lunes, 8 de abril de 2013

EL MOTORISTA FANTASMA — EL PELIGRO DE FIRMAR TRATOS DUDOSOS

El afiche prometía furia y dolor y
maravillas sobrenaturales

Ya en el prólogo iniciado en algún momento del Salvaje Oeste, cuando oí el nombre del pueblo adonde el Jinete debía llevar el archimaldito documento que concedería poderes superiores al Mal, SAN VENGANZA, entendí dos cosas: que los angloparlantes maltratan nuestro idioma (y la iconografía católica) como quieren, y que esta cinta era una estupidez.

En su momento, NICOLAS CAGE sonó para ser SUPERMAN (nada extraño en una industria que también sugirió a BILL MURRAY como BATMAN). Y decían que llevaba décadas anhelando protagonizar una película de superhéroes. Fan de los cómics (tuvo el ‘detalle’ de llamar KAL-EL a su hijo —´nuff said—) cree, por tanto, estar en posesión de esa clarividencia que adquiere el lector de tebeos y, con ella, realizar una actuación estelar como superhéroe.

Reencuentro donde el sarcasmo suple el dolor del abandono
Así que el proyecto de interpretar a JOHNNY BLAZE, alter ego humano del ESPÍRITU DE LA VENGANZA de trazas infernales, conocido también como GHOST RIDER, impulsado por MARK STEVEN JOHNSON, debió motorizar su corazón y tardar un momento en encajarse el mono de cuero estilo ELVIS que reviste a Blaze listo a partir pana y moldes con su actuación.

BLACKHEART y su banda pisan la Tierra listos a asolarla
Pero el resultado es un filme deficiente, sin ambición ni espíritu de riesgo, pese a un acabado que lo prometía. Su muy vapuleada secuela, Ghost Rider — SPIRIT OF VENGEANCE, pese a sus perjudiciales excesos, es superior a esta cinta, que no contiene siquiera mensaje. La segunda parte, sí, aunque está bajo tantas extravagancias que impiden verlo con claridad.

Pienso que Johnson montó su película no en torno a un relato, sino a varias secuencias espectaculares, y, a continuación, ideó la historia. Por ejemplo: ¿puede el Motorista Fantasma subir rascacielos montando su espectacular motocicleta? Sí. Inventamos una escena en que a Blaze-Motorista lo persigue la policía, como a Batman, y al verse acorralado, trepa por el skyline sin problemas.

El trato de JOHNNY BLAZE incluye estos brutales tuneados
Y ¿podría correr sobre el agua, como FLASH cuando va embalado? Por supuesto. Huyendo de la tenaz persecución del brusco policía de turno, DOLAN (DAVID ROBERTS), rodeado de compañeros adictos a jalar del gatillo antes que a preguntar si deben hacerlo, el Motorista cae al río y, tras un burbujeante momento de suspense, ¡zas!, circula sobre las sucias aguas mofándose de la Ley con un gesto obsceno.

E ir sobre las aguas; no sólo JESÚS tiene esa patente
Y así todo. El pretexto fue “narrar” que un desesperado e ingenuo muchacho, ofuscado por la idea de perder a su padre, comete la estupidez de pactar con el Diablo (en este caso, MEFISTÓFELES —de vuelta a FAUSTO—, interpretado por PETER FONDA, un guiño irónico para quienes le recuerden de EASY RIDER) y venderle el alma en un trato, cuando menos, fraudulento.

Cage, en algún instante de la preproducción, debió apoderarse del personaje y otorgarle tics que no posee en los tebeos, como plantarse muy chulo a horcajadas de sus piernas y señalar a su futura víctima con un ademán falsamente intimidante. Su misma falta de seriedad lo hace absurdo. Otra cosa en la que “fracasa” es en interpretar a un hombre más joven, y aunque hayan procurado restarle años a su apariencia, su edad atraviesa esa máscara falsa y le vemos maduro para la situación que pretende recrear.

De día, empero, sigue siendo este motero con pinta peligrosa
Y SAM ELLIOT replica esa imagen que traslada a cuantas cintas aparece (ya sea LA BRÚJULA DORADA o EL GRAN LEBOWSKY), la de eterno cowboy, un repuesto de JOHN WAYNE al parecer; actúa como mentor del aturdido Blaze, y ex Ranger que al instante de cumplir su cometido, comprende qué error sería y huye de Mefistófeles llevándose el contrato que daría esa posición predominante al Mal sobre el Bien en nuestro acosado planeta. Su trabajo tiende a dar empaque a esa sucesión de eventos visuales espectaculares como quieren sorprendernos para así suplir la carencia de una verdadera trama.

Este aliado le remienda y aconseja
Relato que enfrenta a los émulos de los JUECES TENEBROSOS con Blaze, el sicario que Mefistófeles se ha buscado para oponérseles. Diablos en la línea de los nósferos que aparecen en BLADE, más actuales, de disco y rastas, codician el contrato para así reinar sobre la casta de antiguos diablos. Tienen un plan, son la modernidad; las cosas viejas, ya no sirven, y según entienden, bajo su férula los asuntos infernales irían mejor y más rápidos hacia el Juicio Final. O algo así.

Esto tiene cierto parecido con EL PERRO DE LA GUERRA Y EL DOLOR DEL MUNDO, novela de MICHAEL MOORCOCK, donde diablos poderosos, mas de rango inferior, se sublevan forzando una guerra civil en el Infierno. Aquí, BLACKHEART (WES BENTLEY), hijo de Mefistófeles, y sus macarras amigos (dueños de elementos como el agua, o el aire), buscan desbancar al padre, quien en vez de tener al ácido mercenario VON BEK como agente, cuenta con el torturado Blaze para resolver las adversas situaciones a golpes de cadena candente.

Ningún problema resiste mi cadenazo candente
Y mirada de castigo, no la olvidemos, porque la película también se monta en torno a este momento justiciero del Motorista Fantasma, cosa que no entendía, admito, pues si es un ser infernal, opuesto por tanto al Bien y la Justicia, ¿cómo va a impartirla? Bueno, el filme tampoco (acabé comprendiendo) se orienta a espectadores que leen y tienen cierta…, hum, retentiva, sino a adolescentes enemigos del libro y fácilmente impresionables y que no quieren cuestionar el espectáculo, sólo gozarlo.

EVA MENDES, como el perdido para-siempre-primer-amor de Blaze, ROXANNA, no tiene, finalmente, más objeto en la película que la de ser… chica objeto. Pero para justificar su presencia, es secuestrada por Blackheart, motiva a Blaze a ir a San Venganza y tener ese enfrentamiento final que, por defecto de estas producciones, debería ser superespectacular, épico y apoteósico, pero que termina siendo lo mismo que el resto del relato: aspavientos.

Por el infierno y la crecida, que decían en aquellos tiempos
Salvo para regalarnos la vista con su sinuoso trazo, esta Roxanna ayuda poco (vale, es una mujer moderna e independiente con aspiraciones profesionales); al menos, la del cómic, impidió a SATÁN robar el alma de Blaze. Ésta lo equipara sabiendo qué sacrificio hace Johnny al seguir albergando al Espíritu de la Venganza bajo sus costillas y verle partir por esas carreteras de Dios en pos de su secuela con noble, resignado y oculto sufrimiento.

Vuestro Scriptor.

Documentación adjunta: