viernes, 24 de junio de 2022

ACORRALADO — FIRST BLOOD

 

Afiche foráneo. Obra de DREW
STRUZAN (¡aclamad al ilustrador!)
para engancharnos a ver este drama
de trasfondo policíaco-militar

El mito nace en 1982 en la pantalla de plata, ergo, hace cuarenta años. En el papel estaba impreso desde 1972, empero a saber cuánto tardó DAVID MORRELL en vender la impactante novela que catapultaría a su vagabundo excombatiente de Vietnam (tema candente CANDENTE por entonces) a la fama más estelar.

Precursora, la obra tocaba un tema en el que posteriormente el cine barrenaría en detalle, con filmes como TAXI DRIVER, APOCALIPSE NOW, EL CAZADOR o MÁS ALLÁ DEL VALOR: la contracción que sufre el veterano al regresar a casa, donde sólo encuentra rechazo, desprecio, en el caso de Rambo: violencia. Los veteranos de la Segunda Guerra Mundial o aun Corea no entienden Vietnam. ¿De qué se quejan estos tíos?, era el resumen que dentro de su mente el sheriff TEASLE se hacía (en el libro). Es una guerra. Una putada. Lo pasamos mal. Quizás peor que ellos. ¿Nos quejamos? No. Como machos.

El problema era el paradigma social: el movimiento hippie, su cuestionamiento de los anquilosados establishments conservadores, la TV mostrando los raids con napalm o agente naranja, la cierta sensación de que al Nam no iban todos, como sucediera en guerras previas, sino las clases obreras o desfavorecidas. Los niños bien, o con padres relacionados que les escaqueaban de morir reventados por una mina en un arrozal o enganchados en estacas punji en junglas perdidas en todo mapa: escurrían el bulto.

El coming home no es lo que RAMBO esperaba.
El hombre parece hasta un poco zumbado. No
encuentra siquiera contactos con su pasado

Esto es lo que Rambo encarna (esa sorda furia) y Teasle decide defender: un inmovilismo patriótico cuestionable, manipulado por corporaciones armamentísticas que necesitaban contiendas globales para seguir enriqueciéndose. Rambo es hijo del obrero que pierde la vida, o mutilan, allá lejos y, cuando regresa, ¿qué encuentra? La mierda del pacifismo asimétrico, orquestada por los pijos de privilegiados, una cínica hipocresía progresista hecha para dar la nota, que desdeña comprender que el tío de uniforme que vituperan fue en su lugar a dejar las tripas en los manglares por una causa ajena que no entendía.

No era Pearl Harbor, un trozo de Norteamérica violado por el bombardeo nipón. Era ir a un país hostil de cabo a rabo a defender… ¿qué? ¿La libertad, la democracia? La ¿de quién? Vietnam del Sur era una dictadura sostenida por EE.UU. Esos tíos que arriesgaban el pellejo en las selvas no eran rojos, mas entendían que allí no pintaban nada. Y más al anotar que sólo pobres e hijos de currantes encogían el culo en ese fango.

El icono nace. El guerrero invencible
pese a la superioridad numérica del
enemigo y su equipamiento. Los montes
son sus aliados

Una nueva percepción del mundo y los conceptos de patria, libertad y democracia se abrían paso con dificultad en una Sociedad dogmatizada por un credo que no obedecía a tantas causas justas como vendía. E impregnaba la atmósfera la pregunta constante: ¿por qué estos tíos se quejan, si yo perdí los piños en Normandía, y sigo… medio bien? Una de dos: o esos traumas postbélicos no se relataban, se ocultaban, o antes estaban hechos de pasta más recia, capaz de sufrir soportándolo en silencio. Es un asunto digno de examen y comentario.

De momento, celebremos la trepidante cinta de acción dramática donde su protagonista, SYLVESTER STALLONE, quedó del todo/completamente consagrado. En nuestras vidas sitúa a un todoterreno experto en supervivencia que combate a esa nación que desprecia su sacrificio personal y, por vergüenza (al fin y al cabo, Rambo representa una derrota, algo intolerable para Estados Unidos), le rechaza. Que luego Rambo demuestre ser una invencible máquina de triunfar y matar sugiere la expiación que hace esa Sociedad ultrajada. No ganaron porque no les dejaron. Fíjate en ese tío, cómo barre todo obstáculo armado. Se atenúa la culpa, se diluye. Crean una fabulación que restaña la herida, como los bombardeos atómicos en Japón hicieron en su momento. Briosa historia aparte, he ahí el auténtico éxito de Rambo: limpia la culpa. Devuelve la hombría a Norteamérica.

viernes, 17 de junio de 2022

THE SHAOLIN COWBOY : START TREK — POR FIN STAR TREK VALE PARA ALGO

 

Portada del volumen comentado;
el desmesurado tamaño del
enemigo no impresiona al jinete
ni su montura. Aviso de lo que
espera al lector dentro

…para que su título pueda parodiarlo, de esta ingeniosa forma, el autor de la inefable saga, GEOF DARROW, a quien conociéramos, sobre todo, por HARD BOILED, la magna concepción del cyberpunk hyperviolento de comienzos de Década 90.

Mientras Disney destruye Marvel (planeando acabar con DC Comics —aunque, según freakies entendidos, DC se basta sola para demolerse) a base de carajotadas inclusivas, tratamientos epilépticos de sus colecciones, deconstrucción sexual de sus más aguerridos personajes heteroX (ya sabéis: hetero=malo; lo otro=bueno) para satisfacer a doscientos o trescientos lectores (si llega) mientras cabrea a cuatrocientos mil (o más), que pasan a leer colecciones indie, donde hay libertad aún, complace ver que quedan autores, fuera de toda esa estúpida marea de lo feministamente correcto (movimiento que lo acapara todo) que está ahogando la creatividad por mor de insidiosos ‘escrúpulos’ que persiguen una perniciosa transformación del ancho mundo, que siguen ideando, con imaginación y sin trabas, dándolos por tanto generosas sorpresas como la que reseño.

Un misterioso, lacónico y algo pasado de peso oriental, el Shaolin, vagabundea por un desierto de Ninguna Parte, a lomos de su mulo andante-parlante, para completar alguna meta que desconocemos, al menos, durante el primer volumen. Sin embargo, el Shaolin, excepcional e implacable combatiente, en realidad parece escapar de la venganza del REY CANGREJO, crustáceo andante-parlante, quien se la tiene jurada por, en un bufé, haberse jalado a toda su familia.

La apariencia del SHAOLIN 
engaña. Atentos a la barroca
exposición de enemigos a los
que piensa liquidar en breve

Convoca a todos los enemigos que durante su largo viaje el Shaolin ha ido haciéndose (considerable turba) y, en grupo, arremeten contra el virtuoso karateka. El cual no tiene problemas ni complejos para masacrarlos a todos.

Este es el entrante, a base de marisco, valga la analogía, de Start Trek. Darrow, creador, guionista, dibujante, se explaya consciente de que lo que hace está libre de trabas o presiones, un deseo de romper estructuras clásico-trilladas y, por tanto, se empeña en asombrarnos una viñeta tras otra mediante su barroquismo elevado al cuadrado, páginas que pasan no obstante del minimalismo básico al recargamiento más delirante, aun agobiante, que invitan a pensar cuánto tiempo ocupó a este hombre acabar tal viñeta.

Rompe su callado personaje la norma del apolíneo superhombre musculoso, forever young que defiende el ideal de salvar al mundo, derrotar a los adversarios que amenazan democracia y seguridad (hoy, ya no; hoy exigen, al superhéroe-heroína, un expediente biX u homoX, no de qué es capaz; si no lo tiene, queda descartado al punto), ejemplificar con su conducta moral e impecable y al que se somete sin pausa. El Shaolin está grueso. Sus metas parecen turbias. No vacila al momento de matar. No suelta perogrulladas shakesperianas (para eso está el mulo). No parece, en resumen, un héroe, sino un antihéroe, pero dela vieja escuela de Década 80, que termina cometiendo heroicidades porque hacia allí lo empujan sus enemigos. Hay ética en el Shaolin. Aunque demasiado ambigua, o brumosa, como para que podamos decantarnos por su causa sin recelos.

Helo ahí, en acción, como DARROW, que de
nuevo se mueve con soltura en las viñetas de
la hyperviolencia

Reservas presenta el personaje, esto es. Lo enmarca un despliegue de imaginación desbordante, de páramos de orbes paralelos a la Tierra, habitados por salteadores de caminos a lo MAD MAX, o los zombies, o los codiciosos entes asesinos sobrenaturales que se creen dueños de una especie de reliquia andante-parlante que no sólo salvará el mundo; les enriquecerá sobremanera.

Combinación afortunada de detallado arte y fantasía desbocada es lo que Darrow ofrece en estas andanzas del anti KUNG-FU que, antaño, protagonizara DAVID CARRADINE. La verdad: prefiero al más terrígeno Shaolin que no a la abstrusa filosofía oriental que Kung-Fu despedía a destellos en la serie, capaz de dejarnos confusos, sin entender qué pretendía aleccionar. El Shaolin se salta el régimen mientras se toma unas birras.

viernes, 10 de junio de 2022

HARRY EL SUCIO — CON ESTE AJETREO NO SÉ SI HE DISPARADO…

 

Afiche. Título auspicioso para su
protagonista, que cimenta su
carrera e inicia una leyenda
del cine y la metodología de
tratar ciertas delincuencias

ANDY ROBINSON, el insidioso SCORPIO, recibió amenazas por su actuación del psicópata sin entrañas que sabía aprovechar los intersticios de la Ley para salir impune. Cierta suerte le acompañaba. Lo importante está en ese “recibir amenazas”. ¿Tan jodido está el personal que es incapaz de discernir entre lo que es una interpretación actoral, más/menos conseguida, de la persona que la realiza?

Además, la crítica (francesa, comentan), se puso exquisita bombardeando el aparente aparato fascista que desplegaba la cinta. ¿Dónde se ha visto que un policía se erija juez y verdugo despachando a los criminales a su antojo? Todos los comentarios sospecho irían por ese camino. Tenemos un elaborado sistema de derechos y libertades concebidos para evitar excesos de las fuerzas del orden, en efecto. Porque malnacidos hay por doquier y muchos llevan placa, aprovechándose de ese estatus para hacer la gran puñeta. Los políticos son peores aún, no obstante. Empero, las voces airadas en su contra son mínimas-nimias. (Dependiendo encima del color político del político, lo cual al crimen añadimos el cinismo hipócrita.)

Sin embargo, esas normas establecidas para nuestra defensa se revuelven de golpe en nuestra contra beneficiando a sabandijas como Scorpio, que acaban libres para dar otro golpe espectacular, marcado por una crueldad tal que sacie un hambre narcisista. Va a quedar impune. Pues… ¡al ataque! El expeditivo inspector Harry CALLAHAM está hasta la coronilla de ver cómo esos tiparracos culebrean por el Sistema. Sin duda, este Scorpio es el peor. Se acabó tener contemplaciones. Al menos, con este tío.

Además, se pone de moda el revólver del .44
Magnum como icono del devastador poder de
cualquier bala
 

Porque tras atraparle en el estadio, esperando rescatar a la chica que Scorpio ha raptado (matándola en algún momento), lo sueltan para… secuestrar el autobús lleno de escolares y largarse en un avión. Seguro que, a futuro, dejando un reguero de niños asesinados tras de sí. Por cualquier pretexto. Acaso una mala mirada. Su violencia en el autobús, golpeando a los aterrorizados niños para que canten, ya previene de sus intenciones.

Mas la Sociedad lo acepta. Mil muertos antes que vulnerar un elevado principio en propia defensa. Amén de consagrar a CLINT EASTWOOD, llega Harry el Sucio a nuestras mitologías en un momento de profundas transformaciones sociales que acabarán acuñando lo que hoy definimos progresía. Los progres, aparte sus intereses particulares, vigilan, por otro prurito narcisista, que los desfavorecidos sean favorecidos, y la policía no se exceda en su labor. Lo malo (para ellos) del “ejemplo Scorpio” es que no es un vagabundo apaleado o algo así por capricho o brutalidad gratuita. Es un astuto malvado que retuerce los sucesos para quedar como demente y eludir la sentencia. Los progres no ven esa letal impostura, sino que Callahan ha emprendido una solitaria cruzada vindicativa por salirle de los perendengues putear a este sujeto concreto.

Sucede que a esa progresía nunca les pasa las atrocidades que al resto de mortales. En esa categoría entra el fiscal que abronca a Callahan por su actuación. Se pertrecha en que “lo quiere también fuera de las calles” y que “nosotros nos ocuparemos”… pero no dice cómo, ni cuándo. Todo queda en una cómoda nebulosa donde las responsabilidades no afectan a nadie. Nadie debe tomar decisiones comprometidas. Es algo dejado al azar.

Un despreciable y artero asesino que sabe cómo
manipular las leyes y los medios para salirse
siempre con la suya. Hijo de la
Era de Acuario,
olvidó que cavernícolas como HARRY
CALLAHAN aún existían para darle su bien
merecido castigo... y a la Zoociedad que cría
sujetos de esta laya

Designar al villano como Scorpio se debe a la actividad del ASESINO DEL ZODÍACO, que perpetró asesinatos por entonces en San Francisco. Harry el Sucio se entiende así como un (necesario) esfuerzo catártico para una Sociedad atemorizada y que quería una respuesta al problema (cuanto más rápida, contundente/radical, MEJOR), que tanto trastornaba rituales y seguridad, colectiva e individual. Les mostraba débiles. Víctimas. Harry el Sucio también abre el debate de seguridad-libertades. ¿Cuántas sacrificaríamos para tener seguridad? Como siempre, el dilema se resuelve de este modo: el que encara la solución, como JUDGE DREDD, es un individuo responsable e íntegro que sabe cuándo advertir o cuánto ejecutar. Lo malo es que ese paradigma, no cunde…

viernes, 3 de junio de 2022

EL VERDUGO # 13 – DEUDA DE SANGRE — MACK BOLAN: ¿RACISTA?

 

Pues tendrá que ser esta portada
a falta de la original de GIL
COHEN. ¡MACK BOLAN mete
mano en lasa fétidas entrañas de
la política nacional!

Tras tontear durante algunos ejemplares con la idea, DON PENDLETON al fin integra a su desesperado desertor de la guerra de Vietnam en las estructuras secretas de represión del crimen del Gobierno de los Estados Unidos de las Américas, apadrinado por HAROLD BROGNOLA, que llevaba esos números mercándose el apoyo del expeditivo vengador para la causa de mantener Norteamérica limpia de elementos perniciosos para el desarrollo de sus asuntos.

Esto conduce a ciertos inquietantes callejones. El problema de actuar así, es cuándo empiezas a decidir que el que cruza en rojo la calle merece sanción más allá de la

(Cúpula del Trueno)

multa, o el apercibimiento o amonestación, para dispararle en la cabeza. La idea puede tener un principio aun salubre, porque sus promotores (imaginémoslo) son legales; conocen perfectamente los límites existentes entre el reproche y el crimen de Estado.

Porque, en algún momento, la pureza de la idea acabará pudriéndose. Sucederá algo, un crimen en particular cruel o violento, un relevo de los mandos, que empezarán a empujar en una dogmática (o personal) dirección indeseable al departamento del que ahora forma parte Bolan, pese a su tenaz previa renuencia a integrarse en esas estructuras.

La oferta es tentadora, y acaso considere inevitable terminar aceptándola. Ya no es un tirador solitario, enloquecido por el dolor, e imbuido del convencimiento moral de que debe hacerse ALGO más allá de

(Orión)

Propaganda sobre los 50 años
de existencia del pulp. La verdad
es que parece un montaje sobre
HITLER, no un elogio sobre
DON PENDLETON

los inoperantes tribunales. Sublimado por Dios, Le ha conferido poder total sobre la vida y la muerte de quienes infrinjan las leyes de Bolan, exculpándole por tanto de las consecuencias a posteriori. Ahora es parte del siniestro engranaje de la CIA, digamos, contando sin embargo con su cobertura, medios, inteligencia, intendencia. Puede coger un avión en tal aeródromo secreto, aterrizar, eliminar a los mafiosos escogidos, para luego regresar de igual extranjis.

El Departamento de Estado se ocupará de tejer una coartada a Bolan y sofocar, como suelan proceder, toda protesta que eleve el Gobierno extranjero que considere que la radical acción supuso un flagrante atropello de su soberanía.

Bolan ya es uno de los nuestros. Vende su alma. Su cruzada. Gana en recursos. Empero ¿qué sucederá cuando no convenza el objetivo elegido a El Verdugo? ¿Acatará, se rebelará, volverá a la clandestinidad, teniendo ahora al Estado como enemigo auxiliar…?

Su lucha solitaria (no es tan solitaria; Brognola suele echarle un cable) le lleva hasta Washington, donde el implacable vigilante deshace un entramado de corrupción política que situaría a un cultivado Capo de la Mafia en la Presidencia, nada menos, con cierto tiempo. Inadmisible. Embiste con todo su arsenal, señalando a los mafiosos a las fuerzas del orden, rompiendo su máscara de respetabilidad, añagaza más destinada a consolidar su Plan Maestro Presidencial, ofreciendo a los selectos miembros de la Alta Sociedad “cosas” con las que luego podrían chantajearles.

La cosa es que pringue la Cosa
Nostra. No parecen existir más
mafias en el mundo. EL
VERDUGO es un pulp que
publica numerosos títulos
anuales, escritos por otros
autores, esto es

La Mafia tenía a su refinado candidato listo para cautivar triunfando en las urnas. Gozaba de los medios para encumbrar, o destruir, mediante sexo (hay una dosis de erotismo muy soft en estos libros —para eso es pulp—) u otras gabelas, a la oposición. Bolan desnuda toda esa porquería que invade Washington, viendo hasta dónde la pudrición llega, cómo lo amenaza todo. Ofende su sentido de la integridad, la honestidad, valores caros para el norteamericano…, negándose sin embargo a ver que sus compatriotas apenas ofrecen resistencia al embrujo de los italianos de la Mafia, con lo cual las acciones de Bolan ahora plantean un dilema: vale que disparaba a los malos; tenía pruebas de su culpabilidad.

Mas ¿cuánto de racista es la cruzada de El Verdugo, que siempre se muestra tan remiso a aplicar sus armas contra sus compatriotas… aun los más criminales…?