viernes, 29 de enero de 2021

NAVES MISTERIOSAS — UN HOMBRE Y SU BOSQUE

 

Afiche foráneo con el título real
de la cinta. Las inquietudes por la
Naturaleza, moda esnob de la
actualidad, pese a todo, me temo,
ya tenía antecedentes como éste

Se estrena la pesimista Década 70 en el cine con este filme ecologista de DOUGLAS TRUMBULL, protagonizado por BRUCE DERN como un naturalista que no anda muy fino, y que no duda en asesinar con tal de salvar su bosque.

Contexto: en algún momento de este siglo (cosa que veo cuestionable; empero durante los 70, aun antes, todos iríamos por estas fechas de vacaciones a los Mundos Exteriores; aceptemos la licencia, pues) la Tierra es un horno a 36º C y los bosques, al menos, los norteamericanos, han sido en alguna medida encapsulados en domos, empotrados en naves espaciales y puestos en órbita alrededor de Saturno. Es medida protectora de un bien incalculable, tomada con la esperanza de que la sensatez vuelva al colectivo y se replanten en el planeta esas muestras vegetales y animales en peligro de extinción.

Sin embargo, abortan la misión, ordenan a los astronautas de las distintas naves que vuelen los domos y regresen a casa. FREEMAN LOWELL, quien con mayor tenacidad abogó por este programa y la reforestación terrana, enloquece, mata a sus compañeros (tipos desdeñosos con la horticultura, rasgo al parecer común de la ‘futura’ Humanidad, alimentada con productos sintéticos, víctima de una especie de abulia por el porvenir, ya que han logrado una suerte de prosperidad general, cosa suficiente para todos) e inicia su peculiar fuga, situándose al otro lado del planeta anillado.

No es OBI-WAN KENNOBI, sino FREEMAN
LOWELL aleccionando, eso sí, a sus robóticos
padawans horticultores

Todo bien hasta aquí; Lowell se ha esforzado bastante por aleccionarnos, desde un libreto de aquél pasado “remoto” de la contaminación a toda marcha, el petroterrorismo (LISA SIMPSON dixit) en plena forma y la energía atómica tenida como la panacea de nuestras necesidades futuras, en que los bosques y su vida suponen un bien inapreciable, por el cual debemos luchar de firme forma. Al matar a sus compañeros, por esta causa, Lowell se convierte en el primer ecoterrorista de la Historia (al menos, del cine), lo cual es dato interesante a valorar.

Problema: desde ahí, Naves Misteriosas se hace monótona. Amenaza el deseo, bien intencionado, de inculcar al público la idea de que podemos perder algo irrecuperable que merece/debe ser conservado. Pues el siguiente dibujo es CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE, sustentándonos de Soylent Green y encerrados en ciudades masificadas malviviendo de despojos de épocas pasadas, vendidos como lujos.

Al resto del comando de su nave se la trae floja
todo eso de la ecología y los bosques. Un
martirio adicional para el concienciado Lowell

Se hace un poco tediosa; calculas que quizás le sobren diez minutos, los que pasa Lowell haciendo el loco reprogramando a los prototipos de R2 D2 para que jueguen al póker con él, o corriendo, roído por remordimientos, por la Valley Forge despoblada de más vida humana. Recobra vigor cuando la patrulla de rescate se aproxima a recuperar a Lowell y éste toma la última y drástica decisión de su vida.

Naves Misteriosas muestra un cambio en la opinión del populux sobre concretos temas que, hasta poco antes, ni merecían su más mínima-nimia atención. Quizás se debiera a la universalización, o democratización, del conocimiento. Más personas accedían a la cultura, a las aulas, a un maremágnum de conceptos e ideas que cuestionaban estructuras inmovilistas. A lobbys de poder que ahora cambian de signo. 

Me parece extravagante llevarse a la órbita de
Saturno la flota arborícola. ¿Tan mal estaban las
cosas por, por ejemplo, Marte?

No estaba lejos el tiempo en que Dios disponía y, por tanto, a joderse, y había caciques, o fuerzas legislativas, que perpetuaban formas de ser/pensar caducas, arterioesclerotizadas, que aceptaban arrasar el planeta en nombre de un patriotismo mal entendido, aún peor enseñado (esos siguen). La idea de que nuestro mundo podía desbrozarse, nosotros con él, germina en esta cinta y poliniza a otras…, aunque la hecatombe postnuclear suela ser la base del apoqueclipse.

Posible moraleja de la película del hombre que mata por su bosque: somos simbióticos con el entorno; quebrado uno, roto el otro. La noción parece estar calando como debe, mas corre el peligro de ser maleada por oportunistas extremistas que benefician a lobbys ecologistas… no tan silenciosos.

viernes, 22 de enero de 2021

BILL BARNES Nº 3: EL FANTASMA DE LA NIEBLA — CRÓNICA AERONÁUTICA POLICIAL-PERIODÍSTICA

 

Portada foránea. Aviones extraños,
buques fantasma, fortalezas remotas,
lobbys de enmascarados, acción...
Todos los elementos del buen pulp.
Lo malo es que no entretiene tanto

Al contraste con las aventuras broncíneas de DOC SAVAGE relatadas con magnífico brío por LESTER DENT, quien dejó cátedra sobre cómo redactar eficientemente una historia, o las pretensiones histórico-estilísticas de ROBERT E. HOWARD sobre Remotos Pasados de salteadores bárbaros embellecidos luego por un decadente esplendor impregnado de brujería, esta novela específica de Bill Barnes debe considerarse como un frío aunque prolijo informe policíaco que presentar, más que a un público ávido (o aun necesitado) de esparcimiento aventurero, a un comité de expertos gubernamentales.

Puede darse el factor de que este libro concreto (único que he leído) fuese manufacturado así. Aunque no creo. Las comparaciones que hago con Dent y Howard no son baladíes, pues su prosa no sólo atrapa; contienen elementos narrativos que fuerzan a encariñarse con sus personajes, siguiendo sus lances con toda la fidelidad que la economía permita.

Sin embargo, es personaje refractario Bill Barnes, otro aventurero de las tres mil millas, dotado de facultades intelectuales, más que físicas (comparado con Doc, o CONAN), sublime ingeniero aeronáutico con el riñón bien cubierto, pues, de lo contrario, de su aeródromo no sale más que para abonar huertos. No empatizas con él y menos con su camada de camaradas. Una banda de tíos expertos, leales y feroces en la batalla que, empero en este El Fantasma de la Niebla, cuanto hacen es languidecer en gélidos puertos canadienses y luego groenlandeses, aguardando que Barnes les requiera a la ¡acción!

Empero, BILL BARNES acopió su
éxito y longevidad... a través de la
máquina de escribir de distintos
escritores, todos bajo pseudónimo.
Uno de los prodigiosos artefactos del
insigne aventurero del aire. Lo mejor:
todas estas fantasías han inspirado a
modernos inventores a realizarlas.
Esto es
pulp. No truños góticos inútiles

Sucede después que Barnes debe sacarles del apuro en que se meten, de modo un tanto alocado, mas inevitable. La cosa es que Barnes destaque. Y llega un momento en que anotas que es por cojones, no porque la historia devenga de tal modo que le haga héroe. Tal el caso, que cargue con todo el protagonismo él, en plan INDY JONES, no le busquen auxiliares de relativa (in)utilidad. Pues, luego, estos mendas tampoco tienen tal textura que simpatices con ellos. No son ni RENNY, ni MONK, ni LONG TOM, por citar algunos. No digo ya BÊLIT. Barnes, al parecer, necesitaba una escudería de mecánicos y aviadores de cierto talento aunque situados en reserva, sin estorbar, haciendo considerable bulto, eso sí, por si los rufianes a los que debe combatir le creen poca cosa. Fijaos qué banda me respalda, capullos.

La trama de este pulp es un tanto disparatada, confusa. Aunque eso de la sociedad secreta de enmascarados que intentan dominar las cotizaciones globales, del oro en este caso, tiene enjundia. Es como una primitiva advertencia sobre cómo los lobbys de la actualidad manipulan la macroeconomía mundial, deprimiendo o resaltando según qué mercados.

Y cómo “GEORGE L. EATON” (o MALCOM WHEELER-NICHOLSON, que escribió bajo pseudónimo las primeras seis entregas) presenta los hechos remacha la impresión de que las aventuras de Barnes son más crónica periodística que un circense espectáculo literario con dosis de misterio sobrenatural destinado a un público ahogado en la Gran Depresión y el gansterismo de DILLINGER y adláteres para conseguir una sana evasión.

Desde luego, dignísima adaptación
pero no sólo de Barnes, sino de todo
ese mundo de aventuras fantásticas
que hoy día siguen dando éxitos. No
como la mierda del gótico

Lo leído no entusiasma. Barnes, fiera de la aeronáutica, tiene distintos aviones de caza sumergibles/autogiro, además de ser ingenioso maestro del disfraz, de gran coraje. Aun así, la presencia de lobbys y ambiciosos ladrones francocanadienses (advertencia: aquí todos Dios tiene avión, y no cualquiera; ¡es increíble esto suceda, en esta época de depresión económica!) producen una confusión de objetivos y personajes. Quedan flecos sueltos que Eaton explica casi al albur, preguntándote sobre las reales intenciones de NADINA NARONSKY, que, de víctima, pasa a ser ¿verdugo? ¿Igual pasa con su padre?

Bill Barnes es, no obstante, otro de esos iconos que tuvieron relumbrón e importancia en la factoría de la ficción “barata”. Su émulo filmado, SKY CAPTAIN, recogió con más éxito y fidelidad el aire de fantasía aventurera infatigable que Bill Barnes.

viernes, 15 de enero de 2021

GALLOWWALKERS —BUENAS IDEAS DERROCHADAS EN MALA PELÍCULA

 

El retorno de SNYPES sólo pudo
ser glorioso para la empresa de
publicidad. Para los demás...

Construido para glorificación de WESLEY SNIPES (quien en BLADE TRINITY aprendió a moverse lo necesario, quedando hierático en todo plano posible, e incapaz de agacharse aunque las balas silbasen alrededor de su cabeza —como si tuviera la columna vertebral de rígida aleación Moderan—), valoro un Weird Western plagado de ideas, cuando menos, interesantes, con sugerente atractivo, que diversos narcisismos o incapacidades del regidor conducen a un producto alocado, disonante, donde debes componértelas para intentar seguir/entender la trama, caso de que exista.

La hay, y empiezo a sospechar que el guión original tenía más sentido de lo que, al final, vemos plasmado en pantalla. Metido en el mundo de la creación, acabas desarrollando un instinto (y más, si has leído, u oído, historias subterráneas sobre las producciones) que sugiere cuándo el protagonista, o los productores, metieron mano en el libreto hasta hacerlo irreconocible e indecoroso aun para el más tolerante espectador.

Paradigma: la Crónica Nemedia de ROY THOMAS y GERRY CONWAY, feminista renacido (que sin empacho cobraba de los editores “misóginos” para los cuales trabajaba, y a quienes ahora denuncia, cobrando —bien montado lo tienes, muchacho— por la delación) sobre CONAN, EL DESTRUCTOR, y sus constantes lamentos de que, quienes leían el original, no entendían qué pasó para acabar rodándose lo filmado. Achacaban a DE LAURENTIIS un intrusismo abusivo. (Ya voy creyendo que había menos chicha de la prometida por los escritores en su narración, excusándose con lo del intrusismo.)

Hasta este momento, con los sacerdotes satánicos
éstos, la cosa tiene su aquél; a partir de aquí, ya
todo va cuesta abajo, a veces, de mala manera

Pues pudiera ser que en el guión de Gallowwalkers haya hecho parecido Snipes, tocado por sus problemas con el fisco norteamericano durante la producción. Tras coger el libreto, lo manoseó unas horas, para luego contactar con los autores comentándoles: Chavales, me mola esto del hierático Blade del Oeste, casi HELLBOY, y seguir matando abominaciones de ultratumba que se visten con los cueros de sus víctimas y tal. Pero…

“Pero”. Ya salió el maldito “pero”. Snipes siempre debe triunfar… haciendo lo imprescindible para llenar el cuadro, justificar su nómina, y quedar (o intentarlo) de puta madre magistral ante quien él esperaba cumplir. Así que “sugirió” reconstruir la historia para que hiciese lo indispensable, quedando empero de puta madre magistral.

Todo por revivir la puñetera momia esta.
Los engendros entregados a la tarea se
desperdician en carajotadas varias

Gallowwalkers es toda una historia de la frontera que, en manos de un director con más brío o capacidad para cortar narcisismos (los intuyo; quizás ni los hubo al final), situando mejor la cámara, o planificando el relato visual de modo más convencional, sin ese confuso (ab)uso del flashback para “estilizar” el metraje y contestar las dudas que asalten al público conforme visiona lo filmado, habría cosechado un éxito más justo del que, al parecer, en su momento recogió la película.

Aberrantes rituales satánicos, sectas remotas, jeroglíficos en una suerte de catedral bajo una montaña, revividos (por un motivo que explica Snipes de modo poco plausible) no-zombies que depredan pellejos frescos para mantener su apariencia humana, un alocado grupo de pistoleros-fulanos que parecen sacerdotes del Infierno en un paraje desértico interminable, la extraviada compulsión por revivir a una momia. Un esbozo de buddy movie que acabas advirtiendo innecesario, porque Hierático Snipes supera todo apuro merced al revólver o rifle de grueso calibre.

La pose preferida de Snypes; o sea: estático.
Dando presencia de peligroso, pero estacionario.
Y no lo agites mucho, que se rompe

La historia de amor es uno de esos elementos (hay dos historias de amor) precisos para justificar que un tirador parco en palabras y abundante en escabrosos hechos actuase por esos secarrales dejados de la mano de Dios como lo hace. Según avanza la película, lamentas que una escenografía tan delirante mas con fantástica lógica intrínseca se desperdicie de esta manera. Porque del delirio pasan a la extravagancia irreflexiva y la confusión de los contextos sin tránsito. Lo expone, desnudo, el final, que recurre a un… hiperbólico homenaje a LA MUERTE TENÍA UN PRECIO para intentar salir airoso.

domingo, 10 de enero de 2021

SITIO DE CIENCIA FICCIÓN – VIGESIMOCUARTO ANIVERSARIO: “NO MÁS HÉROES” — LA PERSISTENCIA DE LA MEMORIA

 

Sirva esta captura de portada de lo que SITIO
DE CIENCIA FICCIÓN propone este año como
tema a valorar por distintos expertos

Es otra “rutina” anunciar, por estas fechas de hogaño, la “memoria” que hace Sitio de Ciencia Ficción (cuyo capitán tiene la generosidad de repescar algunas de mis reseñas publicadas en Una historia de la frontera) sobre un tema monográfico en el cual una plétora de autores ofrecemos nuestro variado y rico parecer sobre dicha cuestión.

Reconozco que tiene su miga el asunto, porque hay ciertos asuntos que no sabes, al momento de serte planteado, cómo abordarlo, y peor aún, hacerlo con interés y garbo. El de este año, pese a no serme ajeno, tenía enjundia, porque se me antojó cuestión con trascendencia, pues puede afectar a mi producción. Debía esmerarme al recapitular.

No más héroes es el sugestivo contenido de este año. Venimos observando, algunos, o quizás más de los que se arriesgan a admitirlo públicamente (por miedo al qué dirán de ti, cacho machista de Vox, que a este absurdo ridículo se ha reducido la discrepancia con la línea “oficial”, por dañina que sea), que el Héroe es raza a extinguir. El tipo huraño, misántropo, dotado de facultades que le permiten cargar sobre sí el edificio de la aventura evitando incluso se desplome, el áspero que supera la adversidad, va siendo reemplazado por un ambiguo individuo nuevo, que se doblega sin problemas ante las tendencias de la diversidad, la variedad y la promiscuidad, física o moral, evitando así le consideren machista votante de Vox por hacer su labor. El individualista está mal visto; ahora toca distribuir en un colectivo el notable esfuerzo. Ya no quieren sujetos ejemplares, sólo amorfas masas participativas sin identidad.

JONATHAN E nos va a servir
de paradigma de esta diversidad
racial/sexual que va imponiéndose
frente al individualista que reta al
Estado y su amalgama de sujetos
sin identidad, sólo obediencia

Salvar el día a lo SNAKE PLISSKEN está fatal. Para colmo, tampoco prima contar una historia “a la antigua usanza”, sino que aparezcan las diversidades raciales y sexuales que, por supuesto, para no caer en el estereotipo del chiste a base de los homoX, deben tener una honrosa representación. Decir algo y que suene bien. Para cuanto todas las razas y géneros LVDRA han quedado fijados, descubrimos que ya no hay ni tiempo ni lugar para narrar la historia, la cual queda reducida a un puñado veloz de desaciertos que ni el montador más virtuoso puede poner en pie en pantalla.

O caemos en el desastre de EL DESTINO DE JÚPITER, que, como admiten las feministas, es una mierda, pero es una mierda feminista (ergo, se excusa su pobreza, en todo sentido —la monserga de la Izquierda, en todo caso. Lo ajeno, debe satanizarse; lo nuestro, por espantoso que sea, salvarse—.) ¡Y yo que pensaba que se trataba de todo lo contrario, de hacerlo de puta madre magistral, con indiferencia de géneros o sexos!

Esto, grosso modo, desarrollamos en las distintas rapsodias que condensa Sitio en esta ocasión. Manjar para los interesados. Empero avinagrado para quienes consideran un feroz estereotipo machista que los hombres sigan llevando pantalones, en vez de falda.

miércoles, 6 de enero de 2021

DÉCADA SETENTA — AQUELLOS PESIMISTAS AÑOS

 

Década 70 fue un prodigioso
semillero de tramas y talentos.
Esta película de RIDLEY SCOTT
¿es germen de LOS INMORTALES?
A modo, comparten argumento

Como reflujo gástrico de EL PLANETA DE LOS SIMIOS (el de CHARLTON HESTON), el cine de los 70, en materia de fantasía y/o ciencia ficción, debe apreciarse como catastrofista, donde la esperanza tiene papel mínimo-nimio. Empero, hacia “el final”, detona una supernova, cuya luz atenuó lo tenebroso de las demás producciones. Me refiero a LA GUERRA DE LAS GALAXIAS, épico hito convertido en prodigioso clásico, casi religión, amenazado de extinción por modas y fetichismos “sociales” absurdos.

Enumeremos desgracias: crisis del petróleo, una gran concusión que barrenó a Occidente (cuyo reflejo está en la saga MAD MAX, con “pre-aviso” en NUEVA YORK, AÑO 2012), crisis en Oriente Medio, crisis en Estados Unidos, víctima de la derrota en Vietnam, Caso Watergate, confusión y duda en sus valores "a lo CAPITÁN AMÉRICA", primera sensación de debilidad de una superpotencia que se creía invencible, rematada el 11-S 2001. RAMBO sólo prolongaría “la agonía”. No podría recuperar los ansiados días de gloria. (PRIMERA SANGRE, por cierto, se publicó en 1972.)

Y recordemos la muy memorable/altamente recomendable adaptación musical de LA GUERRA DE LOS MUNDOS de JEFF WAYNE. Acaso, ¿no versa sobre un desastre “mundial” propiciado por los marcianos, a juego con ese aire depresivo de la época?

Si 1984, de GEORGE ORWELL,
sentó las bases de nuestro mundo
presente, este filme sin duda nos
perfila aspectos del futuro 
inminente

Occidente y sus creencias, procedentes de la euforia de la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, se tambaleaban. Aun BOND, JAMES BOND, empezaba a sentir que sus viejos enemigos comunistas perdían garra. Nuevas, dispersas, ambiguas amenazas su atención atraían. Pese al tenue sesgo de fantasioso sadismo de las novelas, las películas persiguen un gran espectáculo que provocan la tolerancia del espectador, haciendo que los enemigos a los que el espía combatía oscilaran entre el villano de folletín y la mascarada cómica. Es cosa del terrorismo internacional, cuya traslación a Bond produce magnates-supervillanos de TBO. Relativizaban su glamour de conquistador de beldades, espías o concurrentes a la trama.

Agentes aparte, de la racha de filmes catastrofistas debemos destacar las influyentes distopías ROLLERBALL, CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE, EL ÚLTIMO HOMBRE VIVO y la peculiar sátira “barata”, compensada con planteamientos e ideas muy ingeniosas, de LA CARRERA DE LA MUERTE DEL AÑO 2000 que, junto a LA FUGA DE LOGAN, plasmaron visiones peligrosas de un futuro más/menos cercano que buscaban hacer reflexionar al espectador, preguntándole: ¿Eso quiero para mis hijos?

No obstante, los sombríos Setenta deben también verse como un fecundo légamo cuya espectacular floración sucedería durante Década 80, la ¡aclamada! y siempre recordada. Los títulos que puedo seguir añadiendo (como NAVES MISTERIOSAS) allanaron el camino a los INDIANA JONES o TERMINATOR que, hoy día, constituyen el pilar de la “moderna ciencia ficción”, sobre todo la filmada, que, honrosas excepciones aparte, muestra preocupante mediocridad. (Véase EL DESTINO DE JÚPITER o plaga de cintas “juveniles” similares para comprender a qué me refiero.)

La mítica película de las
galletas verdes. Algo en su
fotografía condensa lo que
fue de pesimista Década 70

Década 70 alentó a los jóvenes realizadores, como GEORGE LUCAS, GEORGE MILLER, STEVEN SPIELBERG o JAMES CAMERON, a atreverse a ir más lejos. Los SFX eran mejores; la Sociedad aceptaba propuestas más polémicas pues estaba preparada por las cintas citadas. Lucas, con La guerra de las galaxias, ya dicho, devolvió la ilusión, la esperanza de futuro positivo, recuperando mitos clásicos o iconos como DOC SAVAGE. Luz se vislumbraba al final del túnel. Aunque Terminator casi lo arruina…

Y, esto, en el cine. En papel, el temible JUDGE DREDD también nació en Década 70, donde revistas como VAMPUS o RUFUS publicaban historietas sobre futuros alarmantes, postnucleares, que seguro tuvieron eco en los fotogramas. En resumen: una década sin desperdicio, la de los 70. Perdura su mordiente pese a los años transcurridos.

viernes, 1 de enero de 2021

THE MANDALORIAN — TIENE LAS HORAS CONTADAS

 

Vistoso afiche cargado de contrastes.
Veamos cuánto dura esta calidad que
todos admiran ahora, para sumirla
en un barrizal de "tolerables
progresías"

Por noticias y comentarios que voy leyendo acá/allá, he advertido que tíos que han dado grandes éxitos a MARVEL (cine, porque en el TBO, va la cosa chunga —expertos dixit—) ahora están siendo apartados de escena en base a (supuestos, deben demostrarse) escándalos de índole sexual.

JAMES GUNN, que catapulta al taquillazo a LOS GUARDIANES DE LA GALAXIA, fuera por presuntos chistes pedófilos de hace años (cuando deciden destruir a alguien, ¡hay que ver hasta dónde son capaces de escarbar!); JOSS WHEDON largado por metemanos (según denuncia WONDER WOMAN). Siendo importante el triunfo que está registrando The Mandalorian (al punto de afirmar algún fan que puede barrer por completo su trama la de la Trilogía Patética —de apenas aprecio por los seguidores de la franquicia—), de JON FAVREAU, ¿cuánto tardarán en sacarle alguna cosa escabrosa a este hombre para cargárselo también?

Son malos tiempos para la lírica; quiero decir, el inspirado talento creativo.

Más que cruzada contra la inmoralidad o las conductas deplorables, parece caza de brujas organizada y sistemática emprendida contra los talentos que proveen éxitos. Surge esta fobia planificada desde las envidiosas masas de mediocres (¡cuánto abundan!) que han encontrado en el intolerante McCarthysmo misándrico forma óptima de sacudirse sus asfixiantes complejos de inferioridad e incompetencia, afiliándose con rabia de converso reciente a este movimiento de ¿depuración?, esperando empero reemplazar a sus víctimas en los puestos que ahora ocupan/estos tipos codician, para anegarnos en basura feministamente correcta, o similar.

Otra imagen promocional que
se inspira en DREW STRUZAN
(¡aclamad al ilustrador!)

No tardaremos en ver apilar leña en destacados enclaves para quemar a estos “herejes”. En plan aleccionador. Ni se te ocurra despuntar, vendría a ser el mensaje. Amalgámate con nosotros, los envidiosos nuncanada. En un océano de neutral mediocridad, nadie estará obligado a esforzarse o superarse. Seremos felices por fin.

Así que apuntáoslo los que estéis de rictus erectus con The Mandalorian. Ya mismo le ponen el bozal de la insignificancia, criticando su ausencia de diversidad sexual/racial, o similar zarandaja, porque las historias que funcionan, las de siempre, las de leyendas y héroes íntegros, están condenadas a la extinción por heteromachistas.

Vivimos la Era de Hierro del Imperio de la Envidiosa Mediocridad. Jaleada sin descanso por lo "cosmopolitamente progre" y demás defensores de “la libertad” (a su medida).