domingo, 29 de octubre de 2017

AMADEUS — «LO QUE EL PUEBLO PIDE ES FANTASÍA»

Afiche. Hay un insoslayable juicio
histórico sobre el talento y la calidad.
Este filme viene a ratificarlo
Destaco de este supuesto biopic dramático sobre la vida de WOLFGANG Amadeus MOZART dos cosas: una que la figura de ANTONIO SALIERI es conocida ahora (convendría aclarar que relativamente) gracias a este filme; dos: que ese pueblo, siempre hambriento de ilusión, también supo de Mozart merced a esta película.

Sí, sí. Distraídamente podría haberle escuchado, antes, en alguna emisora perdida. Algún fragmento de su vasta obra, iniciada a tierna edad. Pero el vulgo, el siempre hambriento de fantasía, preferiría ceñirse a sus costumbrismos regionalistas flamencos o los vítores o denuestos futbolísticos antes que aguantar entero un concierto de música clásica.

Admito que no puedo. Renegar de la música clásica sería excesivo. Pero no la soporto. No me produce sinestesia. Sin embargo, recuerdo el boom del estreno de esta cinta. Todo Dios adquiría hitlights de Mozart. De las piezas que suenan más a pop o rock; más ligeras, melodías pegadizas, que activan el sistema nervioso. Otorgaban un aire de entendido al agraciado comprador que parecía, ¡por fin!, entrar en el gran mundo de la cultura elitista que a veces tanto satiriza FRASIER.

Siempre, empero, me centro en que Salieri, contemporáneo de Mozart, y creo que apenas tuvo contacto con él, era hasta Amadeus un perfecto desconocido (no sé cuánto incluso entre los culturetas elitistas estilo Frasier, que te disparan un dato ‘académico’ que asimismo desconocen pero les hace quedar de eminencia para arriba). F. MURRAY ABRAHAM realiza vigoroso trazo de un hombre envidioso que termina corroído por la impotencia hasta enajenarle para tramar un elaborado asesinato para vengarse de un Dios al que estima cruel por haberle privado del talento natural que Mozart derrochaba sin cesar.

Por ahora, aún no son enemigos, aunque algo ya se
incuba. Qué curioso es que el SALIERI histórico fuese
reflotado por esta película, no por su propio trabajo,
famoso en su época
Salieri, en su tiempo, gozó de reputación. Hoy día es esa imagen de un avejentado suicida frustrado que parece borrador del DRÁCULA de GARY OLDMAN. Pero aun así lo diluye la corriente de este mainstream de novedades epatantes que bombardean sin compasión desde internet. Vuelve a la oscuridad. Y si Mozart se mantiene un tanto en ON es casi por esta falsa biografía como por ese intento a parecer listo que a algunos les entra al hablar de música clásica.

¿Un músico clásico? Claro, hombre: ¡Mozart! ¿Otro? ¿JOHN LENNON? Es así. El pueblo llega hasta ahí. El individuo será culto, pero la masa: no. No piensa. La llevan donde quieren siempre que el oropel sea lo bastante brillante. Los populistas lo saben muy bien. Por eso plantan ante el desesperado Pueblo un gran telón de mentiras fantabulosas que les afirman serán hechos ¡posibles! siempre que les entreguen el Poder. Luego, pasa lo que pasa.

Pero es significativa esa correlación. El que un poderoso en su época quede olvidado y después sea recordado, de carambola, por el enemigo que tanto procuró aplastar en su momento, rival que las décadas posteriores ensalzan Ensalzan ENSALZAN sin parar. Otro caso similar es POE. Compartió época con sus adinerados DAN BROWN… que ahora son recordados, no obstante, por reseñas que Poe les dedicó. De lo contrario, hoy no serían ni el recuerdo soñado de alguna evanescencia mental distraída.

El derroche de talento es natural en MOZART. Pero un
envidioso como Salieri (y varios más del fotograma) no
pueden entenderlo. Por lo tanto, se enredan en
sus mezquindades. Hoy las llaman "redes sociales"
Sobre la esmerada puesta en escena, o las elaboradas interpretaciones, siempre destaco ese detalle; lo voluble y sic transit gloria mundi est de la popularidad. El opulento y acomodado Salieri, triunfador por tanto, contempla cómo su decadencia sucede día-a-día, mientras que el manirroto aunque genial Mozart sobresale, traspasando los siglos, su legado perdurando de forma inimaginada. ¡Cuántos casos se siguen, y seguirán dando, parecidos! Hay un insoslayable juicio histórico sobre el talento y la calidad. Y los Salieri modernos, esos de las redes sociales, pese a su ostentoso plumaje, desaparecerán como pelusa gris, olvidados por todos... salvo por su enfrentamiento con su Mozart particular.

miércoles, 25 de octubre de 2017

ROAD TO SOGUETTO — ENTREGA 12+1

Nuevas decisiones abren caminos repentinos. La
incertidumbre de a dónde conducirán pesa en los ánimos
Bujías: saca de pronto el brazo por la ventanilla. Lo agita frenético. Inmediatamente: imaginamos lo peor. ¿Acaso la CB del Relámpago Rojo captó algo? ¿…esas patrulleras Ranger acercándose a todo carajo para cazarnos?

Miro hacia atrás, a la moribunda penumbra que va restando de la convulsa noche. Los objetos tienen definidos perfiles ahora. Un asomo: de color. Casi podrías contar las hojas de los álamos que lindan esta trocha y las casas en cuyos jardines crecen. No veo nada parecido a lo que tememos.

Bujías: indica una maleza a la izquierda, comprendemos. Parece bastante tupida, ajá, sí. Hasta podría tener un arroyo lo bastante caudaloso como para, si no hundir el vehículo dentro, encallarlo lo bastante en el lecho para dificultar las tareas de rescate y rastreo de la pasma, el enemigo. Dos rápidos toques del claxon: 10/4, Bujías. Lo pillé, le indica así Dama de Picas.

Vuelvo a promocionar esta impresionante
novela llena de humor, acción y tensión,
homenaje a grandes iconos de la ficción
El Relámpago Rojo: tuerce por un senderillo más que borroso y difícil de precisar alzando la inevitable polvareda. Casi enseguida Dama de Picas cubre las huellas de los neumáticos que asustan a las cacatúas del Relámpago Rojo con las que producen los nuestros. Bien pronto estamos rodeados de árboles: cuya corteza sugiere que los tallaron en ancestral granito.

El terreno es bastante desparejo. Chirrían los amortiguadores. Nos bambolean un poco. La trocha por la cual circulamos: profundamente flanqueada por la colección de arbustos y árboles que nos acogen con indiferencia vegetal.

Bujías: no precisa le indiquen cosas como que debe penetrar tan al fondo como sea posible de este reducido bosque-pegote (porque parece eso: un pegote de espesura) como para que nadie nos descubra haciendo nuestras ilícitas actividades al amanecer.

Crepitan ramas secas muertas aplastadas por las ruedas que asustan a las cacatúas. Entra por las ventanillas una vaharada de savia y vago aroma a eucalipto que me transporta a mi querencia por Australia unos momentos. El gato rebulle dentro de la caja. Como intuyendo: congéneres entre los árboles que crecen a los lados.

El Relámpago Rojo: para ante un elevado reborde de tierra. Dama de Picas frena a su lado, a corta distancia. Bujías abandona el poderoso deportivo, indicando algo al otro lado de la línea quebrada. Lo vemos sin problemas. Un arroyo.

—Ni pedido a propósito —celebra Dama de Picas. Abandonamos la Jonathan Kent como ansiando desprendernos del contacto del falso cuero de sus asientos.

Que tiene esta mucho más dramática
secuela, haciendo más poderoso el
fantabuloso Marsoon
Intenso olor: a alba. Amanecer zulú primitivo por mor de la envolvente naturaleza. La paz que transmite: acentúa los rigores de los calambres fantasmales en nuestros muslos provocados por la concentración de ácido láctico de la adrenalina desenfrenada que obturara nuestras arterias. Piso esta tierra “virgen”: como si fuese la de otro mundo.
Me cuestra creer: la ausencia de francotiradores, o pasmas, el enemigo, entre los arbustos circundantes. Atisbo presencia humana: latas de birra Viking y hojas rotas de revistas porno. Seguro que hallaríamos más indicios de actividad sexual pueblerina: si empezásemos a hacer esa arqueología.

—No lleva mucha agua —los adultos: inspeccionan el caudal del arroyo. Cantarino. Nada turbio. ¿Poseerá peces?—. Pero ¿podemos elegir?
—Podríamos quemarlo, también —sugiere entonces Bujías. Mira el precioso Relámpago Rojo con clara barrena de consternación en el semblante. Fue leal compañero.

domingo, 22 de octubre de 2017

SPIDER-MAN –ENTRE LOS MUERTOS (TOMO 1) — SUPERPLÚMBEO

Portada que me ha parecido más
sugerente y atractiva del recopilatorio
La generosidad de los bajos precios de los lanzamientos de las ¡nuevas colecciones! me permitió adquirir este tomo que, en justicia, considero está muy bien presentado. Su lujoso envoltorio presume un respeto por la historieta nada desdeñable.

Empero, el tebeo sigue siendo “cosa de críos” para un volumen respetable de posibles lectores patrios, quedando marginado al rincón de las tonterías y sandeces para freakies. Colectivos tan inefables como TEBEOSFERA (cuyas fétidas entrañas tuve la mala suerte de conocer-en-detalle) NO HACEN NADA para darle a la profesión y las viñetas la dignidad que merecen. Forman sus cónclaves, exponen qué MAL todo está, cierran sesión sin embargo con la sensación de haber hecho ALGO por remediarlo. Sólo se han lamentado; no han propuesto líneas de acción (algunas relativamente económicas y fáciles de acometer) o soluciones. Supondría algo que no quieren hacer: trabajar en firme por salvar algo que dicen amar. Compilar estadísticas es menos gravoso.

Las estadísticas tienen el mismo atractivo que las columnas de números y direcciones de la guía telefónica. En la tremenda tesitura de carecer del poder creador (con cuanto esto supone) pese a abrasarlos el ardiente deseo de hacerlo, se consuelan efectuando listado de colecciones antes de generar el esfuerzo que les incluya en ellas.

Empezar, lo hace muy prometedoramente. Esta viñeta lo
indica. Pero, tras esto... ¡vaya muermo!
Pero versábamos sobre este tomo. MARK MILLAR, uno de esos “nuevos” escritores con relumbrón brutal, ofrece una sensación de “aventuras” del forever young PETER “PAN” PARKER en las que no sucede nada. Todo lo realza (eso sí) el trazo de ambos DODSON, con intervención de FRANK CHO, que ilustran guiones vacuos y faltos de tensión.
En los Nostálgicos Tiempos, cuando trabajaban tíos como STAN LEE, ROY THOMAS o GERRY CONWAY, lo que cuenta Millar en un centenar de páginas se lo ventilaban en cuarenta, como mucho, y encima había romance, tensión, acción, splash pages acojonantes (bueno, dependiendo del dibujante), trhiller y qué sé yo más.

Los modernos guionistas (aun ALAN MOORE ha terminado ‘rindiéndose’ a esa “moda”) telegrafían los diálogos, espaaaaaaarcen durante docenas de números una acción que rebosaba en los Nostálgicos Tiempos número tras número, y quedan en coitus interruptus de todo. Esto es también culpa del rictus erectus del lector. Acostumbrado a no leer, permanece en su mínima expresión twitter, gozando una pobreza conspicua de vocabulario. Así, apenas les juntas siete sílabas en una palabra, les dejas en coma.

No os engañe la fuerza dramática de la
ilustración. Es un cebo en el que, por
desgracia, debemos picar
Detesto mucho a estos nuevos autores, pese a que entre ellos esté GARTH ENNIS. Hacen lo mínimo-nimio y, sin embargo, reciben ¡loas! que deberían tributarse en los escritores citados up supra. Hay poco riesgo, contrastando sus esfuerzos, en estos autores de ahora. Una vez y otra comprobamos que estiiiiran los argumentos que ayer se condensaban en pocas páginas porque NO TIENEN ideas que alimentar, desarrollar, imprimir. Y son profesionales mejor pagados y considerados que aquellos de Década 60-70, pioneros audaces y esforzados cuyo trabajo creo jamás ¡encumbraremos! lo debido.

El secuestro de la sufrida TÍA MAY, de palpitante preocupación para el prócer Parker, queda incluso solapado cuando descubre que su costilla, MARY JANE WATSON-Parker, ha dilapidado sus ahorros. Y todo esto ocupa los números que abrigan las tapas duras del recopilatorio. ¿Hostias? Pocas, mínimas-nimias. ¿Presuntuoso perfil psicológico de los integrantes de la saga? Demasiado. ¿Importa? No. ¿Aburre? Un wevo.

La Industria vive, gracias al parásito real, un momento de esplendor inaudito. Empero, nos regala muermos como éste donde el dibujo intenta hacer el imposible de congraciarse con nosotros. Dada la cada vez menos exigente atención del lector, como que lo logra. Una pena. No. Estos no son “mis tebeos”. (Por eso cada vez leo más los clásicos. Vaya cosa.)

miércoles, 18 de octubre de 2017

ROAD TO SOGUETTO — ENTREGA 12

El reflujo de adrenalina permite paso a la amargura
—Pronto podremos parar, espero —acaba deseando Dama de Picas. Tarda unos instantes: en decidir si mi tono era de reproche o no. No lo era. Indicaba una situación. Pero, crispados nuestros nervios: todo tiene sentido equívoco—. Primero, deshacerse del deportivo. Luego…
—…otro almacén abandonado, otra granja expropiada pero abandonada, otro almiar abandonado… oliendo aún a lo cosechado… abandonado… —miro al inmenso campo gris Grey que nos rodea, engulléndonos en su nada—. La historia de nuestra vida. Iluminados apenas por esas cosechadoras robot que parecen máquinas asesinas de Skynet según arrancan de los caballones los cultivos programados por Stefan Roslov y sus Probetas de los cojones. —Pausa—. La historia de nuestra vida. Abandono. Marginación.
—Las cartas que nos repartieron —y pronuncia mi nombre real.
—Ya —amargado sueno—. Otra cosa que imagino… —demoro añadirlo. Dama de Picas: me enfoca un instante. Solicita su ceño ligeramente fruncido: prosiga—. Esos capitostes de tercera… ya sabes… los de Crepúsculo…
En esta entrega se hace referencia a
material aparecido en esta divertida
novela. ¡No te la pierdas!
—Sí. Esos. —Mencionar a Crepúsculo: la pone de rictus erectus hostil ipso facto.
—Pudieron largar algo. Encerrados en un Cuarto 101… ¿cuánta tortura crees que pudieron soportar antes de confesar lo ocurrido? Ese clip… por cuidadosa que fueses al eludir ubicaciones… —nos soslayamos— no ocultaba la identidad de esos sujetos.
»Cinco segundos recibiendo hostias con defensas de goma en lugares estratégicos… tipos tan blandos pero tan sádicos… delatarían a sus puñeteras madres sin demora. Ya sabes cómo son esas “entrevistas” en los 101…
—Lo sé. En las Dunas estuve en los suficientes interrogatorios —tres, en realidad— para entenderte perfectamente. No necesitarían métodos más invasivos —y ambos sabemos a qué se refiere. Cosas metálicas. Punzantes. Sacacorchos— o eléctricos. O como has sugerido: varios golpes con porras de goma en las pelotas y…
—Tu nueva Ivy Manor delatada. Casi creo innecesario tener que mirarlo en la web. Puede —agrego con tono evasivo— que alguna de las otras sumisas, pillada en algo, también haya largado. O algún cliente externo. Tantas opciones… —El día empieza a intensificarse: al otro lado del parabrisas. Noto el olor extraño del dueño de la Jonathan Kent aquí incrustado. Como olfatea mi siamés—. Creo que el resultado sigue siendo una Encuesta Salvaje en un 101. Quien haya sido no habrá podido impedirlo, de todos modos.
—De todos modos.

Creo haberlo dicho; pero éste es la modelo
de la indómita DAMA DE PICAS
En las Dunas: clasificaron, debido a sus especiales “actitudes”, a Dama de Picas como Interrogadora. Tooodo el sadismo del ancho mundo: podía aplicarlo. Cobertura legal. La carne a romper: interminable. Ocurrió: ¡así no la molaba actuar!

Debía ser algo… íntimo. Con contenido… emocional. No un trabajo de picar carne y saltar dientes porque sí. Lo de “torturas terros dispuestos a estrellar Skyhighs en otras Torres Gemelas y con lo que les arranques evitarás tantas muertes” funcionó tres veces. La causa de la defensa del Corporativismo… no tenía intimidad. Contenido emocional.

La destinaron, como castigo, al frente. A Blindados. Donde: le conoció a él. Al siamés. Con el tiempo: terminó amadrinándome. Pero antes: batallas despiadadas. Satanligrado. Ese látigo hecho con pelo humano, de terros de SEÍSMO. Experiencias que marcaban. Fraguaban pesadillas. Apenas esbozadas en charlas como ésta.

domingo, 15 de octubre de 2017

ROBERT A. HEINLEIN — VALORACIÓN

Joven estampa del autor víctima
del comentario. Creo que fue
también víctima del espectro de 
la ciencia ficción que desprecia
la aventura dentro del género
De un tiempo a esta parte veo que revalorizan la figura del que fuese Gran Maestre de la Ciencia Ficción. Atenúan el interesado comentario sobre su presunta faceta fascista y militarista. Heinlein contó muchas cosas, además de “pedir” a la juventud que se alistase para ser masacrada en alguna guerra insensata.

Conviene considerar que, en su época, valoraban mucho el arrojo, el carácter marcial, un determinado sentido de la patria y el honor. Los tiempos han cambiado. El mundo se ha movido. Otros objetivos centran, en apariencia, nuestra atención. Pero como diría SNAKE PLISSKEN: cuanto más cambian las cosas, más igual siguen.

Por tanto, escribir sobre conceptos militares estaba bien visto entonces. De ahí que nazca TROPAS DEL ESPACIO. Esta literatura no se ha marchitado, empero, cundiendo los ejemplos más o menos recientes. JOE HADELMAN aporta LA GUERRA INTERMINABLE en apreciación a sus negativas experiencias en Vietnam. Pretende ser el anti-Tropas del Espacio, donde se exaltaba el voluntario sacrificio para salvaguardar a la comunidad.

Siempre he visto sesgo sardónico, no obstante, en las evaluaciones de JOHNNIE RICO. Sólo CAPITÁN AMÉRICA puede ser tan crédulo como patriota. Hadelman busca mostrar el aspecto miserable de la guerra (lo tiene; SVEN HASSEL ya lo relata), distinto al que pretende impostarle Heinlein, asociado a la erótica de las armas. Volvemos a lo mismo: Heinlein creció entre guerras mundiales. Exigían determinada mentalidad donde la Sociedad premiaba concretos esfuerzos; Hadelman evoluciona en una Sociedad cínica, descreída, que centra más el foco en el hospital de sangre que en las trincheras llenas de valerosos muchachos invulnerables al pánico.

Quizás su más popular obra, y la que
bastó para "condenarle"
Heinlein fue víctima de esa época, más que de su propia prosa. Mientras rescatan a TOLKIEN, hippies y fuerzas ‘creadoras’ de la Izquierda condenan a Heinlein, tachándolo de fascista reaccionario. Y de eso, no te recuperas. Muestran una considerable ignorancia y tendenciosidad. Alguien exacerbado en el infrarrojo lee Tropas del Espacio, “vive” el Mayo del 68, condena de inmediato la obra. Los borregos que lo rodean, queriendo desesperadamente formar parte de “esa Comunidad”: ¡aplauden! al exaltado. Todos comulgan del mismo espíritu antibelicista… antiyanqui. Se salvan de la etiqueta.

Ahora el ancho mundo parece volverse conservador. Los más rigurosos analistas empiezan a ver qué prejuicio social manchó a Heinlein; valoran su obra per se, no por lo que alguien dijera con escaso o prejuicioso conocimiento. Vengo observado que, desde que la Izquierda robó el Arte, crear con auténtica libertad es casi imposible. Es lo que ellos impongan (ajá, sí), o nada. ¿Que opinas conservador? Eres un facha. Heinlein Jr. Por lo tanto: ¡al ostracismo!

PHILIP K DICK. Lo opuesto a HEINLEIN. Sin embargo,
Heinlein le socorrió en momentos de apuro, pese a lo muy
divergente de su "pensamiento humanista"
Encuentro harto hipócrita esta postura de una Izquierda que siempre está enarbolando las más comprensivas y libertarias banderas exigiendo respeto Respeto RESPETO para todos cuando creen sólo lo merecen ellos, mostrándose intransigentes con “los disidentes”. Ofende su disposición a marginar a quienes digan: Discrepo. Tienen el espín del prejuicio en ON permanente, listo para sin piedad punzar. La Patria es una ofensa; “su” patria es un objetivo de la más alta sacralidad. ¿De dónde surge este doblepensar? ¿No atisban en qué contrariedad caen, que desluce tanto su ‘causa’ como sus personas?

Creo imposible les del error. Por tanto, pienso consumir esa energía leyendo el material de Heinlein que, por una carambola afortunada, he adquirido. Estoy seguro de que me será más provechoso. Quienes sigan instalados en “la vieja guardia”… ¡ellos se lo pierden!

miércoles, 11 de octubre de 2017

ROAD TO SOGUETTO — ENTREGA 11

Llegamos a la undécima entrega. Aún no se atisba arreglo
Una crispada sonrisa: aparece un momento por mis labios descamados por el estrés, la repentina sed. Hurgo empero en el interior de mis miedos confiando encontrar ente supremo, o superior, de esa naturaleza aludida que acepte lo que sugiere Dama de Picas.

Mantengo la mirada fija: en la parte trasera del Relámpago Rojo. Pareciera: decidido a dejarnos MUY ATRÁS según se zambulle en el preamanecer que empieza a ser más el orto que tanto andamos temiendo. La noche: todavía brinda un segmento de discreción por el cual poder escaparnos, pese a los potentes dispositivos de rastreo HITECH del enemigo. Una vez salga el Sol… Nada podrá ya ocultarnos.

En el ínterin, produje esto para ver
si cuela para la posteridad
Dama de Picas se esfuerza por seguir bastante cerca del poderoso deportivo. Bujías no tiene su destreza al volante, pero no debe envidiar nada a Joe Viterbo si la situación lo impone. Ascendemos pequeños badenes. Protestan los amortiguadores: en los baches mal disimulados que se disimulan a nuestros faros. Rozamos buzones corroídos y polvorientos. Los árboles sacuden sus agostadas copas: según los rebasamos.

Adiós-adiós, parecieran despedir, con ese movimiento negro que define sus copas.

De vez en cuando: miro atrás. Por la ventanilla opacada por la tierra que la cubre. Esperando ver: las luces giratorias salvajes de los Ranger abalanzándose sobre los tres porque han intuido, sí, ajá, que nos pasaron de largo.

Pues su fuerte instinto policial: nos delata. Les propone retrocedan. Indaguen. Pregunten al tío de la luz del cuarto de baño: ¿Falta ALGO en su jardín? Montones de patrañas similares: van acumulándose en mis sesos conforme las ruedas que asustan a las cacatúas engullen los kais en “persecución” del Relámpago Rojo.

—No, Bujías —murmura Dama de Picas—. Recto, tío. Sigue recto. Olvida los carteles que indican poblaciones. Por ahora, al menos…

Pues: lo ve frenar. Vacilar ante doblados rótulos tercermundistas clavados en palos torcidos que parecieran instalados allí por el propio John Chisum. Indican sitios, pueblos como Buen Rey, inmersos en la feroz decadencia que impone la Pax PragmaSoc, abandonarlos para concentrar a la gente en urbes extrañas como ese tal Soguetto y así tenerlos controlados a todos.

Recuerdo al respetable que todo se
originó aquí
Caso de telepatía: Bujías sigue recto. Obedece a Dama de Picas. La vi: acercar los dedos a la palanca de las luces. Para lanzarle dos destellos. Como cuando otro circula con las luces largas, deslumbrándote. No es necesario. La telepatía, comenté.

—¿Cómo nos habrán descubierto? —repite Dama según se esfuerza por ver, allende el horizonte, dónde deshacerse del poderoso deportivo. Una fronda espesa. Un arroyo o río. Una cantera. Algo que obligue bastantes días a la pasma, el enemigo: encontrar el Relámpago Rojo—. ¿Alguna idea?
—Alguien se chivó —termino imaginando. No quiero repetir lo del castigo kármiko producto del
(sacrificio)
asesinato de Crepúsculo. Eso luego podrá discutirse. No añadas más tensión a la existente, muchacho—. Podría averiguarlo, supongo. —Pienso: en introducirme en metaNET. Rastrear indicios. No. En otra fuente. Más fiable. Una que: suele advertirme con antelación de sobresaltos como éste, permitiéndome eludirlos. ¿Qué falló hoy?—. Pero el traqueteo es demasiado para ponerme a teclear ahora.

Continuará

domingo, 8 de octubre de 2017

EL DISCURSO DEL REY — NO HAY HOMBRES PERFECTOS; SÓLO INTENCIONES PERFECTAS

Afiche. A saber cuántos otros reyes han
recibido una asistencia parecida y de la que
jamás sabremos nada
TOM HOOPER realiza una película elegante, respetuosa, pausada, en absoluto plúmbea, en que hace continuo hincapié en la faceta humana del rey JORGE VI, preso de una tara física (tartamudez) que amenazaba con incapacitarle para desempeñar su importante cometido en un momento histórico complicado y complejo.

Desarrollando la relación de amistad entre el futuro rey y LIONEL LOGUE, Hooper relata que esa dificultad, bastante perniciosa en un mundo moderno donde el lenguaje, el discurso, la convicción que la voz pueda transmitir a un pueblo con o en dificultades, es indispensable, manifestó una criatura sin dotes divinas a alguien que supo apiadarse de sus defectos, y que, por su tenacidad, se granjeó su respeto.

La palabra ‘rey’ asigna determinadas ideas preconcebidas (a favor; en contra) e impone a quien la ostenta nivel superior que le hace como intocable. Ser monarca transfigura, transforma, opera cambio maravilloso/majestuoso, en quien porta la corona. Jorge VI es débil, lo acompleja notablemente su dificultad del habla, le alegra ocupar su discreta posición dentro del estricto organigrama de una Casa Real como la británica (suerte de espejo donde las demás soberanías deben verse —tanto en lo bueno como lo malo—) hasta que, de pronto, la corona cae en sus manos. Su mayor pánico: se materializa.

La presión de un público implacable, crítico al menor fallo,
agrava la circunstancia personal del futuro JORGE VI
De nuevo Hooper acentúa mostrar a una persona convencional que sólo por recibir un título regio parece perder la humanidad para, como EL CID, entrar en la leyenda. Los reyes, per se, no son gran cosa. Son como nosotros. Débiles/fuertes, con fobias/filias, noblezas/miserias. Un vistazo a la Historia nos permite valorar el amplio catálogo de villanías o grandezas encarnadas por soberanos.

Su majestad proviene de lo atinado de sus asistentes, papel que acaba desempeñando Logue. Lo ayuda a ganar coraje, a tener voz, a usar su derecho a emplearla. Como amigo y confidente, el personaje que encarna GEOFFREY RUSH no creo quisiera convertirse en la EMINENCIA GRIS detrás de Jorge VI. Veía en él una determinación, un querer hacer el bien general, que lo impulsa a exteriorizar palabras que rozan la traición, sí, ajá. Pues piensa: Para una vez que tenemos alguien decente, ¡sería un derroche, sino un crimen, tenerlo en un rincón, inútil, desaprovechado! Quería revelar a Jorge VI su capacidad para hacer algo BUENO por su mundo, amenazado por el nazismo y el bolchevismo. Le dolía ver que tanto talento… se desperdiciara, ajá, sí.

La inesperada (y paciente) ayuda que le llega desde las
antípodas. Poco ambos esperarían esta relación laboral
terminase como lo hizo
Esto provoca la controversia que durante tiempo les separa. El airado Jorge VI sigue perteneciendo a una estirpe de poderosos que han modificado el mapamundi a voluntad incluso, y eso es imposible pueda olvidarlo. Aun es inadmisible que un súbdito plebeyo australiano venga dándole consejos con sospechoso tinte sedicioso. Sin embargo, la calamidad que se avecina lo obliga a buscar su ayuda de nuevo. Recibe cura de humildad.

Lo ejemplar de la película reside, siempre, en la humanización de una figura inalcanzable (y más en aquella época, donde ser monarca todavía tenía relumbrón quasimitológico —no olvidar qué importancia taumatúrgica tiene que un rey esté sano y fuerte; transmite su vigor al reino, que se traduce en prosperidad—) que hace que su posición lo aísle del común de los mortales. Cuenta con privilegios (a veces malgastados de forma censurable) que, en el fondo, quizás no compensen su separación de nosotros.

Una consejera buena, constante y paciente, tratando de
consolar a un hombre abrumado por la enormidad de unas
responsabilidades que le aterran
En algún momento, dentro de la cabeza de un soberano, opera el mecanismo de su abolengo, por derecho divino otorgado encima, y se yergue causando por tanto más retraimiento. En lo que incide el filme empero es en la fragilidad de un soberano (caso de que exista), comprendiendo que puede errar también. Concederle el beneficio de la duda, pues se es más tolerante con otros directamente despóticos. ¿Por qué no moderarse con un rey que pretende hacerlo bien? Logue lo hizo. Vio al hombre dentro del rey.

miércoles, 4 de octubre de 2017

ROAD TO SOGUETTO — ENTREGA 10

Continuamos. Rápido retrato de cómo la tensión
acumulada puede afectar a nuestras decisiones
—Déjame esto a mí. Conduce el Relámpago Rojo. Síguenos —impone con tono un tanto cortante, demasiado para este momento del preamanecer—. Ve instalándote, chico —instruye—. Deprisa.
No me atrevo a discutir. Menos: a remolonear. Manipulo con cierta torpeza el tirador de la puerta deslustrada del polvo de caminos marginales de la amplia Tejas. El gato: maúlla. Bujías, veo: se muestra un momento renuente a obedecer a Dama de Picas.
Sé que comprende que Dama no desdeña su esfuerzo. Más: lo agradece. Es la situación, empero. Nos tiene a todos trastocados. Esas patrulleras Ranger: tampoco ayudaron a tranquilizarnos. Metieron presión. Creo que Dama de Picas comparte conmigo la sospecha de que esos pasmas, el enemigo, girarán de golpe, dispuestos a cazarnos.
Halcones nocturnos, fingieron alejarse para pillarnos desprevenidos. Bujías estimo no entiende esta sospecha, que nos carcome despacio por dentro. Pero tras ese momento de duda, de indecisión: obedece.
Recuerdo al respetable que mi actividad
se diversifica en esta señorita también
—Buscan ese deportivo —señala apeándose de la Jonathan Kent—. Supones a qué estoy refiriéndome, ¿no?
—Te cubriremos. Lo sabes —esa tirantez nuevamente en su tono—. Serán pocos kais. En cuanto encontremos una arboleda tupida, un arroyo donde lanzarlo, algo parecido, viajas con nosotros. Venga, Bujías. Enróllate. ¡No sobra el tiempo!
Sus ojos: lo resaltan pesquisando la zona por donde los Ranger se arrojaron como locos. Eso es: compartamos ese miedo. Creo consigue infundírselo pleno a Bujías.
Por lo tanto: se sitúa sin demora al volante del Relámpago Rojo. Mientras nosotros nos instalamos con la más magra comodidad: Bujías recupera la senda, lleva el poderoso deportivo por esta trocha despareja, alzando polvareda más atenuada.
Dama de Picas: rasca un poco la caja de cambios según aprecia que el paleto que conduce esta Jonathan Kent tiene la pickup descuidada. Casi la cala: dos veces. La segunda cruza ella mirada conmigo. Cree atisbar reproche en mis ojos, censura estilo: Presumes de ser la Frankenstein de la Carrera de la Muerte del año 2000. Te he visto escapar de las veloces patrulleras, en efecto. Pero ahora ¡la cagas sin parar!
—Ni una palabra, niñato —previene. Poco después trinca el tranquillo al trasto.
Cuyo raudal de aventuras prosigue en este
ejemplar
No tardamos en alcanzar las luces traseras rojas del potente deportivo. Rebasamos filas de álamos de aspecto agotado, más que sediento. Delimitan la extensión de distintas parcelas en constante competición por su supervivencia en el más desamparado suelo.
Algo: recaba mi atención. ¡Dita SEA! Informo:
—Luz, Dama. —La diviso por el reflejo, tenue, en el retrovisor externo de mi lado—. Creo han descubierto que hemos levantado esta camioneta.
Un parche de claridad apenas amarillento. Rectangular. De bordes: difusos. Algo me sugiere: más bien se trata de alguien que echa una meada antes del repiqueteo del despertador, no de que un instinto lo insta a inspeccionar su decadente patio estilo casa de Mi nombre es Earl advirtiendo que su Jonathan Kent… emprendió el vuelo.
—En situaciones así —maldice Dama de Picas— todo se tuerce, Se Tuerce, SE TUERCE. Si algún dios suele aceptar tus plegarias, solicítale que ese quien sea no nos delate ahora.

(Continuará)

domingo, 1 de octubre de 2017

VAYA PAR DE POLIS — Y QUÉ PAR DE C*J*N*S DEBES TENER PARA ACABARLA

Con esta cinta, KEVIN SMITH agotó el
relente de confianza que le tenía
Otra mierda factura KEVIN SMITH, cuya creatividad está en caída libre absoluta. La verdad: no pude acabarla. No por cobardía, como reza el provocativo encabezado de la reseña. Sino por NAUSEABUNDA total. Es desnortada suerte de ARMA LETAL del siglo XXI con un ajado BRUCE WILLIS empeñado en parecerse a una parodia de Bruce Willis pero sin ser ni una ni otra cosa.

Sobre su compañero negro… Bueno. Su labor invita decir: “Si DANNY GLOVER levantara la cabeza…” (que confío aún siga vivo). Es otra de esas marañas que ofusca. Los actores afroamericanos protestan de qué poca relevancia tienen en el cine blanco, o de mayoría anglosajona. Empero, luego, ellos imitan a los WASP que critican inundando su metraje de rostros oscuros, particularidad que también atenta contra su realidad racial, desmontando pues su demanda.

Pero aquí… no sé si por culpa de WALTER HILL o EDDIE MURPHY… está de moda eso. Meter un sidekick negro de mínima-nimia calidad actoral que te explota los huevos por culpa de su presunta vis cómica basada en groseras imitaciones, supuestas bromas y aspavientos frenéticos que deben aligerar el tiroteo desbocado/hongkoniano que impera en el cine de acción actual. ¿Esa imagen bastarda no les indigna; no les escandaliza? Porque da asco. SAMUEL L. JACKSON debería opinar al respecto.

Eso, poneos vacilones. La verdad, para lo que hace BRUCE
WILLIS podía haberse quedado en su casa. El otro tío...
Allí estaba yo, rehén de la parrilla televisiva, incapaz de creer no sólo cuanto estaba viendo (¿a este pudridero ha caído Bruce Willis, quien nos conmocionara con su papel en 12 MONOS? ¡Pero si NO ACTÚA! Tan solo pone su cara de goma rajada con mueca sardónica y extiende la mano para cobrar) sino que estaba viéndolo. Comprendo según redacto esto que lo hacía por un sentimiento altruista hacia la Humanidad: advertir del peligro mortal que corre en caso de que la atrape estos fotogramas.

Tontos. Desbordados. Basura en la plenitud de la palabra. Un puñado de presuntas bromas graciosas empotradas en una buddy movie por la cual deberían indemnizarnos, no pagar por verla, ya sea en cine, DVD o TV. Algún tiroteo. Varios personajes pintorescos. Un trillado villano que no crees que, de verdad, sea el malo. Porque todo está más enfocado hacia el dilema económico que apresa a Willis y su cromo de béisbol. De golpe aparece el traficante mejicano de drogas, y como lo que tiene amargado a Willis es no poder costear la cara boda de su hija, te desconcierta su presencia.

Según el guión soy el malo. Pero cuando me vean en acción
lo cuestionarán. Por eso me plantan estos tipos con armas.
Para darme credibilidad
Espera: ¿qué veo? ¿El sofrito de Arma Letal siglo XXI? ¿Una absurda comedia policíaca con un inaguantable actor negro en función de showman payaso y una careta de látex ajada de Willis? ¿Hardboiled tribalpunk de traficantes y polis íntegros que terminarán matándose en un bárbaro wild bunch? Pero… ¡si Willis sólo habla de su carencia de pa$ta! ¿De veras persiguen a alguien, el malo habitual?

Y TRACY MORGAN haciéndose el chistoso. Repelente el espectáculo poli bueno-poli malo. En ambas versiones. ¿Qué le sucede a este veterano, Willis, para perpetrar tamaña porquería? ¿Tan acabado está; no tiene vista para elegir mejores papeles? ¿Se ha encasquillado en su rol JOHN MCCLEANE tercera edad, con menos arañazos cada vez, y no hace más que la posturita y alguna breve acrobacia según soporta(mos) al tío negro que se supone es divertido, o debe divertirnos? ¿Recuerda qué es interpretar?

Pese a su trillada interpretación, ellos aportan un relente
mínimo-nimio de calidad a una penosa película
No puedo continuar. Porque hasta ahí vi la película. Me importa un bledo qué pasó. Si recuperó el cromo, lo quemaron, o qué. Lamenté, eso sí, ver a Willis implicado en tal inmundicia, evocando 12 Monos o EL ÚLTIMO BOY SCOUT. Creo que aún puedes remontar, Bruce. Inténtalo. No nos defraudes, man. El resto: ¡estáis avisados!