lunes, 28 de febrero de 2011

NO HABRÁ TREGUA PARA LOS REYES – PERO ¿QUIÉNES SE CREEN SER?

Portada de este relato,
de CIRUELO CABRAL
Tiene fuerza, y brío, esta novela corta de POUL ANDERSON premiada con el PREMIO HUGO en 1963. Es hasta desafiante contra una… hum… “escuela” a favor de una “causa alienígena”, un canto al individualismo y a la raza humana, que de tantas cosas tiene que avergonzarse.
Siendo muy sucintos, la ciencia ficción desarrolla dos vertientes de este tema: la de que los aliens proceden de cultísimas razas cuya sabiduría suprema les permite mirarnos con paternalista condescendencia (como pasa en esta novela) o bien con fría arrogancia desdeñosa (ULTIMÁTUM A LA TIERRA), o nos ven ora como carnaza de cacería (PREDATOR) o bolsas cálidas y sanguinolentas de las que salir disparados por un boquete cavado en el pecho (ALIEN). Listos o brutales. Supongo que replican nuestras pasiones y dualidades a modo, cuando los ETs podrían ser totalmente diferentes a todo lo imaginable. ¿Y si ni siquiera piensan, o sienten?
POUL ANDERSON, con un vago parecido con
ROY ORBSION. Y esa camisa a cuadros, de leñador,
le da un aire, no sé, campestre...

Nuestras respuestas suelen estar condicionadas por factores internos (ajustes o desajustes químicos) o externos (educativos, ambientales) y cincelan nuestra leyenda allende los profundos océanos y brillantes mares, sean de la Tierra y, alguna vez, del Cosmos. Alienígenas cuya influencia química, física, ambiental, sea inimaginable, ¿cómo responden a ciertos eventos; podemos suponerlo siquiera? Lo mismo deciden exterminarnos porque saben que tras esta vida hay otra mejor y asesinar nuestra carne es librarnos de un lastre que nos permite evolucionar espiritualmente como nunca pudimos sospechar. Es inquietante pero una posibilidad, ¿verdad? (¡Eh: la idea es mía!)
Resulta sugerente No habrá tregua para los reyes porque desarrolla una historia que sucede cuatrocientos años después del día ídem, y los supervivientes, a trancas y barrancas, van extrayendo del légamo del cataclismo restos tecnológicos que les permitan recuperar nuestra cultura (barrenada por las “Bombas Infernales”. -La de nombres que les damos a estos artefactos para hacerlos aterradores: Armas T, Armas Teflón-Protón, Bombas Infernales…-), pero va más allá. Esto sucede en unos ‘Estados Pacíficos de América’ (un eufemismo en un país con ocasionales y feroces guerras internas) cuarteados de modo que los viejos Estados se han transformado en feudos gobernados por “nobles” que tienen fuertes vínculos de clan con sus vasallos. Un nuevo movimiento unionista empieza a cobrar fuerza y espera reconstruir el país y así gestionar con mayor eficacia los recursos que aún posee la nación.
Cubierta foránea del libro. Pues,
sí, está más relacionada con su
contenido que la española
Pero muchos no ven en esta centralización virtud, sino amenaza, porque consideran que ataca su libertad. De momento, las cosas han funcionado razonablemente bien, así que ¿por qué cambiarlas? Bueno, aducen los centralistas: porque ahora se derrocha potencia y los distintos feudos cuentan con leyes y normas que ralentizan la prosperidad general. Los feudalistas, sin embargo, están dispuestos a sacrificar una sanidad mejor, una economía más razonable, un crecimiento tecnológico óptimo, por mor de mantener su actual estatus de país-dentro-del-país.
La novela la protagoniza el CORONEL MACKENZIE, jefe de los ROLLING STONES, secundado por el MAYOR SPEYER, ambos feroces feudalistas-individualistas, y por el joven cuñado de Mackenzie, el CAPITÁN DANIELIS, un convencido centralista, que ve virtudes donde los otros peligro. Entre ambos, Mackenzie y Danielis, está LAURA, la hija del coronel, que asiste, un poco como un borrón al fondo del lienzo, a la lucha desencadenada y que estoicamente asume sus fatales consecuencias.
Afiche de THE DAY AFTER. La
lectura, inevitablemente, hace
recordar esta película
Creo que Laura aparece en el relato sólo como un intento de darle un relativo sesgo emotivo que poca más función tiene en un relato eminentemente bélico. (En esto, me defrauda un poco: la novela es de guerra, ¿no? ¡Pues se lucha! No se dice “trabamos terrible combate y perdimos muchos y valientes paladines”. Aunque admito que el combate descrito tiene fuerza.) Porque Anderson, más allá de refriegas y corazones rotos, lo que persigue es dignificar nuestra raza por encima de los estereotipos negativos que nos describen ante las listísimas razas allende las estrellas.
En No habrá tregua para los reyes son dos alienígenas que, a través de un movimiento pseudorreligioso, nos manipulan so pretexto de convertirnos en “mejores”. Han visto el extremo al que podemos llegar, ese considerable autodesprecio que supuso el empleo de las Bombas Infernales, y más que inquietos, se sienten aterrados por nuestro suicida salvajismo. Para salvarnos de nosotros mismos, pues, inventan esa fe y la defienden con unos míticos poderes mentales, de ésos de achicharrarte los sesos con un pensamiento, producto de una panoplia devastadora que guardan celosamente.
Fotograma de 2001 - UNA ODISEA DEL ESPACIO, de
STANLEY KUBRICK basada en la novela de A. C. CLARKE.
Otro ejemplo de ingerencia extraterrestre en nuestra vida
Los aliens ejecutan su plan a través de “filósofos”, los cuales aseguran poseer esos aterradores poderes merced a su “fe”. Han montado ágoras donde predican y Danielis ve en su credo factores positivos. Aun Mackenzie. Pero la sangre es más espesa que los sermones adanistas, y los individualistas intuyen que estos “pacificadores” son los que están detrás del nuevo Juez (que sustituye al Presidente de la Casa Blanca) y quienes conspiran para arrebatarles su apreciado medio de vida y gobernarles.
En el asalto a San Francisco, plaza crítica de los centralistas, y donde las sofisticadas armas alienígenas no pueden triunfar sobre la simple fuerza bruta humana, todo se descubre y Speyer captura a los extraterrestres, que se defienden apelando a una GRAN CIENCIA predictiva, que escandaliza al mayor porque, aún anticipando las catástrofes vividas y que podían haberse evitado, los aliens se limitaron a apuntar enmiendas a sus cálculos y afinarlos cara al futuro. Toda la médula de la novela, lo que Anderson quiere contarnos, está en este diálogo que empieza Speyer:
Otro fotograma de 2001. Aunque muchas veces parecemos
esto, la novela de Anderson reclama que se nos dé una
oportunidad justa de evolucionar por nosotros mismos
“-¿Quién os autoriza a tratarnos como niños?
-¿Cómo sabéis vosotros que sois adultos?
-Emprendiendo trabajos de adultos y descubriendo si somos capaces de llevarlos a cabo. Sí, nosotros, los humanos, hemos cometido graves errores. Pero son nuestros errores. Y aprendemos de ellos. Vosotros en cambio no aprendéis, vosotros y vuestra condenada ciencia psicológica que quiere medir todas las mentes de acuerdo a un único criterio.”

Tras una parrafada, Speyer (que adquiere un extraño carácter protagonista, cuando se espera que éste sea Mackenzie) apuntilla, cuando le reprochan que la Humanidad debe ser controlada, o se matará una vez tras otra:
A ver, ¿alguien me puede explicar cómo está esto
relacionado? ¿De cuántas fuentes depende AVATAR? 
“-Eso es lo que pensáis vosotros. Nosotros pensamos otra cosa. No sabemos quién tiene razón, y el universo es demasiado grande para hacer predicciones. Habremos elegido libremente por lo menos. El hombre no será un animal domesticado.”
Tras este alegato, queda claro que No habrá tregua para los reyes es una bofetada en plenos morros y un torero “¡Aquí estoy yo!” para los que siempre andan alabando las vastas culturas extraterrestres y denostando la nuestra, tan prometedora pese a todo, un recurso del género fatigoso por recurrente, y que airea estancados y elitistas sótanos.
Vuestro Scriptor.

viernes, 25 de febrero de 2011

UNA CUESTIÓN CRÍTICA

Más "visiones peligrosas" de la
secuela de LAS GRAVES PLANICIES
Siempre me asalta el mismo dilema ético al empezar una reseña, y a veces, encontrar el equilibrio entre extremos opuestos perjudica el comentario. Incluso cuando pasa la exigente criba de las correcciones, ese remanente de escrúpulos sigue presente. El problema es que, por un lado, respeto el trabajo, las ilusiones y el empeño puestos en la obra por su/s autor/es. Se une a mi sincero deseo de ser lo más imparcial y equitativo posible, tratando de sofocar las filias y fobias que atesoro y que contrastan con las que reflejan la obra a criticar.
Esa ardua lucha de evitar ser simplemente negativo y desprestigiar, que se acentúa cuando el material que tienes entre las manos de verdad estimula a sacar el látigo y azotar, Azotar, AZOTAR hasta dejar en los tuétanos el tebeo, y buscar más las virtudes y aciertos de la historia, acaba obligándome a apelar a la integridad personal y quedar en paz con mi conciencia.
Del mismo modo, también es facilísimo hacer lo contrario y con gran hipocresía decir que todo está de vicio, la guinda que lo corona refulge como un sol, y apelar a algún truco que justifique la prostitución a la que has sometido tu honradez.
Vale, DIANA, este es para ti como te
prometí, pero...
El secreto de mi fracaso está en que yo no paso por ese aro, y los tontos íntegros no gustan. Porque ¿qué gano? Si al final hubiera dólares, chicas y cervezas, vale. Todos tenemos un precio. Pero llevo siete años escribiendo reseñas de los tebeos más diversos. Por supuesto, no espero que GARTH ENNIS me mande un e-mail agradeciéndome mis laudatorios términos, o maldiciendo mi casta por criticarle. Y nunca he confiado que NORMA EDITORIAL, PLANETA DEAGOSTINI, o PANINI CÓMICS, uno de esos responsables tan guays y enrollados que contestan el correo o algo parecido, agradezca o deteste mi labor. Ellos son la e*l*i*t*e, vecinos del Parnaso, y los miserables terrígenos como yo sólo merecen su desdén. Bastante recompensado debo sentirme con poder (comprar) leer sus cómics y que me permiten reseñarlos.
Pero hay otras editoriales más próximas y una elemental cortesía como agradecer ese esfuerzo (porque, a veces, es una ordalía  terminar su material), con un simple e-mail, haría sentirte que no estás voceando en el desierto como uno de esos famélicos bíblicos que advertían sobre la llegada de JESÚS o el Juicio Final, según les diera el día. Jamás he recibido de DOLMEN una sencilla nota de agradecimiento, pudiendo remitírmela.
...el que se te ve trinfando sobre
HERIDA DE MUERTE, ¡para mí!
¿Por qué iban a hacerlo? Son Dolmen. Parecen ‘ignorar’ que, si hablo aprobadoramente de uno de sus tebeos, les hago un trabajo promocional que, de otro modo, les cuesta una pasta. Ellos (todos, en realidad) lo saben. Lo que les reclamo, ya estáis leyéndolo, es que, alguna vez, reconozcan el trabajo. Y, por correspondencia, ¿por qué no publicitan este blog (o las webs que desarrollan reseñas) en un espacio ex profeso que incluyan en alguna página de propaganda, correo del lector, etc.? No les cuesta nada.
Un sapo tremendo me sirvieron la última vez que me tocó comentar material de Dolmen, una empresa española que apuesta activamente por los autores patrios, y cuya reseña ha aparecido en TEBEOSFERA esta semana. La lucha entre el descrédito y la búsqueda de aciertos fue encarnizada esta vez. Al final, dejé a mi sentido de la integridad prevaler.
LA LOGIA DE LOS SOÑADORES, de JOSÉ FIDEU y VICENTE CIFUENTES (cuyo currículum me ha dejado pasmado… porque este tebeo parece dibujado por un prometedor principiante, no ese autor consagrado), es una aventura presentada en un formato de lujo, prestigio por todos lados, llena de desafío, posibilidades e interés, un audaz alarde de intenciones que defraudan por todo cuanto pudo contar excepcional y al final no hizo.
Su trama se pega a lo más básico posible, cuando pudo desarrollar algunas de estas otras historias, que se me iban ocurriendo conforme leía sus viñetas:
A ver si, usando esta imagen como
cebo, encuentro un editor enrollado
que quiera publicar este material
FAUST (el malo), que es como SATANÁS, se harta de ser el que “castiga” oníricamente a los malvados, por, digamos, encargo de Dios, y desea el poder (en lo publicado se limita a ser un purrioso psicho-killer ingresado en un geriátrico). A su disposición tiene apneas y efialtes, íncubos y súcubos, aterradoras pesadillas, y el resto de la logia (unos que pueden influir mediante los sueños en los humanos, atribuyéndose cada cual un alias conforme a su poder) o se le opone o empieza a decantarse a su favor, viéndole ganador. Y se encona la lucha (porque hay rencillas). Esa era una opción.
¿Qué tal esta otra? Un sujeto, X, algún MISTERIOSO EXTRAÑO, pretende apoderarse de los sueños del mundo entero porque es un lotófago de onirismos y la logia trata de impedirlo, enquistándose en una lucha desesperada (Faust sería como JUDAS).
Otra más: X, el caníbal de sueños, mantiene como en coma al mundo, igual que en THE MATRIX, y la logia intenta rescatarlos para el mundo real. (Tampoco me mola.)
A ver esta otra: los reinos oníricos que gestionan los Soñadores son atacados dañando su esplendor, y se descubre que todo es un plan de Faust para reinar supremo.
Potente portada de VICENTE CIFUENTES,
¿verdad? Pues quedaros aquí. No hay más
Veamos esta: el mundo es una Utopía Manifiesta merced a la sabia gestión de la logia de los Soñadores, pero algo ha empezado a ir mal. Han de descubrir la causa (Faust).
De este parco abanico de opciones, empero Fideu (y Cifuentes, que entre guionista y dibujante hay garla) presentan una historieta de gentecilla mezquina, sin pretensiones, atribulada con la grandeza, y minusválidos que golpean a un rudo policía negro y tuerto dentro de una trama insulsa.
¿Qué hago? ¿Aplaudirles; decir ¡ACLAMAD A LOS AUTORES!,. si no lo merecen? Apuntaron alto, sin duda, pero luego se amedrentaron y no hicieron nada notable. No han estado a la altura de sus reputaciones, y eso debe decirse, como cuando sucede lo contrario y sería una canallada no alabar sus méritos. Es mi honesto, y al parecer para muchos molesto, criterio.
Vuestro Scriptor.
Documentación adjunta:

lunes, 21 de febrero de 2011

LA SOMBRA - SANDEMAN SABE

Portada del primer número; se lo
curra HOWARD CHAYKIN
Bien pensado, antes que a DOC SAVAGE primero conocí a La Sombra. Era Sandeman, el misterioso catador de vino. Me retrotraigo a un instante muy distante de mi infancia, cuando muchas cosas poseían un embrujo que poco de lo actual replica.
Sus carteles han ido desapareciendo de los lugares donde recuerdo haberlos visto, y creo que, junto a La Sombra, Sandeman lo lamentan en una oscura taberna donde una guitarra suena melancólica, y un masivo tabernero con rasgos de perro pachón sirve rondas de tinto a brumosos parroquianos. Esas tascas también están perdiéndose.
No me gusta La Sombra. Todo ese tinglado suyo (la carcajada siniestra y desquiciada, sus ojos amedrentadores sobre el filo de la capa, su capacidad de ofuscar mentes…) lo hacen sugerente y una pieza de cuidado, sin duda, y su “biógrafo”, MAXWELL GRANT (alias WALTER GIBSON), lo ensalzó en 283 novelas, amén de cómics, programas radiofónicos, y lo que hiciera falta. Gibson murió escribiendo una nueva aventura de La Sombra. Eso es dedicación y vocación, muchachos y muchachas.
El número dos con detalles asiáticos
Gibson escribía unas diez mil-quince mil palabras diarias (eso es una bestial cantidad de prosa), y por esto no queda más remedio que ¡ACLAMAR AL ESCRITOR!, porque difícilmente encontraremos un ejemplo de tenacidad y producción similar a la suya.
Apuntado esto, dato que espero cause el oportuno eco en vuestro magín (y lo comparáis con los “sublimes” que se encumbran a la gloria asegurando que el escribir tres páginas diarias les parece lo más agotador del mundo –se nota que no han cargado sacos de cemento en su vida-), debo acreditar por qué La Sombra no está entre mis lecturas preferentes, o favoritas. Por suerte, Gibson lo escribió por mí:
“Tu vida”, resuena la voz hipnótica desde las sombras, “ya no es tuya. Ahora me pertenece”.
“Puedo perfeccionarla. Puedo hacerla útil(…). Pero al dártela, reclamo obediencia. Absoluta obediencia.”
El 3: tiene luz en la mano; qué miedo
Doc llama a sus compañeros “Hermanos” (aunque está claro que el NÉMESIS DE BRONCE es el primus inter pares). Establece así un vínculo de independencia y fraternidad. Lo que les ata es el afán de aventura, etc., todo eso con lo que LESTER DENT nos convence, un pulp tras otro, y que forja un lazo indestructible entre ellos. (Dent podría estar promocionando los valores de la lealtad, la camaradería, el respeto mutuo y la confianza, el espíritu de unidad y pertenencia, enfocado a las tropas.) La Sombra no tiene amigos, o camaradas, ni iguales, sólo esclavos a los que usar y tirar. No casa con la imagen que un héroe, y más un luchador contra el crimen (la delincuencia, lo sabemos, posee numerosas facetas, y la esclavitud es una), suele proyectar, ¿cierto?
Otro elemento malsano (más que de morbo) que desprende La Sombra es que mientras Doc combate el delito a cara descubierta, LAMONT CRANSTON-KEN ALLARD (las identidades del personaje), lo hace detrás de un disfraz apabullante y de sus poderes hipnóticos. Imagino que la idea original que tenían sus creadores (Gibson desarrolló exhaustivamente el personaje radiofónico en el papel) era presentar una figura íntima de los sombríos aspectos del remordimiento y el arrepentimiento, quizás jugar con esa vieja idea del fantasma acosador, al estilo de EL CORAZÓN DELATOR, de E.A. POE.
Portada del nº 4: art decco en acción
Pero, también, representa una forma de cobardía como la sociedad afronta el delito, enmascarándose y atacándolo de forma artera. Esto lleva a disertar o hacer digresión sobre los vigilantes como THE PUNISHER, THE EXECUTIONER o los superhéroes del cómic. También La Sombra es un vigilante, pero “cae bien” porque su rostro público, Cranston, es un millonetis bon vivant ametrallado por los flashes cuando pasea con JEAN HARLOW o compite con HOWARD HUGUES. Su riqueza pública modera su peor cara, expeditiva y aun sanguinaria, opuesta a los principios de la Sociedad que nos hemos dado y que, a veces, es más garante con unos que con otros.
A finales de Década 80, el afamado HOWARD CHAYKIN “aceptó el reto” de escribir y dibujar una miniserie (tanteando la posibilidad de devolver La Sombra a la estanterías, donde el viejo -nunca caduco- mito compitiera con los goliats verdes y los trepamuros insolentes para edificación del público en ayunas del icono) donde el autor descargó sus filias y fobias habituales. Aquí me temo que debo escribir “de oídas”, sobre las excesivas recomendaciones que me impulsaron a adquirir esa saga. Se me destacaba lo “adulto” (pornográfico) y “morboso” (fetichista) que poseía la labor de Chaykin. Pero si compré esos tebeos fue por conocer al personaje.
WATER GIBSON (o MAXWELL
GRANT) en juvenil fotocarnet
Es cierto: un aire malsano envuelve la miniserie, que Chaykin desarrolla con lentitud, descafeinando así su violencia. Sin parar, Chaykin afirma que La Sombra está allí, LO SABE, mata a medio mundo de distancia… Lo arropa de cualidades tan aterradoras que mejor reformar una vida delictiva antes de ser su víctima… Pero a la hora de la verdad, nada de esto se ve, o es reflejado de modo insuficiente.
¡Ha regresado!, es la premisa, ¡Dios ayude a los culpables! Sí, ha vuelto… ¿al mundo de The Punisher? ¿Al de EL EXTERMINADOR, que arroja criminales a una picadora de carne? ¿Qué terror aporta esta La Sombra/Chaykin? Uno nulo. Todo el esfuerzo está en mostrar momentos “escabrosos” (todo muy soft) y personajes mórbidos, no en preparar una buena saga que enganche a las nuevas entregas. Chaykin apostó por su capacidad para el escándalo (que consolidó con BLACK KISS) y su talento gráfico, pero el resultado lo creo bastante insatisfactorio y dudo que agradase a Gibson, o a los fans.
Uno de los impactantes afiches del
filme de RUSSELL MULCAHY
Chaykin, si bien no interiorizó al personaje, sí retrató con eficacia su falta de escrúpulos al manipular mentes. De paso despejó el enigma que envolvía al personaje sobre su identidad pública, si era el millonario Lamont Cranston o el aventurero Ken Allard, si se perdió en el Amazonas o el Tíbet (apostó por lo segundo, para estar en consonancia con el caro mito occidental de SHANGRI-LA), y le adaptó conceptos modernos (dos Micro UZIs y gabán) con los que esperaba actualizarlo de forma eficaz.
En medio del desánimo que me produjo esta lectura “rompedora” sigue, tantos años después, resonando la efusiva descripción del personaje que le hizo el “fiador” (parecía que le iba la vida en el empeño). Resaltó lo de que el cuerpo de La Sombra era de “acero orgánico”. Concepto aparatoso, sí, pero ¿cómo esto ayuda al expeditivo MAESTRO DE LA OSCURIDAD? ¡Si triunfa en la miniserie es merced a terceros! ¡Lo más que hace es avasallar con su antigua autoridad a sus avejentados esclavos/compañeros de fatigas e hipnotizar a una pava del FBI para trajinársela!
Compárese con el de la SANDEMANESA sabe
Como colofón, un párrafo que debe alertarnos sobre los excesos del entusiasmo al hablar de nuestros mitos queridos (o mercenariamente apreciados):
Ningún otro personaje de ficción surgido de los pulps, a excepción del Tarzán de Burroughs, se ha convertido en el prototipo de la narrativa norteamericana como el luchador del crimen concebido por Walter Gibson.”
Palabras inmortales de HEIDI MCCDONALD. ¿TARZÁN (!) luchador contra el crimen? Y ¿dónde encaja Doc Savage en todo esto, amén de cualquier otra saga de héroes que no han perdurado a la criba del tiempo?
Recapitulando: no creo que esta miniserie haga justicia al sombrío vigilante, ni sea la mejor para abordar su extensa leyenda impresa.
Vuestro Scriptor.
SANDEMAN bebe. Que Dios ayude a
los abstemios

viernes, 18 de febrero de 2011

LAS GRAVES PLANICIES - ¡EL LUNES EN VENTA!

La cubierta de la obra, de CALDERON
SUTIDOS, que compendia muchos
años de trabajo y anhelos
Mientras RECALIBRADOS “amenaza” con tener que imprimir una segunda edición, por fin, tras un largo tránsito, podréis disfrutar de Las graves planicies, y espero que su suficiente difusión alcance a todos los lectores interesados en leerla. La portada, ya veis, le hace un más que jugoso resumen. Y dentro contiene otras sorpresas. Os pido que le deis una justa oportunidad, ¿vale?, pues estoy convencido de que no os defraudará. Inmodestamente, con esta novela pretendí “revivir” el concepto de La Gran Aventura, como una opción más que ofrecer al mercado, evitando las complicaciones, las cajas chinas con escorpiones saltarines y culebras de neón serpenteante, pero insertando un mensaje, evitando así que sea criticada como simple evasión llena de alocados tiroteos. En anteriores entradas ya apunté algo de todo esto.
También he aprovechado para dar mi versión de un suceso relacionado con esta novela; me refiero al premio en que quedó finalista. Espero haberlo dejado claro de ese modo, aunque probablemente lo haya hecho con tal vehemencia que podría parecer un ataque personal al ganador, cosa que nunca he buscado. La distinta evidencia en internet dejó claro que se le propuso (o él ofreció) realizar un relato que no cumplía las expectativas. Comprometidos por lo que fuera, la mejor manera de venderlo fue dándole un galardón prestigioso, e intentar recuperar la inversión.
Ilustración de KATJA FAITH para
otra de mis criaturas, "nacida" hace
menos de tres meses
Así se cometía una injusticia, pero eso es habitual en este país. Y a nadie le escandaliza, o al menos, tanto que debiera exigir expurgar esas conductas. Se acepta como un “mal menor” contra el cual no se puede (¿o debe?) luchar. Estamos en una situación en que lo anormal, lo pavoroso, lo asombroso, es actuar con integridad.
Ahora, me gustaría hablar algo de los motivos que me impulsaron a pretender escribir, como recuerdo los que me hicieron empezar a dibujar en serio. Aparte del prurito de querer contar historias, de dar salida a unas imágenes e ideas que poblaban mi mente, cebada con las influencias de aquella ingenua televisión en B/N que entonces había, estaba el que en la biblioteca pública faltaban los libros que quería leer. Así que decidí escribirlos. ¿Por qué no? También decían que ganabas dinero con esa actividad. Vale. (Ese es el motor principal de toda esta historia: el vil metal. Al contrario de muchos de mis “colegas”, opino que la literatura sale del estómago. No es algo evanescente, puro. Tampoco digo que mientan cuando dicen algo de eso; pero sí que están equivocados.)
Un estudio preliminar sobre uno de los
capítulos de la secuela de esta novela.
JOE HORSEMAN contra MARSOON
Ocurrió que “acabé” con el JULES VERNE de rigor; con los clásicos imperecederos que siempre recomiendan leer. Rastreé las baldas buscando a H.G. WELLS; era demasiado fuerte para la biblioteca. De sucedáneo me recomendaron a MARK TWAIN. No molaba. Al año de apuntarme, con gran ilusión, a la biblioteca, ésta ya carecía de alicientes. Todo cuanto me interesaba o necesitaba como herramientas para formarme había sido leído. Decidí, por tanto, acceder a la planta de los libros para “adultos”. Mi carnet no lo permitía. Ni siquiera me dejaban leerlos en la misma biblioteca. (Y no hablo de EL DECAMERÓN o HISTORIA DE O, ¿sabéis? Desconocía su existencia.)
Empecé a frecuentar las librerías en pos del material que mi instinto me aseguraba allí debía estar. Acertó, pero os hablo de una época donde las cosas que hoy disfrutamos y hasta nos permitimos desdeñar iban saliendo con dificultad, y me faltaba la agudeza para saber dónde buscarlas, y su P.V.P. las hacía inasequibles. Tocaba, pues, leerse las sinopsis y hacer trabajar el magín. Las señoritas de las grandes superficies comerciales donde tenían esos libros veían impropio (o repelente, o malsano) mi interés por leer ora esos resúmenes, ora esas novelas.
EL TANQUISTA y su nuevo amigo de
Marsoon, el lugar que le impide
relajarse. Su postura despide tensión
¿Sabéis el puto daño que el puto QUIJOTE nos ha hecho? Aborrezco ese libro. Merece condenación y fuego infernal. Gracias a él, en este país, un lector no es alguien con inquietudes culturales que quiere colmar: ¡es un anticipo de loco! Tantas letras dentro del coco no pueden ser buenas, estiman. (Por eso el GRAN ROBERTINI era analfabeto técnico.) Y los distintos programas educativos que deforman a los estudiantes no estimulan, en absoluto, la lectura. Aun la vituperan.
Pero volviendo al tema: aparte del “aspecto formal” que tiene el oficio de escribir, un corpus de lecturas y formación gramatical, lo que realmente, sobre todas las cosas, el escritor debe contar es con un compendio de experiencias que son las que proporcionan el auténtico esqueleto a su prosa. Lo otro, las lecturas, las influencias, la ortografía, son más una musculatura y un cartílago que dan volumen y definición, también falsedad e irrealidad; las vivencias son la médula y el hueso de lo que pretende relatar.
Esto está relacionado sobre por qué estimo que mi obra está influenciada por la traición y la muerte. Veréis: alguien que consideraba un buen amigo, con formación teórico-académica, me dio cierto consejo. No tenía motivos para sospechar de su falsedad, pero su “recomendación” envenenó de tal forma mi trabajo que, por supuesto, las editoriales no podían sino rechazar cuanto les enviaba. Y eso me frustraba. No comprendía. Seguía el canon. El experto, mi buen amigo, me había indicado qué camino seguir. Ignoraba que éste conducía a un barranco por el cual quería despeñarme.
RANGER JOE y HARLEY LA PANTERA
tienen problemas con CTHULHU
Todo por envidia. En serio. Yo era capaz de hacer algo (escribir) que él no podía, pese a su formación y deseos. Por lo tanto, si no podía triunfar, yo tampoco. Un íntimo regodeo por mis fracasos iluminaba su rostro con una “paternal” sonrisa de “aliento”.
Enmendar fallos profundamente arraigados en mi prosa me llevó tiempo, descubriendo que el mundo editorial vive tales vaivenes que cuando terminas la novela “del género de moda” ésta ya no vende, y debes ponerte con algo de la nueva “moda”… y temiendo que para cuando termines no encuentres el mercado buscado.
De ahí que Las graves planicies apele a clásicos con vigencia constante. Por desgracia, algunas personas odian esas historias… y su opinión es ponderada e influyente. (Ahora sé por qué “los zombis no saben leer”. Jaja. Lo pillé.)
Sobre la muerte… Esto es personal, y no tenéis ningún derecho a saberlo. Pero fue una de las más invasivas lecciones que puedes recibir. De pronto, un mundo que consideras indestructible e inmortal, cae. No tiene esqueleto. Desapareció. Se fue. Todo un sistema de elaboradas pero falsas creencias se desploma. Compruebas que el tránsito entre la Vida y la Muerte es instantáneo, dejando una secuela devastadora e irrevocable, sin análogo. Además, te muestra que el planeta, pese a tu profunda aflicción, sigue girando. Indiferente. Insensible. La órbita debe completarse. Orto y ocaso deben sucederse. Y asumirlo destruye lo poco de ese Cosmos ideal que fuiste construyendo con inexistentes sensaciones de seguridad y continuidad.
Simples peregrinos
Otros autores dan un happy end a sus personajes. Perfecto: necesitamos esa ilusión como el oxígeno para respirar. Pero los míos miran con recelo a los que les rodean y cuando les oyen palabras elogiosas piensan: Miente. Y se preguntan cuánto tardarán en traicionarles. A veces, muy conscientes de su propia ‘caducidad’, se abruman. Y viven el dilema de: ¿es mejor amar y perder a no amar nunca?
Las historias de la frontera también son relatos de sujetos marginales, gente que se ha autoexiliado por una justificada razón. Oh, fue muy gratificante y depurativo escribir sobre el émulo de DOC SAVAGE que coprotagoniza Las graves planicies, pero advertí que mi falta de fe en la Humanidad es tal que se me hacía irreal, absurdo, acabar bien, optimistamente, un relato.
Vuestro Scriptor.
Documentación adjunta:

miércoles, 16 de febrero de 2011

FLASH GORDON – ¡ERA BROMA!

Afiche foráneo. Me comentaron que
STAR WARS nació de la imposibilidad
de GEORGE LUCAS de adquirir los
derechos de FLASH GORDON. Fuimos
afortunados, creo
Debieron advertirnos que esta película no pretendía rendir homenaje al personaje que ALEX RAYMOND tan meticulosamente dibujó, troquelándolo en el acervo cultural como el paladín terrestre que gana otros mundos a punta de espada, y nos hubiéramos ahorrado disgustos y polémicas. No creo tan descabellado opinar que esta cinta, pagada con dólares de DINO DE LAURENTIIS, está hecha con despojos de SUPERMAN, que los HERMANOS SALKIND querían que fuese una comedia y presionaron para salirse con la suya. De otro modo, no se explica la falta de respeto general que despide el filme sobre EL HOMBRE DE ACERO, repleto de gracietas lamentables, apenas divertidas.
Y este Flash Gordon sigue esa línea. ¡Caramba! Hasta la pava que hace de la novia eterna, DALE ARDEN, parece un descarte de LOIS LANE (MARGOT KIDDER): su carácter, la forma como actúa, sus diálogos… Si pretendían dar una imagen de la mujer de los ochenta, firme, segura e independiente, lo que les salió fue un estereotipo estresante de una fulana que aspiraba a ser un hombre para así tutearles, en falsa igualdad de condiciones, imitándoles en sus expresiones más desagradables y las resacas tras unas épicas borracheras. (El sexo va aparte.)
El trío protagonista toma contacto con el tirano local y
sus rumbosos sayones
Y luego está el actor que encarna al ario jugador de polo, SAM JONES, que en esta recreación de las cuidadas historietas es un cachas de ésos del fútbol americano, cosa que tiene oportunidad de demostrar en la corte, ante MING EL DESPIADADO, o el incombustible MAX VON SIDOW, últimamente visto en SOLOMON KANE (¡que tiene más años que un nudo ese hombre y sigue en la brecha, sin envejecer al parecer! ¿Será inmortal de veras?), y que en algunas partes de este desafortunado Flash Gordon sugiere estar aún pegado a las pieles ostentosas del REY OSRIC, como apareció en CONAN EL BÁRBARO. Su palacio de Mongo traslada esa impresión, en verdad (la de ser un set de CONAN EL DESTRUCTOR); casi apenas han cambiado de decorado, aunque sí de vestuario, mucho más barroco que el del monarca de la ERA HYBOREA.
Cartel promocional para ir poniendo la sangre caliente.
Contiene elementos de lo que no es: gran aventura
Flash Gordon tiene algunos aspectos positivos, pero se encuentran enterrados bajo demasiados desaciertos como para que al menos compensen los fallos. No brindan equilibrio. El primero, el monumental, el que tira de espaldas, es la misma puesta en escena, esa zafia frivolidad americana de que “nosotros somos los amos dentro y fuera del planeta Tierra y joderos si nos comportamos así”. Luego, el recargado, bizarro vestuario de los paisanos de Mongo (con esos adornos de latón dorado, las pesadas túnicas rojas y las máscaras antigás que les hacen parecer extraños cerdos obscenos) y las concubinas, retales del harén de algún enfermizo emperador chino. Después podemos criticar el desacertado aire retro de las naves (en plena efusión STAR WARSEL IMPERIO CONTRAATACA, ¡sacan eso!) y el maquillaje de algunos ‘secundarios’. Y, casi rematando el conjunto, la presentación de Flash, Dale (MELODY ANDERSON) y HANS ZARKOV (TOPOL) en la corte del hierático Ming, que lo mira todo ausente, sin pasión ni interés: la exhibición deportiva con los forzudos rojos. ¡Ah, casi lo olvido: el DARTH VADER de trajín para “estar en la onda” del éxito! El mano derecha de Ming, que lanzaba presuntas miradas de obsceno celo a ORNELLA MUTI, alias AURA, la princesa de Mongo, hija de Ming, fingiendo oprimir al Universo, entre tanto.
MAX VON SIDOW como MING EL DESPIADADO. Algo le
alegra el día, pero no son esas hombreras, fijo
Tal sucesión de payasadas, que son las que imprimen la sensación de que estaban tirando de desechos de Superman, nos sitúan lejos del icono heroico que Raymond dibujó y que podemos considerar la más directa encarnación de JOHN CARTER, y no hay que andar lejos para comprobar esta apreciación. Apenas Flash y Dale son secuestrados y embarcados a punta de pistola en el cohete de Zarkov, con el que pretendía impedir que Mongo se estrellase contra la Tierra, son atacados por los feroces nativos, trivialidad habitual para John Carter. La historia sigue discurriendo paralelamente hasta llegar ante Ming, que, en ese momento, y en obediencia a los criterios del KING FEATURES SYNDCATE de WILLIAM RANDOLPH HEARTS (el hombre que nos costó Cuba y las Filipinas), representa al peligro amarillo que América debe combatir, y parecieran entonces divergir.
La REINA AMIDALA..., ¡ah,
no! MELODY ANDERSON, que
hace de DALE ARDEN
Pero los continuos enfrentamientos en coliseos, las hermosas embrujadoras locales, las pruebas de honor y sangre, los compañeros extraños (el HOMBRE LEÓN, VULTAN) nos devuelven a BARSOOM y a las correrías del sudista virginiano.
Todo eso desperdicia esta película que sólo tiene una cosa que desentona con su aire de comedia alocada: ARBORIA. Esa parte, poderosamente influida por el DAGOBAH de El Imperio Contraataca, parece incluso de otro filme, dirigido por alguien que sí es consciente del material que tiene entre manos y qué respeto debe darle. Falla en el ‘exceso de celo’ como Jones caracteriza a Flash, pero lo compensa la fría aristocracia de TIMOTHY DALTON, alias el PRÍNCIPE BARING. Pero esos son pocos minutos y se quedan casi al filo de lo anecdótico.
BUSTER CRABBE y JANE ROGERS, del
serial en el que se crió Lucas
Lo mejor de la BSO de QUEEN acaso sea el tema principal, pero como sucede con la mayoría de las películas “del espacio”, sus productores creen que deben sazonarla con fanfarrias electrónicas de sintetizador y agudos sonidos enervantes (cuyo origen parece estar en PLANETA PROHIBIDO), algo acorde con las computadoras, los robots y las naves que surcan los oscuros años luz. Uno de los grandes valores de Star Wars es su banda sonora. JOHN WILLIAMS, al hacerla sinfónica, le “prestó” una relevancia de la que carecían otras cintas, merced al obtuso empeño de hacer “ruiditos raros”.
Este Flash Gordon está desnaturalizado con respecto a sus orígenes (imagino que hasta el más tirado episodio del serial interpretado por BUSTER CRABBE tendría momentos “supremos”) y es huérfano de la naturaleza heroica a la que respondía. No hubo intención de hacer algo digno, con vistas a explotar una franquicia, sino a tirotear los mitos porque era una opción fácil de hacer historia, una manera baja, y grosera, que desvirtúa a sus responsables y pone en peligro retomar el proyecto por otros autores, porque han sentado un lastre/precedente casi imposible de olvidar o soslayar.
TIMOTHY DALTON, aristocrático PRÍNCIPE BARING.
Y ROBIN HOOD, y el mítico HOMBRE VERDE, y...
(Claro, que siempre se puede hacer peor, y CANAL SYFY lo demuestra emitiendo el “moderno serial” sobre Flash Gordon que logra hacer que la película costeada por De Laurentiis sea un hito de la fantasía, el vestuario y los efectos especiales, y repleto de actuaciones dignas de una carretada de Oscars. El mejor, el Ming de Von Sidow, irónico y altanero, triunfal; el de la serie parece un aristócrata de saldo sacado de DUNE, un noble además plenamente consciente de su insignificancia. En cuanto al héroe…)
Vuestro Scriptor.
Documentación adjunta:

¡PELIGRO, WILL ROBINSON, PELIGRO!

lunes, 14 de febrero de 2011

LLANA DE GATHOL – VAYAN CON DIOS

Cubierta de la novela, obra de
JULIE BELL, colección OMEAN
Según el ejemplar, ésta es la última e inédita novela del CICLO DE MARTE de JOHN CARTER, el héroe fetichista de EDGARD RICE BURROUGHS, el efectivo inventor del viaje de las tres mil millas (¡fíjate: lleva a su héroe a otro mundo!); en WIKIPEDIA registran una más, de 1964: John Carter de Marte. Vamos a aceptar la palabra del editor y este libro es, en efecto, el último de la prodigiosa saga de aventuras acaecidas en el fabuloso BARSOOM, un Marte agónico e insólito donde la galantería, el amor, la amistad y el odio son absolutos, con leves zonas de grises de mínima-nimia influencia.
Empiezo por el último porque, como con DOC SAVAGE, tanto LA PRINCESA DE MARTE como DIOSES DE MARTE están extensamente reseñados en LAS GRAVES PLANICIES/2: MAYOR MARS (caray, toda la novela es comentario). Pero prefiero hacer un trabajo nuevo y fresco antes que recurrir a notas o párrafos del libro. No sé, es por mor del amor propio.
Ilustración de una edición clásica.
Pero parece más un muy bizarro
fotograma de BEN-HUR
Esta fantasía de Burroughs (hombre de múltiples empleos e inquietudes, que vivió el fin de “la gran aventura” de los cowboys) es casi pilar básico de la ficción que hoy día disfrutamos. FLASH GORDON es su más directo heredero. Y tras el valiente jugador de polo, va STAR WARS y todo lo demás asociado o lindante. Supe de esta saga por CARL SAGAN, que la ‘alabó’ en COSMOS, despertando mi interés por saber qué poseían estos libros para cautivar la imaginación de un científico, lo más opuesto a estas locuras de la baja literatura (bueno, según la leyenda urbana).
Y a grandes rasgos debo admitir que la serie no me ha defraudado. Los primeros libros rebosan energía y disparates ingeniosos que, situados en el momento de su aparición (entre 1912-1918), debían relumbrar como la mica en pleno desierto: cegadoramente.
Burroughs tejió una fábula de modélicos caballeros andantes y paladines que arrojaban su corazón a los pies de la más bella de esa tierra y defendía su apasionado amor con una energía difícil de ver en otros héroes, ficticios o reales. Ellas eran indubitablemente hermosas, leales, cálidas, altivas cuando correspondía, (tórridas en el amor cuando debían), comprensivas una vez era resuelto el malentendido, capaces de perdonar como sólo Dios hace. Ellos eran honorables, feroces/leales guerreros, amigos y camaradas, decididos y dispuestos para la más descabellada acción, apuestos para no desentonar con el ramillete de PLAYMATES reinante. Y todos en pelotas. Y con correajes sospechosamente sadomasoquistas, enjoyados, repujados, pero fetichistas.
EDGAR RICE BURROUGHS, en plan ministro de FRANCO,
firmando autógrafos
Y luego estaban los Hombres Verdes, rabiosos y peligrosos como apaches (algo que Burroughs incorporaba de su país natal, más que como traslación de nómadas árabes), vagabundos de los extensos y secos lechos de los océanos que Barsoom tuvo una vez. Si quieres acción, romances y traidores, ¡lee estas páginas! Pondrán febriles tus sesos.
Pero conforme progresan los títulos, la desbordante energía del autor se diluye y las trampas, trucos y lances a espada pierden autenticidad: se repiten; los villanos se calcan, y sus huecas ambiciones son insincera argucia para sostener la saga y venderla.
Ilustración de FRANK FRAZETTA para
LA PRINCESA DE MARTE. Vaya nieta
co-criaron estos dos...
Y tengo la impresión de que la efusión de pulps no sentó bien al veterano Burroughs. Creo que DOC SAVAGE ‘hirió’ a John Carter como no lo hizo arma alguna en Barsoom, pues el metodismo narrativo consecuente de LESTER DENT deja al virginiano sudista (en verdad, a su autor) en evidencia.
Llana de Gathol, novela compuesta de cuatro “partes”, y habitual catálogo de las fanfarronadas del protagonista, es grosso modo compendio de todas las novelas de la saga. Se evoca las primeras aventuras, sacando del olvido cierto número de personajes, sucesos y razas, cosa que imprime una sensación de adiós formal. Y aunque podemos considerarla de las mejores, con una impronta de energía “clásica”, Burroughs empero no se esforzó por ponerle un colofón pletórico de épica, procurando que el recuerdo por estos personajes permaneciera en el lector latente como un último destello de gloria.
Llana de Gathol, barsoomiana de pro, es descrita como una belleza epatante y con un carácter de mil diablos, cuya sangre, impregnada del ADN del activo John Carter, el mejor espadachín de dos mundos, el que metió en vereda al poderoso pero decadente imperio de HELIUM, que ya no sabía cómo afrontar sus problemas, puede causar dificultades al más pintado. Y, como nieta de la “divina” DEJAH THORIS, sabe cómo comportarse ante el secuestro: batalla y suicidio, quizás castrando, antes, al agresor.
JOHN CARTER en plan MASTER DEL
UNIVERSO; al fondo, un caqui con resaca.
(Pintura: JOE JUSCO)
En cuatro ocasiones la raptan, y lo más que hace es lucir palmito junto al villano que la ha capturado, en calidad de esclava, sí, pero ataviada con suntuosos correajes y toda esa parafernalia. La que debía hundir la daga en el vil corazón, pasea del brazo del canalla, agasajada por éste. ¿Resistencia? Ni se la espera. El abuelo John, el poderoso hombre blanco, tiene que venir a salvarla, cosa que hace tras familiares peripecias. Pues vaya linaje bravo, el de los Carter-Thoris.
Burroughs era un escritor bastante descuidado. Parecía no tomarse en serio su trabajo. Eficaz, sí; imaginativo: como pocos. Intenso: desde luego. ¿Bueno? ¡Hum! Veamos: el villano de turno sitia Gathol con un enorme ejército, y el caudillo de ese país, familia de John Carter, empero no acude a él, el generalísmo de Marte, para que con su temida flota destruya al enemigo. El autor deja que Carter tenga lances de esgrima/y/bravura en distintos escenarios, y poco falta para que el hombre que no recuerda su pasado derrote a sus enemigos con un brazo atado a la espalda. El héroe indómito y desafiante se ha transformado en el bravucón que le reprochan ser varias veces en la novela. Burroughs en ningún momento se toma la molestia de razonar con lógica; armó a John Carter y luego lo tiró al albur de esos desiertos marcianos para que sangrara, sudara y triunfara, sin que nada más importara: política, alianzas, relaciones, comercio…
Dibujo de VALZONLINE; la cosa es tener
a DEJAH THORIS tirada por los suelos.
Verás las feministas la que van a liar
Otra particularidad de John Carter es que enseguida se amiga de cualquiera con el que se cruza y, tras unas aventuras, ese tal desaparece, y sólo en los últimos párrafos se le recuerda, dándole un final más o menos afortunado. (Como en las dos primeras novelas, que dan a entender que Carter y TARS TARKAS forjarán una alianza que unirá las razas contra un mundo moribundo, hostil, un borrador de la amistad entre HAN SOLO y CHEWBACCA. Idea defraudada. Tars Tarkas, a casa. Nunca más se supo.)
Y en Llana de Gathol este modus operandi se vuelve constante. Se encuentra con no sé quién, padecen penalidades y en el siguiente capítulo, se pierde. Bueno, halla otro amigote, pelean con bravura artúrica, y tras vencer, ¡desaparece! No pasa nada: el siguiente compi le ayuda a rescatar a Llana de Gathol, para irse. Cuarta aventura: ídem, ídem, ídem. Ah, sí: en el último párrafo les salvan y viven felices comiendo perdices.
Otra magnífica pintura de Frazetta
(¡aclamad al artista!)
Según Burroughs, Carter posee gran influencia en un imperio de notable relevancia entre las naciones del planeta, pero cuando se ve en un trance como el de esta novela, el poder de Helium es puro oropel. Llana de Gathol, como el resto de estas novelas, posee carencias que acusan la sospecha de que E.R.B. estaba cansado de John Carter y al fin le buscó una jubilación honorable. Tampoco este libro, como los restantes, debe ser analizado “con rigor”, porque pierde su embrujo por completo. Todo él es como una desquiciada aventura de ERROL FLYNN o DOUGLAS FAIRBANKS, SR., donde lo único importante son los saltos prodigiosos, los duelos a espada, un invento extraño, y bosquejar un cautivador escenario alienígena de fondo que no te dejan examinar con detalle, pero donde radica la fuerza del relato.
Vuestro Scriptor.