domingo, 24 de septiembre de 2017

PASSENGERS — PELIGROS IGNORADOS

Afiche. En cuanto a reparto, la película
no puede presumir por su abundancia
Eficaz ocio sencillo ofrece esta producción no falta, empero, de detalles llamativos. O me los parecen, esto es. Entre ellos, el diseño de la nave colonial que recorre las ignotas vías de nuestra Galaxia hacia un distante Mundo Exterior donde un grupo de audaces terranos pretenden no sólo reiniciar sus vidas, sino generar un hábitat más grato para los que, generaciones después, lleguen a visitarles.

Esta debería ser la columna vertebral de la trama, que bordearía, si no penetraría toda, en la hard sciencie fiction, lo cual lanzaría fuera de la sala a los espectadores al poco de empezar la proyección. Hollywood no está para pérdidas así. Una película del estilo de ésta cuesta un pastón, que debe recuperarse, a ser posible con pingües beneficios extras.

Por tanto: empleamos una infraestructura de H-S-F para montar una grata metáfora sobre el amor, el desencuentro, el perdón, en un entorno cerrado, claustrofóbico en algún momento, con una repentina dosis de amenaza que no es nada mínima-nimia, por cierto. Plantea asimismo otra subtrama, comparable a la de ROBINSON CRUSOE.

El escenario principal. Lo que está salvándote también
puede causar tu fallecimiento
Subrayo el espiral diseño de la nave, impulsada por las autopistas galácticas a enorme velocidad que, sin embargo, no permite alcanzar su objetivo sino un porrón de años después del despegue (así de grande es la distancia que nos separa de otros planetas; sí, ajá) al recordar esos estúpidos platillos volantes de Década 50-60, o los que parecían alcachofas de ducha volando por nuestro alto cielo contaminado por todos los vientos.

Llega GEORGE LUCAS para sanear todo eso. Las naves adquieren carácter propio, un diseño barroco incluso. Desaparecen los trastos. Passengers, fruto de la generación que creció admirando los destructores imperiales o el Halcón Milenario, muestra un diseño extraño que pretende ser lo más competente de la ingeniería que lo desarrolló. Ya no importa tanto su forma como qué funciones proporciona. (Para lo que es la amenaza que causa la tormenta de meteoritos, dotarla de auras defensivas se hubiera agradecido.)

Esto recuerda un poco a EL RESPLANDOR, la verdad
La elegancia de esa nave ridiculiza la tosquedad de los platillos volantes del pasado que resaltan aún más la falsía de ‘acontecimientos’ como el de Roswell. ¿Debemos pensar que una civilización extraterrestre, que cruza el vasto espacio con más/menos celeridad, llegaría a la Tierra en algo tan burdo como un freesbe? Ni imaginar podemos concebir sus conceptos sobre diseño e ingeniería, productos de su biología no humana.

Pero, fijaos: ¡dos décadas acojonadas por un plato plateado que silbaba a través del firmamento aterrando al personal! Gracias, George, por mandar todo eso a la mierda.

Se explora (como fibra ‘adulta’ que daría mayor carácter al argumento) qué hace un hombre, animal social/sociable por ende, despierto en una gigantesca nave rodeado de pasajeros en animación suspendida. Es lo de Robinson Crusoe. Su isla: la nave. Por doquier: vida. Otras personas con las cuales poder comunicarse. Imposible hacerlo, pues las expondría a su padecimiento: soledad. Aislamiento. ¿Puede, plantea el dilema moral, despertar a otr@s? De eso además va la cinta, qué romance surge, sus complicaciones varias. ¿Es egoísmo su acto; desesperación; incapacidad suicida a soportar la soledad, siendo animal sociable/social?

Habrá peligro, cariño. No, querida. He visto IRON MAN. Sé
qué tengo que hacer... O así este hombre se automotiva
Por fin está qué peligro subyace en la exploración espacial. Evoqué esa vieja cinta, con guión de ROBERT HEINLEHIN, sobre hombres que van a la Luna, algo se estropea, y para regresar deben realizar un sacrificio. Poco orean esta faceta; venden el espacio cuan “última frontera” gloriosa rutilante merced a la HITECH que emprenderá la andanza. ‘Desdeña’ sus numerosos e inesperados peligros. Passengers los esboza. Será gran gesta histórica cuando decidamos colonizar esas esferas que la NASA sin cesar descubre habitables. Pero no olvidemos qué riesgos comportará. Si querremos/podremos asumirlos.