martes, 18 de abril de 2017

THE AMAZING SPIDER-MAN 2 — IRON MAN.02

Afiche. Tensión, peligro, alto voltaje en el
luminoso Times Square neoyorkino
El aparatoso derroche de millones en elaborados SFX que hacen real lo intangible, no disimula (al menos, para mí) qué aburrida es esta película cuya factura supera con creces los trabajos previos de SAM RAIMI.

Pero recordemos: Raimi recogió el testigo una vez Sony negó a JAMES CAMERON la exorbitada cantidad presupuestada para adaptar Spider-Man a la pantalla de plata. (Creo que lo que pedía rebasaba algo el coste de TERMINATOR 2 y, seguramente, es lo que, al final, han invertido en este Spider-Man 2.) Escogieron a Raimi porque podía hacer películas que parecían de cien millones con diez.

Raimi, amante de las viñetas, de este personaje también, realizó lo mandado con lo mínimo-nimio. No sé si, en su fuero interno, luego se diría que, triunfando, dispondría de más $ para realizar proyectos de envergadura, que le dieran respetabilidad, más que reputación, o secuela de Spider-Man con más medios.

Arrolló. El riesgo corrido era grande. Pero la fortuna apoya a los preparados. Raimi lo está. Cierto: tiene firma definible que agradecen sus fieles. Por ella, sobresale del resto, comercial pero anodino (tara que aqueja a la literatura), y que no se distinguirá por nada nunca. Al mismo tiempo, empero, esa firma característica perjudicará siempre su carrera. Aunque dirigiera un LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ que supere al clásico, siempre será el tío de POSESIÓN INFERNAL para la crítica de alcurnia.

Fotograma alegórico interesante: Todo el mundo será tuyo
si te arrodillas y me adoras, tentó SATÁN a JESÚS. En este
caso, Satán son los superpoderes. Mas PETER PARKER
también rechaza la tentación
Y sus Spider-Man (aun el inefable tercero) dejaron huella, secuela, presencia difícil de olvidar que estas nuevas películas, pese al entregado hacer del equipo, no consiguen borrar. Primero, y desde mi prisma particular, el chaval que hace de PETER PARKER no es Peter Parker. TOBEY MAGUIRE sí era P.P. Reflejaba la imagen de ese chico tímido/apocado víctima de los obtusos matones del cole, que ama a la bella del instituto desde lejos, deprimido por las nociones de su humilde extracción, las condiciones sociales que le rodean, las negras/nulas perspectivas laborales posteriores.

Y, de pronto, ¡accidente cósmico marveliano! Obtiene ¡superpoderes! Una máscara. Y, con ella, nueva identidad diametralmente opuesta a la que ofrece día-a-día. Con la careta puesta, emerge algo reprimido que no es malo, sí insolente, audaz, descarado, altruista y valeroso como pocos en la Historia pudieron serlo.

Haciendo amigos y vecinos, salvo que éste está gagá y
a base de ansiolíticos también. Distorsiona la realidad, no
tiene autoestima... será supervillano eléctrico perfecto
El nuevo Peter Parker es la identidad enmascarada sin antifaz. Tiene todas las trazas de ser un chulo contenido que pretende le veamos como el chaval amilanado/agobiado-esmirriado con los problemas de salud o financieros de la sufrida TÍA MAY. Se pone la máscara aunque no la precisa. Por los tics del personaje, es valeroso, audaz, heroico, etc. Pero su identidad secreta: lo desmiente.

Han buscado su Reverso Tenebroso: ELECTRO, que frisa emular al indestructible/quasitodopoderoso DR. MANHATTAN. Muestra además semblanzas con el PROFESOR CHIFLADO de JERRY LEWIS, un mangoneado nuncanada que sufre ¡accidente cósmico marveliano! trocándose inédita amenaza letal. Cuanto guarda su identidad civil tiene garras, que usa sin mesura, siendo malvado a plazos o tiempo completo. No como el sufrido Peter Parker, que bien pudo imitarlo. Pero eligió el Bien.

¡Tres supervillanos en esta peli! Sí que está fuerte SPIDER-
MAN esta vez. Aunque, para lo que hace este DUENDE
VERDE, haberlo reservado para otro título
Tampoco es agraciado este nuevo DUENDE VERDE, que está casi para “matarnos” a la pobre GWEN STACY, y luego patrocinar una cuadrilla de siniestros armadurados que despiden entera la influencia que Iron Man está teniendo en el Marvel de cine. Para que comprendamos qué le hace enloquecer, justificar sus crímenes, entregándose a la villanía, le dibujan como un inadaptado niño rico que pierde la fortuna por codiciosos tejemanejes corporativos, la chaveta y tiene una enfermedad genética terminal. Pauvre!

De colofón, aparece el (cyber)RINOCERONTE. ¡Mucha leña, para tan poco leñador! Recapitulando: la larga relación emotiva con Gwen, junto al viacrucis personal de Peter, alargan demasiado una aventura a la que la salva la factura técnica. Pero por poco.