domingo, 21 de agosto de 2016

LOS TRES MOSQUETEROS (2011) — OTRO RETAL DE PELÍCULA

Afiche. No me creo a ese RICHELIEU
Por razones ajenas al caso, últimamente sólo veo retazos de películas. Esta vez, una nueva adaptación de la inmortal obra de ALEJANDRO DUMAS, padre, el conocido dramón de capa y espadas protagonizado por cuatro audaces mosqueteros al servicio de no recuerdo qué rey LUIS,  uno pomposo y luminiscente, que tuvo que cargar con las intrigantes conspiraciones del CARDENAL RICHELIEU, villano muy a mano para según qué circunstancias, hambriento de poder so pretexto de la grandeza de Francia. Como lo de que Norteamérica (u otra nación) podría cometer cierta tropelía amparándose en que lo hizo por mor de la seguridad nacional.

Eso es capa que todo lo tapa.

Este Richelieu, empero, parecía más un engreído petimetre de rojo que la letal figura transmitida por los cuadros, y sobre todo, la Historia. CHARLTON HESTON dio más la talla que el actor que, en esta adaptación de PAUL W. ANDERSON, le encarna.

Nuestros héroes. Por el tenor retrofuturista de la cinta, me
extraña que no lleven panoplia moderna y usen móviles
A lo que voy, no obstante, es a la adaptación en sí. Lo poco visto, contribuía mucho en lo que pretendo reseñar. Corto comentario, que andáis locos por la playa u otros destinos de descanso estivales.

En esto que el aniñado/pomposo/indeciso rey Luis a la sombra de Richelieu aguarda, con ostentosa pompa, a BUCKIMGHAM cuando, ORLANDO BLOOM, caracterizado de CAPITÁN BLOOD, aparece en una galera voladora. En efecto, así, como lo cuento: un barco a vela bajo un gigantesco globo steampunk. Y hace una vacilada tremenda, poco diplomática, chuleándose de su majestad y demás concurrentes. El invitado abofetea impunemente a los anfitriones, que encima, le ingieren este zurullo.

Luego, la famosa MILADY, bajo batuta Anderson, despliega destrezas de esgrima KILL BILL para asesinar a varios guardias de palacio y, esta vez sí, estrenar cierto equipo steampunk, cometiendo un atraco a continuación. Y pensé:

No me extraña que MILADY despliegue esta actividad; ya
venía fogueada de las penurias RESIDENT EVIL
Los tres mosqueteros ha sufrido innumerables adaptaciones. Memorables, buenas, pasables, detestables. Pero ¿a qué grado de mutación la están sometiendo para poder: A) destacar de los precedentes; B) atrapar nuestra atención, haciendo atractiva su conocida trama? ¿No es aberración de grueso calibre lo que había filmado Anderson?

Si Los tres mosqueteros lo hubiera escrito JULES VERNE, ¡vale! El amo del vapor y el acero remachado por doquier, heraldo de la electricidad decimonónica, habría concebido la galera-globo y los chismes steampunk de Milady. Pero ¿Dumas, padre? ¿De veras deben aplicársele al relato esos inventos revolucionarios? Nuevas generaciones de espectadores, enemigos de la literatura, acabarán aceptando como naturales estas alteraciones, así como las acrobacias bélicas tomadas, un intento desesperado de: A) emular al frenético cine de Hong Kong; B) imitar THE MATRIX.

Bueno; en este plan, todo vale. Bien por lo fantasioso del
giro al relato; mal porque revienta la leyenda en sí. ¿Se
ganaron
LA ROJA INSIGNIA AL VALOR empleando
armas nucleares? ¿Por qué no iba a ser posible?
Porque, sugiere el asunto, si no aparecen danzarines fetish empuñando armas afiladas o automáticas para abatir legiones, la película ni merece verse. Insisto: lo llamativo es la forzada inclusión de elementos atípicos, que causan discordia rimbombante, por su naturaleza disonante. ¿Veremos, en eventual adaptación de BEN-HUR, a él y MESSALA compitiendo en romanizadas vainas estilo LA AMENAZA FANTASMA? ¿Un duelo a sables de luz (con la parafernalia, no obstante, ‘de su época’) entre ROBIN HOOD y el SHERIFF de Nothingham? ¿HEIDI acude a casa del ABUELITO en autogiro steampunk?

Desde cierto punto de vista, darle este revolcón ‘retrofuturista’ a la obra de Dumas, padre, tiene su aquél. Pero ¿no estamos excediéndonos, desesperados persiguiendo la atención de un espectador que todo empieza a verlo deleznable, de fastfood, debido a la inercia de la velocidad que impone el consumo salvaje de imágenes de internet?

domingo, 14 de agosto de 2016

KEVIN SMITH — Y OTROS EMPRENDEDORES

Afiche de la secuela, ajá, sí. Pero es que
esa leyenda de cabecera, tan a
wevo de
este comentario... Irresistible
El reciente visionado de su ópera prima, CLERKS, me refrescó las tantas vicisitudes que superó este freakie realizador de cine norteamericano para poner en fotogramas su guión. Kevin es ‘uno de los nuestros’, conviene puntualizar. Tendente a las charlas, al coleccionismo de cómics, querencia por las figuras de las viñetas a las que, sin embargo, sabe poner crítica y ácida distancia para obtener sano criterio. Degusta buen cine. Fijo que sus cien pelis favoritas son, más o menos, las que nosotros apuntaríamos en la lista.

Pero prefiero resaltar más el arrojo que demostró para materializar Clerks. Parejo al de SAM RAIMI o ROBERT RODRÍGUEZ con EL MARIACHI, que importó seis mil dólares. Una cinta de acción de casi noventa minutos, seis mil pavos. Eso, le dijeron a Rodríguez, es lo que cuesta el montaje del tráiler publicitario.

Otro hito del cine guerrillero económico
¿Podía hacerse? Se hizo
Kevin vendió parte de su colección de tebeos para financiar Clerks, odisea de un joven dependiente al que marran su día de descanso, pretexto que Smith aprovecha para mostrar un amplio repertorio de personajes (comunes, exóticos, impresentables, descollando JAY y BOB EL SILENCIOSO) y su habilidad para tejer elaborados y brillantes diálogos que, en la mayor parte del metraje, constituyen su columna vertebral. Ya presenta su inquietud por las relaciones amorosas, qué azarosas pueden llegar a ser. Y la resistencia del varón a abandonar la zona de confort de sus fetichismos (filmes, cómics, hockey…) para entrar en el complejo mundo adulto del noviazgo.

También pidió prestado dinero y creo que trampeó un poco sus tarjetas de crédito para obtener los veinticinco mil machacantes que costó Clerks. No sé qué esperaba Kevin al plantearse esta aventura: si estrellarse en Sundace, o ganar gloria. El riesgo se saldó, ya sabemos, con su estatus presente. Lo cierto es que algo le reconcomía, este filme, y quería darle salida; la fiebre típica del auténtico creador, que no mira insignificancias con tal de brindarle a su criatura medios de expresión.

Y qué decir se ésta; en su momento, la EL
MARIACHI del cine de terror. ¡RAIMI,
espejo de autodidacta emprendedor!
Recordé mucho a estos realizadores y el coraje manifiesto en la fe de su proyecto, y a qué extremos llegaron por tal de materializarlo, pensando en aquellos que abundan por ahí pretendiendo hacer una peli. La primera. Y todo son obstáculos para ellos. Quejas. Lamentos. Llantos. Falta de iniciativa, de agallas, arrojo, compromiso. Por ejemplo: ¿que tienes que rodar, por no sé qué contratiempos, en B/N tu remake de, no sé, una cinta francesa de suspense (¡copiando a otros, encima; vaya “originalidad”!)? ¡Mira qué drama! Bueno, ¿cuántas meritorias películas no están filmadas en B/N? ¡Clerks, para empezar!

¡Qué aires suelen darse esos personajes! ¡Vaya humos! ¡Menudos Mr. Hollywood están hechos! ¡Atrás todos: llega El Marquesito Cineasta! ¡La grandilocuencia del celuloide! Inculto amateur flatulento, ¡robando trabajos ajenos!, sin tablas, experiencia, formación, intentando equipararse a los Grandes. Sin arriesgarse, sin poner de su parte más que su desmesurado pero frágil ego, cuyas quejas demuestran qué poca autoestima posee. Cuando hablan del fracaso al arrancar el proyecto, exponen una neurosis de acosos y persecuciones que sólo excusan su desproporcionada vagancia.

Y, en su momento, MAD MAX llamó la
atención por su ajustado presupuesto
¡Sollozo afeminado por lo del B/N! Bueno, a veces, el B/N resalta más las expresiones de los actores; preguntad, si no, a TIM BURTON por ED WOOD. Rodada en B/N ex profeso para eso: acentuar el clímax emotivo.

Estos Marquesitos Cineastas, a los que hay que bajar de las nubes (porque, por menos, ¡ha muerto gente!) parecen, pese a su oronda perorata de ‘conocimientos del medio’, ignorar este dato. ¡Vaya con las “prometedoras nuevas firmas” de nuestro cine! Deben recibirlo todo ya mascado. Que otros se partan los cuernos haciendo su trabajo. ¿No son de envidiar, así, a tíos como Sam, Kevin o Robert, emprendedores DE VERDAD?

lunes, 8 de agosto de 2016

DÍAS EXTRAÑOS — ASESINATO EN 8 BITS

El afiche que hace Propaganda de la
realidad virtual, tan en boga ahora
Termina haciéndose tediosa esta propuesta BIGELOW/CAMERON pese al prometedor inicio. Porque llega un momento en que ignoras qué trama debes seguir, es la buena. Dos subtramas adicionales envuelven a la principal, llegando a enredarse entre sí tan fuertemente que pierdes la pista a todas, donando esa sensación de: esta película, ¿qué está intentando contarme?

Embrollo presuntamente futurista de una Norteamérica distópica con tropas en las calles (muy al estilo de AMBIENTE; algunos momentos parecen calcados de la novela). Ayudan a la policía a reprimir un fuerte clima de revuelta popular que denuncia injusticias raciales, situación similar a la que Estados Unidos vive estas últimas jornadas. La larga sombra de RODNEY KING, no obstante, es la que imprime ese aire de apoqueclipse y sublevación negros-contra-blancos que describe el filme.

Seguimos, al declive de 1999, al buscavidas LENNIE NERO por las turbulentas calles de un Los Ángeles que frisa el tercermundismo. Sus ciudadanos aguardan la llegada de 2000 como árnica que calmará todas las violencias tribalpunk que estremecen a la Meca del Cine. Debemos inferir que a todo el cuero de Norteamérica, como eco de lo que sucede a la sombra del rótulo de Hollywood.

Por una vaga estética BLADE RUNNER, LENNIE NERO
huye de todas las revelaciones que pueden matarle
Nero vende videoclips sensoriales piratas/ilegales. Te enchufas un casquete lleno de superconductores neuronales nosequé, y revives nítidamente las experiencias snuff que ha grabado gente a cambio de pasta. Por supuesto, barremos todo el espectro: desde las perversiones sexuales a los crímenes sangrientos. Persecuciones con la pasma, tiroteos, atracos, etc. La Humanidad en su desnuda esencia.

Nero es un elemento expulsado de la policía. Va tirando/trapicheando por los antros y los personajes más marginales que puedas imaginar. Siempre amenazado de recibir una paliza, por cualquier motivo, luchando por embaucar a quien sea y obtener un pequeño plazo más de tiempo que le permita… No sabe qué. Avanza. Sin parar. Enganchado a la inercia de una rutina que es su auténtico modus vivendi. Hasta que, involuntariamente, lo implican en una ristra de asesinatos cometidos por polis racistas. Todo su tinglado: al carajo. Y él, puede morir a continuación.

La chófer salva su pellejo varias veces; a cambio, Nero la
putea con su carácter de fracasado suicida. Ella casi llega
a ser mártir de la causa negros-contra-blancos esbozada
al final de la cinta
Es entonces cuando la película se enreda sola con su trama y subtramas. Está el curso de la investigación de Nero por la muerte de la fulana amiga suya que grababa esas cosas para vender los clips snuff y que lo mete en problemas. Luego, el asesinato del rapero, que sitúa en ese rictus erectus de sublevación a la población negra de Los Ángeles. Después, los tejemanejes de esa especie de socio de Nero, que resulta otro asesino. Todo va retorciéndose (junto con la complicada relación con la chófer-guardaespaldas de japoneses que buscan sex in the city, según la visitan) hasta convertir Días extraños en un amasijo de datos y detalles que esperan resolverse con el tiroteo del final habitual de estas producciones.

Calma, chicos, todo ahí quedará aclarado. Y ocurre al final, pero cansados de intentar averiguar qué argumento seguir para hacer que la película se inscriba en los anales, sea de la ciencia ficción, el cyberpunk, o las distopías. O hasta de la crítica social contra las actuaciones gubernamentales abiertamente racistas.

Con socios como éste, no necesitas lavativa. En serio
Porque se apela a eso para darle mayor lustre a la cinta: presunta crítica a un sistema que sigue considerando “inferiores” a ciudadanos por el color de la piel y que, para mantener a toda costa ese estatus de blancos privilegiados, meterá los blindados en las calles y efectuará cuanta represión sea necesaria, hasta transformando la Tierra de las Libertades en una dictadura con campos de concentración para negros e hispanos. Más tarde, los chinos. Habrá alambradas para todos. No os inquietéis. Pero, aunque intenta contar esto también, Días extraños no cumple ese cometido con eficiencia tampoco.