al campeón de la abulia, JEFF BRIDGES, un canoso KEVIN FLYNN extenuante con su rollo zen, inmerso en la ‘paciencia’ interminable con la que espera recuperar el asombroso mundo digital que fue creando “a ratos” por las noches. Mientras otros padres hacen maquetas de barcos o aviones, él creaba un Universo de sombríos matices verdes donde los neones fulguran realzando las líneas de las inmensas e imaginativas arcologías en diversos momentos de la película mostradas.
Sugerente imagen que compendia los elementos de la
cinta, como las máquinas mejoradas y los rascacielos
Y para que el muermo siga bien, gracias, Kosinsky abusa hasta el límite de la cámara lenta, destinada a suplir deficiencias del relato, no a exaltar tanto las acciones heroicas de SAM FLYNN (léase GARRET HEDLUND) en el colosal y abarrotado circo del ciberespacio donde se atreve a darle sopas con honda a su padre, venciendo en duelos espectaculares (muy de The Matrix, con más piruetas y desafíos a la gravedad que una película de JACKIE CHAN) a una saga de programas oscuros obligados a combatir para deleite del clon digital de Flynn padre, el despótico CLU, que ha extremado la misión para la que originalmente fue concebido, metabolizando de mala manera algunos de sus comandos.
GARRET HEDLUND es SAM FLYNN, frío como el hielo, o
el cristal imperante en los escenarios del filme. ¿No
recuerda su uniforme a un cruce de RAYO NEGRO y
ESTELA PLATEADA?
Hedlund, aún en este momento de tensión y desgarro emocional, permanece impávido, fingiendo sólo (sin convencer) que le afecta cuanto pasa; no transmite sentimiento, se entrega a las acrobacias y los neones asesinos de su frisbee. OLIVIA WILDE (alias QUORRA) sí se esfuerza por reflejar sinceras penas o alegrías, intenta transmitir la fascinación que una creación sentiría al estar ante su creador (el amuermado Flynn-Bridges), negándose, sin embargo, a admitir que aquél al que tanto debe-en quien deposita su fe, es decepcionante en casi todo sentido. No, es que el hombre tiene un mal día, que dura desde… Bueno, hace mucho. Flynn Sr. una vez fue una llama intensa y fulgurante que vibraba lleno de ilusión y entusiasmo, pero ahora está arrinconado en la pesadilla de sus sueños frustrados, que se elevan como cimas astilladas a su alrededor, en una ‘tierra lejana’ y que parece lo que deja un ataque nuclear.
Hale, la buena buenísima,
OLIVIA WILDE como
QUORRA l a ISO ; otra
batalladora-castigadora
CLU sí es sincero exponiendo toda su indignación al descubrir que su creador es decepcionante y se le ha rebelado, primero exterminando a los ‘milagrosos’ ISOS y luego reconfigurando el optimista mundo digital-con intenciones de interactuar con el nuestro físico, siguiendo con el comando original de crear un mecanismo virtual de perfección. No obstante, su ‘furia’ está muy trillada; todos los malos como él prorrumpen su discurso y siguen sus rutinas, distintas esta vez por mor del esmerado y desarrollado ambiente donde transcurre la acción.
Tron Legacy es un filme que habla de huidas. Flynn Sr. escapa al mundo virtual que fue construyendo porque la vida le dio un golpe malo y de verdad, y pensó que quizás en ese sitio especial encontraría el amor perdido, pero luego, arrepentido del curso que tomaron los sucesos, eludió su responsabilidad roído de remordimientos; Flynn Jr. se evade de su responsabilidad al frente del poderoso emporio informático que su padre le legó; es una versión en Ducati del rebelde que está en boga y vemos en los anuncios de colonias masculinas: soy rico pero me apunto a las movidas ecologistas y de transmisión libre y gratuita de software; salvo ballenas, soy vegano, y passo de tó, tío, pero no de mis millones. CLU escapa de su compromiso con su creador reformando su fantasía. Quorra huye de un nefasto sino, pero su fuga está muy justificada: si se queda, muere. Los otros secundarios, como el traicionero programa dueño del garito, trasunto de los mórbidos andurriales por donde NEO se movía buscando al Conejo Blanco de TRINITY, también escapan de algo. El propio Cosmos computarizado está a punto de huir al nuestro.
BEAU GARRET como GEM. Esta tía
está para ponerte malo viéndole las
curvas y su extraña morbidez pálida

Y mientras que el primer Tron procuraba tener un contexto religioso, de fe profunda (como un argumento accesorio que reforzase la principal intención: contar una historia con recursos extraordinarios –para la época-), aquí todo eso se ha transformado hacia la exploración, con titubeante acierto, de la desolación que produce al creado ver al creador omnipotente en paños menores, y del creador contemplando su obra fallida (¡hum! FRANKENSTEIN), supeditando la energía del filme original a los escenarios impresionantes, los combates y los vehículos de diseño increíble.
También es desconcertante que, titulándose Tron Legacy, el combativo y obstinado programa no aparezca más que como un cameo (prácticamente) y encima, corrompido por CLU, que le ha transformado en su asesina mano derecha, una especie de DARTH VADER de estos arrabales de The Matrix, cuando se suponía que sería quien, fiel a su carácter, procuraría resistirse a las maquinaciones de la IA traicionera. Tópico, quizás, pero lo esperado.
Bad boys ON LINE: CLU (O JEFF BRIDGES) y su escolta.
El tío del coco de plástico, al fondo, es todo un caso
No sé hasta qué punto los guionistas y productores de la cinta (STEVEN LISBERGER, el cocreador de Tron, es uno) han acertado al “sacar de línea” el concepto original y recrearlo haciendo los oportunos guiños a la primera película (o a MAD MAX 2 y STAR WARS). Expresa un ambicioso (y agradable) deseo de crecer y explorar, de expandirse (¡todo sea por vender muñequitos y videojuegos!), pero ¡es que la película se llama Tron Legacy, en honor al personaje, pero quien se la echa a las espaldas es Sam Flynn! En la primera, el protagonismo está repartido entre Tron y Flynn, con el matiz de color que supone la novia de Tron (muy distinta a Quorra, que, por virtud de que los nuevos tiempos, de mayor protagonismo femenino, no obstante tampoco deja de ser un adorno situado ahí porque las leyes del relato de aventuras así lo especifican), pero en ésta Tron se ha convertido en una imagen mítica, como de adoración remota, un dios menor (mucho) con un culto que asoma o se oculta según ondulen los momentos de acción.
KEVIN FLYNN cabreado: 'Como pille al que se ha
bebido la birra fría que tenía en la nevera..'. Va de JEDI
trasnochado con neones incorporados
A Tron Legacy le sobran al menos diez minutos así como que a los protagonistas les hubieran inyectado cafeína en vena, a ver si así espabilaban y de verdad sentían que estaban en un atolladero para hacerla tan vibrante, alocada, pero imaginativa, como la primera. Esta vez se lo han tomado con muuucha caaalma, no corramos que rompemos a sudar y desluce el neopreno que nos enfunda, y a ver si alguien puede explicarme por qué Flynn Sr. ha envejecido cuando en ese entorno puede permanecer forever young, como manifiesta CLU. Nuestras leyes no afectan a su Universo, ¿verdad?

Tía, ¿nos enrollamos un rato? Pero, tío, ¿y si saltan chispas?

Vuestro Scriptor.
Documentación adjunta: