martes, 29 de noviembre de 2011

EL BREVIARIO DE LOS ROBOTS – DIARIOS DE LAS ESTRELLAS

Portada del recopilatorio reseñado;
dibujo: PHILLIPE DRUILLET
IJON TICHY es el epítome del astronauta ‘de barrio’, héroe intrépido aunque modesto que rara vez se ve implicado en eventos que se salden con grandes derramamientos de sangre, quizás causados por su mano. Es lo opuesto a HAN SOLO, caradura estelar acompañado por un vociferante antropoide hirsuto cuyo feroz aspecto empero no garantiza absoluta ferocidad ni coraje antibalas. Tichy es un señor apasionado por los viajes y lo espectacular, pero también amante de los buenos vinos, las selectas óperas, los hoteles de galaxia y media de calificación en la GUÍA MICHELÍN de los cosmonautas. Tichy piensa antes de disparar; y prefiere no tirar jamás.
El breviario de los robots (título inadecuado; quienes conocemos esta obra en eso coincidiremos, pues como mucho sólo el Viaje undécimo se ajusta algo a semejante extravagante presentación) lo componen cinco “diarios” redactados por el propio Tichy (Viajes undécimo, duodécimo, decimocuarto, vigesimotercero y vigesimoquinto) y retratan admirablemente tanto al protagonista como el carácter irónico del autor, STANISLAW LEM, que, con grato desenfado, relata el desarrollo de las interesantes aventuras de Tichy en los supuesto más extraordinarios, con un estilo que tratara de devolvernos a un tiempo pasado, un par de siglos antes, a la novela picaresca de HENRY FIELDING, o las centelleantes mentiras del BARÓN DE MÜCHHAUSEN, quien jamás escribió una línea pero está ya consagrado en la literatura (y la medicina).
STANISLAW LEM con su perro; le ayudaba
en las correcciones
Los relatos de este recopilatorio son ‘blancos’; si hay algún tipo de referencia social o parábola política (no olvidemos jamás de detrás de qué Telón escribía Lem), está tan suavizado que es casi indistinguible; su acidez está neutralizada casi por completo.
Como todos los buenos escritores, no obstante, Lem se las compone para dejar una simiente, mínima-nimia, que luego arraiga y nos impregna, al menos, con la duda de que pretendió decir ‘algo’, predicar, trazar parábola, analogía, denunciar, hacer admonición, prevenir. Aunque, estimo, simplemente pretendía hacerte pasar un rato agradable. Bastante acosados nos tiene la realidad para que, encima, durante nuestro ocio, nos agobien con paralelos o alegorías de nuestra vida cotidiana.
[Debemos reivindicar el sencillo ocio ante las monstruosas catedrales de la cultura y la creación ensoberbecida, defendida por GORGONAS no menos fanáticas y cuyas quijadas, mecanizadas o no, chirrían del odio por el inofensivo esparcimiento, el cual trituran con dentelladas críticas.]
El BARÓN DE MÜNCHHAUSEN idealizado
por DORÉ. En esta tradición, divertida y
embustera, se encuadran estos relatos
De El breviario de los robots hay que destacar el primer cuento, por ende el más extenso, donde un consorcio, poderoso pero secreto, requiere a Tichy, intimándole, merced a su osadía y habilidad para salir de trances apurados, por complicados que éstos sean, a investigar lo sucedido en el planeta Proción, colonizado por los vástagos de SU INDUCTIVIDAD, la antigua IA del DEIDÓN, que había construido en aquél pago una suerte de república de autómatas medievalistas que odiaban, a muerte, a la ‘VISCOSIDAD’, léase, la Humanidad.
Aquí reparamos en que Lem tenía fabricado un mecanoUniverso que trasvasaba de una a otra narración determinados términos. Un repaso a las FÁBULAS DE ROBOTS nos permite fácilmente verificarlo. El odio y el miedo que la Mecanicidad experimenta por la Humanidad son similares; nos vituperan con análogas palabras y definen de igual forma. Los robots de Lem (en todo su vasto compendio) miran con profundo recelo a sus amos. En ellos anida una partícula de desconfianza y el voltaje de la rebeldía. No es el usual aparato andante-parlante-obediente/servil asimoviano, que se siente obligado a complacer al humano aun de fábrica.
Cubierta de EL GARAJE HERMÉTICO, de
MOEBIUS. El MAYOR FATAL siempre me
ha parecido trasunto de IJON TICHY
Para Lem, descubrimos pues, los androides son una especie de nueva raza que ensamblamos, no engendramos, prolongación nuestra, hijos apócrifos no concebidos al modo ‘viscosón’, pero no por eso inferiores a sus padres. Preña a sus autómatas de manías, defectos, fobias y filias. No son, para él, una ‘cultura’ debajo de la nuestra, sino una especie de vecino con el cual comúnmente existen buenas relaciones, pero donde también destacan malos sujetos.
El Viaje Undécimo termina como una traslación de EL MAGO DE OZ al espacio exterior, descubriéndose que, tras la aterradora apariencia de Su Inductividad, se agazapa un oficinista abrumado por la burocracia, que lo ha ‘automatizado’. Es acaso el único y auténtico robot de un planeta donde todos, so pena de ordalía y muerte, fingen serlo. Lem quizás sí denuncia aquí que la Burocracia, ente que nos hemos otorgado a fin de servirnos pero que se ha trocado nuestra Propietaria, aplicada a según qué sujetos, les arranca el alma, el coraje, y transforma la vida en una interminable rutina no muy distinta de la de una cadena de montaje, donde todo proceso sigue pautas cronometradas e insoslayables.
Portada de LONE SLOANE, personaje de
Druillet. A ver dónde ponemos esas manos
Los siguientes relatos, aparte de presentarnos al PROFESOR TARANTOGA (eminencia intelectual que jamás tiene tiempo que perder y obliga a Tichy, en su decidido afán por conocerle, a saltar de una asombrosa estrella a la siguiente), nos muestra la cotidiana grandiosidad y riqueza de los planetas que componen el Universo Lem, Cosmos donde un pasajero, aburrido en algún momento de la travesía, puede salir de la nave (lanzada a velocidad vertiginosa por los oscuros años luz) para pasearse como si lo hiciera por la cubierta de cualquier barco, llevando, eso sí, su escafandra reglamentaria.
También lo cotidiano (lo que Lem vivía y creía se perpetuaría) se manifiesta en su querencia por el telegrama, el medio de comunicación universal e instantáneo. Tichy continuamente los expide o recibe (son los e-mails de Lem), o sirven para remitir aun personas que luego se reintegran merced a máquinas fabulosas, pasando de ser polvo atómico a sujetos.
Edición francesa, de idéntico título
a la española; opino que cometen
el mismo error (Druillet, otra vez)
El peligro no abandona estas páginas tampoco, y el Profesor Tarantoga tiene la astucia, y el valor, de atrapar la peligrosa colonia de patatas salvajes que atacaban esas naves un tanto despistadas de su rumbo. Ni siquiera Tichy se libra de sufrir percances, y en uno por suerte pudieron sacar un duplicado suyo que reemplaza al original, pulverizado por el impacto de un meteorito. No obstante, su dolor fue no poder adquirir una SEPULCA, en tan buen año de sepulcas.
PHILLIPE DRUILLET ilustra todas las aventuras poniéndole rostro, o coraza, a los distintos incidentes o personajes de estos cuentos. Es un arte sugerente, marcadamente europeo, METAL HUTLANT, adecuado para la amable distopía que Lem concebía en sus párrafos, y nos permite atisbar, con nitidez, la grandiosidad de su imaginación.
Vuestro Scriptor.

Documentación adjunta:

http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/2011/11/moderan-acero-mas-acero.html

domingo, 27 de noviembre de 2011

NOSOTROS LO HICIMOS ANTES

Muestra del tríptico que publicitaba el
evento, obra de ÁNGEL CORDERO. De
esta ilustración se hizo un cartelón
enorme que consumió el presupuesto
Sobre cómo nos amigamos es parecido a esas películas en que un chaval con cierta inquietud conoce a otro y descubren que comparten la misma afición: ¿Tú lees tebeos; y además, los haces? ¡Toma, como yo! Hasta ese momento, has vivido aislado, sitiado por erotómanos futbolísticos y alevines de progres. Tu afición les parece una chiquillada de tarados. Te miran como a un loco velando, eso sí, su homoX reprimida, manifiesta en la babosa adoración por sus futbolistas queridos. Y como éramos, ya todos juntos, gente de acción, decidimos, joder, ¿por qué no?, ajá, ¡SÍ!, hacer un Salón del Cómic. Innovadores. Potentes. Audaces. No sé de dónde sacábamos la energía y el entusiasmo para emprender aquellos proyectos.
En honor a la justicia, aquí ya habían organizado un Salón del Cómic, allá por 1975, creo, pero parece no quedar registro de esta iniciativa, trocándose leyenda urbana. Ignorándolo, pues, nos autotitulamos LOS PRIMEROS, LOS ÚNICOS, en hacer esto, cuando hollábamos una senda trillada. Pero, dado el tiempo trascurrido, habían vuelto a crecer matojos y la cosa parecía virgen. Nadie tampoco nos informó de que anteriormente se había emprendido una acción como la que esperábamos perpetuar, in saecula saeculorum, amén, y dadnos los créditos que nos correspondan. SÍ, ajá, porque esto no se hace sólo por amor al arte.
El mencionato tríptico. Aquella
loca, fértil y talentosa juventud...
Tanteamos la Administración (el sector privado fue ipso facto refractario/estéril). Nos recomendaron acudir a la Diputación, donde tuvimos la suerte de topar con un funcionario, colocado en puesto clave, que compartía La Afición. Para él, esto era un símil del cielo, porque manejaba asuntos “regionalistas” y quería variedad. Mas me resumió la situación en que estábamos de esta manera: “El problema es que venís con una actividad inusual. Si propusierais hacer una exposición sobre botijos, o cerámica andaluza, o algo folclórico, tendríais presupuesto. Ahora mismo, no hay dinero y la partida que os asignen será pequeña”. Y tan pequeña. Tanto, que tuvimos aun que poner dinero nuestro a la iniciativa (14.000 pesetas). Y luego, este ‘ultimátum’: “O lo hacéis ahora, o Dios sabrá cuándo”. A la falta de presupuesto, unieron esta maratón.
Me impliqué a fondo. Contacté, visité, apremié, telefoneé… y finalmente compusimos el monstruo tan bien como pudimos… y nos dejaron. Pero de los errores se aprende. O eso esperaba yo.
Cierta persona 'entendida' calificó nuestro Salón del Cómic de cutre. Lo era, pero por las razones que le expliqué de falta de fondos. Hicimos lo que pudimos con lo que nos dieron y, repito, nos dejaron hacer. Porque ahora es cuando toca echar bilis. Entonces, había en Bellas Artes un grupo de alumnos decididos a innovar en el cómic (matraca europea antimainstream-manga). Y ellos proyectaban hacer, más adelante, lo estamos estimando, consideramos que, un Salón del Cómic. Plan paralelo que desconocíamos. Mientras ellos esperaban la divina conjunción estelar que propicie la Era de Acuario, nosotros ¡hicimos! el Salón del Cómic. Eso les escoció. ¡Y vaya cómo! Les pusimos en evidencia, ante todo.
El actual comisario/encargado/organizador de las Jornadas del Cómic, mediocre a quien se le invitó a participar (declinó, claro; no éramos como sus amigos de Bellas Artes, sólo sucios trabajadores), empezó a abominar de la iniciativa y nuestras personas. Lo más bonito que dijo sobre nosotros, ampliamente jaleado por ese grupo de Bellas Artes y otros sayones, era que habíamos robado 375.000 pesetas (presupuesto del Salón; sumad a eso las 14.000 que hubo que abonar  por el envío de cómics de PLANETA –monstruoso, tres cajas llenas a rebosar-) y que revendimos el regalo que hizo Planeta a ciertas tiendas de cómics de la localidad. O sea, nos montamos en el dólar. Bueno, ese ladrón piensa que todos son de su condición. También yo sé de él maledicencias que, de momento, no voy a propalar desde este blog.
Lo que en CSI llamarían 'una prueba exculpatoria'. Espero que sirva para sacar los
colores a un sinvergüenza en concreto y remuerda la conciencia de otro
que presume de ser coherente con sus filias y fobias

Hubo suerte con esto último, como podréis comprobar en la carta escaneada, la cual nos exonera de tales calumnias. No nos quedamos con nada; no revendimos lo que no teníamos; nos apartaron de las futuras ediciones, que desde luego, dejarían de ser cutres, porque habría presupuesto para pagar invitados, estancias, ponentes, como esta persona crítica, porque NO TENÍAMOS EL CARNET del PARTIDO. Y, el actual organizador, sí lo tiene. Tanto él como el núcleo primigenio de los integrantes de las primeras Jornadas. Y en un país rojipolitizado como éste, hombre, el Carnet cuenta ante el Mérito SIEMPRE.
Sus Jornadas  son malas, dignas de un amateurismo cicatero y extremo, ¡y eso que hace años que las organiza! ¡Nada ha aprendido-mejorado en estos años! ¡NADA! Acaso ha ganado, este año, un ponente que se autoproclamada acérrimo enemigo suyo. En serio, si en aprender de los errores hay virtud, en este caso eso no se aplica. Hace poco, cierta persona, conocedora de estos hechos, me comentó que no era ‘de caballeros’ orear el asunto. Claro: el actual organizador puede calumniarme cuanto desee, pero yo debo callar. No, amigo. Toca contar unas verdades.
Vuestro Scriptor.

viernes, 25 de noviembre de 2011

EL FANTASMA DEL PARAÍSO – SUPERVILLANO A LA FUERZA

Afiche foráneo con un toque a cómic,
que aventura su aire desenfadado
El arrebato que sufre WINSLOW LEACH (WILLIAM FINLEY) por PHOENIX (JESSICA HARPER) procede de después de oírla cantar su música. El auténtico amor del apasionado y humilde compositor, de aspecto aun desastrado, es su partitura. Phoenix sólo encaja en las sentimentales e inspiradas tonadas como el último elemento que necesitaba, no como el objeto a quien se destinaban. Llegará un momento en que ambas se fundirán volviéndose indivisibles. EL FANTASMA DE LA ÓPERA se enamoró de CHRISTINE DAAÉ y luego la ayudó a domar su voz. Phoenix ya llega cultivada para pasmo del futuro Fantasma del Paraíso.
De todos modos, no creo que el muy maltratado Winslow amase (como carne, como anhelo, como esposa) a Phoenix por ella, sino porque entrañaba una imagen de pureza, como su partitura también, y decidió que ambas debían ser defendidas a toda costa de las viscosas manipulaciones de SWAN (PAUL WILLIAMS) y su necrófila discográfica, DEATH RECORDS.
PHILBIN (GEORGE MENUNDI) recibe órdenes del
enigmático y omnipotente SWAN (el guante); al piano,
un borroso WINSLOW LEACH (WILLIAM FINLEY)
El Fantasma del Paraíso, a fuerza de ironías, versa sobre eso: la podredumbre. BRIAN DE PALMA se apoya en El Fantasma de la Ópera, de GASTON LEROUX, para filmar una parábola destinada a dar cierto papirotazo a los fans, lo que hoy ha desbordado transformándose en freakies, gente cuyo dios es un ídolo confeccionado en un estéril departamento de marketing y que, sondeado por dentro, no tiene nada, salvo un relleno cosmético destinado a obnubilar y pastorear a la masa.
Pérfido PÉRFIDO Swan (PAUL WILLIAMS -¿el hermano
 de JOHN WILLIAMS?-) maquinando corrupciones
El ejemplo está en la fabricación (nunca mejor dicho, pues se escenifica para su debut el ‘mito’ de FRANKENSTEIN) a BEEF (GERRIT GRAHAM), cantante aparente con una dosis de talento pero aún insuficiente para encumbrarlo. Por lo tanto, y siempre según el malicioso y protervo afán/gusto/ironía de Swan, lo mitifican y hornean presentándolo como la Gran Sensación en la que volcar anhelos, proyectar sueños y lanzarle una carretada de ropa íntima femenina que alfombre el escenario.
Murió una víctima y nació un monstruo: el
FANTASMA DEL PARAÍSO. Winslow culmina, con
esta pinta, su obra magna. (¿Hasta qué punto
DARTH VADER se inspira en este diseño?)

El objetivo de Swan es corromper, adulterarlo TODO, y se ve en el martirio que padece Winslow, a quien primero hurta su maravillosa partitura (ésta, al principio al menos, no está escrita con sangre, como el DON JUAN TRIUNFANTE que el Fantasma de la Ópera llevaba años componiendo; pero luego sí será así, al menos, metafóricamente), y después lo denigra en lo social y lo físico. Swan sobornó a la policía, los jueces, al alcaide de la prisión donde encarcelan al desventurado compositor. De Palma nos está diciendo, a través de las exageradas y satíricas secuencias, que la corrupción es omnipotente y que el candor, la inocencia, la pureza, carecen de efectivo poder para vencer, pese a su aclamada mitificación.
Un nuevo mito, BEEF (GERRIT GRAHAM) pisa el
escenario, adulterando las sinfonías de Winslow. (En algo,
siempre he identificado a Beef con FREDDIE MERCURY)
El Fantasma del Paraíso también alude a FAUSTO, y más directamente de lo que lo hizo Leroux. Swan, un talentoso ídolo hedonista, prefiere suicidarse en su cénit absoluto antes que presenciar su decadencia, arrastrada largos años, y que concluirá en la última injuria de la sepultura. Pero el Diablo lo intercepta antes proponiéndole una eterna y exitosa juventud. El Máximo Corruptor enrola a un Prometedor Corruptor, y Swan cumple con auténtica pasión.
Merced a esto, con una compulsión superior a él, corrompe a Winslow destrozando su cuerpo y su voz, su moral, y luego se apodera de su noble alma, envenenada empero a base de golpes de vileza. Innegable que El Fantasma del Paraíso es una fábula pop/rock inspirada en El Fantasma de la Ópera, pero se diferencian (y es lo fundamental) en que el Fantasma ya era perverso per se, mientras que Winslow se malea víctima de los crueles envites de la corrupción que empuña Swan.
La bella, PHOENIX (JESSICA HARPER), asediada por el
corruptor. Adulaciones y promesas fáciles de hacer para
encumbrar, aún más, a Swan
La más clara evidencia del predio del magnate musical está en la selección de cantantes para la ópera rock que robó al incauto Winslow, y donde conoce accidentalmente a Phoenix (qué curioso: dos aves enfrentadas en este filme), otro encanto de puridad, y que pasa a una habitación donde el cazatalentos de Swan, PHILBIN (GEORGE MENUNDI), se trajina, junto a otros miembros de Death Records, a las aspirantes.
Phoenix, en primera instancia, abomina tal trato, ofendida e indignada. Como Winslow, ella llega a Death Records esperando triunfar merced a su talento, su voz. En esto, es hermana del músico. Pero para triunfar debe pagar el peaje de esta suerte de prostitución. Philbin se lo asegura cuando ella le rechaza: ¡jamás triunfarás! ¡Tesitura moral terrible! ¿Vendo mi virtud (que no comprende únicamente a la virginidad) a cambio del éxito, o sigo incólume pero pobre e ignorada para siempre? Mis sueños, ¿merecen tal sacrificio? Primero, Phoenix elige la segunda elección.
Phoenix, al renacer de sus cenizas (mantener su integridad
intacta), enseguida sucumbe al embrujo de Swan, para
mortificación del pobre Winslow
Esto es otro mensaje que de Palma lanza al fandom: no sólo vuestros mitos son de laboratorio; además pagaron algo y no fue, precisamente, una cena. Pero la vanidad y la necesidad de soñar, de adorar, la idolatría inherente al Hombre, ahogan estas nociones.
Phoenix al final cede. Es elegida, mediante la presión que ejerce Winslow, ya el Fantasma del Paraíso musical que Swan ha edificado para así dictar los nuevos estilos al resto de la industria discográfica, sobre éste, para interpretar a la prima donna de su ópera. Swan al instante detecta en Phoenix pureza y, como loco, busca corromperla. Tal como hizo con Winslow, también se apodera del alma de ella. Lo siguiente es, también, destruir su carne. Y lo hará en un momento glorioso de la ópera para así remarcarla in saecula saeculorum, amén.
Con su barroco uniforme, Winslow impedirá que Phoenix,
in extremis, sea la enésima víctima de Swan. El público,
enloquecido, le jalea
Winslow no piensa permitirlo. Sabiéndose condenado, evita tal fin a Phoenix conforme precipita el de Swan (sí, ajá, un tanto a EL RETRATO DE DORIAN GRAY) y el suyo propio. En su ordalía seguramente recuperara su alma, reivindicándose para el reino de los cielos con su sacrificio.
El Fantasma del Paraíso consigue honrosamente un huequecito en la Filmoteca Selecta de Cada Uno y queda allí, entre las grandes, gustando de revisar con cierta frecuencia. El impresionante drama y la degradación de Winslow, su meteórico ascenso a cítrico Fantasma del Paraíso, está tratado de modo quasicómico quizás para no causar sensación de estrago al espectador: ¡tantas tragedias seguidas me amargan la sesión! Pero, una vez apartada la comedia, queda la reflexión sobre la atroz influencia de la corrupción, y qué inermes estamos ante ella.
Este fotograma muestra los peligros de firmar
documentos con sangre
Vuestro Scriptor.

Documentación adjunta:

martes, 22 de noviembre de 2011

EL FANTASMA DE LA ÓPERA – EL SUPERVILLANO LÍRICO

Portada de VALDEMAR; más que de
FANTASMA DE LA ÓPERA, parece
de amenazante FANTOMAS
Dos grandes figuras dominan la célebre novela de GASTÓN LEROUX: el mismo edificio de la Ópera de París y su más inusual, caprichoso y peligroso inquilino, el llamado ERIK, el Fantasma, supervillano con tendencias histriónicas que termina derribado por una emoción tan elemental y evanescente como es el amor, la materia motriz/combustible de tantas y tan insignes silly love songs y otras caballerías.
El Fantasma de la Ópera se las ha apañado, seguro que a disgusto, para transformarse en un icono completamente distinto al que Leroux prefiguró en su libro. Se le ha visionado como víctima de una injusticia seguida de una desgracia y que, como EL CONDE DE MONTECRISTO, emprende una venganza mesurada por la aparición de CHRISTINE DAAÉ (o como deseen bautizarla los adaptadores y según qué formato), de la cual el Fantasma se enamora con absoluta pasión.
Pero, claro, es un monstruo/lo han monstruoficado y se origina una contracorriente de fluctuaciones emotivas (venganza, amor, perdón, rencor, mi cara destrozada, su délfica belleza… complejos Complejos COMPLEJOS, sí, ajá) y de ahí sale el drama/trama que fecunda el filme (que es como se conoce, sobre todo, al personaje).
El autor, GASTÓN LEROUX, hombre de
vida tan inquieta como el Fantasma
El Fantasma de la Ópera es, sucintamente, la enésima recreación de FAUSTO y ORFEO Y EURÍDICE. Leroux lo refiere en la novela eligiendo con cuidado las óperas y qué pasajes de éstas deben aparecer para reforzar el argumento, las motivaciones del coro protagonista. Impregna de poder (dándole aliento propio, ¡escenario sin par!) al panteón de la Ópera, un coloso lleno de plantas, dependencias, sótanos y subsótanos, convertido, por su actividad, en una microciudad en la que el Fantasma gobierna despótico, aunque a capricho, condenando o salvando según él quiera.
La descripción que el estilo extravagante y energético del autor hace del mausoleo de la música embruja tanto como el mismo supervillano cadavérico (que se me antoja un cruce de CRÁNEO ROJO y el DOCTOR MUERTE), cuyos fragmentos de semblanzas, revelados por el cargoso de EL PERSA, lo hacen todavía más significativo, interesante.
Afiche de la primera adaptación, de la
UNIVERSAL, recordada por la
caracterización de LON CHANEY
Que El Fantasma de la Ópera es Fausto aparece detallado en la misma trama; poco original fue Leroux en este sentido. Así, el Diablo es el Fantasma, que se aprovecha de las tontunas de la ingenua Christine para engatusarla y proponerle un trato que, a modo, se apodera del alma de la simplona: dueño de un talento musical superior quizás a su genialidad como inventor, enseña a Christine a templar su voz, convirtiéndola en admirable diva.
A cambio, debe Christine vivir como su esposa en las catacumbas de la Ópera. (Otra influencia mitológica, la de PERSÉFONE, pues el Fantasma la autoriza a subir por temporadas a la superficie.) Por desgracia para el supervillano, el corazón de Christine pertenece al vizconde RAOUL DE CHAGNY, un señorito decimonónico del pan pringao, un romance procedente de la tierna infancia de ambos jóvenes.
Una versión "intermedia", que empieza a
torcer las cosas; CLAUDE RAINS, JUAN
SIN TIERRA en ROBIN HOOD,
hace del Fantasma
En caso de ceñir la fábula de Leroux a Fausto, Raoul es MARGARITA, que con denuedo aboga por el alma de Fausto y así recuperarlo para el Reino de los Cielos. Tenaz y locamente enamorado del bonito bibelot como Leroux pinta a Christine, acomete con impaciencia el descenso a los infiernos pretendiendo rescatarla del tiránico Fantasma.
Aquí, Leroux adapta Orfeo y Eurídice, y no sé hasta qué punto LA DIVINA COMEDIA. Raoul, moderno Orfeo, baja al Hades de las catacumbas de la Ópera tropezándose con una serie de potentes secundarios que hacen del lugar un sorprendente teatro plagado de autoleyendas. Cada nivel que Raoul y El Persa descienden puede equivaler a otro Círculo del Infierno de DANTE. (El Persa, por otro lado, es tanto CAN CERBERO –pues ‘guarda’ el Infierno que el Fantasma ha erigido en su vasto dominio subterráneo- como VIRGILIO, el poeta fantasma que guía a Dante por el Huerco, y hace para Raoul de cicerón de sus numerosas amenazas.)
Cartel del reputado musical de
ANDREW LLOYD WEBBER; amores
y romances desesperados e hirvientes
Al contrario de Orfeo y Eurídice, su actualización, esta obra, se salda con éxito: Raoul “rescata” a Christine (aunque en realidad es el voluble carácter del Fantasma el que respeta la vida de los intrusos, y luego permite a los jóvenes vivir felices y comer perdices). Pero esta felicidad no es completa; si Orfeo y Eurídice termina con ella regresando al averno al incumplir Orfeo la condición que le exige HADES, Leroux traza una analogía matando al hermano de Raoul, el conde PHILIPPE, convirtiéndose como en rehén que se cobra el Fantasma/Hades a cambio de liberar a Christine/Eurídice.
El conde es un ejemplo, por otra parte, de la hipocresía aristocrática decimonónica. Espejo cabal de la buena crianza de un noble-caballero de su época, empero su recto sentido de la moral victoriana no encuentra en absoluto indecoroso que Raoul (o él mismo) cortejen a las cantantes de la Ópera, gente que, por su extracción social, jamás admitiría en su círculo de amistades. Aun bien entrados en intimidades (léase: el juego de la bestia de dos espaldas), ni mirarían a esa mujer que tan bien les conoce.
En efecto, así era el Fantasma (Lon Chaney)
Leroux preña la obra de considerable número de nombres que se hacen relativamente capitales en la historia (como la SEÑORA GIRY o los nuevos directores de la Ópera, los respetables DEBIENNE y POLIGNY), e invita a buscar los párrafos en que El Persa desvela pasajes biográficos del Fantasma (como “las horas rosas de Mazenderan”), así como especular con esos personajes, apenas bosquejados (lo cual los hace más relevantes), que recorren los sótanos de la Ópera.
En cambio, el vivaz y poco ortodoxo estilo de Leroux se vuelve una losa cuando relata la vida y pre-romance de Christine y Raoul, toda esa matraca del ÁNGEL DE LA MÚSICA, cosa que nos desvela qué tonta es Christine. Pero, con gran caballerosidad, el autor escoge los adjetivos que eviten directamente mostrárnosla así. Y Raoul tampoco es un dechado de virtudes. Contrastado con El Persa (que sin cesar le previene del Mal que encarna el Fantasma, peligroso ante todo por su inconstante carácter), se aparece un alocado pueril que corre sin más a su muerte. Eso sí, haciendo de su último aliento el dulce nombre de su amada, lo cual excusa su imprudencia.

No así de bonito, como lo caracterizó
GERALD BUTLER (el LEÓNIDAS de
300) en una reciente versión

KILLERTOONS – UNA VEZ MÁS, EN SEVILLA

Acción psicodélica para anunciar su
exposición. ¡Mucho éxito, jóvenes!
Poco puedo añadir a lo hasta ahora mencionado sobre la audaz actividad-y-trayectoria de este colectivo de autores cordobeses que se parten la cara por promocionar su, desde luego, nada indiferente trabajo. En esta exposición, nuevamente enclavada en LA CARBONERÍA de la ciudad del Guadalquivir, les acompañan distintas y no menos reputadas firmas que, con su contribución, aumentan la importancia y calidad de esta iniciativa. (Muchachos, la próxima vez averiguad si me gustaría contribuir, aunque reconozco no estar a la altura de las figuras invitadas.)
Sin más preámbulos, su nota de prensa; disfrutad los que podáis verla:
Los más destacados dibujantes de cómics cordobeses exponen desde el sábado 26 de noviembre en "La Carbonería" de Sevilla, el lugar de ambiente cultural más famoso de la capital hispalense,  donde todos los fines de semana se abarrota de gente para escuchar el mejor flamenco y disfrutar de exposiciones de pintura, fotografia o lecturas de poesia.
Los dibujantes de KILLER TOONS, Raulo, MOI, Zonum-Killerwhite, Rafa Infantes, El Juan Pérez, Miguel Angel Cáceres y Mike Ruiz presentan una serie de ilustraciones relacionadas con el último número especial de su revista dedicado al humor negro. Zombis, Ovnis, Asesinos, Sicarios, Fantasías Sadomasoquistas, Versiones Vampíricas de los oleos de Romero de Torres o el humor gráfico más afilado son algunos de los coloristas y truculentos elementos que conforman ésta singular muestra de cómics e ilustraciones. La muestra permanecerá en Sevilla hasta el 23 de diciembre y se enmarca dentro de los actos del XII encuentro del comic y la ilustración.
KILLER TOONS es una mítica revista de cómics cordobesa con una edición muy cuidada y dedicada a un cóctel de géneros no aptos para paladares mojigatos. En sus negras páginas conviven el terror, la ciencia ficción, el erotismo, el underground y sobre todo mucho, muchísimo y despiadado humor negro.
Sobre todo, promocionarán su último y
palpitante número aparecido. No tiene
desperdicio, en serio. Está surtido de
variedad e interés
Tras 16 años de andadura, el cómic KILLER TOONS ya ha sido premiada como "Mejor Revista Andaluza" en el festival IMAGINAMALAGA. KILLER TOONS es un caso peculiar dentro del mundo de los cómics ya que sus 6 miembros fundadores (RAULO, MOI, ZONUM, MIGUEL ANGEL CÁCERES, RAFA INFANTES Y EL JUAN PÉREZ) actúan al estilo de un grupo músical como un equipo fijo y compacto. Ellos se encargan de absolutamente todos los aspectos necesarios para que cada nuevo número vea la luz año tras año. En esta segunda etapa de la revista, nuevos "canallas" se han unido a la banda, como KILLERWHITE, TITO ALBERTO, MIKE RUIZ O MANUEL AMARO. Pero aún hay mas, se codean con invitados de postín del mundo del cómic, la literatura y el humor gráfico que aparecen en las páginas de KILLER TOONS como artistas invitados: SANCHEZ ABULÍ, creador de Torpedo 1936, CRISTINA VELA, KAP, ERMENGOL, MALAGÓN, DAVID VELA, JESÚS TISCAR, EL BUTE,  son algunos de los ilustres nombres que han pasado por sus páginas. La muestra "killer toons en la carbonería" incluye una serie de ilustraciones de los autores de la revista que incluyen parodias de óleos de Romero de Torres, Zombificaciones de personas reales,  alegorías kistch a la capital del vicio, Las Vegas, estampas de una futura invasión extraterrestre y viñetas del humor gráfico más descarnado.
La Carbonería - c/ Levíes, 18 -41004 Sevilla
Tlf.: +34 954 229 945 - Fax: +34 954 500 591

Vuestro Scriptor.

viernes, 18 de noviembre de 2011

SKYLINE - REPUESTOS

El afiche lo confirma: es el fin del mundo
como jamás se imaginó
Pues esta película de COLIN Y GREG STRAUSE me ha roto los esquemas. Ya sabía que si efectivamente una invasión extraterrestre sucedía, su superioridad tecnológica nos acabaría arrollando al poco tiempo. (Por eso, muchos científicos intentan tranquilizarnos alegando que tales entes son pacíficos. -Como si supieran qué piensan seres con una biología distinta a la nuestra, cuya cultura es inimaginable. ¿Y si nos ven como a los infusorios que anadean en la placa bajo el microscopio, vida, pero sacrificable?-) Pero, hasta ahora, Hollywood se las ha apañado para darle, aun in extremis, la vuelta a la tortilla. Ejemplos:
INVASIÓN A LA TIERRA está planteada como un azaroso rescate por L.A. a cargo de un pelotón de marines que combate con una fuerza alienígena hostil de la que lo desconoce todo y descubre (milagrosamente) sus puntos flacos, permitiendo un prometedor contraataque. En INDEPENDENCE DAY nuestro poder aéreo mundial, bajo el inexcusable liderazgo americano, propicia el triunfo. Pelea, batalla, explosiones y escombros para inducir catarsis y confirmar que somos la raza number one del Cosmos. Esto no ocurre en Skyline.
Diez minutos antes de juerga y cachondeo... y ahora tienes
palco privilegiado para ver la increíble invasión
Por otra parte, estrenan últimamente demasiado material de la Tierra atacada desde el espacio. ¿Nos están avisando de que ALGO viene y mejor hacemos preparándonos? ¿Intentan despertar algún gen neurótico en nuestro interior para cavar refugios y acaparar existencias? ¿Prepararnos para resistir? ¿Desplegaron ante nosotros cierta baraja de ‘conquistadores’ como visajes de realidades paralelas que sugieren: Fíjate cómo les fue y anota aciertos y errores. Evita repetir estos últimos?
¡No mires la luz, que te pone malo! (Y te ofusca, y deseas
entregarte al invasor)
De las que, hasta ahora, he podido comentar, Skyline me parece la más desesperanzada y siniestra, la que, hipotéticamente, se ajustaría más a la realidad. Demuestra lo inermes que estaríamos ante un invasor espacial. Skyline recuerda, también, a ese cine de los años 1950, de cuando las películas de insectos gigantes y los plateados platillos volantes, donde cabezudos con los sesos al aire raptaban humanos para hacer extraños experimentos, enmascarando analogías de la Guerra Fría y el MCCARTHYSMO.
El héroe, JARROD (ERIC BALFOUR), se intuye algo
chungo deslizándose a su espalda...
El filme apela al terror que carcomería a la gente en las primeras horas de la invasión, donde desde tu terraza eres espectador con palco de la tragedia. Acortamos presupuestos en batallas, haciendo unas pocas pero intensísimas, y así al espectador le parecen el doble de impactantes cuando lleguen (Skyline costó once millones de dólares; técnicamente, es EL MARIACHI de las películas modernas de invasores). A falta de tracas y tiroteos, llenamos el resto con un ágil/hábil estudio de los integrantes del elenco y las distintas facetas como se entiende la invasión; qué miedos, reacciones, heroísmos, acometerían.
Sin advertencia, sin provocación, limitándose a lo suyo,
aspirando las multitudes a su barroco interior
Había margen de maniobra, y podría haber salido algo notable. Lo finalmente filmado se acerca, pero no llega. Hay asomos de esa tensión dramática, lo que en falso aseguran aparece en FALLING SKIES, pero sus autores entendieron que “tragedia” significa “muermo”, lubricado con un par de tiroteos. También Skyline homenajea LA GUERRA DE LOS MUNDOS, concretamente cuando el narrador y el CURA quedan encerrados y al borde del pozo donde los marcianos desarrollan su rutina, recurso que H.G. WELLS empleó para mostrar aparatos y seres espeluznantes.
Y hay algo en el protagonista, JARROD (ERIC BALFOUR), que no termina de encajar. No contacta. Es un ‘tirado p´alante’ de discoteca. Al final quizás ese carácter áspero sea el que le saque del atolladero, aunque se lo han puesto francamente difícil. Pero, no, no le ves de héroe.
TERRY (DONALD FAISON) y CANDICE (BRITTANY
DANIEL) ya muy estresados por los acontecimientos
Hay que reconocerle inteligencia a la trama de Skyline, que podría resumirse como que imagínate a los pencos de SENSACIÓN DE VIVIR encerrados en uno de sus elitistas complejos de rascacielos y a quienes les corta el rollo una invasión extraterrestre. Sin previo aviso. Sin SEÑALES de advertencia. Las primeras horas son tan impactantes que permiten a los agresores apoderarse por aspiración o auras de energía de la población en masa, engulléndola sus naves (enormes, barrocas, plagadas de luces extrañas hipnóticas/cegadoras), sin duda con nefasto propósito.
El sufrido conserje OLVIER (DAVID ZAYAS) boquiabierto
con la siguiente sorpresa que desembarcan los aliens
Plantear la cinta así (gente pija/superficial, al margen del dolor, despertando a él de modo abrupto, sin paliativos) habría constituido un acierto preñado de ironías. Se intenta, pero no se consigue. Se trabajan más las secuelas del error (como quedarse atrapados en la azotea porque se olvidan de calzar la puerta, que se abre solo desde dentro), lo impulsivo (TERRY -DONALD FAISON-, con su potente descapotable, aplastado por la pata del gigante engendro cyborg –los aliens parecen combinar elementos de distintas especies, empotradas en un esqueleto artificial, lo que hace suponer que un SKYNET del espacio, según conquistaba planetas, se apoderaba de los rasgos más eficaces de sus habitantes, incorporándolos a su diseño original-, que antes de salir en tromba pudo mirar si la calle estaba despejada), el encierro en el apartamento.
La Tierra al fin contraataca, y con armas nucleares que,
por desgracia, se demuestran ineficaces
Allí apreciamos un decaimiento en la trama. De la pareja protagonista, Jarrod y ELAINE (SCOTTIE THOMPSON) nos surten de bastantes datos, así como de la relación adúltera de Terry con CANDICE (BRITTANY DANIEL), pero del conserje OLIVER (DAVID ZAYAS), que aplasta al alien con el coche, pretexto para mostrarnos qué quieren los extraterrestres de nosotros (¡nuestros sesos!), ¿qué sabemos? Ese hombre, ¿tiene familia? ¿Le preocupa qué les ocurre? ¿Cómo lo estarán pasando? ¿Les cuenta entre los fallecidos? ¿Qué?
Jarrod y ELAINE (SCOTTIE THOMPSON) tratando de
escapar por la azotea...
Lo limitan a ser una especie de equilibrio o freno para los arrebatos de Jarrod, que padece esa extraña mutación progresiva, y al que en principio le sentó como una bomba saberse padre, así como le revientan las conductas conservadoras de Oliver, cuya frialdad y serenidad son totalmente envidiables, teniendo en cuenta qué desgarro debe sufrir ignorando el paradero de los suyos en tal trance.
...único sitio que el gigantes les permitía. El sacrificio de
Oliver intentando destruirlo resultó, véase, inútil
Otro detalle de Skyline está en que el Alto Mando no se corta un pelo y emplea un arma nuclear en una zona densamente poblada; en pleno Los Ángeles estalla una y derriba al gran aparato alienígena que, para horror de todos, vuelve a levitar reensamblando sus fragmentos según asciende. Eso sugiere que, más adelante, emplearán artefactos aún más poderosos, acometerán más grandes sacrificios civiles.
Un último momento para la ternura, antes del fin
Skyline quizás no sea la mejor película del mundo, en efecto. Pero acumula demasiados aciertos (y más en función de su coste) como para haber concitado este rechazo. En serio, no lo entiendo. Se encomian porquerías mayores.
Vuestro Scriptor.

Documentación adjunta:

Impresionante fotograma que muestra la intensa labor de
cosecha de los alienígenas por los grandes cascos urbanos