jueves, 30 de octubre de 2014

THOR, EL MUNDO OSCURO — ENSEGUIDA, EL RAGNAROK

Vistoso afiche, compendio de las
sorpresas que contiene el metraje
Secuela más agradecida y vistosa que la dirigida por KENNETH BRANAGH. Aquél construyó un artificio wagneriano de inefable solemnidad que fue vaciándose según el metraje avanzaba. El actual realizador, ALAN TAYLOR, ha pilotado un vehículo más familiar y todoterreno, en comparación al Mercedes de Branagh. Mucha apariencia; escaso resultado.

Sigue surtiendo trama el material gráfico que WALT SIMONSON dibujara, a finales de Década 80, sobre el vehemente mito nórdico, encarnado por CHRIS HEMSWORTH de nuevo. En esa celebrada saga del cómic (por ahí leí una crítica, un tanto puntillosa, en base al desagrado por el estilo de Simonson), aparecía una galería de personajes nuevos, mientras los ya conocidos recibían un tuneado que los saneaba o demostraba qué desperdiciados habían estado hasta entonces.

Ahí aparece MALEKITH (CHRISTOPHER ECCLESTON), villano “secundario” que, aliado de SURTUR, colaboraba para anticipar el Ragnarok (el apoqueclipse total nórdico) mediante ardides y combates que Thor, tan buenamente como podía, vencía o empataba.

THOR (CRHIS HEMSWORTH) dispuesto a dar caña. Eso sí,
con más mesura y justificación que en su "juventud"
Las deidades, o personajes, del natural de Thor no pueden ceñirse a sutilezas o mediocridades. Una gigantesca grandeza épica, inherente a ellos (para lo que fueron concebidos), los fuerza a combatir titánicos adversarios de talla muy superior a ellos. Branagh pareció no entenderlo. (Pero sigo pensando que fue culpa del autor del anterior libreto original, STRAWZINSKY, guionista —de cómic— de la “nueva hornada” que enfatiza la pose y un presunto “docto” diálogo, lleno de ‘erudición’ o ‘resonancias’, a la desbordante acción “clásica”.)

Thor padece mal de amores y lo comparte con su regio
padre, ODÍN (ANTHONY HOPKINS), quien, cuando no
toma su siesta, muestra su peor carácter
Edificó una primera parte llena de esplendor. Delineó poderosos héroes y contrincantes que, llegado el clímax, lo resuelven de forma apresurada, barata. Lo más “escandaloso” del tal momento cumbre era la “emulación” de Thor con JESUCRISTO, cuando se sacrifica por la Humanidad (del pequeño pueblo donde acontece la “batalla”) tras recibir el violento flagelo del DESTRUCTOR.

Los enfrentamientos con el acorazado rival siempre han sido espectaculares y dilatados. Bajo la férula de Branagh, todo termina ¡ya! Su wagnerianismo shakerperiano tenía limitaciones. Si Thor hubiera “matado” al Destructor declamándole un soneto del BARDO, aun un vigoroso parlamento de MACBETH, wunderbar!

MALEKITH (CHRISTOPHER ECCLESTON, el malo de esta
ronda de gestas asgardianas. Lo suyo: el Ragnarok
Pero tocaba batirse el cobre. Uf. No. Las dimensiones de la tarima no dan para tanto. Y esas son las exactas medidas del Thor de Brannagh: las de un escenario.

En la secuela ha ocurrido lo opuesto. El director ha recibido órdenes con respecto a la extensión del ring, y éste es el Cosmos entero.

No sólo ha gozado de espacio más amplio para permitir a Thor extender sus músculos y proezas. Empleando vaga autoparodia y dosis de humor más elevadas (rara vez afortunadas. Caso: la exasperante becaria de JANE FOSTER —NATALIE PORTMAN—), junto a un argumento que ha buscado sin reparos el espectáculo y lo fantabuloso (sin alcanzar, empero, la épica), incidiendo en la psicología de los principales participantes (lo más accesorios y borrosos, los TRES GUERREROS, ‘escuderos’ de Thor; el más trabajado, LOKI —TOM HIDDLESTON—), Taylor ha procurado alegrarnos la jornada, dejándonos con ganas de más secuelas.

Pelea de novios: JANE FOSTER (NATALIE PORTMAN)
abronca al mesomorfo: Pero contigo, ¿qué pasa? Te vas de
copas con el de la armadura y el del escudo... ¡y me plantas!
Se ha disparado tanto el frenesí de las luchas, más extensas y numerosas que con Branagh, como el aparato de mundos “increíbles” donde correr aventuras. Pero, de nuevo, destaca cómo se ha profundizado en los rasgos de los protagonistas. Se ha ahondado en ODÍN (ANTHONY HOPKINS), mostrándolo contradictorio y cruel, y HEIMDALL (IDRIS ELBA), camarada inesperado, así como FRIGGA (RENE RUSSO), enseñando de ellos facetas que les humanizan. No son entes unidimensionales. Contienen algo.

TOM HIDDLESTON va preparado como LOKI, sobre todo
en este cromo que le han montado de Master del Universo
Thor ha entrado en la espiral de lo reflexivo, bordeando lo trágico. Están siguiendo el argumento de la historieta basado en su querencia por la Foster, en oposición a los sentimientos de SIF (JAIMIE ALEXANDER), también más detallada que en la primera entrega.

Este Thor tenía difícil tarea ante sí: borrar la negativa impresión que dejó su predecesora. Con elegancia lo ha resuelto, ofreciendo ¡tralla! y ¡caña!, apoyándose en un armazón que tiene resonancias de saga de CORUM (la Conjunción del Millón de Esferas), pero aumentando su trascendencia con un genocidio estelar total.

¡Vaya EQUIPO-A para salvar el mundo! Desluce un wevo
la película. A ver si tomamos nota y los eliminamos luego
Más también se ha incidido en qué poco de mágico o fantástico tiene la serie de Thor. Elementos “sobrenaturales” entraban en contacto con diversas razas alienígenas, dotadas de HI/TECH avanzada, que empezaban a urdir la sospecha de que los asgardianos habían evolucionado merced a incorporar su tecnología a sus personas, trascendiendo, así, la mortalidad. Habían difuminado la frontera entre el laboratorio y la fe, creando singular híbrido. Ellos.

El destino de todo el Cosmos finalmente dependerá de un
martillazo bien dado... en este épico escorzo
Thor, el Mundo Oscuro, es honesta sobre sus fines. Divertir. Recuperar la notable inversión. Pontificar hacia el nuevo AVENGERS. No espera salvar nuestras vidas, o brindarnos un credo alternativo a los agotados actuales. Pide disfrutes del espectáculo y lo asimiles sin más. Aquí no hay trasfondo filosófico. Esparcimiento. Que no es poco.

¿En qué falla? En qué poca influencia en el colectivo tiene que una invasión extraterrestre medio asolara Nueva York. Todo sigue igual. Nadie toma medidas. Hasta en esa falta de coherencia, imita a los cómics.

Vuestro Scriptor.

Adjunto:

jueves, 23 de octubre de 2014

EL PODEROSO THOR, 4 - CALMA TENSA — REAL POLITIK

Portada de ALAN DAVIS, uno de los
atractivos del recopilatorio
Visto desde fuera, se puede sospechar que los engranajes de la producción tebeística estadounidense (en algunos títulos, como el presente) no giran tan correctamente como debieran, o se espera.

Este recopilatorio recoge unos números que desprenden interesante trascendencia sobre cómo los superhéroes (me arriesgo a decir que en general) interactúan con los problemas reales tanto de su Universo de ficción como del nuestro, fluente manantial de argumentos “a adaptar”. Con un poco más de diálogo, pudo ser hasta polémico.

El poderoso Thor, 4 – Calma tensa, impacta de lleno contra la violencia radical y racial de los Balcanes, siendo incapaz de darle solución pese a que estos bizarros iconos, paladines de intachable proceder, están habituados a resolverlo todo con elegancia y justicia, pues por la dama ciega de la balanza están bendecidos.

Los diferentes merecen masacre, sin
importar las consecuencias
Reconozco que, alejado bastante tiempo de la colección,in albis pues de sus “actuales avatares”, ver a Thor monarca de Asgard, tras el óbito de ODÍN, me produjo desconcierto. Evidentemente, no un planteamiento audaz, sino desatino, pues Thor, concebido para la acción pura y dura, quedaba así trabado por las responsabilidades administrativas que impone el trono, uno fantástico que entrelazaba, a modo, su destino con el del mundo ramplón y codicioso que habitamos.

Thor está ya incapacitado para blandir MJOLNIR y aplastar Gigantes y tiranías; un nuevo impasse se impone: la diplomacia. El enemigo al que castigar contundentemente por sus fechorías debe ser tratado con cortesía, y establecer tratados mezquinos con él en nombre de la paz, la estabilidad, el comercio. Thor abomina ese mercado. Bien pronto regurgitaría la comida ante tales componendas.

Entre estas, incitar la ira de THOR
No es reliquia artúrica, enclaustrado en el sitial, que admirar y que, en papel secundario pese a su majestad, oír expresar su larga sabiduría.

Tal es el planteamiento que DAN JURGENS, MIKE GRELL y GEOFF JOHNS brindan al DIOS DEL TRUENO. Un dictador balcánico inicia un pogromo contra los acólitos del culto a Thor (valioso argumento a explorar: cómo la presencia de ídolos “paganos” afectan a los ‘omnipotentes’ credos monoteístas; en qué situación queda un Dios intangible, ante deidades corpóreas) y, en defensa de sus fieles, Thor emprende una cruzada “intervencionista”.

De inmediato entra en acción el Pentágono. Aquí sólo intervenimos nosotros, sugiere su postura. Describen riesgos y peligros de toda naturaleza debido a la delicada territorialidad del problema: Rusia por un lado, Latveria por otro. El Pentágono envía a TONY STARK, dentro de su piel acorazada, a imponerle a Thor que, en virtud de la real politik, esos acólitos sean martirizados. Sin futura esperanza de justicia y reparación.

Dos hombres envenenados por la
real politk que ofusca a Thor
Thor no comparte, ni comprende, tal demanda de una autoridad mundana, esclava de oscuros intereses alejados del bien común que afirma defender. Los débiles deben ser protegidos. Es su lema. Procede, pues, consecuentemente.

Se hace un nítido dibujo de la obscena realidad cotidianamente descrita en los telediarios. Intereses inmorales, impuestos por los lobbys, hacen y deshacen. Condenan o salvan a capricho, o la fluctuación de la Bolsa. Principios fundamentales, inherentes a los superhéroes, son violados sin escrúpulos. ¿Cómo esos enmascarados luego pretenderán presentarse como salvadores y agentes de paz si toleran un genocidio?

No hay auténtico conflicto moral. Repulsa firme ante el atropello. Thor es clasificado enemigo automáticamente y condenado por la Administración USA, en tanto el ladino y maquiavélico DR. DOOM recibe apoyo por su actuación “moderadora” en la zona. En la famosa Guerra contra el terror, ¿sería también un caro aliado?

Splash-page alegórica: los mercados
contra los principios humanitarios
Todo esto resalta con la lectura de este cómic, embellecido por el veterano ALAN DAVIS. Pero su trama no es trabajada a fondo. Todo queda casi al albur, en desprender sensación de que IRON MAN es lacayo cómplice de una nociva política norteamericana de intervención egoísta, y Thor, dignificado por los principios humanitarios que le motivan, se transforma en beligerante amenaza a aplastar.

Es el modo deficiente como la producción está actuando. Los superhéroes no pudieron impedir el 11-S/2001 y esa tara les empuerca en tareas que chirrían con sus ideales y personalidades. Van un poco zombis. Dando traspiés en una repentina oscuridad llena de historias muy potables que terminan corrompiéndose por maltrato o abandono.

Demasiada actualidad puede matarte, parafraseando el título de la canción de QUEEN, y esto está pasándole a unos superhéroes que no debieron abandonar la cándida ingenuidad del mundo de 1963.

Otra alegoría: sólo Norteamérica
parte el bacalao mundial. Si algún
otro osa rivalizar con ellos, el
CAPITÁN AMÉRICA te endiña...
aun por la espalda
Esta historieta deja negros cristales de reflexión, cómo los superhéroes ya no están supeditados a su conciencia y sentido de lo correcto, sino a opacas maniobras internacionales donde Estados Unidos se erige interventor único cuando le interesa, negando tal recurso al resto del mundo, aun a Asgard, que acude en socorro de los necesitados, lo que afirma hacer USA cuando le conviene “intervenir”.

Ponerse al servicio de esa hipocresía basta para atragantar y rebelarse a estos bravos defensores del bien y la justicia. Lo que de continuo nos predican que hagamos y debamos luchar. En cambio, la real politik transforma a los justos en criminales, y a los canallas, valiosos instrumentos de sus componendas, en héroes. Buen plan, ¿eh?

Vuestro Scriptor.

Adjunto:

martes, 21 de octubre de 2014

JINETE DE FACEBOOK — ¡QUÉ REMEDIO!

La urgencia banal de los tiempos modernos lo demanda. Por lo tanto, procurando alcanzar un público aún más numeroso al que ofertar mi producción, y confiando no defraudarles con ella, he inaugurado una cuenta en FaceBook, la cual os invito a visitar.

Confieso haberla creado con reticencias. Pero, insisto, al parecer es la herramienta de difusión más productiva del momento, con mayor alcance que los blogs. No obstante, para no caer en la hipocresía, respetaré los principios de publicidad y difusión de mi labor que siempre he defendido que deben tener las redes sociales (en el caso de los autores). No pretendo el cotilleo ni la contaminar internet con documentos chorras… o la ansiosa obtención narcisista del halago inmerecido.

Hasta aquí, la noticia.

Vuestro Scriptor.

jueves, 16 de octubre de 2014

STAR WARS, STAR TREK, RIDDICK — ORIGINALES Y SAD COPYS

Un hombre contra toda la Galaxia. Pero
imposible vencer a la crítica adversa
Re-vista la saga del musculoso VIN DIESEL interpretando al lacónico y letal furyano me ha sugerido esta pequeña digresión que, espero, sea del agrado del respetable y comparta mis deducciones.

Por ahí, es del común conocimiento del aficionado a la ciencia ficción, hay varias series “del espacio” que, más o menos, con mayor o menor fortuna, surfean la estela de Star Wars o Star Trek… cuando no las copian sin sonrojo alguno.

Star Trek ha “degenerado” en títulos arrogantes y plúmbeos que cuentan, empero, con una fuerte y ruidosa caterva de acérrimos seguidores que luego no poseen tanta médula como afirman. Pero no refiero sobre esto. Sino a series como ANDRÓMEDA, FIREFLY, GALÁCTICA o STARGATE, o alguna otra que citar podamos.

Y, ya in mente, compararlas con Riddick. Éste, tras las CRÓNICAS, entró en barrena de desapego. Tanto fervor y admiración como despertó PITCH BLACK encontró en su secuela animadversión. Incomprensible.

Lo que lo empezó todo, con el esplendor
gráfico de DREW STRUZAN
Las Crónicas intentaron llevarle más allá. Sacarlo de los mundos áridos y los monstruos estilo ALIEN para esbozar un fantabuloso Cosmos (sazonado con especias de DUNE) pleno de escenarios donde la imaginación pudiera arraigar “a sus anchas”. Crecer como le apeteciera. Todo con un lenguaje propio. Razas autóctonas.

Series como las citadas están tan ceñidas al canon Star Wars-Star Trek que difícilmente pueden ofrecer algo distinto. No digo ya original. Alguna vez mostrarán inquietudes al respecto. De “podemos autoevolucionar”, pretensión que queda, al final, en amago.

Pero, está comprobado, producciones como Stargate, Galáctica, Firefly o Andrómeda no pueden descarrilar pues sus maniqueos arquetipos protagonistas disfrutan de una férrea construcción inmovilista que garantiza su tópica mediocridad. Stargate: militares tipo Federación trekkie que soportan a un comandante bravucón y díscolo dispuesto a ciscarse en el Manual y el Procedimiento toda vez que salga de sus bemoles.

El "nuevo" STAR TREK ha aprendido la lección. De
momento, lleva una línea decente de acción
Luego premian su individualista audacia merced al colosal éxito obtenido con su disensión. El mundo ¡continúa! La Galaxia ¡respira! Gracias por preguntar. El próximo episodio irá de lo mismo. Tranquilos. De consejos de guerra, ni la sombra. Aunque se los mencione con fatigosa insistencia.

También poseen un rinconcito “filosófico”, o “moral”, o “panteísta”, que prueba las creencias de los mandos (nunca tropa) protagonistas de las gestas. Aparece una raza estelar muy sabia y venerable que cuanto predica tiene regusto a pedante cartón piedra. Se surte de lo que suelta MR. SPOCK, algo oído a YODA, un poco de NIETZCHE, para hacerlo suculento.

Riddick ha repudiado todo eso. Para incrementar el vigor del relato, emplea ciertos aspectos sin embargo. Pero si evaluamos al personaje y qué pretende, mayor se vuelve.

Y, bueno, ya que hablamos de tristes
copias, sin interés ni dignidad...
Es un convicto. Con amplio historial criminal. Algo tiene dentro que, si bien no pretende la redención abiertamente (Riddick está afectado de un acusado cinismo irreprimible que lo impulsa cuestionar todo; lo ético, puro, moral, en primer lugar), sí manifiesta un inquebrantable punto formal que le desenfoca del resto de maníacos y psicópatas al uso. Hombre de honor, sus principios duran más que los que exhiben quienes, de entrada, afirman poseer incuestionable respetabilidad.

Stargate, Andrómeda, Firefly, Galáctica… las protagonizan sujetos de esa laya. Un poco pícaros, acaso. Gente que se espera sea incorruptible y honorable más allá aún de la Cúpula del Trueno. Esto termina haciéndoles falsos, estereotipos carentes de alma. Uniformes militares andante-parlantes. Riddick, no. Es bastante auténtico.

Y lo que le han construido para que crezca mediante aventuras merece ovación. Pretendieron, consciente de en cuántos tópicos podían caer, ser lo más originales posibles (no hay nada nuevo). Buscaron lo menos visto posible, y actualizarlo después para que pareciera grandioso. A modo, inédito.

Otra banda de chulos cósmicos con las cuales el espectador
tiene que vérselas. ¡Pero aún mucho peores son sus fans,
con la cara metida en el culo de este personal!
Caprichosos de la crítica han defenestrado a Riddick. Le niegan virtudes. Quizás porque es demasiado como nosotros, y, a veces, se pide tener la inmaculada batería de bravatas patentadas CAPITÁN KIRK y análogos para contestar a la vida.

Riddick derrocha ironía, sarcasmo, cinismo. Descreído debido a qué existencia ha llevado, enfoca el mundo y a sus habitantes a través de una lente opaca. Ésta le ha mostrado que cuanto más presumes de algo, menos tienes de qué enorgullecerte. Y tal cítrica perspectiva de la realidad ha terminado perjudicándole.

Y la guida que corona la tarta de filfas
y mediocridades...
Han preterido concepciones más “prístinas” y “simpáticas”, unidimensionales “héroes” de la ‘vieja escuela’. Sin espacio para albergar facetas, ambigüedades y contradicciones capaces de inquietar al espectador. Después resalta qué poco creíble es en el fondo el Capitán Kirk de turno. Pero siempre será preferible al concepto implacable que Riddick tiene de sus semejantes.

Elegí los títulos del encabezamiento de esta reseña porque, desde un légamo de influencias, han despuntado hacia lo original, o el carácter independiente, como inexcusable necesidad de desarrollo. Los restantes ejemplos son copias que han caído en gracia, pero carentes de sustancia. Y es injusto verlas ¡aclamadas! cuando Riddick, el PARKER del espacio, acapara mejores triunfos para granjearse nuestro respeto.

Vuestro Scriptor.

Adjunto:

jueves, 9 de octubre de 2014

BATTLE CHASERS — ¿ABANDONO POR MIEDO AL FRACASO?

Una de las portadas; sabroso anticipo
de lo que contienen sus planchas
El portentoso aparato gráfico en general, y en concreto el dinámico y magistral dibujo de JOE MADUREIRA, destaca una saga llena de sugerentes tramas que jamás llegaron a desarrollarse, anublando el resultado final, preguntándonos qué derroteros hubiera emprendido la totalidad de la historia de haberse continuado. En la “nueva onda” del tebeo, posee economía de texto que afecta a los diálogos (poco lucidos, a veces).

Guía a través de la lectura la niña GULLY, siempre corriendo, sea para huir o precipitarse al peligro, o buscando a un amigo, o triscar por jardines. A su alrededor el mundo desfila como un borrón, destacando algunas pinceladas aquí o allá, sugerencias de guerras, genios, magia, mecanismos, traiciones, comercio… evitando profundizar demasiado, como indicativo de qué poca sustancia (o aun interés en resaltarlo) hay tras el vistoso decorado expuesto en el proscenio.

Dicha inconsistencia se remarca en la presentación elaborada por DAVID MACHO GONZÁLEZ. Mientras ofrece un sesgo de su erudición, orientando al lector sobre los

RED MONIKA, otro de los grandes
alicientes del tebeo. Distrae; pero sólo
embelesa merced al dibujo
(socorridos y habituales)

fundamentos que nutren Battle Chasers (TOLKIEN, MOORCOCK), Madureira le desmiente: «Siempre me ha encantado la fantasía heroica, cosas como DUNGEONS & DRAGONS (…), FINAL FANTASY VII.» Macho señala un compendio de obras, como muestra de profunda cultura del autor, que Madureira desprecia por la imagen pixelada del videojuego, estética y superficial, que no exige la concentración, el esfuerzo de imaginar, que requiere la lectura del libro.

Con todo, Battle Chasers es fecundo plantel que prometía vida más longeva. Sus responsables arrojan interesantes semillas de líneas argumentales paralelas destinadas a apuntalar el total del relato, que enseguida su desidia, o hastío, agosta.

Madureira se aburre de su fastuoso artefacto sword and sorcery con elementos steampunk (y más allá) para dedicarse al desarrollo de un videojuego (sin duda, cosa de más $) que, ahora sabemos, tampoco ha culminado. Más aún: Madureira ha regresado a la historieta, mas no a Battle Chasers. Esto permite sospechar que se ha desentendido por entero de este ‘hijo’ que tantos encomios le ha ido granjeando a lo largo de los años.

Otra cubierta que no puede dejarte
indiferente. Sobre el
dramatis personae,
un poco pillado por los pelos está
Ocurre: una obra a la que se dedica una importante porción de tiempo, trabajo e interés de pronto produce intensa fobia. Se le coge asco. Cansancio. Sin causa a qué imputar. Y tal parece que sucede a Madureira con Battle Chasers.

También pasa que el autor (es una teoría, ¿vale?) pertenece a una nueva generación de iconos gráficos incapaces de permanecer excesivo tiempo en una colección, sea de su magín, proceda del de otro. Miedo a ser encasillados, que no compartían firmas como BUSCEMA, KIRBY, TRIMPE…, les obliga, a estos “nuevos autores”, a ir de flor en flor libando, teniendo por tanto enorme delta de producción, pero en el fondo insustancial, que no les permite echar raíces en el medio.

Es algo así como la metáfora final de EL VIENTO Y EL LEÓN, donde el personaje de SEAN CONNERY advertía, poéticamente, a Norteamérica que jamás sabrá dónde parar, debido a su enorme potencial energético, pero volátil, que la obliga a andar “de aventuras” sin afincarse para prosperar. O quizás marchitarse.

Sugerentes escenarios y artefactos
sirven de acicate para seguir leyendo
No generan en el fondo confianza estos autores. Se aferran a una colección, que atrae, debido a su reputación, lectores, luego defraudados cuando, pocos números después (apenas cuatro), los dibujantes vuelan a otro título. Puede funcionarles el truco varias veces, pero después, sabiendo que “te dejarán tirado”, pasas de ellos.

Y Battle Chasers es paradigma idóneo del supuesto: Madureira había contratado, para DC COMICS, cinco números. Mas la potente y rica idea, pródiga en curiosos personajes, exigió su propio y extenso espacio, pues lo merecía, y podía dar de sí aún más. Esto, figuradamente, agobió y abrumó al genio. El crecimiento de una serie que había dejado de interesarle, por ende, y que seguía reclamándole atención, expresa en el número de lectores que solicitaban más aventuras, cuentan que le impedía jugar a la Playstation, su “auténtica vocación”, y era tiempo que debía sacrificar en su saga.

A ver, Joe, tu trabajo, ¿cuál es? Supongo que tus rentas podían permitirte emplear tus días en tu ocio. Pero teniendo presente que has vuelto al cómic, sospecho que no eran luengas cuentas las que te garantizaban pasarte el día de videojuegos.

ADAM WARREN marrando cuanto
JOE MADUREIRA ha concebido
Para lacrar Battle Chasers se “eligen” otros autores. Definitivamente ADAM WARREN, que ilustra un par de episodios, no se perfila continuador idóneo para el proyecto, porque aparte de su ralo y poco atractivo estilo (pienso), cuanto hace es establecer el origen de ciertas relaciones, estilo de precuelas, cuyo valor es irrelevante para el conjunto de la obra.

Historia de poderosos machos cejijuntos, héroes solares que lo saben y pueden todo, y féminas con toques fetish, al margen del dibujo, lo más remarcable de Battle Chasers es cuanto prometía, y su autor dejó morir por lo que parece ser desidia y aborrecimiento, o quizás incluso miedo a no poder estar a la altura de su fama.

Vuestro Scriptor.

jueves, 2 de octubre de 2014

EL PLANETA DE LOS SIMIOS — TIM BURTON DIXIT

Sombrío afiche foráneo sobre un oscuro
"porvenir" para la Humanidad
El sorprendente realizador nos deja un filme difícil de calificar y que supone un extraño en su peculiar filmografía. No es malo, pero tampoco bueno. No agrada, pero tampoco disgusta. Está a un paso de la decepción, que tampoco te atreves a dar por respeto a Burton. Definitivamente, efectuada la valoración del conjunto, asumes que no era el indicado para rodar esta película.

Difícil también de orientar, pues no acaba de decantarse hacia la acción, la reflexión moral sobre el maltrato animal, el racismo, la crisis del Estado del Bienestar, la especulación teológica, la ironía marca Burton o aun el homenaje a la película de CHARLTON HESTON, superior a ésta, esencialmente porque, por suerte o intención, sí sabía qué quería contar y cómo.

Burton “termina tirando” por magnificar al Mal (el GENERAL THADE, encarnado por TIM ROTH), que además ostenta vestuario más barroco y depurado que el de los monos de 1968. Hay más $. El espectador demanda calidad. Espectáculo a raudales. Numerosos ejemplos previos lo exigen.

MARK WALHBERG adiestra a lo que termina siendo, en
una ironía burtoniana, un dios ignorante
La erección de un mundo simio, con sus divergentes arquitecturas (que no dejan de ser concepciones humanas, pues realmente ni suponer podemos cómo serían en realidad de edificarlas primates), sus estructuras sociopolíticas, religiosas y demás atrajeron la viva imaginación del director..., casi al extremo de descuidar al elenco humano, encabezado por MARK WALHBERG, que resulta indiferente a nuestro paladar.

Aparece porque… debe. Un humano debe promover el contraste empático a la medida propuesta. Pero Walhberg, al contrario que Heston, atraviesa la película como una bala. Sin dejar rastro de su paso. Su personaje carece de carisma. Sus penalidades no te motivan, pues intuyes que terminará triunfando por mor de las reglas de una ficción específica. Su compañera de penurias, ESTELLA WARREN, es simple bibelot que impulsa al héroe del sombrero blanco (Walhberg) a realizar su proeza y quedar bien ante todos.

Alguien que sabe granjearse el interés general: TIM ROTH
como el ambicioso GENERAL THADE
El giro es completo. Regresamos a la civilización simia y su gigantesco decorado que bascula entre segmentos de nuestra cultura y los bejucos por donde trepan, u oscilan, para emprender sus quehaceres. Este acabado delata la pasión de Burton por los malos. Porque en el planeta simio Heston, los monos semejaban funcionarios humanos con feas caretas peludas y vestuario maoísta. Imitaban del todo/completamente nuestras filias y fobias.

Burton ha mimado “su” cultura simia. Les hace moverse de forma característica y adorna sus rituales de apareo. Toda esa parte “intelectual” del filme es decente y aun atrayente. Excita imaginar situaciones protagonizadas por simios, los extremos de su trato con una Humanidad inculta y sierva, llena de supersticiones que les subyugan más que sus amos velludos.

Protectores de humanos y humanos perdidos en el marasmo
de un mundo que no pueden comprender ni poner en orden
En cuanto empieza la leña, Burton desaparece. Sin llegar a ser torpes, las escenas de acción (que parece debían primar) carecen de garra; no estimulan, dejando insatisfecha nuestra catarsis que, viendo trepidantes luchas simio/humanas, confiaba desfogarse.

Siempre he encontrado muy sugerente la Zona Prohibida del planeta simio. Se intuye un vasto-vasto páramo que vete a saber quién lo transita o domina. Los micos, pese a su aparente superioridad tecnológica, cultural y agrícola, semejan a los europeos de cuando COLÓN.

El confuso cosmonauta y la nativa en una recreación a modo
de
YO TARZÁN-TÚ JANE
Todo este lado del mundo estaba muy trillado; pero más allá de las COLUMNAS DE HÉRCULES… Zona Prohibida. Y también aquí nos quedamos a la orilla del inspirador erial, habitado por zarrapastrosos que parecen incapaces de rehabilitar una presunta HI/TECH pretérita y que quizás fuese responsable de la Zona Prohibida y el cisma humanos/simios.

Cuesta creer, repasando los grandes hitos de nuestra Historia, y sus impulsores, que no exista, sin embargo, un CONAN, o GENGHIS KAN, o NAPOLEÓN, entre las filas de tales mendigos. Todos permanecen gregarios tras las greguerías de KRIS KRISTOFFERSON, que los lidera de forma forzada, según transparenta.

Cameo simiesco de CHARLTON HESTON que, desde
luego, ya no estaba para guiar cuadrigas de
BEN-HUR
Allí, más adelante, pasado el árido horizonte que alumbra ese día, pudiera haber algo que todavía no ha amenazado la civilización simia. Tal vez, tras una raja de cautivadora devastación tipo Tierra Maldita de JUDGE DREDD, exista contrapartida humana que quiera desafiar su non plus ultra para hallar un émulo simiesco y potencial enemigo que origine una guerra fría.

Tim Burton, sí, ajá, no parecía qué priorizar en el rodaje. Tal vez estuviese en su ánimo realizar una de sus sosegadas y exóticas parábolas irónicas llenas de angulosidades y truculencias de Nivel KER. Quizás los productores acabaron presionándole para dar un aire dinámico al filme en que Burton no estaba ni cómodo ni podía desenvolverse con agrado; se sintiese extranjero.

Thade, aleccionado por su padre, homófobo total, sólo
quiere una cosa cuando enfoca a la piara humana:
¡exterminio! Predominio simio absoluto
La insignificancia del repertorio humano parece prueba, comparado con qué detallado aparece el simio. Al final, su odisea 2001 al planeta simio resulta descompensada, recayendo todo su peso en la actuación de Roth, que sí parecía muy seguro de qué quería y cómo hacerlo, al extremo de martirizar implacable al dios de su especie con tal de tener, definitivamente, la razón y la fuerza en todo.

Vuestro Scriptor.

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