sábado, 7 de junio de 2025

ZEUS CONQUISTA EL OLIMPO — MITOLOGÍA: LA HISTORIA INTERMINABLE

 

Portada del volumen comentado.
Notable por la riqueza de su
prosa y los sucesos narrados

Gredos, reputada editorial por la calidad de sus libros sobre estos temas inmortales, se lanzó hace unos años a publicar, en formato serial, los mitos clásicos que suponen las primeras pruebas del deseo humano por dar tanto contexto como génesis al ancho e ignoto mundo (u océano, o el Cosmos) que le rodeaba.

El primer ejemplar de esta apuesta por alcanzar a un público más amplio y a quien le intimidaran los nombres célebres dedicados a la mitología “desde siempre” (HOMERO, VIRGILIO, HESÍODO, OVIDIO…) y, por tanto, declinara leerlos, es un libro bonito, didáctico/dinámico, de excelente prosa llena de buenos/ágiles verbos que procuran ilustrar/cautivar al lector mediante construcciones de la fantasía hechas con un solvente estilo, obra de MARCOS JAÉN SÁNCHEZ.

Deleita su erudición; los iniciados en la literatura vamos a deleitarnos con el aparato de adjetivos que emplea para efectuar sus descripciones. Este volumen tiene formato de historia pulp, tanto por su extensión, como por cuanto relata de preciosista modo.

El pulp va de bizarros sujetos en arriesgadas misiones cuyos escenarios tienen cierta “irrealidad”, pese a su tramoya de ladrillos y vigas. Un sondeo profundo de la Mitología (incesante légamo fecundo de historias; dependerá del autor darles grandeza o miseria) permite apreciar que es un pulp megalómano donde los heroísmos los realizan criaturas divinas, o semidivinas, tocadas de extraordinarias virtudes. ¡Los más poderosos!

MARCOS JAÉN SÁNCHEZ
en las ondas; supongo que
publicitando parte de su
prolífica actividad

Desde su génesis, registra la guerra, la traición, la posesión la Mitología Griega (enésima actualización de otras muchas que habían ido refinándose desde su remotísimo origen en la hoguera del cavernícola). Un arriesgado acto de heroísmo pretendidamente libertador se troca pronto una “necesaria” tiranía para mantener un orden que debe perdurar eterno, según dispone el ejecutor del acto, CRONO en este caso.

De hijo responsable que quiere liberar a su madre GEA, la Tierra surgida del Caos, que se sintió necesitada de un contenedor (el Cielo, al que concibió para sujetar y retener), pero fue sometida por URANO y sus cada vez más posesivos excesos, Crono se convierte en dictator benevolente que va desplegando los tics paternos, y que el miedo a la maldición lanzada por Urano va convirtiendo en más dictator y menos benévolo.

ZEUS aparecerá según Destino para derrocar al padre caníbal e imperar desde el Olimpo con un sucedáneo de justicia sobre las criaturas que habrán de venir, los mortales, con frecuencia víctimas de sus volubles sentimientos hacia nosotros.

La riqueza de los mitos, en cuanto a lo fantástico, lo excesivo, lo vil, lo gentil, contrasta con el severo mito monoteísta que es Dios (o YAVEH, o ALÁ), instalado como CROM en su montaña y emulando, a través de una caterva de santos y protosantos, a Zeus u ODÍN y sus pobres proles. PANCREATOR, pese a lo que el clero afirme, es una imperfección celestial que demuestra Sus fallas en la existencia de SATANÁS y su rebelión.

De los más recientes estrenos cuya
base está radicada en la Mitología.
Nunca cesará de dar argumentos la
más antigua narrativa conocida

¿Por qué la permite? Oh, sí, los curas glosarán excusas “convincentes” que justifiquen no sólo esa rebelión, sino LA NECESIDAD de que exista el ADVERSARIO, sus huestes, y el tenebroso Infierno. Pero la realidad es que Dios no es omnisciente ni omnipotente. No previó la rebelión, ni la impidió; dejó se desgarraran los Cielos en una guerra (la TITANOMAQUIA judeocristiana) con objeto de ¿dar una lección? Creó a los ángeles, ¿cierto? ¿No advirtió la pecaminosa impureza en el corazón de LUCIFER y sus leales? Eso prueba la falibilidad de un mito con el cual el clero nos ha aterrorizado durante siglos (para su beneficio, en uno u otro sentido) y que disfrazan sin embargo de “prueba” para templar nuestro espíritu, requisito para admitirnos en el resort del Paraíso. Basura.

A elegir, prefiero (pese a su peligro) los mitos “paganos” que, al menos, sabían divertirse. No como esos santos beatones revolcados en su austeridad, repleta de mierda y miseria.