miércoles, 9 de agosto de 2017

VACACIONES ¡HEY HEY!

Vigoroso boceto que anuncia mis intenciones
…que iban tocando. Dudo que sean hasta Septiembre. Empero, de momento, ¡ya hay quien está disfrutándolas, y no de forma mínima-nimia!

domingo, 6 de agosto de 2017

GOOD BYE LENIN — O EL CUENTO DE LA COCA-COLA ROJA

Afiche. De terror apabullante a objeto de
coleccionista y hasta sátira. Derribado
por el simple desgaste de su ineficacia
Conspicuo detalle de esta agridulce comedia europea es el de que la Coca-Cola fue un invento soviético robado por los imperialistas norteamericanos para darse mayor importancia ante el resto del ancho mundo. Y la señora postrada en la cama: lo acepta.

El filme, para criticar al comunismo, pero más, al fanático sistema de Propaganda que anulaba el juicio crítico de sus ciudadanos y en qué condiciones de carestía universal vivía la República Democrática Alemana, aprovecha para hacerlo el desplome del Muro de Berlín, el primer esfuerzo de reunificación germana, mostrando cómo las estructuras de poder comunistas se cimentaban en dos pilares impresionantes… pero poco firmes, pese a todo: la calculada Propaganda y la Intimidación. Ésta última instaba al ciudadano a creer sin dudas lo que predicasen por absurdo que fuese. El ejemplo: la Coca-Cola.

Una familia normal, regentada empero por una madre fanática comunista (no sé si porque no conoció otra cosa, quiso conocerlo, la adoctrinaron hasta negarse toda capacidad de querer comparar), despierta un día viviendo el desplome del Coloso Rojo, quedando expuestos al barbarismo del rock and roll, los Mc´Donnals del agresor imperialista yanqui, la libertad de elección y los lujos (y también miserias, no seamos hipócritas) del sistema democrático Occidental.

Principales protagonistas del filme. Encomiable el que este
hijo proporcione esa última felicidad a su madre. Aunque
debió dársela de un modo mucho más amable
Los jóvenes de la familia, o bien más críticos, o con visión mejor de que el paraíso de los trabajadores no era tan magnífico como Propaganda ordenaba creer, aceptan la novedad entre interés, cierta frustración y resignación. Pero la madre, padeciendo grave dolencia cardíaca, no podría soportar el que un ideario que fracasó (pese a su eficacia sobre el papel) desaparezca, siendo absorbida su patria por la repudiada Federal/democrática (de verdad), importando novedades degradadas por los Poderes Públicos por viciosas, pornográficas, drogadictas. ¡Imposible!

Así que, siendo cosa terminal, y procurando alargar con felicidad los días que la restan, el primogénito y sus amigos montan una continuidad propia del INGSOC falseando las noticias mediante ingeniosos telediarios. ¿Cómo explican la caída del Muro? (Pienso ahora: ¿debieron? No tenían por qué. La madre podría ignorarlo perfectamente. Jamás la interesó saber la verdad.) La democracia Occidental ha fallado, todos corren al paraíso comunista, claudica EE.UU. La Coca-Cola regresa al hogar.

Interesante fotograma. Así vive el comunista  (o todo
fanático): no queriendo ver la verdad  o sólo la que se
 filma/truca a través de una grabadora de vídeo,
¿verdad, venezolanos, cubanos, todos los ajenos?
Una persona con un sentido crítico mediano podría apreciar las mentiras enseguida. El ancho mundo comunista distaba muchísimo de ser la perfección que afirmaba ser. Es Occidente manifiestamente mejorable; pero sigue siendo mejor que todo eso. Y ahí está la señora, muestra de una Sociedad adicta a programas ineficientes de progreso, cuyas taras las disimulaban cargando contra la pornografía de Occidente y el que su gente fuese a las urnas a elegir al corrupto de su preferencia para gobernarles.

Ellos sobrevivirían gracias a la Disciplina y Sacrificio impuesta por el Partido. Historias sobre represión y gulags (que no es un plato húngaro): las desoían. Elegían no creerlas. Estaba mandado. Las difundían Enemigos del Partido… pese a denunciar en qué fracaso residían. Violaciones de derechos humanos fundamentales.

Los estandartes del "progreso" desaparecen barridos por
los eslóganes del corruptor Occidente
Good bye Lenin ataca al comunismo que se vendía (sigue haciéndolo) como un Igualador, eso de la moderna “democracia participativa”, donde quien disentía, desaparecía, pese a afirmarse que aceptaba críticas. E, insisto, contra todo fanatismo que manipula la información como se le antoja. Conviene tener presente eso, el poder de la Propaganda: qué mensaje lanza, a qué aspira, quién la maneja, con qué fin, apreciando cómo anula la voluntad del sujeto prometiendo una “mejoría” que sólo gozarán unos pocos. Algo de sentido ácrata contra nuestros líderes, electos o elegibles, puede ser hasta saludable.

…y dicho todo esto, ¡me tomo vacaciones!

miércoles, 2 de agosto de 2017

ROAD TO SOGUETTO — ENTREGA 8

Entrada que anuncia que me tomo vacaciones. Regresaremos
con nuevas y vibrantes aventuras. Prometido
La dificultad que implica puentear el encendido de la Jonathan Kent en la cual está Bujías trabajando será mínima-nimia. Por este lado: confiamos ambos. Podemos mostrar una leve partícula de tranquilidad. La suficiente como para advertir qué aterciopelado aroma desprende esta madrugada que fenece poco a poco.

Las estrellas: titilan lejanas, telegrafiándonos en Morse desconocido. Quizás sea cierta la astrología; de ese modo: mandan los presagios que aturden, levantan, hunden nuestras vidas. Sólo me limito a verlas. Tratando de identificar los zodíacos.

Portada de un pulp que nunca llegó
a escribirse... me parece
Un perfume especial, procedente de la maleza agostada que nos rodea, o la vegetación que respira sus últimos alientos de alivio antes de atormentador día de calor que se avecina: nos envuelve. Hace CLIC en cierto lugar de mi cerebro. Levanta la tapa de algunos recuerdos.

Evoco otra madrugada. Remota ahora: en el tiempo. Con olores distintos. De agresión contenida. Esa mañana por romper me acompañaba Aouda Becker. Vigilaba no me pasara nada. Pocos días antes: contemplé cómo la pasma, el enemigo, mataba a mis padres. La última visión que tuve de ellos: yacían en un charco de sangre.

También a aquél gigantón, el compañero de Aouda, Bob Bowen, eso es. Cuanto rememoraba de él era la larga charla que sostuvo con mi padre. Intentando hacerle comprender: que si se oponía a que el Estado, el PragmaSoc, me “custodiase”, las consecuencias podrían ser FATALES para todos.

—¿Más? —espetó mi padre. Estaba desencajado. Por la ira. La frustración. La impotencia. Mi madre: procuraba calmarle. Intuía amabilidad leal en Bowen. Pese a ser de la pasma, el enemigo. Lo veía persona que comprendería. Pero mi padre… lanzado. Era su obligación como cabeza de familia—. Han enviado Invitaciones al Pabellón Once a media familia. Están amenazando con el despido al resto. ¡O cosas peores! Vigilancia. Acoso escolar, ¿entiende? ¿Qué más pueden hacernos?
—Siempre encontrarán algo —adujo al fin Bowen. Nuestras miradas: se encontraron. Yo estaba demasiado asustado para leer algo fiable en sus pupilas—. Son así. Lo sabe.

Lo siguiente que mi memoria proyecta de Bowen fue los disparos que encajó. No me fijé si para evitar me acertaran a mí, a Aouda, o sólo que eran crackeadoras lanzadas sin ton ni son por el apretado espacio de hostilidad donde se produjo aquél tiroteo.

Impresionante distopía que contiene
ciertos aspectos sociales que empiezan
ahora a cumplirse... Terrorífico
Aouda tiraba de mí. Al coche. Para sacarme de allí. Introducirme en otro segmento del ancho mundo donde todo puede siempre empeorar, porque somos esclavos de la Segunda Ley de la Termodinámica.

Un lejano resplandor creciente alerta nuestros sentidos al unísono. Dama de Picas aun me lanza una mirada antes de volver a concentrarse en lo que divisamos. El polvo que nimba ese resplandor: parece amplificarlo. Dotarlo de aspecto fantabuloso. Ajá. Sí.

Algo pellizca mi vientre. Seca mi boca. Oprimo la culata del Commander. Me desplazo hasta donde Dama de Picas me indica. Setos paupérrimos del patio de la casa. Desde donde me agazapo, con el gato: aprecio la silueta de unos descuidados juegos para niños. Una piscina de plástico vacía.

—Tranquilo un momento, Bujías —sisea Dama de Picas—. Viene alguien. Espera.

Bujías se queda petrificado, supongo que a punto de cruzar esos cables que arranquen el motor de la furgoneta. Atento, mirando. Junto a mí se agacha ahora Dama de Picas.