sábado, 9 de junio de 2012

LOS 4 FANTÁSTICOS – Y SILVER SURFER

Afiche foráneo; la amenaza venía de
reluciente cromado desde el Cosmos
Poco diálogo podemos sacarle a este filme de TIM STORY, diseñado para ser lujosa secuela que siguiese sacándonos los cuartos merced a una puesta en escena nutrida de aparatosos FX a la altura del cósmico lance que relataban. La segunda parte de la inesperadamente exitosa FANTASTIC FOUR (que desprende sensación de que nadie creía en ella) mantiene una continuidad marcada por una ‘suave’ sicalipsis (JESSICA ALBA, futura esposa de REED RICHARDS —IOAN GRUFFUDD—, impresionante con su uniforme de MUJER INVISIBLE) y un instinto de producción familiar, un “todos los públicos” algo creciditos que podría, sin embargo, competir con cualquier filme DISNEY. Rehúye polémicas y las oscuras ambigüedades que espantaran la taquilla.
El equipo creativo echó una ojeada al material de la veterana familia de MARVEL y, para la secuela, entre tantos otros potables candidatos, eligen a un villano de enorme potencia, confiando romper algún maleficio y dar a la franquicia próspera longevidad. Escogen a GALACTUS para enfrentar al fantástico cuarteto. Y no respetan el canon; no hacen del pavoroso (y culterano) DEVORADOR DE MUNDOS una figura antropomorfa a bordo de una gigantesca nave. Se nos ponen chulos e ingeniosos. Creativos.
DOUG JONES interpreta a ESTELA
PLATEADA, cuya imagen recuerda más
a la de MOEBIUS que a la de JACK
KIRBY o JOHN BUSCEMA
Lo ‘disfrazan’ de amorfo fenómeno estelar devastador (idea que clonaron para GREEN LANTERN), que admito posee interés, mas la idea que STAN LEE y JACK KIRBY tenían in mente al concebir a Galactus (especulo) era la de mostrar a un predador con empatía, la cual lo martirizaba con una profunda tralla de remordimientos. En cierto modo, podemos ver a Galactus como una versión exótica de PROMETEO. No bendice al Hombre robando el fuego para él, cierto. Todo lo contrario: sólo acarrea muerte.
Pero cada vez que destruye un mundo, padece el cruel picoteo de unos remordimientos que lo acosan implacablemente. Su tenaz hambre, que lo impulsa a devorar planetas, es la roca a la que está atado, y donde sufre su extraño castigo.
Al darle forma humana, Lee y Kirby (o al revés), el lector podía identificar ese dolor que arrastra Galactus y que enmascara tras pomposos diálogos a lo GÓNGORA. Una sutil corriente de empatía podría brotar entre lector y personaje. Adviertes que no desea dañar (como evidencian sus atormentadas facciones), pero no puede remediarlo. No importa cuán poderoso sea; es también un juguete del destino. (A Kirby y Lee les interesaba mucho mostrar esa ‘humana debilidad’ en sus personajes. Los acerca al lector, los hace frangibles, como él.) Está obligado. La compulsión es fortísima.
El cameo que no puede faltar de STAN LEE. Por piraña, el
contundente segurata no le deja pasar a la boda
Siendo un fenómeno colosal, Story y guionistas le despojan del dramatismo inherente al personaje. Lo hacen inexorable, como la muerte y los impuestos, y sin ninguna clase de emociones, como el tornado, que tampoco quiere matarte, pero si te cruzas con él, te eleva al alto cielo y todos los vientos.
El enfrentamiento con el cromado heraldo de GALACTUS
pone límite a las acciones temerarias de la ANTORCHA
HUMANA (CHRIS EVANS)
Quizás pensaron que contratar a un actor y disfrazarlo con un casco extravagante (y pronunciando esos discursos) podría ser excesivamente ridículo aun para Los 4 Fantásticos (que vive del esperpento, por cierto); que una forma humana, aunque gigantesca, no podía consumir un planeta. La gracia de Galactus está en que puede. Galactus parece humano, pero no lo es. Es alta energía que adquiere una apariencia.
Transfieren su drama al inexpresivo Silver Surfer (el cromado DOUG JONES, que habla por voz de LAURENCE FISHBURNE) que, con parcas palabras y supuesta dolida expresión de mercurio, intenta empotrarnos el dolor que le causó separarse de la amada ideal, SHALLA BAL en su caso (y novia perpetua, por otra parte, como DALE ARDEN), y el voluntario sacrificio de su identidad, NORRIN RAD, a cambio de convertirse en heraldo de Galactus, canje que salvará ZENN-LA de la devastación.
JESSICA ALBA como SUSAN STORM. La MUJER
INVISIBLE será la que, por afinidad con el perdido amor de
SILVER SURFER, haga que éste se rebele contra GALACTUS
Silver Surfer encarna un tanto la hipocresía progre, la que está continuamente salvando mundos y haciendo reproches a los belicistas imperialistas. Pero apenas su esfera se ve amenazada, y puede elegir entre ellos, o lo mío, no vacilan en destruir a los otros. Norrin Rad salva Zenn-La al coste de someter al holocausto al resto del Cosmos. Hasta entonces, era muy humanista y humanitario. Después, se siente. Era Shalla Bal, ¿vale?
JULIAN MCMAHON repite como
VÍCTOR VON DOOM, confuso villano;
o magnate despiadado, o tirano de
país centroeuropeo. Esa duda perjudica
su interpretación
Tanto Kirby como Lee debieron intuir algo de esa enojosa doblez, pues para subsanarla y hacer todavía del personaje íntegro héroe, cuando ESTELA PLATEADA llega a la Tierra se erige nuestro paladín y reniega de su pacto con Galactus. Él también cobija un enjambre de culpas bajo el argénteo pecho, y pretende darles alivio defendiéndonos. Es, no obstante, como JUDAS ISCARIOTE, que primero traiciona al Universo por mor de la continuidad de Zenn-La, y luego busca el suicidio al comprender la gravosa magnitud del cambalache efectuado con Galactus, rebelándose al Devorador de Mundos. Sabe que éste le aniquilará. Feneciendo, espera obtener descanso para su torturada mente.
La jugada de apostar por un villano de tal calibre no salió bien. Y no es que el filme no sea entretenido y funcione, girando la subtrama en torno al enlace entre Susan y Redd (y las infantiles rabietas entre LA COSA —MICHAEL CHIKLIS— y JOHNNY STORM —CHRIS EVANS—), frustrado una vez tras otra debido a alguna Suprema Alarma para Superhéroes. Galactus estaba bien para un tercer episodio, cuando el cuarteto ya fuese familiar al público. Han mordido más de lo que podían masticar. Debieron centrarse en el regreso de VÍCTOR VON DOOM (JULIAN MCMAHON).
Es espectacular, no admito; pero creo que hubiera
funcionado mejor la convencional estampa de Galactus
Francamente, ver al déspota latveriano, cuya sola sombra ya esparce el pánico, moverse sigiloso y zorruno, conspirando detrás de altaneros militares con más cojones que sesos (mas luego muy MUY necesitados de los científicos freakies, gente que desprecian, sin embargo, por no ir de machos como ellos), vertiendo “dulces palabras envenenadas” en sus oídos, no cuadra con él.
Ea, el mundo nuevamente a salvo; en este momento, el
rumboso cuarteo se encaminaba a una tercera parte que
jamás protagonizarán
McMahon sólo traduce las líneas del guión. Punto. Pero Von Doom es mucho más de lo que interpreta. No seguía en la pastelosa EMBRUJADAS, hostias. Von Doom es arrogancia, soberbia, despotismo. Y vestirlo de DARTH MAUL no le brinda esa aura por fuerza. Es una aptitud que no le han permitido ni cultivar ni bruñir.
Pero, bueno, la película cumple con los estándares exigidos proporcionándonos una dosis de decente entretenimiento. Habrá lectores que querrán reprocharme esta concesión, así que me anticiparé y conjuraré sus críticas empleando estas tres palabras: HALLE BERRY-CATWOMAN.
Vuestro Scriptor.

Relacionados: