viernes, 29 de julio de 2011

LAS AVENTURAS DE JEREMIAH JOHNSON – HIGHLANDER MADE IN USA

Afiche foráneo de un filme preconizador
del respeto al medioambiente
Durante la redacción de FACTORÍA CINCO tuve muy presente a este personaje y su película, inspirada en la novela MOUNTAIN MAN de VARDIS FISHER y el relato CROW KILLER de RAYMOND W. THORP y ROBERT BUNKER. No era tanto por los hermosos paisajes naturales con los que se ceba la fotografía del filme para darle mayor lustre a una trama en la que se advierten los “monotemas” de JOHN MILLIUS, coautor, junto a EDWARD ANHLAT, del guión (la alienación del héroe, su desconfianza crónica por la Sociedad, lo sucio e invasivo presente en la Civilización, la religión, más estigma que ayuda, el Hombre contra la Naturaleza, a la que acaba sometiéndose, la superación de un piélago de dificultades merced a una mezcla de fuerza y astucia, más instinto que inteligencia…), como lo que impulsa a alguien a querer cesar su vínculo con la Humanidad voluntariamente.
SYDNEY POLLACK rueda con brío, y una pizca de humor, este filme, en el que trata de sacar del apolíneo ROBERT REDFORD al hombre bestia que aquellos pagos exigen ser para poder llegar a mañana.
Aprendiendo del sabio BEARCLAW (WILL GEER),
JEREMIAH JOHNSON podrá pasar éste y otros inviernos
Lo que me resultaba sugerente de Jeremiah Johnson, insisto, era precisamente eso, qué hacía que un hombre como el que retrata Redford (vale, vale, lo sé, un sex symbol para atraer al público femenino; pero aceptemos que el histórico Johnson fuese así), de agradable apariencia y todas las trazas de triunfador nato en la Sociedad, huyera de ella, refugiándose en inhóspitos páramos.
Quizás era que la “garantía” de éxito que, en principio, podría extraer de la Civilización no era de buena laya, o tenía la intuición de que la prosperidad que podía obtener de ese modo sería tras lucha tan ardua que apenas compensara el colosal esfuerzo.
Junto al huérfano CALEB (JOSH ALBEE) Jeremiah hará
una nueva amistad, DEL GUE (STEFAN GIERASCH) que
no atraviesa su mejor momento (es el calvo enterrado)
Tampoco Johnson asciende a la Montaña (entendida como un ente con aliento propio y normas inexcusables de cumplir, donde todo error se paga muy caro) buscando en su corazón riquezas. Encara al masivo adversario, que no rival, como una competición consigo mismo, esperando probarse ALGO que lo atañe exclusivamente.
Cuanto personaje encuentra en aquellas altas cumbres (aun el veleidoso DEL GUE  -STEFAN GIERASCH-) no está allí para encontrar filones de metal precioso o joyas. Pretende vivir, tan sólo, en un entorno que puede romper la espalda de una altanera Civilización que mediante el vapor, la incipiente electricidad, los versículos bíblicos, se cree omnipotente.
Es precisamente esta jactancia la que acarrea los problemas que harán a Johnson figura histórica… y coprotagonista de parte de la saga de EL MUNDO DEL RÍO, de PHILIP JOSÉ FARMER. Aparece en EL FABULOSO BARCO FLUVIAL como uno más de los agentes de X, el ÉTICO RENEGADO.
Ternura en los inhóspitos pagos a cargo de SWAN
(DELLE BOLTON) que demuestra sincero interés por
el fosco Jeremiah

La película está dividida en dos partes; la primera relata la llegada de Johnson a un puesto ribereño fronterizo con la Montaña, donde, tras equiparse, Jeremiah abandona los harapos de su vida “civil”. Hombre rudo y lacónico (cosa en la que la interpretación de Redford fracasa, porque se le ve forzado a tener una aspereza de carácter extraña a su ser), su primer contacto con la Naturaleza casi acaba con él durante el invierno. Si venía con ideas preconcebidas de que podía derrotar a la Montaña en virtud al color de su piel y un puñado de objetos de acero, las nieves enseguida le persuaden de lo contrario, mostrándole qué desamparado está.
De tanto llega a convencerle también un montañés con experiencia (otro misántropo), un cazador de osos llamado BEARCLAW (WILL GEER) que le iniciará en “los misterios de la montaña”. Johnson se percata que sólo podrá sobrevivir a la montaña si se somete a sus normas. Previa a él, seguirá allí cuando Johnson desaparezca. Asumido esto, su suerte empieza a mejorar.
Se acabó lo bueno: la Civilización hace su incursión en la
vida del misántropo Johnson en la persona de este grupo
Aparte de la Naturaleza, la Montaña tiene a los nativos como peligro accesorio, y a consecuencia de un ataque de éstos a un colono, el rudo Johnson se encarga de CALEB (JOSH ALBEE) y luego, de una esposa india, SWAN (DELLE BOLTON), que, andando el roce, demasiado tenue empero para limar del todo la tosquedad de Jeremiah, lo hará asentarse iniciando una forma de vida acorde con su carácter y el lugar donde reside. Johnson convive sin problemas con los indios en general; edifica su morada en el territorio de los peligrosos Crow. Aquí encuentra prosperidad y alegría, situado a medio camino del valle del que huye y la Montaña que le abastece. Pero aparece la Civilización y trastoca su existencia.
La Civilización la encarna un pelotón de Caballería que acude a él para que los guíe por los inhóspitos lares y puedan rescatar a una caravana de colonos sitiados por la nieve. En concreto, se focaliza en un clérigo que reprocha a Johnson su amancebamiento con Swan, india por ende. En ese breve lapso, se advierte por qué Johnson huyó del valle (la Civilización). Lo hizo porque la Sociedad lo invade todo, legislando aun el más mínimo-nimio ámbito del individuo. (Cosa que actualmente padecemos, pues ¿no han regulado hasta lo que los niños deben jugar durante el recreo?)
Estalla la guerra personal entre Jeremiah Johnson y los
peligrosos Crow; él no debió atajar por su cementerio,
ni ellos masacrar a su familia
Para acelerar el rescate, Jeremiah decide cruzar, a regañadientes, un cementerio Crow, lo cual concita sus rápidas iras, y se vengan matando a Swan y Caleb. Así ponen fin al miniparaíso que él logró construir.
La segunda parte de la película comienza ahora y retrata su lucha contra los Crow, que envían un adversario tras otro para aniquilarle. Jeremiah se desbasta y repliega (o, acaso, va perdiendo capas), exhibiendo, para sobrevivir, una personalidad elemental, barbárica, sin ilusión ni esperanza, que no obstante lamenta todo cuanto perdió. Al fin, sin embargo, logra hacer la paz con los letales Crow.
El  "segundo Johnson", corroído por el afán de venganza y
la constante necesidad de cubrir sus espaldas, vuelve a
reencontrarse que Del Gue; ¿adónde van? A ningún lugar
Lo que omite la cinta es que Johnson devoraba hígados de los guerreros que abatía. Es obvio que este detalle vaciaría los cines, menoscabaría el atractivo de Redford para con las damas, y apartaría a Jeremiah (según Farmer, JOE JOHNSTON) de la CultuPop. Los héroes pueden tener coqueteos (nada más) con la homoX y el fetish masoca, (BATMAN y ROBIN), pero nunca ser caníbales. Jamás.
Las aventuras de Jeremiah Johnson está diseñada para contentar a un amplio delta de espectadores: a los que gusten de los grandes escenarios naturales, a los fans de Redford, y a los mal pensados que quieran ver dobles mensajes en todo acto o palabra del protagonista. Rodada en 1972 (como LONE WOLF AND CUB, cuya trama de lucha y acoso recuerda a la de esta cinta), posee vigor y la suficiente fuerza para resistir el ataque del tiempo con pocos problemas. No puede decirse tanto de THE MATRIX.
Vuestro Scriptor.

martes, 26 de julio de 2011

EL FABULOSO BARCO FLUVIAL – EL MUNDO DEL RÍO/2

Cubierta de GARCÉS/BOSCH de la
edición de bolsillo de ULTRAMAR
Si bien PHILIP JOSÉ FARMER eligió para protagonizar A VUESTROS CUERPOS DISPERSOS a SIR RICHARD FRANCIS BURTON, un hombre netamente combativo e inquieto, dispuesto a afrontar riesgos y peleas frisando lo temerario (y algo insensato, pero con la capacidad de reconocer luego el error), para centrar los esfuerzos de los distintos personajes aparecidos en estas páginas de la secuela de su vasto proyecto literario/saga El Mundo del Río escoge a un personaje antagónico del inglés, a SAMUEL LANGHORNE CLEMENS, alias MARK TWAIN.
Han pasado veinte años desde aquél pavoroso día de la Resurrección, cuando todo credo o filosofía de mayor o menor calado sobre la vida postmortem se refutó. Durante estos años, los Resucitados han reconstruido la sociedad que “disfrutaron” en vida (terrestre), emulándola a modo, porque el colosal ensayo de sociología que supone el Valle del Mundo del Río, con su abigarrada amalgama de gentes de casi todos los tiempos no ha producido singulares cambios en la conducta o mentalidad de la gente. Concentrados en simulacros de países, perpetúan tradiciones y costumbres.
¡Aclamad al escritor! PHILIP JOSÉ
FARMER con expresión traviesa. ¿A que
se parece al DOC de REGRESO AL
FUTURO?
Para Clemens, un hombre cosido a puñaladas de remordimientos y terrores, dudas y recelos, la ‘bendición’ de la Resurrección es una prolongación de los martirios del alma que en vida terrestre padeció. Reconoce que para clases oprimidas y malnutridas, enfermas, de tiempos anteriores al suyo (o su época, ¿para qué ir más lejos?), la comida gratis, la falta de dolencias, la vida sana al aire libre, un trabajo que se efectúa por placer, no por obligación, es un avance brutal. Pero, a él, que preferiría seguir en la oscuridad de la Muerte donde, al menos, tal tiniebla tiene el valor de no hacerle sentir, sufrir, pensar, recordar, flagelarle con remordimientos, ¡qué putada le parece!
Los ÉTICOS, los misteriosos entes que les han Resucitado, podrían estar cargados de buenas intenciones al efectuar este extraño milagro (la psicología de Clemens le impide verlo así sin chorrearlo de vitriolo), pero él con gran gusto renuncia a esta merced.
Y Farmer trata de explorar esta faceta del premio de la Resurrección en la Humanidad a través de diversas opiniones de Clemens. Induce a especular sobre el suicida, que, abrumado por un piélago de circunstancias, externas o de ánimo, piensa que en la sombra sin razón ni memoria de la muerte hallará paz. Merece reflexión qué empuja a alguien a tomar esta drástica decisión. Sobre el suicidio se habla mucho, se escribe, se relativiza y hasta el suicida es una figura semicómica con la que rellenar ciertos chistes. Pero pensemos, PENSEMOS, un instante en él, qué increíble presión le somete, cómo han debido irle las cosas para que encuentre esta salida como lo mejor de su vida.
SAMUEL MARK TWAIN CLEMENS en irónica postura
afrontando un mundo del que no esperaba mucho (bueno)
Nuestra Sociedad se honra (jactancia, más bien, preñada de cínica e hipócrita malignidad) de ser Bondadosa y Equitativa, de Ayudar a quien lo necesite. Su más alto valor es considerar el colmo de la excelencia con la palabra “humano”. Sin embargo, ¿cuántos casos se dan a conocer que la conducta despótica, despiadada y deliberada de un grupo ha motivado un suicidio? Los agresores no eran alienígenas: eran “humanos”.
OLIVIA LANGDON, señora de
Clemens; el amor de Samuel en
la Tierra, y el que anhela en el
MUNDO DEL RÍO
La Raza Humana es una filfa cósmica armada de numerosas artimañas para convencerse (más que persuadir a eventuales observadores estelares) de que es la cumbre del top ten de los más mejores. Con cítrico acento, Clemens refiere parte de esto en sus observaciones y palabras contenidas en la novela, en qué imperdonable falta de respeto cometen los Éticos ignorando esta petición de absoluto olvido.
Que, sucintamente, trata del ‘sueño de hierro’ del humorista, acompañado por el entrañable JOE MILLER, un TITÁNTROPO, un gigante de gran probóscide y fuerza desmesurada, que pertenece a una supuesta raza prehumana, el mejor amigo que Clemens pudiera desear tener escoltándole en un mundo que continúa aferrado a sus viejas costumbres de matar cuanto vive, quemar cuanto está quieto, violar si es posible.
Decidido a alcanzar las Fuentes del Río y abofetear a los misteriosos Éticos, Clemens sueña con construir un barco de paletas, como los de su Missouri natal, y ascender Río arriba para expresar su malestar. Tiene la intensa certidumbre de que es capaz de hallar hierro en un mundo pobrísimo en metales. Y su “fe” es recompensada: X, el Ético renegado, desvía un meteorito que proveerá de minerales a Clemens.
SAVINIEN II DE CYRANO DE BERGERAC
escritor, espadachín, héroe francés en suma,
y nueva pareja de Olivia Clemens en el
Mundo del Río. Poca gracia le hace a Sam
Pero los Éticos son humanos (más o menos) y afectan nuestros fallos; el meteorito cae en una zona que pronto se plagará de conflictos, y los minerales indispensables van a parar a la “tierra” de un acérrimo e hipócrita racista negro, HAWKING, que a cambio de sus valiosos metales exige cada vez más cosas (y algunas extravagantes, o imposibles de conceder) al estado que, junto al insidioso y traicionero rey JUAN SIN TIERRA, Clemens ha constituido: PAROLANDO.
Parolando viene a ser un fortín de libertades en medio de la turbulencia tribal/feudal de los “países” vecinos, creados por antiguos líderes que encontraban óptima esa forma de gobernar, y que no cesan de crearles problemas.
El fabuloso barco fluvial es un relato intenso de aventuras que no descuida tanto las “especulaciones filosóficas” como tampoco el muestrario histórico de personalidades; en él, además de ilustrar al lector sobre quién fue cuándo, o cómo de rápidamente se adapta a la “revolución industrial” que fabrica Parolando, Farmer aprovecha también la figura de Hawking para evidenciar las extensiones del racismo.
HERMAN GOERING, mariscal del III
Reich, reapaerece en esta secuela.
Por cierto, gran parte del desastre de
Stalingrado fue por culpa suya.
Prometió a HITLER lo imposible a
fin de volver a congraciarse con él
Si bien algunas alegaciones del líder negro son innegables, en una situación en que el mundo ha empezado de nuevo, los centros de poder han basculado lo suficiente, los prejuicios de muchos están devastados, o nunca existieron, Hawking encarna la figura de algo que nuestra actual Sociedad, tan bondadosa, humanitaria, equilibrada, se niega a ver: que, entre las “minorías”, existen xenófobos tanto o más virulentos que los que siempre se señalan. Clemens le hace este reproche a Hawking (aunque no a la cara, o de forma directa), que enseguida contraataca con el “tú, ¡más!”, siendo Hawking alguien que, pese a todo, reconoce que está comportándose como aquéllos que tanto odia.
Pero el viejo estímulo es demasiado fuerte y está profundamente arraigado en la carne como para deshacerse de él con facilidad. Y Hawking prefiere pegar antes que recibir.
El fabuloso barco fluvial concluye (no reventaré el final para quienes, in albis, deseen zambullirse en sus páginas) de forma dramática, premisa que obliga a adquirir el siguiente ejemplar de la saga, para ver cuánto más nos acercamos a los misterios del Mundo del Río, de qué forma, y si aún falta mucho para su resolución.
CLAUDE RAINS en un fotograma de ROBIN DE LOS
BOSQUES; la descripción que hace Farmer de JUAN
SIN TIERRA se ajusta a ésta
Vuestro Scriptor.
Toda la saga:

viernes, 22 de julio de 2011

HIGHLANDER – LOS INMORTALES

Afiche de una película que ha sabido cómo hacerse icono
inolvidable... e inmortal
Una saga de elementos hace de esta película del australiano y ex prometedor regidor RUSSELL MULCAHY (RAZORBACK) un importante hito de Década 80 y la CultuPop; en ese momento, parecía que la afluencia de portentos no iba a cesar y Los Inmortales confirmaba esa impresión: MAD MAX, EL RETORNO DEL JEDI, INDIANA JONES, BLADE RUNNER, TRON, REGRESO AL FUTURO... Merced a un montaje original, unas elaboradas transiciones entre escenas, la BSO enriquecida por temas de QUEEN, un villano con empaque y un lema que ha hecho historia (“Sólo puede quedar uno”), supo asombrar a un público todavía virgen del cinismo que impregnaría Década 90 (bastante estéril).
"¡Dejármelos a mi! ¡Yo pueo con tooos!".
CHRISTOPHER LAMBERT como CONNOR
MACLEOD: el papel que le ha inmortalizado
A esto contribuyó su halo de romanticismo, alimentado por la promesa de amor sin fin-sin fin de CONNOR MACLEOD (o CHRISTOPHER LAMBERT en su interpretación cumbre), que travesaba los siglos herido por el perpetuo recuerdo de su fallecida esposa HEATHER (la actriz BEATIE EDNEY).
Quizás el éxito de Los Inmortales resida exactamente en eso: su capacidad de ilusionar. Y aunque la complejidad de la historia pueda parecer relativa, así como su originalidad, está planteada de tal forma que se hace inédita. EL KURGAN (CLANCY BROWN), esa especie de DATH VADER andrajoso, el iconoclasta que quiere hundir las manos en el corazón del mundo y reventarlo, sugería incluso encarnar la cumbre de la corriente punk. Su gran hito (estético) pareció EL GUERRERO DE LA CARRETERA y luego el movimiento empezó a perder el glamour de su apariencia transgresora y antisistema.
EL KURGAN (CLANCY BROWN). "Al chulito
melenas ese le bajo los humos pero ya mismo"
Si en verdad Los Inmortales tiene un mensaje, éste es que somos una incorregible raza bárbara. El comienzo, con los forzudos del Wrestling, trasunta la vivencia que Connor trae del siglo XVI, como una traslación de que, por mucho tiempo que pase, la gente cambie de ropa y las candilejas sean más brillantes, en lo esencial seguimos siendo salvajes sanguinarios sacándole las tripas al oponente, más que por un motivo concreto (terrenos, ganado), por saciar un impulso primitivo que boicotea todos los intentos por elevarnos a la civilización.
El Kurgan es la expresión de esa perpetuación de la barbarie y hasta la incorpora a su vestuario, oscuro, desordenado, cubierto de cabelleras como triunfos arrancados a los muchos adversarios que, de un modo u otro, bloquearon su camino hacia el Premio.
SEAN CONNERY como el espadero español RAMÍREZ.
Se agradece nos dignifiquen. "No te metas en peleas sin
sin saber, chaval. Mira que te da la del tigre otra vez"
La nota de civilización la pone, por supuesto, RAMÍREZ (ya sabéis, SEAN CONNERY, que, o mucho me equivoco, revitalizó su carrera con este filme que los listos de la crítica ‘censuran’ por su elaborada estética de videoclip -un gran GRAN invento de Década 80, aunque tenga antecedentes-, dándose a conocer a un público relativamente joven y que, pese a películas como EL PRIMER GRAN ROBO AL TREN o EL HOMBRE QUE PUDO REINAR, estaba encasquillado en el rol de JAMES BOND, cuyo trasnochado machismo y elitismo de falsete no comunicaba con las “nuevas generaciones”), el egipcio que se pasaba por español (hombre, una peli donde nos tratan con dignidad; no somos ni los feroces inquisidores ni los tontos del culo a los que ERROL FLYNN saqueaba galeones) y atesoraba sabiduría procedente de todos los rincones del mundo.
Fotograma picarón de BEATIE EDNEY en el
rol de HEATHER, el amor eterno de Connor
No es muy disparatado ver en su figura un trasunto tanto de OBI WAN KENOBI como de MERLIN. Ambas figuras entregan un sable a su pupilo; en el caso de Ramírez, la espada que Connor simbólicamente arrancaba de la piedra es el conocimiento de su naturaleza como inmortal y los consejos para sobrevivir a el Kurgan. Pero, una vez más, el lustre que aporta Ramírez, de conocimiento, al alma del Hombre (Connor), queda oscurecido por el arrebato sanguinario del salvaje ruso.
Para cuando el ritmo de la película (influenciada por Blade Runner) amenazaba con caer, con inteligencia Mulcahy recurría a las transiciones o el montaje imaginativo para proyectarnos hasta la siguiente ronda de espectáculo. Todo él está en los duelos a espada, que acaso, con todos los que nos han regalado en los últimos tiempos, pueden parecen torpes, lentos, faltos de energía (tranquilos, que el Kurgan se encarga de vigorizarlos), pero no por eso carentes de mérito e interés.
ROXANNE HART, como BRENDA  WYATT, es el amor
del Connor que surgirá tras conquistar del Premio
Los Inmortales es otra inteligente coalición de elementos (ilusión, magia, pop-rock, fantasía, misterio, sentimientos, humor) destinados a brindar al espectador un respetable resultado. No creo que GREGORY WIDEN o los demás responsables del filme anduvieran locos tratando de amontonar explicaciones y trazar nuevos evangelios gráficos para atrapar al público en una red de veneraciones fetichistas. Detalle nítido es el que en ningún momento se dice por qué existen inmortales, de dónde surgen, o quién impuso la naturaleza del Premio. Aun éste es una “sustancia nebulosa” que depende de la voluntad del vencedor para materializarse.
Una liza eterna: el Bien (Ramírez) contra el Mal (el
Kurgan). Abatir al último aún tomará siglos

Exigía al espectador llenar los huecos, pero como cosa en absoluto vital. El freakismo actual (los cromos, los muñequitos, los Blu-Ray con especiales de cómo pronunciar élfico, camisetas, todas esas chorradas que vemos en THE BIG BANG THEORY) en el momento del estreno de Los Inmortales era cosa inexistente, larvaria como mucho. Y a nosotros, aun con gusto por aquellos detalles, más nos interesaba imaginar qué, cómo, por qué, indiferentes a la canonización actual de los mitos. Lo más, Los Inmortales era un título “de puta madre” para recomendar, no para irse al parque a recrear los duelos.
Una larga y costosa tradición a la que Connor se entrega
con pasión esperando a su verdadero rival: el Kurgan
Los Inmortales se hace épica, por supuesto, a la comparación. La conjunción milagrosa de elementos que brindaron (irónicamente) inmortalidad al filme, no se repitió más. Lambert se aferró con desesperación al proyecto. Mulcahy perdió el toque. Los Inmortales II, ¿qué es? El primer llanto del freakismo. Había que explicar (y ¡cómo lo hicieron!) de dónde procedían ellos. Al hacerlo, destruyeron el halo de magia que envolvía a la primera. Se traen del planeta Zeits a MICHAEL IRONSIDE (émulo de el Kurgan) para hacer disparates y provocar al senil Connor MacLeod empuñar la espada, una vez más, en un insulso trasunto de la precuela con resonancias góticas.
Del amanecer de los tiempos venimos... Connor MacLeod
puede jurarlo
Lo peor era que, Los Inmortales, conforme se diversificaban, más mortales se volvían. Retorcida sin piedad, la franquicia se convertía en sustancia deleznable. Por fortuna, la primera cuenta con un potente revestimiento de magia, escenarios luminosos, una BSO rompedora, que le permite sobrevivir a sus continuaciones, que repudiamos.
Volver a ver Los Inmortales es aspirar una bocanada de grata nostalgia, zambullirse en un tiempo pasado en que todo podía ser posible; el futuro de verdad sería espléndido, como prometían las maravillas que seguían titilando en la pantalla de plata.
Vuestro Scriptor.

martes, 19 de julio de 2011

LOS HOMBRES SINTÉTICOS DE MARTE – OPERETA BUFA DE LOS AMORÍOS

Cubierta de la "reciente" edición de
esta novela; el peligro, en technicolor
De su lectura, extraigo la impresión de que, a estas alturas de la saga, EDGAR RICE BURROUGHS estaba cansado de BARSOOM, de JOHN CARTER, y cuanto le rodeaba, y eso que, si comprobamos el arco que se extiende desde LA PRINCESA DE MARTE a este título, el hombre no podía quejarse (por acuciantes fechas mensuales de entrega). No obstante, pese a ese aparente hastío, esta novela es de las mejores de la serie, de las más imaginativas y sarcásticas. También muestra un claro intento de refrescarla permitiendo que el relato lo protagonice (y cuente) un ayudante del virginiano invicto.
Especulando ociosamente, podemos apreciar que un problema que arrastra la saga de Barsoom es su rigor; Burroughs la concibió con excesiva rigidez e improvisación (que sugiere sospechar que no tenía gran fe en su continuidad), “defectos” que, conforme la historia gustaba, medraba, avanzaba, se fueron acusando y envolvieron a John Carter de elementos que, más que ayudarle, le entorpecían. Pero si Burroughs flexionaba demasiado la cosa, podría acabar astillándola. (Como muestra quizás la peor de todas, ESPADAS DE MARTE.)
EDGAR RICE BURROUGHS en reposada
actitud. Mientras, sus sesos hervían de aventuras 
Además, el autor se ‘apoderaba’ de ideas que leía “por ahí” y las incorporaba a su saga de inmediato, como si estuviera en una especie de extraña competición, en un “Este tío ha sacado esto en tal obra, pero ¡ahora verá cómo yo, con sus elementos, lo mejoro!”, lo cual podía dar extraños (y no buenos) resultados (otra vez, Espadas de Marte).
No obstante, Los hombres sintéticos de Marte es relato elaborado e irónico, un pretexto para que Burroughs parodie los complicados amoríos victorianos (empezando por los de su propia saga, llena de romances imposibles y desplantes equívocos, frías miradas de la amada que hielan el exaltado corazón del héroe). Bajo este prisma, la novela es cojonuda; su final peca de rutinario; es uno de “acaba así porque los buenos siempre ganan”, aunque deje qué desear. El mismo epítome de los dos mundos, John Carter, está por estar, porque, para lo que hace, podía haberse quedado en la cabecera de la cama cuidando de la incomparable DEJAH THORIS. (Inciso: me pregunto qué novela habrían escrito LESTER DENT, Burroughs, o ROBERT E. HOWARD, si hubieran tenido la oportunidad –y el dinero que lo permitiera- de haberse puesto; qué maravilla –o bodrio- podrían habernos legado.)
Portada foránea de pintura obra
de MICHAEL WHELAN, y que,
sui géneris, reprodujeron aquí
Tras conciso preámbulo, y ajustado a los cánones del PULP (empezando por el viaje de las tres mil millas), John Carter emprende la búsqueda de (atención, que en esto supera a DOC SAVAGE) RAS TAVHAS, el CEREBRO SUPREMO DE MARTE (ahí, nada), que reside en las MARISMAS TOONOLIANAS, resto de los océanos de Barsoom, junto al bravo, recto/honesto VOR DAJ. La esplendente Dejah Thoris sufrió un percance y sólo Ras Thavas puede curarla, pues es cirujano sin par (esto, ¿no recuerda a cierto héroe broncíneo pulp, también excelso médico?), y trasplanta con rapidez y limpieza cerebros de un cuerpo a otro (así es como Ras Tavhas se ‘inmortaliza’).
En seguida, dificultades. Así, Burroughs introduce el motor del relato, encarnado en la sugerente JANAI, linda chica con cierto pasado (y, siendo de Barsoom, playmate de primera) secuestrada por los HORMADS, espantosos engendros artificialmente creados, que cabalgan unas monstruosas aves que se creían ya extintas.
FRANK FRAZETTA (¡aclamad al autor!) aporta una
"visión interior" de uno de los capítulos de la novela
Los hombres sintéticos de Marte es interesante pues plantea, sui géneris, los problemas éticos y prácticos que arrastra la clonación (de eso va, una vez desvinculada de los elementos de aventura, romance y ‘ciencia’ que posee). Ras Tavhas, con motivo de recuperar un predio que le pertenecía, creó guerreros a partir de materia biológica de unos tanques de cultivos: los Hormads, que son designados por números, no nombres, pues no son más que meros utensilios destinados a morir en combate, y que, a modo, replican personalidades.
Pero Ras Thavas los subestimó (aquí, apreciamos la sombra de FRANKENSTEIN, la relación entre creador-creado y sus secuelas) y éstos lo han recluido en su laboratorio, exigiéndole ‘cosechas’ ingentes de hormads para conquistar Barsoom.
Ilustración de esa "caldera de brujas" de la
que "burbujean" hórridos HORDMADS
(dibuja JOHN COLEMAN BURROUGHS)
Ras Thavas había trasplantado cerebros de hormads a cuerpos (metrosexuales) de hombres rojos, lo cual les fue dando conciencia de clase y de sí mismos. Gracias a esto, y una vez presos de los hormads John Carter, Vor Daj y Janai, urden una estratagema por la cual Vor Daj ocupará el cuerpo, singularmente poderoso, de TOR-DUR-BAR, para así moverse a capricho por la fortaleza de los deformes seres y beneficiar los planes de fuga de John Carter y Ras Thavas, así como la protección de Janai.
Burroughs aprovecha las secuelas de este plan para burlarse tanto de la idiosincrasia con la que dotó a su Barsoom (con respecto a las tortuosas relaciones sentimentales de los nativos) como de las novelas, o romances, donde los galantes caballeros cortejan sin cortejar a la bella de ese reino y la sucesión de dolorosos desencuentros, engaños, equívocos y pasiones soterradas que atormentan al héroe.
Ilustración para FRANKENSTEIN de
BERNIE WRIGTHSON (¡aclamad al
ilustrador!), légamo del que "tira"
Burroughs para esta novela reseñada
Janai llega a expresar más cariño por el hórrido Tor-Dur-Bar que por el plantel de virtudes, morales y físicas, que encarna Vor Daj, cosa incongruente dada la espantosa apariencia del hormad. Y, para no defraudar a los fieles, Burroughs impregna la obra de considerables aventuras y lances, criaturas fabulosas (o grotescas, -los GOOLIANOS: ¡hombres canguro!-), y cuitas que afligen a Vor Daj sin fin-sin fin, como ¿qué será de su espléndido cuerpo, abandonado en una celda de la ciudad-fortaleza de los hormads, a merced de una masa desbocada de carne, resultado de un experimento fallido, y que amenaza con devorar todo Barsoom?, y otras afines (como: “¿Me quiere ella?”).
Otra cosa a resaltar de este relato es la descripción, continuada, que hace John Carter de los barsoomianos: las mujeres oscilan entre la castidad absoluta y el salvajismo sexual dionisíaco, y los hombres son caballeros apócrifos de Camelot. Sin excepción. Empero, el villano de turno es compendio de miserias morales, tiranías y arruinado físico, lo cual contradice la excelencia que predica, universalmente, John Carter de los nativos de Barsoom.
Otra cubierta, notable quizás por la
sensualidad explícita del motivo
(acorde con lo escrito por Burroughs)
Aunque a situar entre las mejores de la saga, Los hombres sintéticos de Marte también incluye los defectos que Burroughs amontonaba en sus relatos. Apenas se esforzaba por darles fondo, un cierto bagaje psicológico, a sus personajes. Eran clichés, de virtud o maldad. Y esto, junto con ese afán por añadir ocurrencias leías y que lograron seducirle, ayuda a deslucir estas obras, cosa a lamentar, pues, con muy poco esfuerzo, Burroughs pudo habernos dejado pequeñas maravillas de la gran literatura en estas novelas.
Vuestro Scriptor.
Documentación adjunta:
http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com/2011/02/llana-de-gathol-vayan-con-dios.html
http://www.youtube.com/watch?v=6Rf55GTEZ_E
http://www.youtube.com/watch?v=p9VA628gHDM

AL HILO del estreno de LA PRINCESA DE MARTE, una mala lengua me ha comentado que cierto autor español de solera, aprovechando su merecida fama, planea una tralla épica en esa línea "porque actualmente no hay nada parecido en el mercado", o algo así, y él pretende llenar el hueco. Macho, despierta y huele el café: LAS GRAVES PLANICIES ya está aquí. Esos chats, y las alabanzas desmedidas de los edecanes, cómo ofuscan los sesos...

viernes, 15 de julio de 2011

INVASIÓN A LA TIERRA – ESTERTORES IMPERIALES

Épico afiche de INVASIÓN A LA
TIERRA: rage againts the machine. La
dificultad no amedrenta al Hombre
Norteamérica vive de un bélico cuento (chino): la supremacía de los cielos, el que, con un aparato de aviación avasallador los gobierne y vigile las tropas en tierra y, siendo del enemigo, aplastarlas con un bombardeo aterrador. Esta es una impresión que podemos extraer de BATTLE: LOS ANGELES, de JONATHAN LIEBESMAN, aunque no la única. Vietnam, donde la fuerza aérea se empleó a fondo, aun con el agente naranja, la táctica, muy GOERING, fracasó. No se discute que un eficaz apoyo de la fuerza aérea no consiga, sino toda la batalla, buena porción de ella. Pero reposar los méritos de la victoria en la ‘quirúrgica’ y altísima intervención de los bombarderos y cazas es irreal. La guerra se gana en tierra. Es una tarea de coordinación y cooperación.
Invasión a la Tierra se despliega toda para avalar esa estrategia “celestial”. Tanto por parte de los aliens atacantes como de los nativos. Pero, irónicamente, quien salva el día es un puñado de comandos que, con gran coraje, sitúan y atacan el puesto de control de los cazas-robot alienígenas, lo que permite a la aviación destruirlo. Aun así, la principal obsesión de la cinta es demostrar que, quien controla el alto cielo y todos los vientos, sin duda vence.
Brutal contraste: aquí, de cachondeo, y, de pronto...
Caos, devastación, muerte...
Otra cosa que resalta en la cinta, impresionante despliegue de FX, en detrimento de su carga emotiva (dejaba terreno para mostrar las impresiones, miedos y secuelas que la invasión causaba en los angelinos), es la tropa multirracial que comanda el SARGENTO NANZ, un atormentado AARON ECKHART distante de su rol de DOS CARAS-CABALLERO BLANCO de Gotham City, guiando por entre los escombros un pelotón que rescata a varios civiles atrapados en una comisaría.
AARON ECKHART como el atormentado SARGENTO
NANZ. Y mañana iba a jubilarme, hombre...
Hasta hace poco, esto lo hacía un grupo de buenos hombres blancos (protestantes de traza nazi) al que después colaron algún negro, por eso de que les liberaron. El pelotón de Nanz está lleno de minorías, lo cual puede entenderse como que la integración racial funciona de verdad…, o que la elite blanca enmierda a las otras razas con las tareas más desagradables. Aunque, en el fondo, el mito de la superioridad blanca persiste: ¿no es Nanz, tipo ario, el que manda, más que el teniente hispano?
Aparatosos FX para magnificar una tragedia cósmica que
desgarra de pronto nuestra seguridad anodina terrestre
Otra conclusión que Invasión a la Tierra (suprema, épica, mítica, comparada con la inefable FALLING SKIES) esboza es que América advierte que su decadencia imperial ha comenzado y que, a través de películas como ésta, intentan estimular con una idea radicalmente opuesta a sus ciudadanos. Unos pocos americanos (el color de su piel no importa; todos son hijos del dólar. -Y, al mismo tiempo, cebo para convencer a las minorías que ¡contamos con vosotros!-) propicia el triunfo. No se debe a un esfuerzo coordinado con combatientes de otras naciones. Toda la Tierra está siendo atacada. Alemanes, franceses, rusos, podrían haber descubierto la clave para menguar el poderío alienígena, e Invasión a la Tierra ser el relato de ese pelotón poniendo en práctica tal solución. No: son ellos los que dan con la tecla. Y, con espléndida generosidad, derraman la importante dádiva al mundo.
El mito americano de la supremacía aérea manifiesto en
este fotograma; en España, ante esta eventualidad,
¿nuestro Ejército podría actuar con esta eficacia?
Invasión a la Tierra, que sólo pretende entretener incluyendo cierta tensión dramática que la evite parecer trasunto de lujo de un episodio de EL EQUIPO A, también procura estimular unas reacciones primarias, como la defensa de la patria, la camaradería, la lealtad, la traición. Nanz, ejemplo del soldado-héroe que todos querrían ser, consume los últimos días de su vida castrense asediado por los fantasmas de las bajas producidas en sus pelotones en las guerras que ha librado. Y cree que, licenciándose, encontrará la paz. Pero el destino le hace ver, inexorablemente, que su patria es la guerra, y espera que impida la invasión a la Tierra.
Un poco de elemento humano para sensibilizar a los
espectadores y hacer más dramático el trago
Los FX regalan impresionantes escenarios barrenados por las armas de HI/TECH cósmica de los enigmáticos cyborgs alienígenas desplegados con fanática tenacidad por Los Ángeles. En pocas horas transforman Los Ángeles en ruinas. (Las calles, sin embargo, saturadas de escombros y chatarra, no muestran cadáveres, o tantos como debieran.) Estas tropas espaciales son de rápida reacción y agilidad, y hay momentos en que se comportan como los mismos defensores. Los invasores merecen atención; su motivación está clara y es imaginativo el que vengan por el agua y funcionen merced a ella, así como la sospecha de que su básico organismo está concentrado en un punto y, a su vez, blindado, como muestra de lo cruelmente eficaz que es su civilización.
El enemigo; funciona con agua. Quiere
nuestros mares
Lo que aporta drama a Invasión a la Tierra está tanto en la decisión del torturado Nanz como en su enfrentamiento con uno de sus soldados. El hermano de éste formaba parte de una unidad que mandaba Nanz y, en un combate, a consecuencia de una decisión, en apariencia errónea, del sargento, murió. Este hombre le espeta que mientras Nanz recibía una medalla, su hermano merecía una caja de pino. La fricción está en el aire. Pero nunca impide que reaccionen como un solo y eficaz ente.
Invasión a la Tierra también se organiza para bridar momentos wagnerianos a sus participantes. Liebesman, más en la estela de los maxiespectáculos de adrenalina y FX deslumbrantes MICHAEL BAY-JERRY BRUCKHEIMER, prefiere magnificar las poses homéricas a trabajar el “elemento humano” (como en STALINGRADO, de JOSEPH VILSMAIER) y hacer ver que, aunque el adversario acose con un despliegue aterrador de medios, aún el Hombre, pese a estar corroído de dudas, miedos, angustias, es capaz de hacer cosas grandiosas. De eso carece la película. Tampoco era cuestión de hacer un dramón con algunos tiros y varias naves raras revoloteando por ahí, pero sí para parar un momento y retratar la desesperación del combatiente mientras, ensordecido, ve morir a sus camaradas. A modo, Liebesman trata de impostarlo en la carta del oficial RODRIGUEZ dirigida a su esposa (encinta), sin llegar a lograrlo del todo.
Los de FALLING SKIES darían todos los piños por tener
una secuencia tan espectacular como esta
Confieso que Invasión a la Tierra me produce “sentimientos encontrados”: aprecio su imaginería visual y su tensión constante. Pero tiene detalles que me la avinagran, como cuando Nanz decide ir a señalar con láser el puesto enemigo para que lo bombardeen. Obviamente, con esta acción suicida busca purgar sus culpas. Pero no morirá solo: por la cuerda rápida se desliza su gente. Volver luego al combate, como en BLACK HAWK DERRIBADO, para ofrecernos esa secuencia final del poderío aéreo americano dispuesto a darle una paliza mala y de verdad a los alienígenas, es otro. No obstante, el balance final es positivo. Lástima que no notable.
MICHELLE RODRIGUEZ resuelve el enigma; así que
¡a cuidarla!
Vuestro Scriptor.
Documentación adjunta:

martes, 12 de julio de 2011

LA PLAGA DEL LEOPARDO VERDE – EN EL PRINCIPIO, CRIMEN

Lamentablemente, esta revista
desapareció. El recopilatorio,
incluye el relato reseñado.
Portada: DOMINIC HARMAN
Un considerable cinismo desprenden los párrafos de esta novela corta de WALTER JON WILLIAMS, premio HUGO de 2004. Parece trasunto del estado de ánimo de la presunta protagonista, MICHELLE, una sirena, que, desde su isla, de forma accidental hace un singular descubrimiento.
La plaga del leopardo verde es, en parte, una parábola sobre la GENEmod aplicada no ya como solución al hambre, su objetivo original, sino como un artículo de relativo lujo pero al alcance de todo el que quiera. Michelle había renunciado a su carne original para ser, antes que sirena, simio, y así poder efectuar mucho mejor sus investigaciones.
Tan avanzada está la ciencia que el individuo puede codificar su ser en discos duros, backups donde le almacenan a uno, y si acaso ocurriera algo (como morir), cultivan un nuevo cuerpo, le enchufan esos teras de bits que eres tú y, ¡a vivir! ¿Será por carne?
Pero, más que solazarnos con las vicisitudes de una Humanidad que cambia de cuerpo a placer (o con relativa facilidad), Williams cuenta la tortuosa génesis de este pasmoso mundo. Arranca con el marasmo que aqueja a JONATHAN TERZIAN, un filósofo que recientemente perdió a su esposa y que, de una forma indirecta, proyecta suicidarse. Su inteligencia va urdiendo formas de hacerlo pero sin que parezca que quiso matarse.
WALTER JON WILLIAMS, ¡autor! Parece un
cruce de RAYMOND BURR y VINCENT
D´ONOFRIO, ¿verdad?
Y cuando piensa que ya está encarrilado hacia su elitista inmolación, una perseguida mujer, STEPHANY, frustra sus intenciones dándole un poderoso objetivo para desear llegar a mañana y ser útil a la Humanidad y la Historia todavía.
Este relato es tremendamente crítico con la Sociedad y, en especial, con los que sufren arrebatos mesiánicos. Mediante Stephany arremete contra la falsa sensación de seguridad que anestesia a los occidentales cuando cualquiera, aun el más tirano, les asegura que gobernará “democráticamente”, pero sin intención de hacerlo, y pone por ejemplo el conglomerado de países que surgieron tras la caída de la Unión Soviética. Amparándose en espesos muros de diplomacia, corrupción y “convenientes” huecos legales, en la inoperancia de la ONU, las multinacionales sobornan a los déspotas locales y, en sus industrias, antaño destinadas a derrotar al capitalismo feroz, se fabrican, sin más control que el de la seguridad interna de las propias plantas, armas biológicas, amén de otros productos, o desarrollan proyectos de clonación.
Cubierta foránea de un recopilatorio
de sus relatos; destaca el reseñado
Tales experimentos dejarían a MENGELE a la altura de un mequetrefe. El mundo festejó la caída del comunismo y los líderes surgidos de sus escombros, para aplacar a Occidente, los embobó afirmando que gobernarían con libertad e instituciones democráticas. Por supuesto: la democrática distribución de los suculentos sobornos entre los mandamases y la libertad ilimitada para tiranizar a sus pueblos. Pero, invocadas las Sagradas Palabras, Occidente es remisa a creer que haya juego sucio. Alegar lo contrario es maldad digna de la clásica conspiración judeomasónica.
Stephany, colaboradora de la Santa Croce, trasunto de la Cruz Roja, proviene de África, donde las multinacionales prueban fármacos y armas experimentales, pero eso no es nada con lo que ve en Transnistria, una parte de la ex Unión Soviética. Es uno de esos países donde la ley la imponen los fallos de billetes con que untan a sus dirigentes.
En medio de la barbarie, allí se estaba experimentando con algo que liberaría al mundo del hambre. Una cosa inadmisiblemente costosa para un sistema donde el esfuerzo, el capital, sus argucias para tener a la gente ocupada procurándose el pan, creando lucha de clases, podría desequilibrarlo de manera espantosa.
En fin, ¡pues que habrá que
conseguirla! Veamos qué tal se las
bandeó en la galaxia lejana...
Tal panacea no es que deba desaparecer (matan al inventor, momento en que Stephany halla a Terzian, que se transforma en su protector accidental, iniciando una peligrosa odisea de semanas de duración por Europa), sino que alguien debe comercializarla, y así mantenerle en el poder a través de las servidumbres de la ley de oferta y demanda. La filantropía, para los superhéroes de los tebeos. Esto es el mundo real, y funciona con dólares. Y, de esta gente, ambos escapan a través de Francia e Italia.
Michelle es sirena gracias a esa biomanipulación que transportaba en su equipaje Stephany. Y trabaja recopilando, en internet, datos sobre personas; eso se le da de muerte. La encargan rastrear esas semanas “perdidas” de la biografía de Terzian, el hombre que reinventó el mundo mientras una singular plaga, que volvía a la gente verde en África, pero les alimentaba de sol, se abría paso por el mundo.
Su meticulosa búsqueda, prosaica y fatigante para sus empleadores, va componiendo el mosaico que descubre la verdadera génesis de su mundo. Presentado como algo limpio, puro, se percata de la sangre, la desolación, la desesperación, lo poco rutilante, que en el principio era todo. Acaso a darle lustre contribuyera la sugerente (y no detallada) Guerra de la Velocidad de la Luz, que mató a numerosa población, Terzian entre ellos. Tras el caos, su mito fue cobrando aureola de santidad, algo que al filósofo le hubiera hecho tremenda gracia.
Otra obra, no relacionada con la
ciencia ficción; diversificándose

Williams, en plan demoledor-de-demolición aquél día, satiriza a los ácratas y sus Estados del Sol. Los tacha de guerrilleros de salón, de estadistas de opereta, de gente que, pese a estar “encamisetados” del CHE, empero son más parecidos a los mendas superficiales de SENSACIÓN DE VIVIR que otra cosa. Algo así como que, de nueve a cinco, ¡anarcos!; de seis a medianoche, pijos elitistas de las barriadas elegantes.
Un enfrentamiento ideológico de Terzian con Stephany le hace escribir: “Deja caer a tu anarquista desde un helicóptero en el Congo oriental, digamos, con todas tus teorías y con todo lo que pueda llevar a la espalda, y veamos cómo se desenvuelve…” O sea: del dicho al hecho, hay trecho. Y la ideología es fácil de defender en un medio controlado y con aire acondicionado, pero ¿en plena jungla, sin luz, agua corriente, a años luz del remedo de hospital más cercano? Se buscan voluntarios a poner Estados del Sol en Transnistria, donde primero pegan y luego ejecutan. ¿Nadie?
Al parercer, este filme está relacionado con Williams,
aunque no sé con precisión cómo; si relato, novela,
recomendación... Tiene buena pinta
El estilo de Williams, sólido y con señas distintivas, es diferente en este relato al de HARDWIRED, como una expresión de que se maneja en distintos “campos narrativos” con soltura. Siendo una novela corta, algunos aspectos “pierden” por no estar bastante desarrollados, pero eso permite a nuestra imaginación trabajar, suponiendo cómo fue.
La plaga del leopardo verde merece su galardón. Y Williams parece un autor que está “comprometido” con sus lectores, dándoles algo, ya sea con su estilo, o la trama de sus relatos, confiando obtener su reconocimiento.
Vuestro Scriptor.
Documentación adjunta: