viernes, 27 de junio de 2014

ELYSIUM — CRÓNICA APÓCRIFA DEL PATIO DE LOS DESPERDICIOS

Afiche de una inquietante parábola social
en catastrófico ambiente futurista
El realizador, NEILL BLOMKAMP, es evidente que está obsesionado con el manga GUNNM (ALITA, ÁNGEL DE COMBATE) de KISHIRO YUKITO. Dos cintas estrenadas que, quienes conocemos ese cómic, no podemos dejar de encontrar relaciones entre las viñetas y los fotogramas. Afortunadamente, Blomkamp lo ha hecho con gran calidad, en plan respetuoso homenaje. En cierto modo, sus películas sobre el triste y tenebroso Patio de los Desperdicios son mejor adaptación que el filme de animación japonés otrora realizado.

Pero no sólo Oriente aporta influencias para este reflexivo drama social futurista sobre la inmigración, clandestina por ende. Otra sólida vértebra del filme es HARDWIRED, de WALTER JON WILLIAMS (imagino que habrá quedado gratamente complacido al ver qué bien manejaron elementos de su notable novela cyberpunk), además de UN FANTASMA RECORRE TEXAS, de FRIZT LEIBER. Hay más, un copioso festín de referencias de riqueza imaginativa y visual, ofrecidos con eficacia y espectacularidad.

Los Ángeles, 2154. Sin cartel de Hollywood ni océano a la
vista. ¿Esqueleto de lo que otrora fuera un titán colosal?
…y esa inquietante analogía entre MAX DA COSTA (MATT DAMON) y JESUCRISTO, por mor de su vigoroso exoesqueleto, la cruz a la que lo han atornillado salvajemente…

Pero estas referencias saltan a la vista, claro está, para quien las conoce, brindándole un mayor solaz al visionar la cinta. El espectador medio se ha encontrado con un desolador panorama del Mañana-Mañana, donde el mensaje es obvio: la inmigración ilegal ahora emplea naves que salen raudas al paraíso HI/TECH en órbita: Elysium, cuyo espectral fulgor plateado en el alto cielo, entre todos los áridos vientos contaminados, embruja a una población… ¿cuartomundista?

Pero, en el espacio, Elysium funciona como un paraíso. Es,
evidentemente, analogía del Thypares de ALITA
Y la transitoriedad del poder: esta población reside en Los Ángeles, California, Estados Unidos. (Donde no vemos ni el cartel de Hollywood ni las orillas del Blanco Pacífico, por cierto.) El poderoso titán del presente ha caído, y entre los escombros de sus huesos se hacina la Humanidad, a caballo de la radical miseria de las favelas y la HI/TECH de los androides-policías fascistas.

Si EE.UU. está así, ¿cómo estarán, entonces, los actuales países del Tercer Mundo? El planeta está socavado por condiciones climáticas extremas; quizás lugares como los USA aguanten mejor merced a su pasado poderío, pero ¿Mali? El Sahara, ¿inunda Ciudad del Cabo? ¿Ha traspasado los Pirineos?

MAX DA COSTA (MATT DAMON) encastrado en lo que
acabará siendo su cruz de salvador del deprimido mundo.
Interesante que SPIDER (WAGNER MOURA) no quiera
acceder, pese a su cojera crónica, a curarla a Elysium, y
sí venda billetes a todos los que lo solicitan
Especulaciones que activan toda mente fértil y con ánimo de estamparlas en un relato. Hipótesis como las que intenta Blomkamp plasmar, empleando sugerentes recursos visuales y de acción. Y el mensaje social, la mejor cualidad de la predictiva ciencia ficción, envuelto en titanio de alta resistencia para soportar la masacre de las críticas adversas o superficiales.

Plantea una cavilación el deprimido Los Ángeles de Da Costa, exconvicto empeñado en no reincidir (pese a las tentaciones), que termina siendo el taumaturgo universal de un populux hambriento de medicación restauradora. Esa ciudad, ¿quedó así de agotada por desgaste de siglos de adaptación al spanglish, o por invasión desde el Sur, acosados por distintas calamidades que les empujaron al Norte?

JODIE FOSTER como DELACOURT. Implacable regidora
de Elysium que quiere proteger sus privilegios a toda costa,
aun abrazando doctrinas inhumanas
Aquí abre interesante línea de especulación Elysium. Continuamente, surten los telediarios imágenes de inmigrantes ilegales asaltando nuestras fronteras, convencidos de estar llegando a Elysium. Y ¿qué hacen, una vez aquí? Los ecosistemas están planteados de modo riguroso. Contienen finita cantidad de recursos. Si los sobrepoblamos, ¿qué ocurre?

Se agotan. Todo se empobrece. La calidad de vida, mengua. Y no gusta nada, a quienes gozaron de privilegios, perderlos. Esto es lo que materializa JODIE FOSTER en su interpretación de DELACOURT. Ha visto más allá del esplendor centrífugo de Elysium y sus mansiones de tinte californiano, obsesionándose con el que su agraciado paraíso tiene caducidad y limitaciones, e impedirá, como sea, que se degrade.

Y para llevar a cabo su misión administrativa, en tierra cuenta
con el apoyo de estos tres sociópatas, liderados por KRUGER
(SHARLTO COPLEY), enchufándose a un poder mecánico
superior
Su actitud está dibujada con crueldad, desde luego. Necesitamos un cerebro frío y despiadado tras el músculo brutal de KRUGER (SHARLTO COPLEY), que acaba manifestando sus propias ideas presidencialistas. Pero es la actitud de alguien con visión y control de sus existencias. Encomendado perpetuarlas, si hay cien unidades indispensables, no puede repartirlas.

Lo ético, por supuesto, en el planteamiento sanitario que ofrece Elysium, es enviar las naves hospital-robot a la Tierra y curar a los enfermos. Pero Delacourt no ve esto, sino que una ingente masa quiere abordar un privilegiado islote de privilegiados que cuenta con recursos fijos, quizás irreemplazables. Al final, el egoísmo conquistó todo su corazón.

Y una fuerza androide fascista sin sentido alguno del humor
Blomkamp también intenta explicar que la solución no pasa por abrir indiscriminadamente las fronteras. El pensamiento cosmopolita será muy hermoso y paritario y todo eso, pero altas murallas hacen buenos vecinos. Esta es la clave: buenos vecinos. Blomkamp traslada las naves hospital a la Tierra como analogía de que el problema de la inmigración ilegal se soluciona desarrollando sus países origen, que decidan así luchar por su dignidad y la de su patria, en vez de vagabundear por el Elysium europeo, brindando argumentos a la radicalización xenófoba y los skinheads.

El viejo amor infantil de Max, FREY (ALICE BRAGA), es el
motor que lo obliga a cometer el máximo sacrificio
Hay también que concienciar a los ilegales de que aquí hay un presupuesto y que, de la nada, no surgen las cosas. Si sobrecargan Europa, su Elysium, lograrán trasladar aquí su pobreza (y no lo permitiremos; está en la naturaleza humana), y cuanto habrán ganado es un respiro antes del implacable odio racial.

Deben construir sus países. Aprovechar la buena voluntad de Occidente (¿por qué siempre nosotros; qué hay de Rusia?), que traslada, una vez y otra, hospitales a sus naciones. Pero si éstos caen en manos de déspotas y tiranos, y ellos se lo consienten, acabarán descubriendo que el cierre de fronteras acarreará la falta de buenos vecinos.

Parece ser que nada hay más peligroso que un hombre con
un justo propósito, dispuesto a pelear abnegadamente por su
consecución. Y Max tiene buenos motivos para luchar
Astutamente, Blomkamp ha empotrado todo esto con el poderoso espectáculo del wrestling de los exoesqueletos, pero dejando bien visibles las consignas: mejor empleáis vuestras vidas en levantar vuestros países y que Occidente ceda allí un tanto de su riqueza para luego, aquí, no verla mermada por oleadas de ilegales, que a posteriori pueden aportar más desestabilización que ayuda.

Revolucionaria HI/TECH combatida, desde los suburbios,
con armas rudimentarias
Es llamativo que la rotulación en los muros primero esté en español y luego en inglés, en un país de eminente habla inglesa. Recapitulando: Elysium es espectacular adaptación de JOHNNY MNEMONIC. Pero debió existir aquél Johnny Mnemonic para disfrutar, con gran plenitud, de este Elysium, cargado de visión y reflexivo mensaje.

Vuestro Scriptor.

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