miércoles, 28 de diciembre de 2022

¡NOTIFLASH! BIANCA BLAZE - MOST WANTED — ENTRE LAS FINALISTAS DEL PREMIO HARVEY

 

Son este tipo de páginas las que nos
sitúan entre los finalistas del tan
prestigioso premio

Los inminentes Reyes Magos dejan un grato anticipo en mi email: ¡la notificación de que la saga Bianca Blaze - Most Wanted, está incluida entre los finalistas de tan prestigioso premio de la industria del TBO!

No puedo negar qué inmensa satisfacción me produce conocer esta noticia; una que, al mismo tiempo, y ante la lista de restantes finalistas (encomiados autores de larga experiencia y no menos importante capacidad narrativa, gráfica o literaria), me hace ser humilde y cauteloso a la hora de echar campanas al vuelo y proclamarme, muy por anticipado, temerario vencedor de un laurel que supondría un gran jalón en mi carrera.

Oportunidad, de paso, de ascender a otros niveles del Parnaso cultural y acceder a algún proyecto de envergadura que pueda vender, o en el que participar, avalado por la mención, ¡no digo ya la concesión!, del tan prestigioso premio.

Quiero verlo, eso sí, más como reconocimiento al sacrificado esfuerzo continuo que tiene dedicarse a una empresa que tantas satisfacciones personales me produce. Bianca y yo llevamos ya muchos años esmerándonos en dar lo mejor (cuando menos, lo más sugerente, llamativo) de nosotros a un público interesado, en algunos casos expectante, por conocer cómo derivan sus peculiares aventuras en las viñetas.

Crucemos los dedos, esperando justicia (y Fors Fortuna) en el fallo del jurado.

jueves, 22 de diciembre de 2022

PASCUAS FELICES PRÓLOGO DE UN PRÓSPERO 2023

 

Todo así resumido

Siendo también tradicional, y como corresponde en estas fechas, extiendo a mis lectores y peatones casuales que por aquí transiten los deseos y parabienes contenidos en el encabezado de la pícara ilustración.

Disfrutemos buenas y moderadas Fiestas.

(Y, recordad: más que un hito religioso específico, se festeja la pax y buena voluntad universal. Que bastante trabajan en su contra unos pocos. No hace falta señalarles.)

viernes, 16 de diciembre de 2022

AMERICAN HISTORY X — SIEMPRE LOS BLANCOS SOMOS RACISTAS; SIEMPRE

 

Ambiguo filme sobre gente que, tras el 
lento golpe de Estado que la extrema 
izquierda española
está perpetrando, va a
tener un brutal auge electoral... si nos
siguen permitiendo votar

Cuando menos, esta película es ambigua. Nos ponen por delante, como un entrante jugoso/masivo, a los neonazis hermanos VINYARD, con sus cabezas rapadas y la restante parafernalia III Reich, tan vistosa, tan de HUGO BOSS, capaz de encandilar a una multitud de personas confusas con su vida, las circunstancias que la rodean, la educación ambiental. El afán de DEREK V, muestran, es captar, en plan secta, a los desorientados y contarles qué chachi es lo de la supremacía bianca/aria y qué chungos son negratas, cholos, católicos y micks (irlandeses) para la Humanidad. Luego se dedica a vandalizar establecimientos que no encajen con el Manual.

Puesto este cebo por delante, nos impiden ver que los negros que salen en la cita (con excepciones) son igual de racistas y violentos que aquellos a los que el director, TONY KAYE, quiere zumbar: los neonazis. A la Nación Aria. Como decidan tildarles. No escurre empero del todo el bulto, porque, ahí está ese adolescente negro que putea a los chavales biancos en el instituto, permaneciendo indómito DANNY V. Le planta cara. Son idéntico elemento discriminatorio aunque de distinto color de piel. Mas lo básico: lo mismo.

DANNY VINYARD planta cara al matón
(no menos racista que él) del instituto. Y,
fíjate: es negro. Un peligroso pandillero.
Por supuesto, nuestra Zoociedad de piel
de mariposa no puede aceptarlo. Rechaza
de plano una verdad tan descarnada

Claro, es inadmisible la idea, en esta repelente Zoociedad TransWokeEcoInclusiva que están montando, gente que, pese a sus soflamas de la libertad, el respeto e igualdad, actúan con el mismo sesgo arbitrario, radical y fascista (pero en “rosa”), de que pueda decirse: Hey-hey, fíjate en ese menda, es negro y está acogotando al inofensivo chaval obeso en los lavabos, como a él le harían en los años cincuenta de REGRESO AL FUTURO, y, por lo cual, debería experimentar repulsión por su proceder y empatizar con su inocente víctima (una que, traumatizado por la vicisitud, ahora les llamará siempre “los negratas de mierda”), ¿no es eso una conducta racista y violenta de una minoría? Un negro racista. ¿A dónde vamos a parar? ¡Qué ideas tienes! Calla-calla, ¡votante de Vox!

¿Qué sucede en esa secuencia, crítica, de la cinta? Lo siguiente: Danny V sale en mi defensa, ergo los skinheads son buena gente, porque el negrata, la minoría asediada y ninguneada, etc., ¡me estaba jodiendo! En conclusión: nubios, malos; skinsH: buenos. Puede no militar en los skinH, aunque jamás les mirará con recelo, recordando que un negro le iba a sacar los ojos, y un chaval skinH le salvó las castañas.

Entre rejas, empero, DEREK Vinyard, su hermano,
descubre cosas que destruyen su idealizado mundo
racista. Antes debió verlas, alguien tan inteligente
como él

He ahí la ambigüedad del filme, en el que Kaye no incide bastante. Porque es la historia de cómo Derek V, obergruppenfhürer de su barrio, debe alcanzar su martirio en prisión a manos de sus propios “hermanos”, y meterse con los skinH vende un wevo. El miedo a que se admita, en esta Zoociedad, que las minorías son igualmente xenófobas, que tienen sus expresiones despectivas y conductas despreciativas hacia los caucásicos, doblega al regidor, que decide seguir barrenando en las vicisitudes de Derek, que, sí, tienen su mandanga, ajá, no lo niego. Mas sé un poco valiente, y muéstraselo al mundo: esta gente, esas minorías sacralizadas, son racistas, asimismo. Os puse un ejemplo. Y diáfano.

Otra cosa desconcertante de American History X es que Derek, por mucha influencia paterna (esta es otra) “negativa” que tuviera (hombre criado en ambientes poco afables con los negros), demuestra tener una inteligencia superior a la de casi todos los neonazis que aparecen en la película. Su mentor: evidencia ser un manipulador caradura que vive del cuento del racismo. El amigo ese mole: debe tener un adoquín por cerebro. El resto: tres cuartos de lo mismo.

Otra escena que pe promueve la ambigüedad: el
padre no descalifica a los bomberos negros que
han contratado por su color, sino porque no tienen
experiencia; le ofende que, por una moda elitista,
pongan en peligro su vida por culpa de aficionados
peor preparados que unos bomberos caucásicos

¿Cómo alguien como Derek no vio, pese a todo, la trampa? Podría alimentar sentimientos raciales negativos, mas comprendería que tatuarse la svastica en el pecho no arregla nada. Sin embargo, se deja embaucar por el oropel nazi, y termina pagándolo Danny.

viernes, 9 de diciembre de 2022

REBELIÓN EN LA GRANJA — O LA PARÁBOLA DE LA ESPAÑA 02022-02023

 

Una de las numerosas portadas
que contiene esta alegoría sobre
las "bondades" de los progres,
un escarnio que está destrozando
a España y sus habitantes en este
momento. Quede esta reseña para
los del futuro... si saben leer

Siendo justos, conviene admitir que parte de esta novela profética de GEORGE ORWELL puede aplicarse a la Derecha/capitalismo, porque, en el fondo, quien siempre pierde es el populux, ese caballo BOXER. Algo al menos favorece a la Derecha: va desnuda por el mundo. La identificas enseguida. Raro cambie discurso, o intenciones. La Izquierda empero apresta tales tremebundos mensajes, un palabrerío rimbombante donde explota palabras específicas (libertad, igualdad, derechos, fascismo…), que aturde al currante convenciéndolo de que va a vivir mejor, cuando consigue apretar el dogal más que la Derecha. Pero, claro: siendo dogal de la Izquierda, no duele (en apariencia), por ser por tu bien. El que oprime logró liberarte del capitalista que antes apretaba, y tú eres el que, voluntariamente, has dado a tu nuevo dueño la potestad de estrangularte.

Imposible reseñar Rebelión en la Granja (novela que, confiesa Orwell en un prólogo eliminado de sus recientes ediciones “juveniles” —a saber qué más han “transformado”, o “perdido”, durante la “traducción”, o “adaptación”, a los “nuevos tiempos”—, empezó a cocinar en 1937, o sea: durante la Guerra Civil), sin contemporizar con el actual estado de nuestra infortunada nación.

País que no se rompe porque ya está roto. Al fin lo han conseguido, mediante vergonzosas cesiones a terroristas y golpistas, cosa que justifican como falsas “reconducciones a los principios constitucionales”. La egoísta alimaña narcisista que preside el país, exacto émulo del cerdo NAPOLEÓN, que apresó con férrea fuerza las riendas de Granja Animal (otrora, Granja JONES), sofocando a los demás animales de la finca mediante una astuta combinación de fuerza bruta (en su caso, no perros que ha adiestrado para asesinos personales suyos, sino redes sociales colonizadas por fanáticos, infectos vagos que han encontrado chollo en esta servidumbre, prostituyéndose para no volver a trabajar jamás), Propaganda (ministros chaperos y barraganas ministeriales que procuran ofuscar con la inacabable metralla de “los fascismos” y “togas fachas”) y la alianza con inescrupulosos tratantes (miserables asesinos vascuences genocidas e insaciables bestias nazionalistas), está descomponiendo España a increíble velocidad. Sigue el patrón delineado en esta obra por Orwell, sobre cómo distorsionar la realidad, los hechos, las cifras, y convertir el otrora Imperio donde no se ponía el Sol en su cortijo transecocoñomunista, donde cercena toda disidencia a velocidad luz. (¡Se juegan poltronas y privilegios de la Casta!)

ERIC BLAIR, más conocido como GEORGE 
ORWELL; parece comenzó a cocinar la novela
durante nuestra Guerra Civil.
Algo debió ver
en el "glorioso" comunismo local que le dio la
vuelta a sus principios progresistas

Además, en indisimulado gesto despótico, exige a los medios de información, los que aún aparenten libertad y/o compromiso con su profesionalidad, nos oculten cómo sus leyes sectarias enloquecidas, propagandísticas, excarcelan tanto a infames y crueles terroristas como a violadores que, por supuesto, reincidirán, recibiendo leve castigo cuando les atrapen, porque su nueva legislación “progresista” encima los ha suavizado.

¿Os subleva tales indignidades? En la barra del bar, tomando café, malhumorado gruñes, para luego quedar todo en ese inane esfuerzo catártico. ¿Oponerte? No. Porque entre tu falta de compromiso con la moral, la decencia y la integridad, y el MIEDO a la tropa de ovejas (o borregos) suelta en redes sociales que enseguida balan el mantra del ‘fascismo’ (equivalente al de la novela de “cuatro patas sí; dos, no”) para silenciar al disidente, o emplea fórmulas lingüísticas tales como “la pena y el enfado” para aplastar al cismático, prefieres SOMETERTE a buscar una verdadera vida digna y justa.

Justo, el cerdo PEDROSANCHÓN del Falcon lo
deja ahí claro: unos "animales" son más "iguales"
que otros (nazionalistas, malversadores, violadores).
La cosa es no perder sus vuelos en Falcon, que
tanto visten y tanto a la abominada Casta le acercan

Zombifican a la población oreando la sucia palabra “república”. No sé qué tiene tan nefasto término en el español que, apenas lo oye, ¡plas!: desconecta su inteligencia. Cuelga el cartel de VACIO y traga Traga TRAGA cuanto el orador republicano suelte por esa boquita, por disparatado, malsano, o contradictorio, que sea.

Se escudan en la “nueva” máxima política: cabalgar sobre las contradicciones, algo que, en Rebelión en la Granja, a los cerdos dirigentes se les daba de puta madre magistral. Han mejorado el ejemplo, afirmando que no vives peor (aunque SÍ lo hagas), porque “en otros tiempos” (que adulteran a conveniencia), retrotrayéndose a cuando FRANCO mandaba (¡o EL CID, si hace falta!), todo era peor. La retrospectiva objetiva desvela la peligrosa falacia. Pero ¿cambia algo que te lo demuestren?

viernes, 2 de diciembre de 2022

SUPERNOVA, EL FIN DE UNIVERSO — EL BODRIO QUE CAYÓ DEL ESPACIO

 

Afiche. Qué lejos está este
WALTER HILL de
CALLES
DE FUEGO o TRAICIÓN
SIN LÍMITE. Nada que
esperar de este tostón

Hay que imputarle a RIDLEY SCOTT una moda que ha resultado mefítica para el cine de eventos cósmicos: la del alienígena feroz o psicópata desmadrado que genera la “angustia de la nave” a una abúlica tripulación desesperada por volver a la Tierra, o donde sea.

Scott, en justicia, recibió un guión, puso su mejor arte en hacer un clásico de la ciencia ficción y resultó que, por desgracia, ‘apadrinó’ una escuela donde todo mediocre cree que puede medrar. Monto un escenario claustrofóbico en el peor elemento posible, el espacio exterior (inabarcable océano que, aunque saltes a una nave salvavidas, no tienes ninguna posibilidad de ser rescatado; en nuestros mares, aún hay una o dos, quizás), pongo a un reducido puñado de sujetos con sus idiosincrasias a flor de piel y les suelto un fenómeno para que sufran sus judiadas, matándolos de las formas más crueles, impactantes o expeditivas que decidamos pasen.

Esta producción de 2000 no tiene papeletas para ser un clásico estilo ALIEN. Es todo un señor mockbuster, lo dirija, o no, WALTER HILL. Es un producto (en el más despectivo grado posible) ajustado a tópicos que PITCH BLACK supo renovar con notabilísimo éxito, legando, de paso, colosal leyenda urbana para la posteridad, el anti-RIPLEY: RICHARD B. RIDDICK. (Anti-Ripley en el sentido de que un varón, de nuevo, destruía al inefable monstruo espacial.)

Conspiración feminista: ¿Tú crees que se
notará mucho que es un mimo con careta
haciendo de robot? Pues sí: canta un wevo

¿Qué ves? Una nave médica, de garbeo por esas órbitas remotas de los sistemas solares más distantes, que capta un SOS reclamando sus servicios para atender a una apartada colonia minera instalada en una luna que ha abandonado su órbita y está a un increíble porrón de años luz de distancia. Precisas cien vidas para llegar allí, en términos siderales.

Y empiezan las cagadas. De por sí, el sobado planteamiento juega en su contra: los mendas llegan allá, sucede algo (contagio, asalto, traslado), que mete en la nave a un insaciable monstruo asesino, comenzando la casquería. El resto está visto ora la nave Nostromo ora la cabaña de POSESIÓN INFERNAL II. A ver quién es el guapo (o guapa) que elimina a la bestia, empleando qué medios, y cuántos secundarios, y de qué modo sanguinario, caen, actores pura carne de cañón de un manido libreto.

El malo trajinándose a la señorita enfermera;
menudo elemento, el mutante este. Todas las
tonterías de los personajes así, los contiene


Buena cagada, ésta: pueden viajar millones de años luz mediante un salto interdimensional quántico (ríete de los reactores trekkie de la Enterprise) empero ¡no tienen un puñetero robot, IA, como quieran designarlo, decente! Es un mimo enmascarado que va dando tumbos por la enfermería disfrazado de aviador, e induce la pregunta de cuál es el efectivo avance científico de esa Tierra futura.

Para hacerse, no obstante, los interesantes, en una nave fea con escenarios válidos para una producción estilo AEROPUERTO, meten un elemento digno de historieta de JACK KIRBY. En la explotación minera, los piratas que pretendían saquearla hallaron una especie de huevo cósmico, cuya capacidad para re-recrear el Big Bang está ya en marcha.

El andoba que envió el SOS va volviéndose un pirado asesino gradualmente más fuerte, con alucinantes poderes de regeneración, y empieza a cargarse a toda la tripulación porque no parece desee compartir con ellos cierto porcentaje al venderlo a alguien, mas luego resulta que, lo que quiere en verdad, es gozar en exclusiva del poder supermutador que desprende el artefacto (a ver quién lo creó, con qué verdadero propósito, se pone ANGELA BASSEY —¿nueva Ripley negra?— a especular durante una escena, hecha para desmarcarse, sin duda, de lo que el espectador estaba ya intuyendo: un final con elementos de catarsis que había visualizado en ¿cuántas producciones de igual corte?).

JAMES SPADER trabajaba mejor en
STARGATE. Y Stargate tampoco se luce...

Decepcionante y atolondrado final Disney (preWOKE) para una película fría, desangelada, de antipáticas interpretaciones, peor que mediocre, que sólo puede pasar a los anales por ser de las peores jamás filmadas del género, y que nunca debieron rodar.

viernes, 25 de noviembre de 2022

LOS JUGADORES DE NO-A — CANÒNICA CIENCIA FICCIÓN PARA FLOJOS

 

Portada de la edición comentada.
Algún día habrá que hablar de los
libros de Acervo. Vista esta imagen.
te pensabas abría matraca en plan
TROPAS DEL ESPACIO, empero...

Lamentaba STANISLAW LEM que la ciencia ficción se había tirado a la distopía, abandonando los cánones “habituales” de los viajes interestelares, las naves-pepino estilo FLASH GORDON y, en resumen, todo cuanto GEORGE LUCAS sacralizaría en LA GUERRA DE LAS GALAXIAS.

Tras leer esta presuntuosa novela de ALFRED E. VAN VOGT debo discrepar con Lem, el de que la buena ciencia ficción es la que te embarca en una nave-pepino para viajar hasta tres mil años luz del núcleo de la Vía Láctea. Porque…

…esta novela se soporta sobre esos presupuestos para provocar tedio e irritación. Más aún, esta es una novela calientapollas. Sabéis lo que es una calientapollas, ¿verdad? Vale: aplicádselo a esta secuela de EL MUNDO DE LOS NO-A, que admito no haber leído.

Es “calientapollas” porque Van Vogt se hincha a amontonar exóticos elementos que luego quedan en nada. GILBERT GOSSEYN, el puñetero mutado-clónico bicerebral (imaginad qué tamaño de tarro; Mr. Van Vogt: no hacía falta incrustarle otra sesera: ¡con que sólo desarrollara más su propio cerebro, esa gran cantidad de neuronas que dicen tenemos desperdiciadas en el cráneo, bastaba!), dotado de impresionantes facultades (de tal calibre que dejan a los CABALLEROS JEDI como bataneros) empero que arrastra un colosal lastre: está siempre dominado por la vacilación, la duda, el análisis de la situación/el sujeto, perdiendo tanto TANTO tiempo en evaluaciones que el mismo curso de la trama (que Van Vogt ralentiza para hacerle quedar héroe) amenaza con comérselo capítulo tras otro.

ALFRED E. VAN VOGT con aire de respetable
intelectual Década 50. Sí, estoy muy contento de
escribir parrafadas moñas para mis personajes
moñas, que, encima, son vanidosos que te cagas

Van Vogt, uno de esos ¡aclamados! autores pretéritos endogámicos, luego está obsesionado con los Grandes Números, al decir de ALAN MOORE. Por un lado, aceptas sus cifras pues, dada la enormidad del escenario de Los jugadores de No-A, nuestra Galaxia, ampliamente poblada por humanos (¿no había huequecito para los alienígenas, hostiles o no, entre tantas miríadas de estrellas?), es comprensible que hable de miles de millones (o más) de soldados o víctimas en planetas habitados al nivel de la Tierra (de esto ahora nos ocupamos). Asimismo, que el desplazamiento de las flotas, defensivas o agresoras, sea de muchos miles de naves, resulta consecuente. Es la gran era de los teletransportadores, por cierto, y de los Pronosticadores (augures).

Mas lo articula de tal manera (¡derribadas nueve mil naves! ¡Perecieron cien millones!) que, no sé por qué, causa hasta irrisión. Van Vogt desprende la idea de que debe apabullarte no con las secuelas de la tragedia, sino con el balance numérico de la guerra, desarrollada por la Liga con el Supremo Imperio del codicioso ENRO EL ROJO, quien termina descubriéndose pelele de EL DISCÍPULO, dos personajes coitus interruptus.

Portada de la precuela. Seguro
que es tan fatigosa como su
precuela. Otro
coitus interruptus
de la ciencia ficción clásica

Gosseyn irrita. Esas sobreprecauciones que siempre anda tomando en una novela “de capa y espada”, la cual termina reduciéndose a que una gresca que tengas en la cola del supermercado es más violenta, exasperan, ralentizan, hastían. Luego, está lo de que puede teletransportarse adonde quiera, porque es un No-A, y si no dividen el Mar Rojo, o resucitar LÁZAROS, es por modestia.

Van Vogt describe un furiosísimo enfrentamiento entre armadas; no dedica una página (que es obligado) a relatarlo. Lo resuelve todo con que entra un heraldo pregonando: ¡Las cosas se han torcido! ¡Hay tregua!, que deriva en el incongruente y estúpido final donde, de nuevo, la grandilocuencia devora los elementos esenciales del relato.

Sí positivo destaco que Los jugadores de No-A inspira a dos mejores novelas, al menos, que aprovechan mucho mejor sus exotismos: ¡TIGRE! ¡TIGRE! y DUNE. La misma estructura como se presentan los capítulos recuerda los de Dune: un breve prólogo que debe hacer alusión, si no a lo que contiene la sección, al entorno general que cuenta la historia. Los No-A son una escuela de pensamiento “superior” que procura rehuir de lo “animal” (lo aristotélico), algo BENE GESSERIT en cualquier sujeto al que apliquen su disciplina. Dune, sin embargo, es más incisiva, arriesgada, imaginativa y pulida que Los jugadores de No-A, donde pueden teletransportarte, quedándote tan pancho.

Imagina: sentado leyendo esto apaciblemente en tu casa, ¡y de pronto te materializas (o sea: te matan, porque te disgregan, para reintegrarte donde sea) en medio de la playa! El pasmo, cuando menos, es mayúsculo. Pues, no. Aquí Gosseyn traslada a la gente a capricho, quedando las víctimas tan campantes, como viendo llover.

Esta también es tremenda. Otro
montón de interesantes supuestos
que Van Vogt consigue marrar. Va
conviniendo dejar de adorar a estos
escritores, por muy primigenios
o pioneros que fuesen, ¿vale? Que
lo sufrimos ahora nosotros

La jactanciosa Los jugadores de No-A bordea la historia tipo “dos tipos hablan (mucho) en un despacho”, otra asentada calamidad de la ciencia ficción. Sin duda, sobre todo para los lectores de la ciencia ficción endogámica-para flojos, que esta lo rezuma por los cuatro costados, la ¡encomiarán! por ser uno de esos celebrados truños de la “Edad de Oro” que, valorada con justa objetividad, no era tan aurífera como quieren vendernos. Ni aliens, ni celulares, ni robots, ni inteligencias artificiales, pese a preconfigurarlas (no había valor para teorizar a fondo al respecto, ¿verdad, SAN ISAAC ASIMOV?), aplicándoles a todos los mundos citados los mismos valores de gravedad, o clima, que la terrana, porque no querían admitir, o especular, con condiciones distintas. Como esa perra de Venus terraformado. Menuda gesta, dado el desastre de planeta que es.

Me exaspera lancen encendidos elogios sobre estas novelas de la cuestionable “Edad de Oro”, escuetas de coherencia, torpemente dialogadas (indicio de que el autor no se maneja bien con el desarrollo de los personajes, sin discurso psicológico interno; son sólo marionetas, sin carisma, en plan gótico) y desprecien otras posteriores porque vulneraban la ciencia ficción para flojos. Imagino a Van Vogt leyendo TROPAS DEL ESPACIO… ¡llevándose las manos a la cabeza alarmado!

Ni me atrevo a especular sobre
esta, que seguro te estresa

¡Combates desde el primer capítulo! ¡Naves espaciales luchando! ¡Soldados vapuleando, o siendo breados, por alienígenas! ¡Señor-SEÑOR! ¿Adónde vamos a llegar? ¡Esto es intolerable! ¡Mira esos tíos, cómo corren durante la instrucción! ¡Tengo agujetas de sólo leerlo! ¡Y tiros! ¡Y explosiones! ¡Atómicas o no! ¡EXPLOSIONES! ¡Señor-SEÑOR! ¿Adónde vamos a llegar, con estos talámicos aristotélicos desbocados?

Esto Gosseyn lo resolvía moviendo el alambre con sus dos mentes, ¡quedando luego tan alelado como al final de mi portentosa novela!, incapaz de comprender que a un recalcitrante fanático religioso, que ha impuesto tal férrea disciplina a los acólitos, que cuando éste mata a su dios, por el cual él ha matado, ¡los fieles corren aullando hacia él ¡para descuartizarlo con las manos desnudas por supremo iconoclasta hereje!! Hasta esa lógica elemental defrauda Van Vogt, con su torpe sentido del pacifismo moñas.

viernes, 18 de noviembre de 2022

MCQ — EL DEL COCHE DE VIEJO VERDE

 

Afiche. DIRTY HARRY tenía
el .44 Magnum. MCQ un MAC
10. Pienso que los de INGRAM
pagaron la cinta para
publicitar el subfusil, fíjate

Con cierta edad, verte pilotar ese tipo de deportivo (creo que el de STEVE MCQUEEN en BULLIT) delata que no has superado la crisis de los cuarenta: ¡sino que la encadenas con la de los cincuenta, precisando DESEPERADAMENTE atraer veinteañera compañía femenina mediante ese coche para sentirte aún potente y sexual-funcional!

Comentan que JOHN WAYNE estaba pensado interpretara a HARRY EL SUCIO. No sé si llegaron o no a ofrecérselo; lo cierto es que McQ es un fondón calco del polémico policía de San Francisco, con matizaciones que quiero resaltar. Sospecho que a Wayne le sedujo la idea de encarnar a un policía expeditivo, fascista sin más, y se la traía floja qué mala prensa gabacha había tenido DIRTY Harry. Problema: a McQ no lo respalda el intelectual JOHN MILIUS para darle un fondo cultural/coherente a los disparates.

Mientras Harry el Sucio brea a un sospechoso in situ, McQ empitona al menda al que le tiene hambre dejándolo tundido en un water público porque es su política. Sin duda, McQ, estilo violento policía corrupto de novela de JAMES ELLROY, en los cincuenta y sesenta agarraba la primera guía telefónica que viera sacando confesiones a listinazos. Dagos, cholos, negratas, micks… arreaba lo que fuese. ¿Necesitamos un culpable? Lo fabrico a golpes. Ya se apañen luego con los maricones de los derechos civiles.

McQ mostrando a un sospechoso lo que piensa de
la
Ley Sí-Soltamos-Violadores-Sí femirula. No,
en serio ahora: estos son sus métodos policiales
de interrogatorio, Y tan pancho, oigan

Mientras Harry el Sucio procura a su manera no obstante seguir el código, McQ allana propiedades de sospechosos porque es su política, coño, no me discutas, y que luego la fiscalía apechugue con mis pruebas inadmisibles. ¿Que necesito unas pirulas, para pagar a un confidente, o entonarme? Zamarreo a un yonqui conocido y obtengo el material. Este es mi mundo, mis reglas, mi política, y jódase el que no quiera aceptarlas.

Este viene a ser, grosso modo, el tenor tanto del personaje como la cinta. Una que se esfuerza por ser copia de HARRY EL FUERTE, tanto TANTO que, en algún momento, alguien advirtió que el parecido era tal que podrían demandarles por plagio. Así que le dan un giro “de última hora” saliendo del atolladero con una trama de policías corruptos que cambiaban droga por azúcar en la brigada y hacen que AL LETTIERI fuese de veras el malo por el cual estaba cobrando. Mas hay un momento en que sí: esto parece un complot policial al estilo de “El Fuerte”.

McQ aún así tiene conocidos que le consideran
un tío civilizado. Cuidado, Mac: aquí hay tomate

La película parece beneficiarse de un cambio de opinión sobre el crimen, la policía y la violencia. Hasta entonces, luchar contra el delito, en plan LOS INTOCABLES, tenía algo de cruzada virginal. Mas una delincuencia rampante (más drogas, más violaciones, la metamorfosis mental que la sociedad norteamericana sufría al ver que su poderosa maquinaria militar no podía abatir a un puñado de pijamas negros vietcongs, ya anticipando una vergonzosa derrota, los derechos civiles, la divulgación sin complejos en medios de comunicación de hechos que preferían ocultar tras la panza de un racista sheriff pueblerino bendecido sin embargo con el beneplácito popular por representar cierto conservadurismo calvinista) hacían más tolerables las propuestas como McQ.

Las junglas ponían de rodillas a EE.UU. Así que considerarían: Vale, esa lucha está perdida, admitámoslo. Pero la de nuestras calles, con escolares drogatas y violadores, negros contestatarios y spaguettis que ceden a las Triadas terreno, jamás. No cejaremos. 

El COWBOY ETERNO se
pasa al siglo XX automático.
Y lo disfruta, oigan

El éxito de la imagen implacable de Harry el Sucio la acepta sin complejos John Wayne (que no le va) al asimilar, dentro de su cacumen, la comparación: Tíos, en el fondo, las calles de Seattle (o Frisco) no son distintas de las de Lincoln en 1880. Es un western, sólo que en vez de ir a caballo, viajo en deportivo de viejo verde. Y combato el imperio de la droga marsellesa que afecta a mi Departamento y a mi amigo, en vez de a cuatreros. Mas sale rana. Pues no, no convence el Cowboy Eterno como poli duro.

Ni en esta, ni en BRANNIGAN, donde repite los estándares de brutal intransigencia.

viernes, 11 de noviembre de 2022

CORRUPCIÓN EN LA POLICÍA — TRAS EL “MURO AZUL”

 

Portada. Prepárense para ver ese
lado de la policía, secreto y 
demasiado humano, que puede
explicar ciertas conductas que
frisan, o caen, en lo delictivo

El término “Muro Azul” define, creo aún, a la muralla corporativa tras la cual el NYPD se oculta. Cierto que bajo este adjetivo pueden asilarse otros colegios, como el médico o el de abogados. Una ley de omertá, de protección de los integrantes de esos gremios, frente a agresiones externas, aunque esas “agresiones” sean legítimas denuncias contra actuaciones dolosas de, por ejemplo, una práctica sanitaria negligente, o actitud policial (o política) incorrecta, directamente ilegal.

Quien quiera rompa este código de silencio, miembro de estas sociedades herméticas, es de plano considerado un JUDAS, una rata, traidor merecedor de todo desprecio y lo malo que le pase. En justicia, en todas las profesiones existe este corporativismo, aunque en unas es la represalia más fuerte que en otras.

Concretado este punto, ¿cómo debo describir la conducta del autor de la novela que nos ocupa, WILLIAM J. CAUNIZT, antiguo agente de policía metido a escritor? Porque lo que hace palpitante su narración es la descripción de conductas de los agentes que nos deben causar, cuando menos, inquietud. Estamos a comienzos de Década 80, inicios de verano, el teniente DANIEL MALONE protagoniza una historia propia de una JUNGLA DE CRISTAL, el principal demérito (traducción aparte) de la obra.

Mientras, Caunitz cuenta que los coches patrulla van atestados de basura y latas de cerveza. Los patrulleros encajan debajo del asiento del copiloto packs de seis latas. Van aquí/allá al desayuno, el almuerzo, la cena, un entremés… sin pagarlo. Mejor: lo fingen. El agente asignado entrega un billete de dólar y el propietario se lo devuelve en calderilla.

WILLIAM J. CAUNIZT, con esa gorra
de pescador, revelando asuntos íntimos
del NYPC que no sé cómo les sentaron
a sus compañeros...

Los tíos, siempre pensando en sus adulterios, parecen más interesados en cumplir su jornada laboral en lugares discretos donde jalan cerveza (no café, como suele verse en las películas) o haciéndose algo el loco cuando les reclaman para que atiendan una denuncia. Consideran natural aceptar sobornos o actuar de manera apática (siempre que no sea tan flagrante que cause escándalo público, que implique a la prensa) como compensación de una profesión esforzada, arriesgada e ingrata con excesiva frecuencia.

Haciendo este pormenor, ¿no es Caunitz una rata, no viola la omertá del Muro Azul? Tras leer su libro, basado sin duda en experiencias personales (detectas alguna que sí, la vivió in person, atragantándole de tal modo que la escupe en estas páginas para exorcizar qué asco sigue produciéndole recordar “la hazaña”), cuando miras un coche patrulla, y más neoyorkino, de inmediato revives esas imágenes de abandono, corrupción y adulterio, recelando de la diligencia del “caballero de azul” (título de una vieja serie de TV protagonizada por GEORGE KENNEDY). Cierto, remarco, que generalizar es peligroso, aun injusto. Habrá muchos agentes que actúen responsable, profesional y competentemente. Empero la sombra ya está echada sobre la total integridad del Cuerpo.

Otra de sus obras, donde se
despacha otro rato, como en
su momento reseñé

Veréis: no es una novela de JAMES ELLROY, ficción policial redactada por alguien de afuera del Cuerpo, aunque le “soplen” agentes amigos detalles o leyendas. Se trata de un mismo miembro del Cuerpo el que vacía el costal. De ahí que me pregunte, de nuevo: ¿incluyen los policías neoyorkinos a Caunitz entre las ratas del despreciado Departamento de Asuntos Internos, siempre tan mal retratado y ODIADO?

El pulso general de la novela, el compendio de valiosas informaciones sobre la policial metodología seguida en investigaciones, las mismas vivencias reflejadas sobre unos policías de conducta más que reprochable (por ejemplo el detective que transformaba en suicidios todos sus homicidios), es magnífico. Excelente. ¿Qué ocurre? Caunitz, que ya iba sobrado con la resolución del asesinato que involucra al aún idealista Malone, íntegro en gran medida, ¡lo complica sin necesidad con una trama político-megalómana-israelí digna tanto de JOHN MCCLEANE como de JAMES BOND!, lo cual descuadra, por entero, lo estupendo del libro. Prevenidos van, futuros interesados.

viernes, 4 de noviembre de 2022

EL GRAN LEBOWSKY — DE BOLERAS, PORNÓGRAFOS, FLOJOS Y PARÁSITOS

 

Afiche. Los antitéticos protagonistas
de esta comedia con tintes
noir. Uno,
todo pereza; el otro: acción sin
sentido. Y así componen esta cinta

Los HERMANOS COEN desarrollan otra faceta de su extravagante Universo repleto de singulares personajes incrustados en una cotidianeidad no menos esperpéntica, sujetos que han ido impostando sus torcidas idiosincrasias en la Sociedad hasta hacerlas correctas maneras de proceder. Lo empapan todo con su particular humor, elaborado, fino, irónico, que perfilan las actuaciones de los intérpretes de sus filmes.

Esta vez presentan a JEFFREY Lebowsky, un redomado vago que va a casi todas partes en playeras y albornoz, como sarcasmo hacia OBI WAN KENOBI. EL NOTA (como prefiere le conozcan) no da un palo al agua. Vive en un mundo de boleras, drogas y prolongados baños mientras va al super en playeras y albornoz. El Nota es parasitario absolutamente, empero es un inofensivo parásito simpático, cuyas fuentes de ingresos son ignotas. Es también antisistema, aunque al ser un flojo, pasa de peleas.

Toda su voluntariosa energía la consume en la bolera, donde comparte anécdotas con compañeros no menos extravagantes. La cinta es una cítrica épica basada en parte en esa pasión deportiva norteamericana, donde el rumor de las bolas, el estampido de los bolos derribados y el destello de las luces en las pulidas calles compone toda una cultura.

Un Maestro Jedi de las boleras; no
puedes evitar establecer la comparación
viendo este fotograma

La bolera asimismo atrae a elementos de igual extravagancia, creando una Liga de Freakies Extraordinarios comparable a los cosplay del TBO o el Manga. Es suficiente el análisis que los Coen hacen de este tipo de relaciones y pasiones, pues más profundizan en la odisea de El Nota, involucrado involuntariamente en un rapto, una confusión de identidades, unos estrafalarios filonazis, un magnate del porno y la alocada chica florero implicada en una competición familiar por saquear una fundación.

El otro Lebowsky de la historia, que lo tiene todo liado y obliga deterioren la alfombra de El Nota, es un vehemente paralítico que recuerda a ese supervillano de Marvel, MODOK. Va avasallando a todo Dios en su silla de ruedas motorizada, empitonando verbalmente a cualquiera que decida, o no, arrostrarle, envuelto en un aire de productiva respetabilidad calvinista (tan cara al estadounidense), aunque luego resulta ser otro vago redomado. Al menos, El Nota es sincero. Desparrama por donde sea que aterrice su falta de modales, de compromiso, de energía laboral.

Ahí los tienes otra vez, con ese STEVE BUSCEMI
que termina poniendo la nota trágica a la comedia


El Gran Lebowsky sobre ruedas disimula su pereza crónica con su aire de firme actividad (¡hagamos lo que sea, aunque sea inútil, pero que vean nos movemos!). ¿Resultado? La Sociedad acepta al Gran L porque viste de marca y su perentoria voz sugiere frutos. El Nota es una excrecencia en albornoz que vive para amar los bolos y, sin quererlo, verse implicado en un absurdo desfalco que termina matando a uno de sus compañeros (STEVE BUSCEMI).

Contrapartida igual de vehemente del Gran L es el personaje de JOHN GOODMAN, el neurótico vet de Vietnam que sin parar extrae de su distorsionada memoria batallas que arroja a la palestra para demostrar que, como sangrar y echar tripas, nadie como él. Embarulla todo aún más (el episodio del maletín en el puente; el del deportivo), mostrando la cara de la falta de prudencia o reflexión del que está poseído por emociones volcánicas que, ora estallan en sus vivencias bélicas, ora exponen compromiso con el judaísmo (aunque sea católico polaco), cosas que acaban irritando a El Nota. Sin tapujos se lo recrimina varias veces. Son sandeces. Vives de tonterías. Inventas paranoias. Tras la galerna, quedan tan amigos. Sí. Acabas congeniando con El Nota.

La inefable fauna de los freakies de las boleras.
Por doquier cuecen habas, es la conclusión lógica.
Al menos, éstos no van por ahí diciendo que 
desactivaban bombas en Afganistán, completa y
trágica mentira de algún GRAN FLOJOWSKY
vampiro anímico ansioso de atención ajena

No es como algún cornudo Gran Flojowsky poetastro, que inventa aberrantes historias de sus violaciones infantiles o disparates de madres que abandonaron al niño violadito para “victimizarse”, querer dar pena penita pena a bujarrones y putas. El Nota, apechuga. El Gran Flojowsky: lloriquea para magnificar su imagen de sensible ‘literato’ “acosado”. Estampa asquerosa de un repugnante y cobarde ejemplo de “ser humano”, en suma.

viernes, 28 de octubre de 2022

ARSÈNE LUPIN, CABALLERO LADRÓN — PULP PARA SEÑORITOS BIEN

 

Cualquiera de las tantas portadas
que cobijan el material aquí
reseñado. Dada la ambivalente
y embustera naturaleza del
protagonista... ¿inspiró en parte
a ALAN MOORE para su V,
el de Vendetta?

MAURICE LEBLAC es el Señor de los Puntos Suspensivos. Todos estos relatos (que desprenden la sensación de ser un extravagante divertimento, delicada artesanía volátil que no puede, pese a sus exegetas, resistir la comparación con la más firme prosa, hasta contundente, de SIR ARTHUR CONAN DOYLE) forman vértebra de la denostada literatura pulp. Ocurre que a algún veleidoso lumbreras de los tantos que hay por ahí, pontificando qué debe o no gustarte, les ha caído en gracia y los ha cribado del vigoroso e icónico mainstream compuesta por cuentos o novelas de DOC SAVAGE, LA SOMBRA o CONAN. Como el propio y evasivo protagonista de las historias, Arsène Lupin, nombre inventado para la ocasión (un robo planeado meticulosamente), trasuntan sus andanzas la sensación de caprichosa liviandad que le diferencia de los justicieros personajes citados, más toscos en apariencia. Arsène Lupin puede cifrarse como pulp para señoritos.

Aun así, Arsène Lupin es material que debe tenerse. Porque, para empezar, es bueno. Entretiene, tiene momentos brillantes, cuentos que van oscureciéndose según Leblanc desarrollando al personaje. Por supuesto, es narración bianca en todo punto. No hay leguaje soez, situaciones barriobajeras/muy escabrosas, todo discurre en una esfera de puntillosos miramientos sociales de finales/comienzos del siglo XIX-XX, con la clara intención (de Leblanc) de competir con las gestas del detective amateur de Baker Street. Alude a SHERLOCK HOLMES en un par de ocasiones, al menos.

MAURICE LEBLANC, abogado
luego dedicado al periodismo; con la
escritura seguro ganó una reputación
que podría no obtener en los juicios
 

Como ocurriera con BATMAN, diseñado para competir con SUPERMAN, Leblanc perfila a Lupin como rival de Holmes, una suerte de PROFESOR MORIARY gabacho. Lupin se codea con lo más excelso de la Alta (y vacía) Sociedad contemporánea. Su objetivo, narcisismo aparte, es obtener información que le permita perpetrar audaces atracos (de guante bianco) que luego el periódico (infiero) donde Leblanc escribía difundía por todo el orbe. Magnificaban las hazañas del sibarita criminal y su banda, masa difusa de colaboradores que vegetan en tercer plano, aguardando órdenes.

La audacia caracteriza sus atracos. Todos sus objetivos se estiman imposibles. GARIMARD, el veterano (y amargado) inspector decidido a enjaularlo por siempre, no lo consigue por mucho que se esfuerce. Aun de manera accidental colabora en una de las osadas empresas. Lo devasta tanto TANTO saberlo que liquida su carrera policial.

Descoloca un tanto cómo están compuestas estas historias. Empiezan de una forma y concluyen de otra. La primera persona del cronista, ora Lupin, ora Leblanc, se confunden en las páginas finales. Y descubrimos que aquél que parece estar narrando el suceso, de pronto es Leblanc que, de forma maravillosa, se ha transfigurado a partir del original Lupin. Esto sucede inmediatamente, en el primer cuento, donde encarcelan a Lupin mediante una añagaza… por él mismo ideada a fin de cometer uno de sus robos.

Un duelo que debió serle muy
caro al autor; se refiere en un
par de ocasiones al detective
de Baker Street como paradigma

Mas impera esa sensación de liviandad, de ser casual divertimento para un público poco exigente, que pudiera extenderse a clases obreras que habían tenido la suerte de ser beneficiadas por la instrucción pública, contemplando en Lupin una suerte de ROBIN HOOD galo, ya que Lupin a veces se destaca con generosas aportaciones a beneficencia.

Él mismo (pudiera mentir en esto, porque eso le define: el disfraz, la máscara, la indefinición, el embuste ingenioso) procede de las humildes clases trabajadoras. Cuenta su refinada venganza contra los señores que maltrataron a su pobre madre, mas dejándote en la incertidumbre de si, en efecto, pasó eso, o lo inventa, a partir de un suceso criminal real, que emplea para construirse un pasado, una coartada, raíces.

Es, en resumen, agradable lectura que debe atesorarse, porque Lupin está incrustado en la CultuPop, como otro de sus contemporáneos, FU-MACHÚ, digno rival suyo.