viernes, 15 de mayo de 2020

THOR Y EL PODER DE MJOLNIR — BUENO, BONITO, BARATO COSTÓ


Portada, El interior muestra un esmero
tan barroco, o casi, como la ilustración.
Puede satisfacer ciertos sibaritismos.
Libro, por otra parte, que desprende la
sospecha de basarse demasiado en los
TBOS de MARVEL
Gredos, editorial dedicada a la publicación de textos clásicos y/o mitológicos de calidad (tengo entendido), que extrema el acabado de sus libros, se embarca en la curiosa aventura de acercarnos aún más los mitos novelándolos. SERGIO A. SIERRA (no sé quién es este señor, de dónde sale, qué méritos acopia para dedicarse a esta empresa, que finaliza con éxito) escribe una especie de elegante pulp sobre Thor, Dios del Trueno y santo patrón del jueves (Thursday), que recrea, pienso que un tanto al albur de sus tantos lances, una andanza del irascible dios nórdico pelirrojo en la búsqueda de su madurez y la Tierra de los Gigantes como inicio de esta colección.

Implica a acomplejados humanos en su viaje (dos hermanos, que terminarán siendo sus criados en su mansión de la feérica y rutilante Asgard). Acompañado por LOKI, pernoctan en una mísera granja que parece víctima de lo que la del cuento El color que surgió del espacio (desidia, entes extraños inmersos en la niebla que cotorrean en abrupta lengua aterradora, cultivos agostados…), y el dios ofrece un banquete… digerido con unas hazañas narradas con ágil prosa, buenos momentos y cuidadas descripciones del mundo fantástico donde suceden los principales hechos de esta fábula.

Una que, descubres, no versa tanto sobre Thor como sobre Loki, quien engulle un buen puñado de páginas con sus perversos tejemanejes tratando de fastidiar a todos, porque no queda tan claro que aspire al trono del cabalístico dios tuerto ODÍN para gobernar Asgard, los Nueve Mundos y bailar sobre la tumba de Thor, a quien mató.

SERGIO A, SIERRA, autor, con otro de
sus vástagos literarios. (Quizás el que le
permitió realizar estanarración)
Loki parece el auténtico protagonista del libro. Thor es un nombre resonante (más ahora, merced a las películas), con glamour, para cebar nuestro interés (un inocente engaño), quien hace o deshace desde su impulsividad, furia y volátil carácter, demasiado bravo. Le enemista con la diosa SIF, su prometida, otro motor de estas peripecias, y víctima del protervo sentido del “humor” de Loki.

Repasado el curso de los eventos, qué trascendencia el martillo encantado Mjolnir va a tener en el futuro de Asgard y las conjuras de Loki, comprendes que él mismo, de qué modo retorcido se la juega el Destino (o la misteriosa voluntad del PADRE DE TODOS, que ésta tendremos aún que presenciarla), es autor de sus desgracias.

Para pagar sus agravios tanto a Sif como a Thor, debe procurar distintos espectaculares presentes (a modo, otra búsqueda). Uno será Mjolnir. Sin duda, en ese momento, no podía sospechar cuánta importancia tendrá en su porvenir el arma que invoca tormentas. Pareciera como si, subconscientemente, buscase el objeto de su castigo, pues pese a la maldad de sus actos o corazón, siente Loki debe ser… castigado. Y “elige” ese flagelo.

La mitología es, sin duda, fecundo légamo para relatos. Posee abundante simiente como para proporcionarnos, aun hoy día, numerosas tramas que, llevadas con habilidad, puedan arrebatar al lector. (¿Ejemplo? Este libro.) Al fin y al cabo, GEORGE LUCAS dixit, las historias que mejor funcionan son las clásicas. (¿Qué ha pasado con la “Nueva Trilogía”? Se volcó al feminismo y la diversidad antes que a contar mitología —en esencia— y la ha ca*ga*do.) ¿No es la mitología el Clásico de los Clásicos?

Un fotograma de una de las pelis de THOR. A modo, recrea
la vigorosa e impulsiva naturaleza del DIOS DEL TRUENO,
que tan pingües beneficios está cosechando en pantalla
Amor, violencia, traición, hechos maravillosos, gestas heroicas, artefactos fantabulosos, espectaculares monstruos devastadores… todo está ahí. Aunque el género fantástico (en general) es despreciado por críticos esnobs y pretenciosos, conviene recordarles que las primeras narraciones fueron fantásticas. Mitológicas. El esfuerzo de contar sus orígenes al ignaro Hombre, el del mundo, los acontecimientos astronómicos, los terremotos, etc., fue mediante fantasía y épicas. Un gesto de humildad por su parte sería reconocerlo, como admitir que su Alta Literatura suele aportar grandilocuentes aspavientos. La fantasía nació antes, y nos acompañará hasta Ragnarok… y más allá de la Cúpula del Trueno.