Portada del volumen recopilatorio; de la primera novela se hace comentario |
De lo más llamativo de esta primera entrega de las malaventuras del Duque de Colonia, DORIAN HAWKMOON, es que MICHAEL MOORCOCK aparece pletórico. Presenta su fábula una prosa vigorosa y dispuesta a vapulear otras conocidas referencias de fantasía o espada-y-brujería un tanto más adocenadas, tranquilas, poco ajetreo, muchachos, que estamos haciendo la digestión. Poco meneo de espadas y dragones que celebramos un eterno cumpleaños en la Tierra Mediocre, y no es plan de chafar la tarta ni los festejos, entumecidos con pipas cargadas de hierba del diablo.
Frente a esas concepciones capaces de concitar la atención, respeto y favor del Gran Público (lectores que finalmente han consagrado las obras), Moorcock ataca empleando los elementos que han acreditado sus historias (la locura, el barroquismo caótico, la ambigüedad heroica del CAMPEÓN ETERNO, los paisajes donde se alternan lo maravilloso o aterrador con lo campestre e inane) tratando que refuljan ante el resto de epopeyas fantásticas con luz propia y característica, llena de energía innovadora, más al estilo de ROBERT E. HOWARD o aun EDGAR R. BURROUGHS, que de trovadores más convencionales y académicos, en absoluto dispuestos a desafiar normas que pudieran venir de “muy lejos” y merecían una veneración que el inglés reconoce, pero no pretende perpetuar. Lo más, emplearlas para dar lustre a sus relatos al quemar esas referencias en el empeño de erigir los costados del MULTIVERSO.
MICHAEL MOORCOCK con pinta de pronosticarnos el fin del mundo; pasado mañana, o así. ¡Arrepentíos, viles! |
Aun ante obras suyas que son más conocidas, personajes más familiares, como ELRIC o CORUM, y sus reinos colmados de riqueza “alienígena” que antiquísimas y otrora poderosas/sabias razas no humanas atesoran en decadentes bastiones, pálidos residuos de lo que fue su apogeo y deja fascinados empero a los bárbaros hombres que tantean sus costas, La Joya en la frente presenta la novedad de ser una distopía singular que refleja las facetas de una Tierra supurada del MILENIO TRÁGICO, originado por un poderío tecnológico desbocado, devolviendo a los supervivientes a una era más “pastoral” y llena de brujería que permitiese seguir escribiendo la saga humana. Se ha encontrado un equilibrio entre la ciencia del ayer y las nigromancias del presente.
Cubierta foránea, que refleja a otro titán del relato: el CONDE BRASS |
El mundo, en este feudalismo peculiar, presenta unas fronteras difusas. Cierto número de ellas siguen siendo reconocibles y a modo respetadas. Pero más allá de los profundos océanos, todo son leyendas urbanas sobre tierras cuya naturaleza es tan fascinante y evocadora como el Avalon artúrico.
Desde su isla tenebrosa, el Imperio Oscuro de Granbretan ha lanzado un desafío a todas las generaciones de los súbditos que habitan sus condados, distorsionados por paganos rituales y una mezcla de arquitectura caótica e irracional y brujería de alguna especie, y no buena, por cierto. Su capital, Londra, es un magnífico ejemplo de la construcción intelectual de los nativos, que por una confusa (y sin duda delirante) razón ocultan su rostro y parte de su personalidad tras máscaras y conductas semianimales. El reto es unificar Europa bajo su pabellón.
Y aunque encuentran aliados para su meta entre los resentidos y mezquinos príncipes ambiciosos (gente tan fácil de comprar como de descartar), sus inhumanos métodos de conquista también ayudan a apresurar adhesiones a su causa: hacer del mundo Albión. El EMPERADOR HUON, una retorcida y espeluznante caricatura de hombre instalado en una burbuja llena de fluido preservador, es una prolongación de tal ideal, acuñado a modo por RUDYARD KIPLING. Granbretan también practica EL GRAN JUEGO, como Hawkmoon descubre al transformarse en pieza activa de él.
Pintura que parece retratar Londra, la capital del tenebroso y caótico Imperio Oscuro de Granbretan |
Le encomiendan destruir la Camarga que, con sabiduría y fuerte pero justa mano, gobierna el CONDE BRASS, imagen del recio e invicto/indómito y ya maduro guerrero hastiado de luchas, pues ha descubierto que sólo sirven para perpetuarse a sí mismas, amparándose en “causas” e “ideales”. Brass admite que, en la unidad, está la fuerza, y Europa (que empieza donde los Pirineos) padece demasiados flagelos de todo tipo como para que los hombres decentes no traten de remediar la situación. En la unificación que aporta Granbretan hay virtud, pero como le advierte BOWGENTLE, su chambelán, el medio no justifica el fin.
Brass desconfía de la negra leyenda urbana de Granbretan (lo fragmentario de Europa no permite la transmisión veloz de novedades, susceptibles a adulterarse fácilmente por el camino) hasta que el vil BARÓN MELIADUS, embajador de Granbretan, que quisiera tener Camarga como aliada y a Brass como espada al servicio del Imperio Oscuro, le da motivos para odiar e inquietarse por la influencia del tenebroso conquistador. Tratar de raptar a la linda hija (e inevitable beldad) del Conde, GISELLE, ayudó a convencerle.
Lo más mejor de esta banda, que se ha beneficiado de las letras de Moorcock (BLACK BLADE). Una curiosidad |
Largado con sensación de ultraje, Meliadus planea horribles venganzas. Su fijación por Giselle (la cándida, la indescriptible, etc.) no pasa de ser un vehemente capricho por corromper algo puro en extremo, cosa que constituye el máximo placer de los paisanos del Imperio Oscuro. Contaminar a Hawkmoon con la Joya Negra instalada en su cráneo obedece a ese ritual. Dorian es trasunto del virtuoso caballero, que recibe una brutal derrota al sublevar Colonia contra Granbretan. Con la excusa de usarlo como agente infiltrado con una misión específica se tranquiliza la compulsión corruptora.
La Joya en la frente va de esto: de la putrefacción, y otro ejemplo está en la mímesis de los granbretanianos con los animales. En el Hombre, entienden, hay algo, decente, bueno, que les quema y tratan de anularlo como sea, con fuego, máscaras o conductas despiadadas, y no pararán hasta caer en la absoluta abominación.
Portada de aparente reedición del libro otrora editado por MARTÍNEZ ROCA. ¿HAWKMOON? Parece uno de esos escuálidos señoritos del pan pringao mangakas modernos |
Tras la gran batalla del frustrado intento de conquista/castigo de Camarga, Moorcock nos muestra en otros escenarios fabulosos el alcance de la corrupción que extiende Granbretan, que verifica AGOSNOSVOS, el traidor y quasiinmortal pariente de Hawkmoon, al cargo de una Feria de Fenómenos, mutaciones del pasado que perviven en remotos pagos, y dibuja lo entrelazados que están los tejidos de lo sobrenatural y lo convencional, como encarna el menudo e hirsuto OLADAHN, eventual COMPAÑERO del Campeón Eterno.
Leal al canon, no obstante, Moorcock promueve el idilio entre Giselle y Dorian, por fin libre de la atroz amenaza que contenía la Joya en su frente, obteniendo fuerzas, en este romance, para combatir al Imperio Oscuro, fautor de esta versión de DUNE al amparo del mítico Bastón Rúnico.
Vuestro Scriptor.
Documentación adjunta: