jueves, 28 de abril de 2016

MACHETE KILLS — FANTÁSTICO BORDEANDO LA BUFONADA

Básico como él solo; y directo que no
veas. Pero, por censurable que sea,
MACHETE KILLS respeta más al
espectador que
BATTLESHIP
Siempre he sentido cierta predilección por el hacer de ROBERT RODRÍGUEZ. No excesiva, pero la suficiente para honrar la voluntariedad, espíritu de disciplina y sacrificio e ímpetu como irrumpió en el mundo del cine con EL MARIACHI. Pero, por encima de los ditirambos, en honor a la justicia y el buen hacer, también conviene resaltar cuándo el camarada se ha ido por los cerros de Úbeda, porque el primer interesado en que le avisen para evitar desbarrar del todo/completamente y acabar haciendo películas inefables, que le desvirtúen, es Rodríguez.

Machete es un personaje de una historieta en plan semiurderground-fanzinero que Rodríguez dibujaba en una etapa juvenil. O algo así, creo recordar. Lo incorporó al celuloide encarnado por DANNY TREJO, que interpretó a un personaje frío, sanguinario-en-lo-justiciero, capaz de arrostrar toda dificultad con el semblante pétreo apenas agitado.

Bueno: Machete tenía su aquél. Tomártelo en serio, era lo último, porque viene de las viñetas y esa es una realidad de fantasía donde cualquier cosa tiene posibilidades, a menos que sea un increíble absoluto, y se le perdona por lo mismo: sabemos que es ficción. Trola de película. El cine: es así.

Ejemplo de los disparates que contiene
la peli. Todas las chatis, chachis. Vago
sexismo muy poco machista, por cierto
Mas Machete Kills… Bueno, esto empieza a ser otra cosa, pese al elenco, entre el que destaca MEL GIBSON. No sé si el otrora MAD MAX estaba ahí aferrado al clavo último de una interpretación alimenticia, hundido en ese bache de ostracismo de Hollywood donde estaba metido, o que simplemente tenía ganas de desbarrar. De ser eso, se ha explayado. Pero a gusto que el hombre debe haberse quedado.

Rodríguez (y aunque otro filme la cinta, todo el peso creativo recae en él), al contrario de su buen amigo QUENTIN TARANTINO, no tiene, traslucen sus producciones, ese deseo de estampar una obra maestra colosal que lo inmortalice in saeculae saeculorum. Se contenta, sospecho, con hacer las películas que le gustaría ver pero que no existen. ¡Es el motor principal de la creación de numerosos autores, recientemente he descubierto! Y se lanza, sin complejos, a emular el cine setentero de cine de verano con el que muchos crecimos, donde imperaban las comedias de tortazos de BUD SPENCER y TERENCE HILL, los western-spaguetti, fuesen o no de LEONE, y los chillidos karatekas de BRUCE LEE e imitadores. 

Para acabar en CHUCK NORRIS, colofón de ese histérico cine de artes marciales de patadas aéreas y aullidos, que STEVEN SEAGAL dignificó… hasta que cayó su estrella.

El filme no soslaya el racismo como
cuestiona la figura 'sacralizada' del
político aludido, que parece indigno
tanto del cargo (que no respeta) ni
del pueblo al que afirma representar
Machete Kills empieza en ese plan, con tráiler lleno de arañazos de bobina maltratada, sobresaltos, escenas de acción sincopada, malos malísimos y buenos que parecen supervillanos pero que, no obstante, están por nosotros, y desarrolla una narración tosca donde resalta lo zafio, lo sanguinario, lo escatológico y unas pinceladas de humor que, a veces, linda lo bufonesco, en mal sentido. Hay un intento malogrado de parodia. 

Lo de Machete enganchado a la hélice del helicóptero machetándose sicarios del loco con el detonador en el corazón que disparará el cohete… ¡buf! Robert, ¡¡que por menos ha muerto gente, mucha gente!! ¿Qué haces, tío?

Rodríguez está obsesionado con ESCAPE FROM NEW YORK. Hasta busca darle a su cine ese aire crítico-social polémico de JOHN CARPENTER. Machete Kill procura emularlo con no sé qué intención. Parodia, no, porque hay elementos (efímeros, sutiles) que permiten apreciar el elogio, Rodríguez quiere que Machete sea el nuevo SNAKE PLISSKEN. Pero como la cosa desbarra como lo hace, quedas en perpleja duda.

Con mucho esfuerzo repites ver Machete Kills; y eso que hay ¡tercera parte en curso!, o tanto promete el trailer anejo a esta secuela. Imagino que, lo mejor con esta saga, sí, es eso; no tomársela ni en broma. Sino aceptarla según viene y dedicarse luego a otra cosa.