viernes, 29 de noviembre de 2013

GUARDIANES DE LA GALAXIA — PARIAS AL RESCATE

Portada del recopilatorio fuente del texto
Esta serie surge en un momento de alocada y efusiva creación y expansión de MARVEL. Estaban por plantar cuanta pica pudieran en el territorio virgen de la imaginación del populux, a fin de arrancar influencia y poder a la casi monopólica DC COMICS, y (casi) todo valía. Así, ARNOLD DRAKE idea un grupo de asombrosos y dispares patrulleros estelares que encontraron su imagen en los lápices de GENE COLAN.

Sin embargo, el concepto acuñado por Drake no obtiene la continuidad, hacia la grandeza, que preconizaba. STEVE GERBER hereda el encargo y lo lleva por derroteros que no contentan, ni convencen. Gerber tiene ayuda a la hora de cargarse la saga: colabora el inefable AL MILGROM al dibujo. (Colan no es de mis preferidos, pero Milgron es peor. Y ahí está —o estaba—, cobrando de Marvel sin impedimentos.)

Cubierta original. No parecen héroes,
sino maleantes listos a dar una tunda.
Parece obra de GENE COLAN. Vaya
con el ¡aclamado!
Bajo su férula, Guardianes de la Galaxia desarrolla que: en 3007, la Humanidad, cincuenta millones en total, está esclavizada por los BADOOM (unos persistentes alienígenas escamosos y malvados de la CASA DE LAS IDEAS). Esta casta de héroes sin patria, cada cual modificado genéticamente para sobrevivir al hostil ambiente de sus planetas natales (Júpiter, Plutón…), aúnan fuerzas para quebrar el lesivo yugo. Desafortunadamente (y siendo material Marvel, cargado de reflexivos elementos sociales), los liberados no estiman tener una deuda con los emancipadores, y devuelven la merced con los recelos y discriminaciones que caracterizan las series de esa Editorial.

Los Guardianes, por tanto, se arrojan a las estrellas, a bordo de la CAPTAIN AMERICA (´nuff said!) confiando que en su gélido brillo encuentren la gratitud y respeto que merece la amplia generosidad de sus desprendidos corazones, de lo que les han privado en las graves planicies del ancho mundo, sus brillantes mares y profundos océanos. Son paladines, creados, pues, para desfacer entuertos galácticos, quieran o no.

Impagable: ¡PACMAN devora! Sobre la
nave, no puede negarse su similitud con la
ENTERPRISE. Otra prueba que vincula
GUARDIANES DE LA GALAXIA con
STAR TREK
Un argumento que a cualquier otro autor, con mediano talento incluso, encendería sus sesos como bombillas de mil vatios, a Gerber sólo le surte de paridas y chorradas. Para empezar, a los combativos VANCE ASTRO, MARTINEX, YONDU y CHARLIE-27 (el forzudo y achaparrado joviano similar al GOLIAT de EL CAPITÁN TRUENO), se les une HALCÓN ESTELAR, tontaina engreído hermafrodita paramístico. Siempre anda escaqueado de la acción, mas hecho un sabihondo engreído arrogante.

No es el único con problemas de personalidad; Vance Astro formó parte de un programa espacial que tardó un milenio en llevarle a Próxima de Centauro. Cuando su nave llegó allá, hacía tiempo que el planeta estaba terraformado, y él, hecho paria sin planeta ni época. Pudieron haber tenido el detalle de rescatarle entre tanto, no que hizo el canelo por todas esas estrellas sin corazón. ¿No va a estar irritable?

La patulea heorica al completo, o casi
Y como los rumores de homoX podrían salpicar a los aguerridos Guardianes, Gerber les empotra a NIKKI, nativa del planeta Mercurio. Nikki se enamora de Astro, quien debería ser jefe de los Guardianes. Empero, y en virtud a ignotos méritos, el puesto lo adquiere Halcón Estelar, uno que sabe. Hasta ser insoportable.

A medida que avanzamos estos procelosos episodios, tan mediocremente dibujados, y con el plateado SILVER SURFER de guest starring, las cuestiones salen a nuestro paso. Con la experiencia previa aportada por la lectura de STAR-LORD (otro gran GRAN concepto desaprovechado A TOPE), los defectos de Guardianes de la Galaxia se hacen conspicuos. Influyen a pensar: la Tierra es un caos en fase de recuperación. Los planetas con capacidad para serlo, no se han constituido en federación, confederación, Commonwealth o lo que más les conviniera. Esta limitada Galaxia (con los mismos pocos metros que muestra la de STAR TREK —un plató—) no ha articulado leyes, aun mínimas-nimias, para su relación, funcionamiento y autoprotección.

Entre las numerosas amenazas galácticas
que los aguerridos afrontan, está la del
astronauta de la halitosis asesina
Vale, ¿quién, qué poder, los nombra Guardianes de la Galaxia? ¿En base a qué criterio se erigen tales? ¿Los de sus poderes, la nave, los diálogos? ¿Quién paga sus nóminas? O las averías de la Captain America. No importa. Son menudencias arrojadas al vulgo de las estanterías de las tiendas de cómics, confiando que el omnívoro lector las asimile sin problemas. Con Gerber y ROGER STERN al guión, ¡todo es posible!

Guardianes de la Galaxia tiene trazas de ser un Star Trek gráfico (para los trekkies, su tebeo alternativo) pero de tipos con superpoderes. Los Guardianes siguen fielmente muchos preceptos establecidos por la serie creada por GENE RODDENBERRY. Es de intuir, por tanto, que ante la imposibilidad de Marvel de adquirir los derechos para el cómic de Star Trek, lanzase una licencia similar mientras pasaba el tiempo hasta esos derechos obtener. Y, vaya, si la cosa funcionaba, Guardianes de la Galaxia sería una saga que, también, aportara dividendos.

Guardianes de la Galaxia no puede negar
su procedencia; desarrolla todos los tics
de
MARVEL con fidelidad
También, la serie parece seguir la idiosincrasia estadounidense del “arresto ciudadano”. Fuertemente individualistas, un grupo de sujetos se alía para formar un comando que aplica cierta ley, o justicia, al margen de la establecida, y que satisface su sentido de “lo correcto”. Es la base del cómic mainstream: el forajido heroico.

Mas el derrotero narrativo emprendido por el equipo creativo, resaltado por la escuálida labor de Milgrom, delata que tampoco había gran interés en querer que Guardianes de la Galaxia prosperasen. Otra posibilidad que dejaron derrochar, o fenecer, como ocurriera con KILLRAVEN o el citado Star-Lord. Colecciones con posibles que aguardan, en cajones, que alguien con talento les permita mostrar de qué son capaces, y resplandecer con luz propia en los zodíacos de la historieta, no a rachas, o como “invitados especiales” de otra serie.

¿Un sigul esperanzador? ¿Salvaje
remozado del concepto? Lo pensé,
hasta que vi al mapache. ¿Repetimos
tonterías?
“Inquieta” cómo los guionistas describen a Yondu, el virtuoso arquero, con vago sesgo de ser como un JEDI. Lo tildan de “salvaje, pero no tonto”. Siendo esta su mejor definición, de un héroe, ¿cómo queda el discurso de los Guardianes, apátridas por culpa del racismo terrestre?

Lamentablemente, el arranque prometedor inserto en la génesis de Guardianes de la Galaxia pronto quedó defraudado, decayendo al hastío en la última aventura publicada en el tomo recopilatorio reseñado. De nuevo, un documento a tener presente, Historia de la Historieta, pero del que no debe esperarse demasiado.

Vuestro Scriptor.

Un artículo prolijo y bien documentado:
http://lamanodelextranjero.wordpress.com/2014/08/15/los-verdaderos-guardianes-de-la-galaxia/

Relacionado:
http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com.es/2013/12/star-trek-x-nemesis-poquedad-estelar.html
Y, sobre tebeos y filmes de cómics, lista completa aquí.

sábado, 23 de noviembre de 2013

THE DARK CRYSTAL — PLÚMBEO OCIO

Afiche foráneo alternativo. Imagino que
FRANK OZ aportaría algo al conjunto
Vaya película aburrida. Grandilocuencia poética y conceptos confusos de abstrusa orientación teológica que pretenden engrosar una idea matriz de patas cortísimas. Y ahí está, ¡aclamada! por la grey que denuesta con furibundo entusiasmo cualquier otro filme cargado de energía y argumento. ¿Motivo? Es de marionetas audaces.

Sólo sostiene a CRISTAL OSCURO la vistosa imaginería visual de los monigotes de JIM HENSON, desarrollada según el trabajo gráfico de BRIAN FROUD. El resto, la historia en sí, es deleznable, antipática. Manida. Tira a un manojo de tópicos de la fantasía y la sword-and-sorcery que no acaban de encastrar del todo/completamente en la trama.

Debo insistir en que todo el notable reconocimiento que recibe la cinta reside en los muñecotes. Algunos, muy siniestros, como para aceptar el engañoso reclamo de ser Cristal Oscuro un EL SEÑOR DE LOS ANILLOS para infantes de corta edad merced a las marionetas. Los guiñoles malvados acumulan unas dosis de sádico barroquismo que pudieran hacer saltar las puritanas alarmas de defensa del decoro prepúber. Bueno, es también según les dé y quién lo haga que actúe su maquinaria censora.

Los malos en torno al tablero de su juego de rol cabalístico
Pero estábamos con una deficiente película que, con los años, ha ido acumulando un prestigio que, difícilmente, y siendo objetivos, posee. Es un constante giro cíclico el que se hace al evaluar Cristal Oscuro. Son las marionetas. El acabado de algunos escenarios y su propuesta. Nadie hace ver este o aquél otro aspecto del argumento. Una vez y otra: ¡son los SESAMO STREET de Henson (cuya calidad es innegable, cuidado)! Ya está. No se debe seguir barrenando. Sólo: venerar el filme.

Nuestro héroe de trapo y su novia, únicos supervivientes de
su especie. Muestra ella más iniciativa que el héroe elegido.
Se ve que ese día, en cuanto a guión, estábamos por romper
moldes
Nuestro héroe de trapo (auxiliado en algunos planos por un actor real) emprende un viaje por un mundo gobernado por el ahora desportillado cristal. Una suficiente explicación, depositada en un flashback, muestra las causas, la caída de un “gran algo” del pasado, víctima del orgullo desmedido. Al romperse el cristal, generó dos razas, una de aparentes sabios benevolentes, y otra de tiranos deformes que subsisten de depredar las demás especies del fantabuloso escenario.

Hasta ahora, el género ha brindado musculosos seminudistas que acometían la brava tarea de, a mandobles asesinos, restaurar el orden y ganarse ciertos privilegios y prebendas, algún trono. Lo vemos lógico. Coherente.

Este es de los buenos; lo ha jorobado todo cuanto ha
aprendido. Pero aquí está afligido: se le ha roto el rosario
hippie y no logra reunir las cuentas...
El muñecote heroico cuanto tiene es una flauta cuya apaciguadora melodía le ayuda en determinados trances. No es una criatura violenta; lo educaron redomados pacifistas que eran, pese al tamaño de su sapiencia, incapaces de usarlo para solventar el daño. Se sometieron a un fenómeno astronómico milenario para iniciar la tarea unificadora. ¿Purgaban con tan larga espera su pecado original? Podríamos intuirlo.

Pero es una torpeza del guión (otra más) que trata de entumecernos con demagogias de aire trascendental y filosófico que justifiquen su resonante oquedad.

Nuestro esbelto héroe de felpa es arrojado a un mundo de lobos y perros comecojones con una misión suprema. ¿Qué va a hacer, el pobre, si sus costuras se resienten y le han instruido en lo de poner la otra mejilla? Ahí está, pataleando los barrocos escenarios de fecunda y frondosa imaginación, confiándose a todos los Santos Sastres para no ser devorado por alguna calamidad de esparto.

La televisiva BRUJA AVERÍA hace una
aparición estelar; el esfuerzo la petrificó
en la talla que aquí aparece
Qué hermoso detalle toparse con una hembra (también de relleno de miraguano) de su especie y fliparlo con su existencia. El detalle chusco reside en que los sapientísimos hippies jorobados que le formaron (se dice que con profundidad en abundantes materias, empezando por nociones de su raza) no le advirtieron de las singularidades de las féminas de su pueblo. Así se queda, con los drapeados a cuadros, cuando ella despliega sus alas…
Sinceramente, con enseñanzas tan exhaustivas como las que brindan esos tíos, no se precisa lavativa.

La argucia que respalda a Henson, autor del libreto, para dar médula a Cristal Oscuro, es que la maldad y la bondad son elementos irreconciliables pero indivisibles del sujeto, sea o no humano. Al astillarse el cristal, sigul del Equilibrio (el tan buscado-defendido por el CAMPEÓN ETERNO, en cualquiera de sus encarnaciones), las fuerzas antagónicas y simbióticas se dividen y desarrollan un díscolo y abúlico estilo de cultura.

Los malos dirimen conflictos con estas espadas.
En cuanto a concepto visual, el filme rebosa
imaginación y barrocos detalles que no
compensan las carencias del libreto
Por fuerza, los malos de alambre, harapos y ojos-de-canicas iban a centrarse en despachar y martirizar débiles enanitos, conspirando para aniquilar a sus rivales, porque: A) lo llevan en la sangre; B) es su sino. Esto estaba cantado. Tanto, como que el Mal liberado a sus plenas anchas, además de ser entrópico, no conoce límites, y barrena cada vez más en su vileza, hasta autodestruirse en un festín de discordia.

El lado bondadoso de los seres grandiosos escindidos al quebrarse el cristal expone que el Bien, por sí, es bastante inefectivo. Se deja arrollar, cae en mansedumbre aun perjudicial para su vida. De hecho, la división que culturiza a nuestro héroe textil tampoco progresa. Están como complacidos (hasta la improductiva soberbia) de su naturaleza contemplativa, y no necesitan más. Qué colocones de autoestima se chutan.

Nuestro héroe de felpa y miraguano conquista a su novia
rellena de guata con una tonadilla, aprovechando el paseo
en barca por el río. Qué tendrán esos paseos...
No les conduele, pese a su aparente/recto sentido de la justicia, qué tropelías comete su lado perverso. Se limitan a aguardar la señalada fecha. Acuden a reintegrarse y ser una sola entidad confiando en que su pupilo de guata haga un trabajo que debieron ejecutar ellos. Pero, son taaaan mansos, el peso de su sabiduría los ha gibado de forma tan absoluta, que… Chaval, muévete tú, que sudamos la túnica.

Y, una vez reunidos, restaurado el poder del cristal, que se torna diamantino y radiante, no les avergüenza el mal causado. Sus víctimas no reciben la más mínima-nimia reparación, de elemental justicia. Escapan, a planos superiores, asumiendo de manera imperfecta algunas culpas, que no piensan empero compensar.

Esta vez, los malos, en blanco y negro, vigilando que no
se les queme el cocido, so pretexto de adivinar el futuro
¿Henson intentaba predicar que el Bien debe contener cierta dosis de impureza para emprender su propia defensa, caso de ataque (nada de entregarse a los leones, como los primeros cristianos: ¡pelead por vuestra vida!), y comprender qué daño podría originar de entregarse al Mal? ¿Que debemos tener cierta picardía, para no ser víctimas de los muchos desalmados sueltos por el ancho mundo?

Tal parece. Mas ¿tuvo que transmitir el mensaje con tan tedioso vehículo? ¿No encontró un medio más convencional, pero eficaz, para hacerlo?

Vuestro Scriptor.

lunes, 18 de noviembre de 2013

SLÁINE, LOS CARROS DEL CIELO — EL BÁRBARO ECOLOGISTA Y SU FIEL ENANO CONTAMINANTE

Portada de SIMON BISLEY para esta
edición de la extinta y fugaz Alex Cómics
Para entender la grandeza de este personaje creado por PAT MILLS para 2000AD debemos contrastarlo con CONAN. El cimmerio (¿o cimmeriano?) es un existencialista brutal que recorre, gráficamente, el mundo ataviado con un tapavergüenzas/portaenfermedades venéreas y cutáneas blandiendo hachas, espadas, lanzas o garrotes en pos de sus metas, concretadas por un augurio, vagando por los primitivos intersticios de la Historia Muy Remota, enfrentado a dioses paganos y cultos heréticos. A veces, empero, se topa con un embaucador que aprovecha la corta inteligencia de sus antagonistas y sicarios para darse pábulo.

Conan acaba dándole matarile, sacudiendo garboso su pestilente taparrabos peludo, que debía abrigar lo suyo, pues ni siquiera necesita camisa cuando transita por esos helados páramos norteños. A continuación, coge lo que quiere, aun a golpes, cepillándose alguna díscola para que su hombría siga intachable, que eso de andar siempre entre fortachones musculosos daría de qué hablar.

MIKE MCMAHON imprime su estilo
característico en cada plancha. Aquí,
los protas en un autobús del Pasado
En cambio, Sláine respira un aire preñado de elementos mágicos y sobrenaturales donde la degradación de la Naturaleza (apenas importante en Conan) es subtrama que llega a ser argumento en momentos determinados, enfrentándose, de paso, a criaturas complejas y retorcidas, víctimas de rituales obscenos, o capaces de arrancar de otros mundos amenazas difíciles de eliminar.

En la historieta reseñada, Los carros del cielo, Sláine y UKKO, ese aprovechado enano parásito, diametralmente opuesto a lo que suele ser imagen de tal criatura, ladrón, embustero, buscavidas, desvergonzado, levantafaldas oportunista, atraviesan un erial resultado de las brujerías de los DRUNES, quienes han edificado calzadas y erigido dólmenes que drenan fuerza de la tierra (de la diosa DANU) para darle diversos usos, como alimentar una piedra arcana capaz de elevar currajs.

Aquí se establece una imagen: el dolmen como un símbolo fálico que extrae poder de la tierra, a modo de torre petrolífera.

He visto magníficas páginas de CONAN,
pero, con esta fuerza y dimensión de
grandeza, no
En Sláine, constantemente se hace reflexión de los recursos naturales con un alegato ecologista muy moderno. Esto permite ver, comparar, qué diferencia existe entre las inquietudes de ROBERT E. HOWARD (o toda la caterva que depredó su personaje) y Mills. El primero era/se sentía señor de la Creación, Dios dixit; el otro comprende que es un inquilino, de paso en este planeta. Y le preocupa qué dejará después.

En todo Conan, la Naturaleza es un escenario, un telón de fondo de desigual relevancia para el curso de la historia. JOHN BUSCEMA, o cualquier otro ilustrador, concentra la atención en las priápicas proezas del cimmeriano (¿o cimmerio?) o los secundarios, eclipsando el proscenio. En Los carros del cielo, MIKE MCMAHON hace lo opuesto. Sólo porque el género lo impone, Sláine adopta escorzos y posturitas de las que se espera ejecute un bárbaro nudista con un pellejo apelmazado tapandole las ingles. Pero muchas páginas y viñetas muestran profusas frondas, montañas, animales, y por allí, al fondo, corretea el Hombre, un elemento más. No dueño del entorno.

No es inhabitual ver en esta saga que la
Naturaleza y sus habitantes tienen mayor
protagonismo que los personajes
En Los carros del cielo, aparece una nefasta figura druida, el Drune SLOUGH THROT, con poder para conjurar los elementos y las fuerzas volcánicas de la Tierra. (Siendo, pues, Danu la Tierra, interpretamos que los druidas lograron dominar a la diosa, y de ella consiguen cuanto desean.) En cambio, y centrados en un ejemplo quizás archiconocido, en Conan EL BÁRBARO (JOHN MILLIUS), ¿a qué llega THULSA DOOM (JAMES EARL JONES)? Ciertamente es notoria su metamorfosis en sierpe, pero ¿provoca una erupción? ¿Incita a los elementos a atacar a Conan? ¿Contiene a los animales salvajes mediante símbolos? No.

Hace algo pálidamente sobrenatural, y casi de modo indirecto. Lo suyo es la oratoria. La persuasión verbal. El populismo resonante pero sin trasfondo.

Sláine abate su hacha, Comesesos, directamente sobre siniestros dioses y sus no menos letales acólitos. Comparte la vida intensa y amoral de un “hombre de su época”, fuerte y necesitado de placeres que considera idóneos de su leyenda urbana.

Otro ejemplo acerca de lo prioritario de
mostrar animales antes que héroes
Pero mientras que Conan aspira a la monarquía (trono que ocupa tras ensayar el golpe de estado en cuanta partida o banda se integró), Sláine se hace rey con una reluctancia matizada por su ambición personal. Le agrada su poder transitorio, pero se corona para contener una amenaza que podría arrasar su mundo, evidencia de un rasgo de compromiso y sabiduría ausente en Conan.

Luego, empero, está ese “mensaje feminista” que incrusta Mills a las andanzas de Sláine. Aunque una lectura más profunda nos hace ver que el interés del británico no es tan “progresista” como pretende hacer creer. Al fin y al cabo, la maternal Danu, la diosa principal, ¿no traiciona a Sláine, inundando Tir Nan Og, ahogando a miles de los que identifica como sus hijos?

Pero, cuando toca dar leña, se asesta de
esta manera
Todo Sláine se orienta a predicar, más o menos, que la Mujer comprende valores morales superiores y sutilezas que el Hombre ha simplificado en fuerza, violencia y rudeza, y por eso la hembra es mejor que el macho. Mas después asesta este traicionero golpe, y no menos exento de ferocidad que la criticada en el Hombre. Queda esa mácula de cinismo, que impulsa a reflexionar.

Y unas líneas para el dibujo de McMahon, muy distinto al que podríamos calificar de “realista y académico” de Buscema (o SIMON BISLEY). Roza lo cubista, lo abstracto. Slough Throt parece un leño animado. El arte, empero, posee enorme fuerza expresiva que el entintado destaca más. Ha sido el meticuloso detalle que ha puesto en las viñetas que contienen “elementos ecológicos” lo que me ha impulsado a especular sobre la naturaleza de ambos iconos barbáricos y verles las ‘diferencias’.

O de esta otra. SLÁINE, sin duda, es la opción
más recomendable de toda la barbarie que la
ficción, novelada o gráfica, ha parido
McMahon es, sin duda, un dibujante de culto, quizás de amplio rechazo por la mayoría. Aun así, posee considerable fuente de recursos, que lo hacen vistoso y sugerente. Sobre todo, cómo compone la plancha, engarzando con espacios en blanco distintas viñetas, que hace casi ilimitados los espacios por donde Sláine combate, a diferencia de algunas páginas de Conan, cerradas hasta la claustrofobia.

Como alternativa a un Conan sobado hasta el harapo, e incomprendido por muchos de quienes han “trabajado con él”, Sláine es dignísima alternativa. Hartamente recomendable. A veces, muy superior al bárbaro del que parece surgir.

Vuestro Scriptor.

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martes, 12 de noviembre de 2013

MAN OF STEEL — THE DARK AGE

Afiche foráneo. Como nunca,
SUPERMAN identificado con
el MESÍAS. Y, no, no lo es
Sigo sin comprender por qué el SUPERMAN RETURNS de BRYAN SINGER quedó ahí. El realizador canadiense dejó el listón altísimo. Dignificó la muy harapienta imagen que del ÚLTIMO HIJO DE KRYPTON habían dejado los inefables SALKIND. Efectuó una grata continuidad con el legado de CHRISTOPHER REEVES. Realizó la película que SUPERMAN merecía. Incluso le dio su propia aureola de continuidad.

Pero el relativo fracaso económico de Superman returns abortó, parece ser, una secuela emprendida por este equipo creativo que desdeñaba las amargas payasadas que otrora se rodaron sobre el escultista kryptoniano. Se intuye que es mucho menos vituperable la nefanda época en que BATMAN/SCHUMACHER agujereó la leyenda urbana del CABALLERO OSCURO que la saga, mal parida, de Superman.

La escena del sacrificio supremo: JOR-EL y LARA
entregan al Nilo del Cosmos a su hijo, KAL-EL. El
remoto santuario ofrece oportunidades perdidas en
el agotado Krypton
Para revitalizar (¿o invalidar?) el Planeamiento Singer, los estudios eligieron a ZACK SNYDER, que ya saltara a la fama por filmar en bronce añejo las viñetas del 300 de FRANK MILLER, inyectándole excesos visuales que lograron conmocionar nuestra atención al recordar, en clave aún más fabulosa, los sucesos históricos de la batalla de las Termópilas.

Este realizador está perfilándose como el Gran Director del Cine de Superhéroes. Tendrá el instinto, la visión, los redaños, qué sé yo, que lo destacan sobre otros autores que, sin embargo, pueden lidiar tan volátil encargo con notable solvencia, como JON FAVREAU y JOSS WHEDON han demostrado recientemente.

El émulo del edicto del FARAÓN: el GENERAL ZOD. Por si
Krypton no tuviese problemas, Zod le añade más iniciando
una revuelta militar para "sanear" una burocracia inepta
Snyder acepta el ambicioso encargo de reconstruir todo-todo Superman dotándole de un tono sombrío que, empero, no encaja con Superman. Su Man of Steel recuerda, en lo gráfico, al Superman, IDENTIDAD SECRETA, el LEX LUTHOR, HOMBRE DE ACERO y Superman: LEGADO. Esas páginas oscilaban en el violento claroscuro que Snyder ha sumergido a Superman, donde la mano ‘tenebrosa’ de CHRISTOPHER NOLAN también se percibe, importando (se sugiere) la “magia” de sus Batman, un recargado escenario gótico (pese al barroquismo visual de los artefactos) que pareciera reflejo, a su vez, del contenido de las almas de los personajes.

KEVIN COSTNER, a mi parecer, no da la talla del paternal
JONATHAN KENT interpretado por GLENN FORD. Costner
no transmite la paciente y amable sabiduría del otro actor
Man of Steel ha generado vívidas contracorrientes de opinión. Se ensalza y encuentra decepcionante; no han querido ver, en la cinta, más que un vehemente derroche de FX de soberana e impecable factura, como demanda toda película de Superman que se respete. Sus exégetas apelan a argumentaciones tontainas y sibaritismos relamidos. El colmo es argüir “no sabes qué te pierdes” como toda razón para invalidar una opinión crítica opuesta.

¿Qué me pierdo? Acláramelo, ¿no? Porque se supone que la época “porque lo digo yo” felizmente quedó en el ayer. Hoy se argumentan las cosas.

No sé qué LOIS LANE es peor; si MARGOTT KIDER, que
necesitaba valium por un tubo, o esta trepa, encarnación de
la "moderna mujer emprendedora" que sólo imita estilos
masculinos de ambición
Este tipo de nuevo tirano de internet no es amigo de tal procedimiento. Te marca con el “no sabes qué te pierdes”. Y si no modificas tu criterio, alineándote ciegamente con su parecer, en obediencia a esa lacónica sentencia, no sabes qué te espera.

Sigamos: Snyder ha proyectado a Superman a una Época Oscura que rediseña la vida del superhéroe de la S en el pecho totalmente. Ha dirigido un Elseworld que apunta al tan de moda reebot en las editoriales hoy día. Ha negado la épica a Superman (algo que le brindó Singer a raudales) para dejarnos groguis con unas epatantes luchas que obligan a afirmar: en efecto, así dan caña Superman y los tíos poderosos como él. Se salen del marco. No pueden evitarlo.

Un nuevo sheriff en SMALVILLE, cuyo nombre de guerra,
Superman, aún está por acuñar. Es extraña, esta oscura
indumentaria del escultista de Krypton...
Pero esta grandiosidad ha sacrificado la luz y el calor amistoso, de querer integrarse, que la figura de Superman irradia, junto a la BSO de JOHN WILLIAMS. No concibo un Superman sin sus acordes, tan familiares como la obertura de STAR WARS. En vano esperé oírlos. Singer, en clave de homenaje, los respetó en su filme. Su ausencia, aquí, resta entidad al Superman de duras facciones encarnado por HENRY CAVILL.

Snyder, empero, tendió aún lazos de unión con la saga del recordado Reeves; Man of Steel ‘recupera’ la secuela al Superman de 1978. Reaparece el GENERAL ZOD (MICHAEL SHANNON), mas acompañado de un séquito de kryptonianos mayor que en la película original.

Que me aclaren esto: si la nave de los kryptonianos refleja
las condiciones de su mundo natal, ¿por qué Lois sigue en
pie? Y no se trata solo de un problema de atmósfera, sino
de gravedad
Este Zod ‘ha ganado’ con el cambio. El de TERENCE STAMP seguía la flatulenta estela de los personajes de cómics endiosados y grandilocuentes, expertos en posturitas, pero parcos en hechos que respaldasen sus altivas amenazas. Con la ayuda de DAVID S. GOYER, otro experto en superhéroes-en-pantalla, dotan a Zod de un tenebroso carácter tan pródigo en actos como palabras. Y puestos en las reformas, el Krypton ‘revitalizado’ no es aquél paraje nevado de los diáfanos cristales cargados de información.

No es cuestión racial, pero no veo un PERRY WHITE negro,
como tampoco un HEIMDALL de piel oscura (y ese cantaba
más: Heimdall es un dios nórdico)
Es suerte de pesadilla steampunk que orla la siniestra arquitectura recargada de los NECRÓFEROS de LAS CRÓNICAS DE RIDDICK. Han caracterizado, mejor que nunca, a los kryptonianos como una anquilosada raza decadente, ampliamente arrogante en la molicie de sus pasadas conquistas gloriosas, memorable recuerdo que, sin embargo, son incapaces de recuperar.

La voz disonante que denuncia el notable riesgo que comporta esto sigue siendo la de JOR-EL (un RUSSEL CROWE de amplio protagonismo), que expide a la Tierra a su único hijo con la esperanza de que pontifique entre mundos, uno pujante pero al borde del abismo abierto por sus errores y precipitación, y el agotado Krypton, necesitado de savia nueva, mas no como requieren sus leyes inmovilistas estilo UN MUNDO FELIZ.

En el apartado de FX, MAN OF STEEL es impresionante.
Por desgracia, las películas son mucho más. Al menos, las
que pretendan legar algo más que hostias supersónicas
Snyder centra la atención en este punto. Krypton, como el Japón previo al siglo XX, se había estrangulado forjando una Sociedad de castas que impedían su regeneración física, cívica y moral. En la aleatoriedad de la concepción natural reposa la virtud de engendrar alguien que impulse la Sociedad un enorme trecho. Krypton intuyó que, con su método, también anulaba el riesgo de concebir un HITLER. Irónicamente, lo obtienen en su máximo protector, Zod, que, no obstante, no se subleva por deliberado gusto por el poder, sino forzado por el ciego estigma obsesivo estampado en sus genes.

Man of Steel no termina con esta habitual imagen de lo que
venían siendo los filmes de
Superman. También rompe con
esto, como con la clásica BSO de JOHN WILLIAMS
Los flashbacks diseñados para mostrar la infancia-adolescencia de KAL-EL, y depositarnos en las apabullantes peleas, descoyuntan la película. Y, en serio, KEVIN COSTNER (cuya muerte es un exceso absurdo) no supera el recuerdo, paternal y educativo, de GLENN FORD. Parece listo a darte una paliza, no una bondadosa lección sobre cómo soportar a los seres humanos según JONATHAN KENT.

Vuestro Scriptor.

Relacionado:
http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com.es/2012/05/heroes-mucho-ruido.html