lunes, 29 de junio de 2015

ALUZINE DE FANZINE & ROMERO EL CAMIONERO — QUINCE ANIVERSARIO

¿Qué me cuenta esta portada? Una
profunda capacidad de observación del
cómic en general del autor
Empecemos felicitando al núcleo responsable de ambas publicaciones: JUANMA CASTILLO, SERGIO GONZÁLEZ y ALEJANDRO BARBA, por haber alcanzado este punto evitando desfallecer, pese a las tribulaciones, u obstáculos, o “bajonas”, que por el trayecto hayan surgido. Para explicar vuestro “fenómeno”, de nuevo debemos apelar a la tan socorrida fábula de la tortuga y la liebre.

La liebre (lo comento desde la autoridad que me otorga haberlo vivido) resultó ser un bólido. Tan raudo, que se consumió tras el segundo intento. En cierto modo, una pena, y un reproche. Esta “liebre”, compuesta por un grupo de estudiantes de Bellas Artes, gozó siempre de una facilidad y abundancia de medios que otros, ubicados en la modestia, por no decir la necesidad, a la caza de algún compasivo mecenas, trabajando a la desesperada, jamás poseímos. Por eso de nobleza obliga, esencialmente, ellos debieron proseguir. Derrocharon una oportunidad que muchos anhelaban poseer. (Y, fijo, habrían respondido a la confianza depositada.)

La liebre prometió merendarse el mundo según a zancadas corría hacia la meta. Ya digo: al segundo intento, algo la indigestó, quedando en la cuneta. Panza arriba.

Cubierta obra de una de las tantas
firmas colaboradoras con
ALUZINE
El caso de quienes nos ocupa es el de la tortura. Pacientemente, llegan desde la pasión y la reserva, la comprensión de sus facultades. El que nuestro país no sea nada amable ni caritativo con iniciativas culturales “extrainstitucionales”, es un freno constante. No sólo para los nombres citados, sino para la expansión del resto del (inmenso) colectivo.

Debemos inmolar valiosas horas de trabajo destinadas a perfeccionar ora nuestro dibujo, ora nuestro instinto narrativo, en labores ramplonas. Aun desalentadoras. Llega el momento de la prueba. La encrucijada. ¿Desistir, o continuar? ¿Ceñirse a un horario de oficina para luego recordar, con vaga nostalgia, qué tiempos (juveniles, despreocupados, ¡aventureros!) eran los del fanzine, o sacrificar (una constante de esta vida) ocio y atención a la familia para perpetuar esta pasión?

Esfuerzo que puede tener, como única recompensa, recuperar el dinero invertido en la autopublicación, o una laudable reseña que quizás ayude a la máxima difusión.

Y alusiones a nuestros mejores clásicos,
¡que no falten!
Es a ese esfuerzo, resignado y tenaz, principalmente, al que dedico la reseña. Prefiero dejar al lector interesado en conocer una ficción ‘paralela’ al mainstream, o el MORTADELO ritual, que descubra los entresijos narrativos, sea en prosa, o en viñetas, de estos fanzines.

Ya, ya. Puedo insistir en lo de “debéis cuidar la anatomía, muchachos, que el guión lo exige, más que merecerlo”. Empero debemos considerar que el estilo se ajusta a los divertidos disparates relatados. Es un mundo de cómicos absurdos donde personajes caricaturescos y más bien extremos, por su extravagante situación y razonar, protagonizan situaciones bastante paródicas.

Sí. Es mejor reseñar qué constante y callada pasión evidencian todas estas andanzas, algunas con lúcido sentido crítico del volátil fandom. Estos personajes, sea EL CAPITÁN TORRE DEL ORO, o ROMERO EL CAMIONERO, son hijos incorpóreos, apócrifos. Se les tiene gran cariño (a la vista está: ¡celebran el quince aniversario!). Se les mima cuanto se puede (no cuanto sus creadores quisieran, por mor de los elementos prácticos antes referidos) y se procura “sacarlos a pasear” en cubiertas policromas con cuanta regularidad las obligaciones de la vida adulta permite.

Esta galería compendia lo esencial
de la producción de este trío de autores
Hay muchos/as empeñados/as en desdeñar este esfuerzo. La pasión adolescente que subyace bajo esta actividad. Qué fe tenemos en los personajes que hemos creado y vamos criando en las viñetas. Con ofensiva frecuencia, se permiten despreciar toda esta gama de esperanzas y empeños, amparados en no sé qué calcomanías ‘culturales’, o pajaritos en la cabeza, o esnobismos insustanciales.

Deseo encomiar el amor que lleva a mantener a este trío fiel-y-constante al compromiso adquirido voluntariamente con su producción, con su elenco protagonista. Es más bien obligado tanto resaltarlo como recabar respeto por su esfuerzo. Toma incontables horas de dedicación con el magro beneficio esbozado.

Quince años han dado para esto. De
contar con un apoyo decente, seguro
que sería el triple
Llegas a amar (u odiar, como CONAN DOYLE detestaba a SHERLOCK HOLMES) a estas criaturas siempre dispuestas a darlo TODO por ti. Tan generosos son. Sí. En serio. Suena exagerado. Empero es así. Si logran gran ¡aclamación!, la ceden al creador sin problemas. Se contentan con poder continuar existiendo en las viñetas (o los nuevos formatos digitales de ocio), porque su cometido por haber tenido la oportunidad de vivir es devolver con creces el favor.

Otro deseo que consigno es que el triunvirato Castillo/López/Barba mantenga la constancia. Me gustaría que todo este esfuerzo que llevo señalando durante todas estas palabras tenga una recompensa mayor que una reseña favorable.

Sois, sin saberlo, sin proponéroslo siguiera, la prueba viviente de que es posible hacerlo. Os habéis ganado el título de decanos del fanzine local por mérito propio y todo derecho. Evidenciáis que quizás la gran GRAN meta, no obstante deseable, no sea el prestigioso sello editorial donde publicar. Sino perdurar. Sin decaer. Como clara muestra de fe en lo que realizáis.