viernes, 26 de agosto de 2022

EL HALCÓN MALTÉS — DASHIELL HAMMET INVENTA EL HARD BOILED

 

Portada. La imagen sienta las
bases del imperio detectivesco
privado, a ejemplo del libro,
un lugar próximo a lo sórdido
donde lo sórdido busca salida

Asumamos lo siguiente a efectos del funcionamiento de esta reseña: hasta la aparición de SAM SPADE, el único tipo de private detective (o policía) conocido era SHERLOCK HOLMES o CH. AUGUSTE DUPIN. Un inteligentísimo y extravagante sujeto, un tanto ermitaño, acaso misógino, con alguna manía o vicio (Holmes y la coca al siete por ciento), a quien plantean un enigma de aparente imposible resolución. Se fija acá/allá, establece algunas relaciones que, por desidia, torpeza, el hábito, la policía no se anotó (así como el biógrafo del detective) y enlaza en algún punto los volátiles datos que permiten resolver el caso, presentado con varias gotas de dramatismo para hacer más digestivo el relato (es un escapismo; teatro conviene echarle, o parecería un árido informe policial), para deslumbrar al público con la inmarcesible sapiencia del investigador.

Empero TODO sucede en ambientes que oscilan entre lo burgués y lo aristocrático. Alguna vez administran una galleta porque complican las cosas. Aunque la tónica usual es efectuar unas calladas indagaciones y un rejoneo de preguntas, planteadas de una forma astuta/elíptica, hasta llegar a la muy meditada conclusión. Hay mucho salón y butacas cómodas, abundantes buenos modales, que remata el colérico arrebato de ira del culpable, que queda sólo en inanes amenazas, y un cadalso.

Dashiell Hammet, ex empleado de la Agencia de Detectives PINKERTON, sin embargo enfoca la cuestión desde un ángulo sucio. Escribe aprovechando su experiencia personal. No creo que este hombre se enconara en prolongados tiroteos o peleas salvajes, mas la violencia, repentina, decisiva, podría haber sido más habitual de lo necesario. La vuelca en Spade, al que dibuja como un superviviente amoral, el tío que conviene tener a tu lado hasta en una pelea, pero nunca de enemigo. Puede venderte sin escrúpulos de conciencia, para empezar.

DASHIEL HAMMET, prototipo del sujeto
aventurero de comienzos del siglo XX; con
amplio bagaje laboral en distintos oficios. 
Su SAM SPADE es su reflejo físico

Cosa que hace con su clienta, mostrada como una frágil damisela que le cuenta una trola que, a los cinco segundos, Spade decide es una mentira urdida con cierta habilidad, si bien insuficiente para soportar su cínico (es la palabra que le describe) escrutinio. Su secretaria efectúa la labor de conciencia de Spade (como individuo, algo mejor, eso sí, que su socio, con cuya esposa Spade mantiene una adúltera relación que empieza a serle un problemático estorbo) procurando mellar la gruesa capa de cinismo para alcanzar lo que queda o hay de humano (desde el aspecto de bondadoso y solidario) en él para tener una relación más cordial con la Humanidad, algo así como procurarle una pax de espíritu que le salve del Infierno.

Ella actúa un poco de la MARGARITA de FAUSTO; intenta traerlo al Lado Luminoso de la Fuerza, ahora que el cinismo, el Reverso Tenebroso que encarnó MEFISTÓFELES, le ha poseído. Es una especie de cruzada moral, una obligación que se impone (ora por trato cotidiano, ora por deferencia humana, ora por algo sentimental), aunque atisbas es un caudal de bondad desperdiciado en este duro fisgón de San Francisco, que ya cultivaba fama de “ciudad abierta” para los homoX. (Uno de los integrantes del relato lo es y lo comentan: San Francisco podría ser su paraíso.)

BOGIE contribuyó asimismo al
establecimiento de la imagen del
private detective que fuma mientras
come chocolate en la azotea. Bien
pronto llegó al cine esta novela


Lo peculiar, o innovador, de El halcón maltés, especie de MACGUFFIN aunque tenga una concreción material que sopesa Spade, es que no rehúyen los barrios bajos y la violencia y los tiroteos son una consecuencia directa/inevitable de curiosear en los más sórdidos dédalos de la condición humana. Alterna Spade los selectos hoteles con los distritos depauperados, los aparentemente más salubres miembros de la Sociedad con los delincuentes más depravados o peligrosos.

Rompe la tónica de “buenos modales” caracterizados por Holmes o HÉRCULES POIROT (por no citar a GIMPSY), personajes que lo más que hacen es levantar la voz. Sam Spade emplea los puños. Inaugura el siglo XX “detectivesco”. Poco a poco, lo elegante, lo aristocrático, irá relegándose hasta ser una curiosidad decimonónica.

viernes, 19 de agosto de 2022

ED WOOD — EL ILIMITADO

 

Afiche. Y la Mujer le dio a elegir:
¡ED: rotoscopio, o angora! Y el
peculiar cineasta hizo la elección
menos atontada y presuntuosa
de las dos

TIM BURTON impregna el biopic del inefable cineasta con considerables dosis de humor e ironía mientras potencia la interpretación de JOHNNY DEEP (actor vapuleado sin misericordia por el inexpresable femirulismo, fascismo rampante que conviene empezar a descabezar) rodándola en bianco y negro. Propiamente, en una poderosa escala de grises que matizan o acentúan los dramáticos momentos que la historia va situando en nuestro camino. Es posible que ese aparente capricho artístico persiga un concreto objeto psicológico: la vida en realidad es en biancos y negros, matices netos. El gris Grey está bien para presentar pretextos sobre ciertos asuntos cuando no queremos aceptar la inexorabilidad de los hechos. Imposible escurrir el bulto alegando franjas de tonalidades. Esto es bueno. Esto es malo. Inexcusable.

Burton quiere advertir que la vida de Ed Wood puede intentar entenderse en una difusa escala de grises como presenta la película, empero el tío, en el fondo, debes aceptarlo en bianco o negro, pues poseía tal avasalladora personalidad que no admitía degradaciones. En plan: o lo tomas, o lo dejas. A ratitos, como NO se debe escribir (así lo hacen los flojos y los poetastros muy perros), no me interesa admitirte así, o luego, asá. No. Todo. Nada.

Aceptando que cuanto Burton rodó refleja la realidad, que Wood era así, el individuo no permitía entenderle de otro modo. Más aún: muestra a un hombre vigoroso (ese era todo su talento) prensado por un sueño febril que le impulsaba a superar un sofocante piélago de dificultades (económicas, sobre todo) que habrían derrotado a otros. Cierto que su epifanía le llega durante la conversación en el bar (que invade travestido) con ORSON WELLES (VINCENT D´ONOFRIO) quien le convence, no persuade, de que merece la pena luchar por los propios proyectos. ROBERT RODRÍGUEZ, en su revelador libro sobre sus vicisitudes para filmar EL MARIACHI, comenta algo parecido: ¿por qué gastar una pa$ta en unos cursos cinematográficos que te servirán para con suerte ser integrante del equipo de producción de una película, donde enterrarán tu nombre en una larga lista de nombres en los créditos, cuando puedes invertir ese dinero en hacer TU película?

La auténtica VAMPIRA, que tan
recurrente se volvió en las cintas
(¿de culto?) de Ed WOOD

Rodríguez tuvo enorme cantidad de suerte; eso cuenta también. Mas la idea es buena. Y la acató Wood, centrándose en construir su Woodverso donde mezclaba sus filias, fobias y fetichismos concentrando a su alrededor un puñado de colaboradores que, más/menos, fueron fieles pues seguían figurando en sus inefables filmes… películas que, despreciadas otrora, empiezan a ganar adeptos e interés.

Porque ocurre con las malas/malísimas películas: preñadas de magníficas ideas, el deleznable conjunto general procura malograrlas. Mas, siendo buenas ideas, son indestructibles. Resaltan. El avezado espectador va apreciando su presencia; las atesora. Quizás por eso atrae “el mito Wood”, manteniéndose firme: por la cantidad de ideas que no pudo, o supo, desarrollar, y que merecerían un mejor soporte, o tratamiento.

También está la cuestión del indómito coraje del sujeto, que derivó al alcoholismo y el cine porno soft (o eso cuentan al final), esto segundo sin duda otro ardid adicional para obtener financiación y filmar esa gran GRAN película que custodiaba en alguna parte, en un guión ya escrito, o fermentaba en su cabeza desde tiempos remotos.

Afiche de la película más desarrollada
en la cinta de TIM BURTON. Gracias
a ella, que te definan el "
Ed Wood de..."
no es un insulto, sino un irónico elogio

La cinta retrata cuántas ingeniosas maniobras hace Wood para conseguir dinero y dejar el legado de sus propuestas. Esa audacia es digna de encomio. Seguro hay por ahí algún maricón, tonto del rotoscopio, con ínfulas gigantescas como su cornamenta, que va chillando por ahí las “esplendideces” de su “talento artístico” cuando es incapaz de mover sus minúsculas pelotas de poetastro, besadas por bujarrones y putas, para concretarlo en una película. 

Ese tipo de despreciable parásito fanfarrón, habitual del gremio lírico, no vale ni para lamerle las suelas de los zapatos de tacón a este luchador inasequible a la fatiga que fue Ed Wood. Por puto perro flojo.

viernes, 12 de agosto de 2022

CRÓNICA NEGRA DE HOLLYWOOD — JUAN PANDO CONSTATA

 

(Sórdidas) interioridades de unos
famosos personajes públicos. El
título es algo engañoso; piensas
tratará de asesinatos perpetrados
por actores, en plan
L.A. 
CONFIDENCIAL, empero
escarba en sus miserias

Debido a las fechas estivales vacacionales, me apiadaré del caveat lector y no le torturaré con una densa reseña, sino con una ligera, empero muy estimulante. Reconozco que desprecio los cotilleos. Esos programas manifiestan un (ineludible) aspecto sórdido de la Humanidad que parece incapaz de erradicar de su corazón. Parafraseando a TOM HULCE en MOZART: ¿quién no prefiere escuchar los cotilleos de su barbero que a HÉRCULES, a personajes tan encumbrados que cagan mármol? Late esa mórbida-morbosa satisfacción de saber guarrerías ajenas para excitar nuestra bajeza íntima…

…de la que no estoy exento, pues ¡he sucumbido al cotorreo sobre algunas estrellas muy rutilantes de Tinseltown!, encontrando fragmentos jugosos que incitan reflexión.

Una de las aseveraciones de Pando es, grosso modo, que la cuestión homoX en la Industria del Cine no es por moral, sino económica. Si X actor embelesa a tooodas las quinceañeras del ancho mundo, que llenan la sala, si descubren que es tralará, ¡eso hunde su taquilla! Hollywood es un negociazo de mile$ de millone$, no una institución de caridad que revierte sus colo$ale$ ingre$o$ en necesitados norteamericanos.

Tiene un despiadado cariz (el capítulo sobre JOEL SILVER lo expone) que desnuda como nada el ansia de lucro del celebrado parásito real, el cine, carente de escrúpulos al arramblar o saquear lo que sea, donde sea, cuando sea. Luego eres tú el tonto el culo que ve el último disparate de LUC BESSON o ROLAND EMMERICH y deplora su bajísima calidad o coherencia argumental. Hollywood se ha limitado a servirlo en un colorido celofán seductor. Qué mierda envolvía es harina de otro costal; pueden excusarse de mil maneras; nadie te amenazó para verlo, ¿no? Empleaste tu libre albedrío, macho. Jódete.

La mejor foto que he encontrado del
autor. Tras la lectura, estos personajes
pierden todo su glamour. No les ve ya
tan estupendos en sus filmes

Otra deducción que sacas del libro (bastante ameno, resalto. —No sé si por conocer porquerías íntimas de esos actores, o porque, per se, es estupendo—) es qué baja calidad moral tienen nuestras admiradas estrellas del Paseo de la Fama. Uno tiene la impresión de que MEL GIBSON, CLINT EASTWOOD, JULIA ROBERTS o JODIE FOSTER, son personas de tal laya moral que consiguen acomplejarnos por destacar nuestras miserias particulares. Esforzándose por triunfar, interpretan a héroes o personajes inolvidables, legendarios iconos que instan a comportarnos de puta madre magistral en el trabajo, la vida, nuestros semejantes.

Y ¿qué resulta? Borrachos. Ninfómanas. Pervertidos. Tacaños. Hoscos. Drogadictos. Lo que somos/conocemos, ¡pero plasmado por nuestros ROCKY o DIRTY HARRY! Piensas que están ahí porque, tesón, suerte, sagacidad aparte, algo les hace especiales. La moral conducta irreprochable. De premio kármiko: el estatus. El Oscar. ¡Y qué decepción cuando explotan los escándalos (acaso los más repulsivos, los sexuales)! Hunden al tío. La mítica. El personaje, el que te inspiraba, te emocionó, ¡menoscabado! Tras leer este libro, no veo con su vieja simpatía ciertas películas y a sus protagonistas. La mezquindad y promiscuidad, sobre todo, consiguen teñir y emborronar esas leyendas. (Las drogas es un asociado habitual a todo el conjunto de basuras.)

Siempre he detestado a este actor;
mas no es en tan cotizada barriada
angelina donde EDDIE MURPHY
se busca sus flirteos homoX

Sin embargo, un caso que me ha llamado la atención es el de Jodie Foster. Es lesboX. Como su madre. Pando no obstante traslada la sospecha de que no es por un extravío genético (aceptado que el machihembrado es la ley natural universal), sino que emula una conducta que vio de niña y a la que se empeña en acoplarse por no conocer otro modelo de relación. Salta la pregunta: ¿cuántos casos parecidos, de “falsos” homoX, hay, al carecer de una sana comparativa heteroX, y ahora deben emular algo que, en el fondo, les insatisface, o tratan de ajustarse a una moda ‘atractiva’ que “levanta carreras”?

¿Será esta señora feliz con su elección? No tenemos forma de planteárselo, esperando acabe sincerándose. (Como EDDIE MURPHY debería hacer, a su vez.)

viernes, 5 de agosto de 2022

LOS VENGADORES — LOS DE LA TV, NO LOS MARVEL…

 

Afiche. En éste, sí aparece el
nombre de SEAN CONNERY.
En aquél grande promocional, no

…y tampoco comento sobre dicha serie de 1961, sino de su adaptación a la gran pantalla (1998), cuyo primer contacto fue aquél gran cartelón publicitario donde aparecían los nombres de RALPH FINNES y UMA THURMAN empero no el de SEAN CONNERY, cosa pasmosa considerando la larga carrera del actor y su vinculación con un personaje “hermano” a los protagonistas de este filme: BOND, JAMES BOND.

[Infiero, tras lo visto, igual solicitó le desvincularan de los créditos (y ojalá de la cinta, cosa ya imposible) como forma de no querer promocionar un filme del cual contento no estaba precisamente. (También pudo haberse borrado de LOS INMORTALES 2.)]

Y no sería tampoco de extrañar, por lo visto plus. No sé qué impulsaría, en su momento, a hacerle interpretar al SIR AUGUST Meteorólogo Megalómano (ca$h, claro), mas una vez plasmada su estrafalaria interpretación cargada de histrionismo en el celuloide, prefirió desvincularse de tan extraño hijo bastardo.

La cinta de JEREMIAH CHECHIK imagino respetaba la estela de aquellos episodios del 61, extravagancia hippie que pretendiera abordar desde ese ángulo el submundo de los espías y las conjuras de peculiares tecnócratas ensoberbecidos que pretendían dominar el ancho mundo mediante artefactos espectaculares dignos de las viñetas más expansivas de los TBOs Marvel.  Esa mezcla de chulería ‘humorística’, de soft-psicodelia y superbellacos empastillados, situada en un duro 1998, plagado de iconos como MAD MAX, ROBOCOP o TERMINATOR, provocarían desconcierto al espectador. El público no estaba por buscar la broma, procedente de la Guerra Fría-Era del Flower Power (al menos, en su embrionaria fase), acostumbrado ya a ARMAS LETALES o JUNGLAS DE CRISTAL, menos rebuscadas, de singular “cercanía” con el mundo actual.

La explosiva pareja protagonista
en las antípodas de las modas. Del
conservador sibaritismo inglés al
sensual ajustado atavío
fetish

El elenco se limita a hacer lo ordenado, con su mejor hacer (pienso). Fiennes emplea el paraguas para abatir patillosos sesenteros; Thurman encarna a la fetish de glacial mirada y certeza de superioridad en casi todo tema; Connery se las da de DR. DOOM harto de anfetas. El resto del reparto apuntala animoso una película que concluyó siendo un fracaso de taquilla y público. No sé cuánto de culto pueden ser estos Los Vengadores de 1998, mas no he detectado un entusiasmo especial concreto.

¿Qué hace fallar una película cuyas características debería, cuando menos, suscitar nuestro nostálgico interés freakie, evocados sus orígenes? ¿Chechik se pasó de listo, o el libreto carecía de suficiente entidad? ¿O se trata en realidad de que ya no tenía espacio en el actual espectáculo? Si la cinta contenía una presunta carga de broma, o ironía, debió pasar del todo/completamente desapercibida para casi todos. Parecían chistes de un pijo. Cuesta sintonizar con los presupuestos que quisiera transmitirnos esta distracción.

Instalado en la butaca para caderas cómodas, empiezas a buscarle cosas positivas para vencer la sensación de: a) estafa; b) pérdida de tiempo (a emplear en algo más constructivo). Autoargumentas: que si es de los 60, que busca mofarse de esos asesinos de los ojos negros y las patillas tipo CURRO JIMÉNEZ, de las estrafalarias armas y demandas de unos psicópatas engreídos, de unos mandos con los nombres cambiados con respecto a sus sexos, así como que, al contrario del implacable M de Bond, James Bond, son minusválidos… 

¡Sólo puede quedar uno!, y no será un petimetre
con paraguas, en vez de espadón kurgan, promete
el exagerado METEREÓLOGO LOCO

Todo eso, aun realzado por los catsuits de EMMA PEEL, no logra vencer la inflexible sensación de que, oye, macho, podrías estar viendo, o haciendo, algo mejor que estar aquí plantado esforzándote por encontrarle posibles a una cinta de elaborados SFX y acción de contraespionaje que, al menos, toca un tema interesante: emplear el clima como arma de devastación masiva, cosa que espero tarde en ser posible.

Pues, ya de por sí, el planeta está haciendo lo suyo por exterminarnos. Encima, le estamos ayudando, consciente o subconscientemente, a acelerar el proceso.