jueves, 28 de febrero de 2013

¿ESCRITORES O BUHONEROS?


Aquí hubo 'buhonería' que no se devolvió
No citaré la fuente del consejo por no causarme problemas y, también, por admisión de que fue acto de buena fe, desinteresado. Yo no soy tan ingrato. Pero me dio que pensar, y mucho.

Se me motivó, para promocionar mi obra, que abriese una cuenta en una red social y, enlazándome con otros/as tantos/as usuarios/as, me diese a conocer. Hay un par de sitios, al parecer, especializados en esto. Se establecía un quid pro quo; hablas bien de mí, te recomiendo. En principio, nada malo veía en eso (bueno, me daba pereza porque prefiero invertir ese tiempo en aprender cosas prácticas o perfeccionar mi labor), hasta que reparé en que ¿y si promociono un peñazo? (Es cuestión de integridad personal, de no alentar hipocresías.) ¿Y si la persona a la que ensalzaba escribía “ojear”, en vez de “hojear”, que era lo que correspondía (ignorancia que abunda, por cierto, y llevada a mucha honra, por cierto)? Y el argumento, ¡por Dios!, ¿era tal; existía?

Enróllate; cómprale mis novelas a esta chica, ¿no?
De mi literatura puedo estar seguro; del trabajo de repaso, la necesidad de ofrecer una historia con calidad, la constancia. Tengo un modesto aval que certifica que hay algo detrás, más que la reverberación simoníaca de una red social visitada por media Galaxia, reproducida hasta la saciedad por el quid pro quo citado, que buscaba, a la vez, la difusión del trabajo del que esparcía la noticia.

Pero no es tanto esto lo que quiero comentar (el apóyame y te apoyo, etc.; de una u otra forma esto se hace en otros ámbitos, y es viejo recurso) como el que inviertas horas en hacer eso para tener que despuntar. Horas. Aun días. En vez de estar implicado en lo que de verdad importa, tu obra, y que alcance una relevancia notable, cuyo verbo la destaque sobre las demás, te sientas en tu silla de jinete de FACEBOOK y, ¡hala!, a pregonar cosas, a vender en la plaza pública del pueblo ¡la novela del prójimo!, con la esperanza de que ¡él/ella en reciprocidad haga lo mismo!

Eh, que estas imágenes están en venta
¿A esto hemos llegado; tanto se ha degradado la profesión? ¿A mercadear, con tufo sospechoso de prostitución, tus letras en foros electrónicos esperando convencer de tu calidad a una nebulosa imprecisa, aun indolente, de gente que realmente no tiene en cuenta tus méritos, sino el destello de tus piropos a terceros? O sea, el tiempo que paso en el repaso, la lectura, la meditación de los acontecimientos, la gramática, ortografía, semántica, todo eso se ha ido a la mierda (o casi) porque debería mejor jinetear en mi Facebook y frotarme las manos contento con haber llamado la atención de no sé quién (o muchos más) que espera de mí trato similar.

Ya no se venden, por tanto podemos conjeturar, novelas, o historias, por lo que cuentan o cómo lo hacen, estigmas que hasta ahora han primado. Cierto que los voceros editoriales nos han colado bolas como DAN BROWM (y que quede ahí) porque es parte del negocio; la publicidad tiene un poco de mentira que, se espera, sea inofensiva pese a todo, o no muy perjudicial. Y, a palos, aprendes a esquivar esos escollos o ver más allá de los “esplendores” de lo que te ofrecen.

Todo dicho, supongo
Lo que ahora vende es un elogio parte de una cadena de ellos, no un relato pensado y trabajado con mayor o menor calidad, gana, interés (del autor depende eso). El lector otea cómo Fulanito (y hueste asociada) “canoniza” la novela de Menganito, a la espera de que la mesnada de éste haga ídem. (Si lo hacen, todo OK. El silencio, ¡mal sigul!) Como lo de razonar está mal visto (so pena de que, si lo haces, te llamen “maricona”), pues el que más brillante plumaje exhiba, en plan pavo real, vende novela. Que luego esos foros recojan comentarios indignados cuyo cuerpo es: ¡vaya tostón me han colado!, son como los accidentes de tráfico; nadie los desea, pero pasan, ergo son inevitables. ¡Dios lo quiere! (por esas misteriosas razones como actúa el Altísimo.) Y, de aquí a cinco años, la idiocracia triunfa, cegados todos por el resplandor de las cadenas de elogios mercenarios, desorientados, aturdidos, por el bombo ensordecedor de los dioses de hojalata y adláteres de chapa.

No me extraña ir como voy. Estoy aún convencido de que es mi trabajo, y lo que éste ofrece, lo que vende la novela. O las sucesivas. En vez de perder tiempo aprendiendo anatomía artística, fijarme en cómo otros componen los párrafos, qué efecto causan determinadas palabras, todo lo que se supone a un autor que se respete debe importarle, por sencillo amor propio, ¡tendría que pasarlo en ¡aclamar! a éste, aquél, aquélla, acá, aquí, ¡por allá!, acullá!, y reposar, tras horas del divertido juego, en la lectura de cómo tan pintoresco grupo me devuelve el favor.

Vuestro Scriptor.

lunes, 25 de febrero de 2013

IDIOCRACIA — CUANDO EL FUTURO NOS ALCANZA


Afiche; así de perdidos nos vamos a ver
Debe haber una moraleja en esta película de MIKE JUDGE que nos hostigue a tomar medidas, pero YA, para evitar el futuro que su satírica fábula muestra. Será en vano, no obstante, que extraigamos dicha enseñanza y “forcemos” la situación para impedir la catástrofe. El problema no es tanto el resultado como su autor: la persona.

Una vez y otra volvemos a este punto, un giro incesante, como suerte de dédalo, cuyos caminos, por variados que se antojen, terminan conduciendo al mismo descorazonador centro. Idiocracia, usando recursos de la ciencia ficción distópica, trata de alertarnos (aunque con pocas ganas; Judge ya da por perdida la lucha, como en vano CASANDRA previno contra el regalo aqueo) de la galopante estulticia en la que estamos cayendo. No ha debido esforzarse, tan sólo exagerar varios “supuestos” que colman nuestra parrilla televisiva y las estadísticas sobre la pobreza académica del estudiante, cómo la mutilación del lenguaje, oral o escrito (léase, abuso de SMS y emoticonos), va empobreciendo la capacidad razonadora, pues menos se esfuerza el cerebro, y se tiende a una “Sociedad pictográfica” que no precisa hablar, sólo indicar el dibujito.

JOE BAUERS "llega al futuro" 'surfeando' en la basura
Idiocracia también critica el conformismo en que la masa suele caer. Y recordemos que “la masa” (la Sociedad) la componen personas, dispuestas a contagiar su ejemplo de improductividad, pasotismo, decadencia, con acelerada velocidad al resto. (Aunque algunos se dejan contaminar por miedo al rechazo.)

Judge presenta a un sujeto anodino y por completo ajustado a la media, JOE BAUERS (LUKE WILSON), seleccionado para protagonizar un ambicioso proyecto del Ejército norteamericano sobre hibernación. Temiendo el Alto Mando la galopante decadencia intelectual que pudre a la masa, decide criogenizar a lo mejor y más productivo de ella para que, en el futuro, pueda liderar y enmendar lo que la abúlica Sociedad, sin cultura, preparación o ambición, estropee.

La gramática de 2505; con lo bien-bonito que es escribir....
Pero no va a cascar a un genio, que escasean. Elige a Joe, descartable por su insignificancia, y que teóricamente debe permanecer un año congelado, para así probar la eficacia del experimento. Su éxito garantizará que los Genios del Mundo perduren hasta el momento de sacar a la masa del atolladero en que ella misma se ha metido.

Judge parece, con la ayuda de ETHAN COHEN, mofarse de ETERNAMENTE JOVEN, porque el proceso, salvando la tecnológica distancia, de congelación es parecido al que sufrió MEL GIBSON, aunque por una causa falta del dramático romanticismo.

Joe descubre que en 2505 GATORADE se usa para regar
Joe no estará solo. Lo “acompañará” RITA (MAYA RUDOLPH), una prostituta que, a cambio de dinero e indulgencia con su ficha policial, acepta someterse a la prueba.

Pero todo va mal y despiertan en 2505. El mapa de Norteamérica (podemos suponer que el resto del globo, por ‘simpatía’, está igual —sólo se pega lo malo—) es desolador. El país pertenece a dos o tres Corporaciones, que han aturdido al vulgo con consignas publicitarias, y la política es un cachondeo de iletrados procaces, mal hablados, espejo empero de la persona que les eligió.

RITA, otra "crononauta" como Joe, integrada en el Gobierno
El nivel educativo es mínimo-nimio; la falta ortográfica, la norma, y el hablar corriente, una sarta de imprecaciones y macarradas que transforman el garlar de Joe, lo corriente hoy día, en elaborado lenguaje culterano, un “hablar de maricones”, según el personal de 2505. (Claro, cuando no se ingenia nada mejor, apelamos al descalificativo sexual. Clara evidencia de la microinteligencia del que así insulta.)

Joe no puede creer que alguien con su mediocre expediente (porque era de los de trabajar, tener aspiraciones, “es de mariconas”), sea estimado el hombre más listo del país, y elevado a Secretario del Interior por el exótico PRESIDENTE CAMACHO (TERRY CREWS), un actor porno ex luchador de wrestling (no nos sorprendamos; cualquier día pasa) que dirige la nación adoptando poses de lucha y pegando tiros.

Joe y un "genio" de 2505: FRITO, su abogado defensor
Joe comprende entonces qué tragedia supone haber carecido de la ambición para mejorar su vida. Cómodamente instalado en su insignificante y rutinario empleo de bibliotecario militar, atiborrado de chucherías y telebasura (excelencias del futuro), justificaba su indolencia con ‘sofismas’ “filosóficos” que apaciguaban su conciencia.

Rita, por mor de su profesión, está más espabilada, aunque intenta no destacar mucho. Hacerlo (sabe) es señalarse por la masa, cebada de mediocridad, y que envidiaría sus logros. ¿Quién quiere problemas? Disfraza, pues, su talento, o lo modifica lo bastante como para rendirle un suficiente beneficio. Y a vivir.

El PRESIDENTE CAMACHO muestra que la fuerza da razón
Evita, pues, el destino de Joe, obligado a arreglar los graves (mucho) problemas de Norteamérica en una semana, so pena de ir a prisión y que una tremenda mole se le siente en la cara. (Su fuga, cuando le encarcelan la primera vez, da la medida exacta del nivel intelectual de 2505, y es momento crucial para él, pues se percata del drama de la indolencia, y cómo le había contaminado.) Y no debe ser tan tonto como se estima, pues resuelve las Paradojas espaciotemporales, aunque con dolor de cabeza.

Frito quiere rollo con Rita; le va la marcha
Judge hace reflexionar, mediante Rita, en la situación que padece el listo de la clase, menospreciado por sus compañeros, muy contentos de chapotear en el cenagal de su mediocridad. La masa bufa de celosa rabia ante el empollón, que, no obstante, para sobrevivir al abrasivo ambiente, debe idiotizarse y evitar soliviantar a la lerda mayoría, ávida de espectáculos de calidad ínfima y apostando, decidida, por la ignorancia.

¡Premio por listo! ¡Presidente Joe!
Es terrible tener que recurrir a esa ‘estrategia’ para evitarse palizas o descalificativos de índole sexual. Lamentable no poder demostrar, sin complejos, qué mejor se es respecto a la masa, que lo odia porque nunca podrá estar a su altura, y aun lo intima a renegar de sus logros. Y, ¡ay de ti!, de no obedecer esta exigencia en especial. Todos, es la consigna, deben estar en un mismo e ínfimo rasero, tolerándose algún aspaviento de “geniecillo” incapaz como para justificar cierta estadística.

Joe salva 2505 y, junto a Rita y su prole, los niños más listos del mundo, el resto del planeta, hay que imaginar, minado sin embargo por la estirpe de los FRITO (DAX SHEPARD) y similares, triste indicativo de que, pese a todo, cuanto más cambian las cosas, más iguales siguen. Resignación, ¡señores!

Vuestro Scriptor.

Parecido:

jueves, 21 de febrero de 2013

J.R.R. TOLKIEN


TOLKIEN, lo dice abajo. Planeando Dios sabe qué
La reproducción de JINETES DE FACEBOOK — SIC TRANSIC GLORIA MUNDI EST en SITIO DE CIENCIA FICCIÓN causó comentarios que señalaron el exceso que cometí tildando a Tolkien de “Alta Literatura”, e indicando que C.S. LEWIS era empalagoso (o algo así) hasta la náusea. No, ciertamente no le he leído (como inquiría uno de los que comentaban). Y, sí, he visto TIERRAS DE PENUMBRA. También apuntaron que la anécdota que abría el texto era inexacta.

Repito: reproduje información suministrada por una fuente que ha ido demostrando su inexactitud en otros datos. Espero que ahora quede claro, precisándolo otra vez.

LESTER DENT. Un escritor currante
Bueno, veréis: nunca me ha gustado la producción de Tolkien ni EL SEÑOR DE LOS ANILLOS; la veo una obra ampulosa y rimbombante que perseguía agasajar el ego del autor, más que transmitir a un gran número de lectores una Faceta espectacular del Prisma Universo habitada por excepcionales seres. El señor de los anillos es, además, suerte de etiqueta que muchos freakies se colocan; y si tú no has leído la obra, ¡arde, pagano! En respuesta, sus detractores señalan sus fallos (aparte de lo aburrida que es), así como la tosquedad de la escritura de Tolkien. Y LA COMUNIDAD DEL ANILLO, sólo, acumula defectos impropios de alguien con las presuntas tablas del autor.

Prefiero a MICHAEL MOORCOCK. Es más doméstico, más brillante, espectacular. En un par de páginas delinea una ficción vibrante que a Tolkien le costaba doscientas. Y, para más inri, ni se acercaba a lo que Moorcock describía con mucho más garbo.

MAXWELL GRANT. Otro gran currante
Pero decidí darle una oportunidad a Tolkien, tan ¡aclamado! por los que entienden de esto y de literatura en general. La que le sentenció llegó en el prólogo de La comunidad del anillo; tras describir las vicisitudes como tuvo que escribir (alternando su trabajo de profesor con su pasión literaria) durante cinco años, se aureola destacando:

«Y yo mismo tenía que pasarla a máquina, una y otra vez, pues el costo de una dactilógrafa profesional estaba fuera de mi alcance

Ya está, ´nuff said. Un señorito del pan pringao literario, es lo que tengo aquí, pensé. Como si escribir él mismo su historia a máquina fuese un castigo bíblico, condena que sólo Tolkien ha recibido. Todos los demás que podamos citar, y que ya usasen máquina de escribir, tenían ramilletes de mecanógrafas ocultas en el ropero (como C.S. Lewis; ¡qué portal a NARNIA, ni qué! era su armario), se sentaban en su mejor butaca para caderas cómodas, y a dictar. ¿Se puede ser más arrogante?

¡Pobre Tolkien, galeote de las teclas! ¡Sentenciado a aporrearlas para dejarnos groguis con las aventuras de los convidados del anillo! (Y pensar que LESTER DENT, o MAXWELL GRANT, escribían doce-quince mil palabras diarias, a máquina también…)

PETER JACKSON quitó tonterías a esto
Mas Tolkien no es sino el nombre de un síntoma que aqueja a la Literatura, cuando más Alta, más inaguantable. Pertenece a una “escuela” de autores que creen que dilatar en el tiempo un relato, y soltar el dato en una conferencia, blog, entrevista, es otorgarle una dignidad-superioridad o relevancia a su obra que luego, en sustancia, no posee. Tolkien es un pretexto para mucho ‘escritor’ que rula por ahí: si precisó cinco años para escribir El señor de los anillos, yo ídem. ¿Qué prisa hay? ¿Y lo que vende decir “Llevo un lustro liado con el tema”, cómo se entenderán sus sutilezas, complicaciones, dramatismos, entresijos, cómo debí comerme el tarro para que fuesen punzantes, enrevesadas, lacrimógenos, apabullantes? ¡Inmediatamente me pondrán en un pedestal! Y menudos humos de marquesitos cogen, con la historia de la tardanza quinquenal.

TERHLI, experta en quitar chuminadas
Hay novelas que se atragantan en el tiempo, correcto. Porque se siente uno por debajo del relato, o sus circunstancias deben narrarse desde otra óptica, una mayor madurez. Eso, aun el caso de Tolkien, que no podía desatender su cátedra, es comprensible. Lo que me refiero, “lo otro”, no: disponer del tiempo, la capacidad, y decir “es que escribo a ratitos, como debe ser”, o “aguardo a la musa”, son patrañas, vagancia, cuentos. Una pose estética irrisoria.

Hasta, ya pensando mal del todo, sospechas que quien ‘escribe’ así lo hace por capricho: he tenido un punto, escribir algo, y así lo hago. (Otros pintan maquetas o coleccionan sellos.) Sin vocación. Sin interés. Engañando a quienes están en este tajo y creen codearse con alguien que entiende estas singularidades. Un igual con el que hablar, que después no resulta ser tal.

Fìjate cómo sabe divertirse esta chica
No se puede escribir por capricho. La etiqueta Tolkien-largo tiempo cuela, sí, pero no durante mucho, pues se analiza el resultado y se ve, por doquier, que nada justifica la tardanza. Hay que tomárselo en serio; entender que es una profesión, con su pasión, y que sus más destacados miembros son los que esa distinguida estirpe de “hijos de Tolkien” más desprecia. Por currantes, ante todo.

Si no piensas hacerlo así, déjate de sofismas para justificar tu postura y abandona.

Vuestro Scriptor.

lunes, 18 de febrero de 2013

U.S. — NOSOTROS


Portada del nº 1, sin rotular
El título de esta saga escrita por STEVE DARNALL e ilustrada con su potente estilo realista por ALEX ROSS se presta a tres traducciones, al menos: United States-UNCLE SAM-nosotros. En principio se aduce que es la “biografía” de Sam, el icono dibujado por JAMES MONTGOMERY FLAGG, que encarna cuantas nobles, loables y positivas virtudes exhibe Norteamérica. Mas los autores lo presentan como un hombre maduro, de edad imprecisa, y andrajoso, un homeless más, una gloria muy devenida, que delira por una urbe estadounidense cualquiera, repasando hitos que martillean, de súbito, su memoria y laceran su conciencia. En su odisea, Sam va hallando otros ejemplos de decadencia o miseria que aumentan su mortificación.

En el especial que Dolmen dedicó a Ross, éste detalla, en extensa entrevista, la génesis y características que perfilan U.S. El entrevistador le definió como “autor de izquierdas, o con inquietudes progresistas, al menos” (creo recordar), que Ross aceptó. (Pero conviene señalar que alguien de izquierdas, o inquietudes progresistas, en EE.UU., es del PP.) Después, el inquisidor hizo apreciar a Ross que había amasado una fortuna (bueno, se la ha currado), y que no parecía muy propio de alguien de izquierdas.

Del nº 2; ídem; sin texto
Ross cayó en una pequeña, hipócrita contradicción moral. Es inevitable hacerlo alguna vez en la vida.

U.S. pretende ser el enésimo lavado de conciencia (no de manos) de Norteamérica ante el mundo. Porque, e imagino que en todos los países sucede igual, tenemos tres EE.UU. al menos: el real, el televisivo y el que piensan ser ellos. Es a este último al que Darnell y Ross apelan para tejer su fábula con ambiguo final positivista, fieles a la también arraigada necesidad humana de un happy end que motive, un: Él lo consiguió; ¿por qué yo no debería?

Los europeos, cargados de Historia y eventos espectaculares, no carentes de crueldad, somos demasiado cínicos y un U.S. es inconcebible se realice aquí. U.S. expresa una imagen virtuosa (aun ingenua) que tiene de sí el norteamericano; los antiguos westerns la trasladan fielmente. El cowboy legendario posee un conjunto de éticas y un medido sentido del uso de la fuerza de sus revólveres, la justicia, la decencia y el Bien Común, que es la “metarreferencia” intelectual del estadounidense, el cómo se ve.

UNCLE SAM, una idea grande, entre rejas
Darnall y Ross se estiman así: en esencia nobles, desprendidos, listos a defender libertad y democracia, emprendedores que ven bien el lucro, siempre que sea obtenido por honesto trabajo.

Esta es la idea de mi país que os vendemos, sería la traducción aceptable. Recordad, por favor, que somos también falibles, pero dispuestos a enmendar el error y reconocerlo.

Lamentablemente, los errores que compilan en U.S. son demasiado clamorosos, aun vergonzantes, como para no ensombrecer las grandes cualidades que defienden. Sin duda sienten azaramiento por tales episodios. Con valentía, mediante Sam, admiten que aquél gran sueño de libertad, justicia e igualdad-para-todos, anhelado en el siglo en que se acuñó la intención, murió casi antes de nacer. Pero que aún puede resucitar.

Las imágenes de cautiverio se repiten
Norteamérica no es esa extensa planicie de trigales dorados y estampas edulcoradas pintadas por NORMAN ROCKWELL. La política corrupta y los negocios han envilecido esa estampa, y los estadounidenses son muy conscientes del asunto. En su interior, hay un intenso deseo (trasluce U.S.) de ser esa metáfora, noble y considerada, nada avasalladora, que de sí tienen, pero se impone una realidad, dura como el granito, de racismo, excesos violentos y delincuencia desbordada. Supongo que el impacto del cómo-me-veo/así-soy-en-realidad debe tenerles algo locos, y ensamblándose a base de lemas espectaculares.

Es un país que ha permitido que el dinero importe más que la vergüenza; de esperar en Europa, donde nos han maleado milenios de tiranos y gorrones. Norteamérica, joven relativamente, cree ser tan fuerte como para no repetir nuestros errores. Lo malo es que, cuando cometen los suyos, son a gran escala y con añejo sesgo europeo.

Y las de violencia en la tierra de la libertad
Así que, regularmente, conciben mea culpa como U.S., y reconocen su firme voluntad de enmienda y mejora. Como cuando un católico se confiesa: recibe la penitencia, que cumple como un trámite burocrático (anulando, pues, el perdón que espera obtener, pues prima, ante todo, el sincero propósito de enmienda y arrepentimiento), y sale del templo purgado. Listo para volver a pecar, aunque también confortado con la idea de la futura confesión-perdón. Así, no vale.

Haciendo un U.S., un filme como ACCIÓN CIVIL, o escribiendo EL CORREDOR DE LA MUERTE, América se confiesa. Aguarda la penitencia (que va implícita en la admisión de pecados) y se acuesta con el tranquilo y jovial ánimo como Sam termina su periplo.

Una vez más, la represión de los pobres
Claro, que Darnall y Ross no permiten que todo acabe ahí. Sam, vapuleado de distintas formas durante estas páginas (el castigo más severo procede del examen de las contradicciones en la que puede caer un Estado basado en una formidable ética y moral como defiende EE.UU.), se enfrenta a su Reverso Tenebroso (el Capitalismo Salvaje y el corporativismo de codicia desmedida, televisión preparada para narcotizar a millones de telespectadores ávidos de melifluas fantasías que les embotan de su sórdida realidad cotidiana, y embustes mediáticos para tranquilizar su conciencia) y lo derrota para demostrar que libertad y democracia son mucho más, y grandioso, que comodidades amasadas con dólares.

Se aleja satisfecho, pero los autores advierten que el Mal persiste. Ha recibido una paliza mala y de verdad, aunque pronto se ha restablecido. Los lobbys siguen presentes (el sigul de los ILUMINATI), y se rearmarán para contraatacar.

El colorido oculta el embuste político
Dejan, pues, en nuestras manos, del lector, que decida. ¿Lucha junto a Sam por ser como debemos/nos vemos, o permite que la corrupción nos defina? Es costumbre de la ficción (aun de la realidad) dejar a héroes, o heroínas, que se partan la cara por nosotros. Darnell y Ross, merced al cartel de Montgomery Flagg en que Uncle Sam instaba al reclutamiento, nos reclaman para responsabilizarnos también de la lucha.

La defensa de la libertad, la democracia, la decencia en general, es una labor de equipo. Cada cual debe participar en su justa medida.

Es el mensaje final de U.S.: ¿tendremos el coraje, la ambición, la decencia, de asumir nuestra parte, o seguimos dejando todo en manos de “otros”, luego conciliándonos con nuestra conciencia con la lectura del próximo y polémico U.S.?

Vuestro Scriptor.

jueves, 14 de febrero de 2013

SAN VALENTÍN


Claro que sí, el amor es hermoso. Es tortuoso, y torturador (¿Me quiere; me mira? ¿Por qué tarda? ¿Qué dije para ponerla así? ¡Cristo, me deja!), y a veces amargo, y, como precisara DIANE CELANTO en EL TORMENTO Y EL ÉXTASIS (que es una peli pseudohistórica de CHARLTON HESTON, no un rollo S/M, mal pensados): “No es tormento ni es éxtasis pero es ambas cosas a la vez”. O parecido.

Porque, la verdad, la única justificación que tiene el amor, realmente, es que cuando te enamoras te sientes de puta madre y no hay meta inalcanzable; por doquier se abren alternativas, puertas, y consideras hasta próximas las estrellas. (Cogerlas es otro cantar, pero, bueno, se comprende que lo que cuenta es la intención.)

Aun uno mismo experimenta un renacer glorioso en que descubre salas y salones del espíritu que ignoraba poseyera, fuentes de energía inagotables capaces de prestar el combustible necesario para alcanzar esas metas que uno quiere compartir con la amada, porque ella lo merece (sí, ajá, ya te digo), y el mundo adquiere un agradable matiz rosado, tono alba memorable, y en que nada tiene espinas y los obstáculos han perdido punta, y su roma superficie no puede (no) herirte.

Y pienso que sí, que lo mejor que te puede pasar es que ames y seas correspondido (pues te da la fuerza que precisas para conseguir el resto); lo prefiero a la sandez “célebre” que prorrumpe CONAN (que en realidad dijo GENGIS KHAN) de que “lo mejor del mundo es matar enemigos”, etc. En eso estamos, en destruir, no en construir y legar.

Claro, que si te parten el corazón ahí queda una herida que no te digo nada cómo duele y qué insondable parece el abismo. Que esos harapos de carne jamás sanarán. No existe cura, salvo la inacabable amargura y la sensación de abandono, mares de color herrumbre que tu dañada nave personal surcará por siempre jamás, sin recalar en más puertos que lugares solitarios. Seamos prácticos y tengamos esto presente también.

Pero negarse a volver a amar, adoptar una postura fría, cínica, de “aquí rompo yo y que se joda como me pasó a mí” no es alternativa. Ser cauto tiene ventajas, esto es, pero es cosa distinta a volverse un ser que reacciona por espasmos vengativos orientados a desolar al prójimo. Depende de la voluntad y la madurez de la persona comprenderlo, y superarlo. Y la suerte, confiar en que, en la segunda, o tercera, oportunidad que se le da al amor, funcione y sea la relación, si no en plan LA PRINCESA PROMETIDA, tan llevadero y dulce como se pueda.

Celebremos la fiesta, ¿vale?

PD:
Esto no os lo esperabais de mí, ¿eh?

Vuestro Scriptor.

lunes, 11 de febrero de 2013

STARSHIP TROOPERS — ELLAS, MENTE; ELLOS, MÚSCULO


Afiche foráneo: todos muy estresados
Siempre sostuve que CASPER VAN DIEN sería un magnífico CAPTAIN AMERICA en una adaptación decente del personaje de cómic (rico, indispensable, nutriente para el parásito real, el cine) a raíz de su interpretación en este vigoroso filme de PAUL VERHOEVEN, donde encarna al enérgico cabeza hueca JOHNNY RICO, a la sazón, Captain ARGENTINA.

Mentón cuadrado, físico de culturista, ejemplar ario perseguido por la Propaganda nazi… Caramba, ¡todo lo tenía!, aun la falta de criterio capaz de detectar las trampas puestas por la educación sectaria o la Propaganda.

Verhoeven acertó eligiéndole de protagonista, sí, ajá, pues trasladaba a la pantalla de plata la falta de ego y ponderación que el estamento militar busca tengan las tropas, imponiendo la brutalidad (que encarnan el SARGENTO ZIM —CLANCY BROWN—, ACE LEVY —JAKE BUSEY—, o CARL JENKINS —NEIL PATRICK HARRIS—), porque, si no, ¡nadie iría a combatir!, salvo los enfermos que gustan de los uniformes, la disciplina y destruir vidas y haciendas ajenas so pretexto de defender causas y principios sagrados.

Los amigos siempre serán amigos... o algo así. Eso juran ellos
La vida es así y, por desgracia, debe haber de todo, aun sujetos tan negativos, incapaces de ser felices si no es fastidiando al prójimo de diversas formas.

Cada vez tengo más claro que ROBERT A. HEINLEHIN, cuando escribió TROPAS DEL ESPACIO (puedo obviar lo de su polémica y demás, ¿verdad?), no lo hacía con estricto sentido del militarismo, componiendo una oda a lo bélico-y-castrense como pretenden ver, sino que urdía una sátira, o parodia, de todo eso. Tan fina, que no podía ser fácilmente detectada. Debías estar libre de una tanda de prejuicios, incrustados en tu criterio por entes externos, para captarla.

La ya aguerrida DIZZY FLORES lista a tundir a ZIM
Cuanta persona que me hablaba del filme lo tundía. Militarista. Absurdo. Excesivo. Justificaba las matanzas imperialistas yanquis (qué curioso; los rusos jamás JAMÁS las han causado, ni los soviéticos persiguieron intereses imperialistas), encarnadas en mantas interminables de bichos a los que disparar sin cesar como en el más delirante shooting game.

Conocía la novela y sabía que no era tamaño ardid; ¡así constaba en el libro! No podía entender, por tanto, por qué combatir al enemigo insectil del relato era motivo para incrementar el demérito de una excelente y cítrica adaptación como es la realizada por Verhoeven. Pero, los progres piensan así.

En Klendathu, el poder militar de la Federación naufragará
Algo a lo que los militares se aferran, o valen, para efectuar levas es a la erótica de las armas (y las de Starship Troopers deslumbran más que modelos de PLAYBOY). Éstas tienen una relevancia fundamental en la película; recordemos la secuencia en que los niños juegan en un parque con tres miembros de la INFANTERÍA MÓVIL, que los “seducen” no con caramelos, sino con sus imponentes rifles y municiones.

De este modo Verhoeven (o EDWARD NEUMEIER, guionista, que recupera aquí el potencial ácido de ROBOCOP) destaca qué dogmatizada hacia el “Servicio que otorga la ciudadanía” (concepto hoplita, muy antiguo) está la Sociedad que describen ambos documentos. RASCZAK (MICHAEL IRONSIDE), en su clase, intenta incluso desmotivar a los alumnos para que no ingresen en barras, creando especie de refuerzo psicológico negativo que planta una semilla en el cerebro de los jóvenes: Cuando tanto TANTO lo denuestan, ¡es porque tiene cosa buena!

El sabio y bregado vet eterno: el TENIENTE RASCZAK
Tampoco debemos escandalizarnos por lo del “fracaso de la democracia”, porque un somero repaso a nuestra Historia más reciente enseña qué fácilmente la democracia es víctima. Y no tanto de extremismos o fascismos como de los mismos “servidores” de la democracia, que la pervierten y corrompen, prostituyen, en nombre del saqueo sistemático de las instituciones, causando detrimento de los servicios sociales básicos.

Y no restaura la fe en la democracia la actitud de “amnistía” como los políticos “premian” tales conductas, previa ampulosa denuncia con palabras contundentes de nulo peso. Convierten la democracia en una mascarada de delincuentes.

Heinlein/Verhoeven/Neumeier eran, por tanto, conscientes de que la masa sacrificará, sin dolor, la libertad-democracia por un Sistema, pasablemente justo, que garantice un paraíso material, como el descrito en libro y filme. Abunda la prosperidad (o tal parece) a cambio de que el poder de decidir (importante frase) lo ostenten unos pocos, en principio templados en un crisol de penalidades que les hacen, mejor que sabios tendentes a utopías irreales, ilusorias, más comprensivos de las necesidades humanas.

Esa Sociedad ha rendido ciertas libertades a cambio de seguridades. Y ¿por qué no? Los políticos lo hicieron antes, en pos de mezquino beneficio, pervirtiendo la democracia.

Ellas, en despachos; ellos, en trabajas pesados
Ese Pueblo está convencido de que la eficacia, encarnada en LOS VETERANOS, supera las florituras democráticas, presentada, la democracia, como un órgano rutilante aunque ineficaz, merced a los numerosos “niveles” de “decisión” (comisiones, parlamentos, despachos) donde todo se ralentiza, debate, aplaza, y se pierde, por tanto, resolución ante los problemas, o aun la documentación de éstos.

[Efectivamente esto ocurre en nuestra ‘España de las autonomías’, donde un problema urgente impacta contra una densa muralla de competencias territoriales interpuestas ex profeso para impedir que un culpable administrativo, o político, sea condenado.]

También Verhoeven delata lo relativo de la fuerza física. Las féminas concursantes, DIZZY FLORES (DINA MEYER) y CARMEN IBÁÑEZ (DENISE RICHARDS), alcanzan puestos de responsabilidad distintos a los de los varones (tan noqueados que ni aspiran a machos alfa), puro músculo. Lo vemos en la CAPITANA DELADRIER (BRENDA STRONG), Carmen como piloto, o Dizzy, que impulsa a la acción coherente a Johnny, cuando toda solución que él concibe es resolver el problema con un tiroteo masivo.

[Las feministas vocingleras deberían tomar nota de su ejemplo, aunque tal su estimulación intelectual “mujer” es únicamente la que usa el aborto como anticonceptivo. La que se lo curra es una perra machista.]

Ante un enemigo tenaz que no aguanta tonterías
Starship Troopers acabará siendo (si no es ya) un grandioso filme que derrotará con facilidad la viscosa costra de descalificaciones (siempre más fáciles de otorgar que detenerse a ver valores) que, en su día, la bombardearon. De ser “de culto” se convertirá en una obra maestra de la sátira antimilitarista, que empleó con sabiduría sus excesos (sigul de Verhoeven que creo usó de modo deliberado e irónico aquí) para denunciar la sangrante incompetencia militar (el desastre de Klendathu), que no está saciada si no masacra lo mejor de una generación en tierras lejanas.

En detalles similares está la fuerza de Starship Troopers. Un frío, sereno, repaso de la cinta así lo mostrará.

Vuestro Scriptor.

Sobre Heinlehin, Verhoeven y el antimilitarismo:

viernes, 8 de febrero de 2013

JOHN WILLIAMS — ASÍ SONÓ EL SIGLO XX


Así es John Williams. Parece buena persona
Le considero el compositor que ha puesto música al siglo XX, lo ha definido con sus melodías como ninguno. Pueden, personas más cultas o gusto más refinado, objetarme esta apreciación. Ni imaginar puedo qué otros músicos citarán, clásicos, pop-rock, o qué. Pero pensemos un momento en la influencia de Williams y veremos si tengo, o no, razón, mencionando tres temas suyos: STAR WARS, EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA, SUPERMAN. ¿Sí? ¿Los tenemos? ¿Tengo razón?

Es el siglo XX, esa música sinfónica tenía. Estos filmes han sido de impresionante influencia. Han gestado, apuntalado, engrosado, la CultuPop, ese término que tantas explicaciones pueden ahorrarnos, a la hora de dar detalles sobre ciertas materias. Y MAD MAX y TERMINATOR también han ayudado, notablemente, a su consolidación, no les olvidemos, pues ¿situaciones de hecatombe? Se comenta: “A lo Mad Max”. Todo dicho. ¿Algo indestructible que vuelve pese al duro castigo recibido? Un Terminator. Sí. Bien. Y luego tenemos esto: ¿alguien que se balancee de una cuerda? Ya no es TARZÁN, es INDY JONES. Y Superman… glorioso, extraterrestre, épico. Los compases iniciales del tema de la película avisan de qué paisanos el Olimpo podía criar.

STAR WARS. Primer impacto a la gloria
Es mi opinión personal, repito, y la avalo con cierta argumentación. E insisto en que podrán apuntar otros nombres, grandes, desde luego, pero no con el aval que tiene Williams para refutar mi “teoría”. ¿Acaso del musical americano? ¿LEONARD BERNSTEIN, un nombre que parece te arrojan a la cara por esnobismo los “cultos” cuando no tienen con qué seguir arguyendo? ¿Los compositores de WEST SIDE STORY, o los de SIETE NOVIAS PARA SIETE HERMANOS? Seamos serios. Estamos hablando de temas aislados en una, o dos, décadas específicas. Williams ha abarcado todo el siglo.

¿A quién no le suena esta música?
No sé quién le sustituirá. BASIL POLEDOURIS apuntaba maneras pero algo le ocurrió al hombre que orquestó CONAN y ROBOCOP, y fue diluyéndose. ENNIO MORRICONE parece concentrado al SPAGUETTI-WESTERN (donde también fue revolucionario; él y SERGIO LEONE le dieron un revolcón al polvoriento y aburrido género del Oeste más que necesario, imprescindible, y sólo emporcándolo, no presentando por enésima vez al valiente aunque edulcorado cowboy del sombrero blanco, casto e incapaz de despeinarse, así lo atropellara la estampida, y puntería más allá de lo indescriptible, puesta a prueba en absurdas competiciones o retos), por emotiva que sea su BSO de LA MISIÓN. Y DANNY ELFMAN parece tan… Es él, sí. Con sigul. Identidad propia. Lo escuchas, y le identificas ipso facto. Pero él. Excéntrico. Y de los nuevos compositores… pues, sinceramente, ninguno me suena. O me interesa.

Siempre arriba, bien alto, SUPER
Quizás sea porque no me gustan las BSO, excepto temas aislados. El resto me parece disonancias, ruido propio de un desguace de coches.

Confío que estéis de acuerdo, aunque sea un poco, con la magnitud que adjudico a Williams en este particular, ¿eh?

Vuestro Scriptor.