viernes, 31 de marzo de 2023

EL MAGO DE OZ — NO HAY LUGAR COMO EL HOGAR

 

Cualquiera de las portadas de
este libro. Tanto que oyes hablar
de él, es casi obligado leerlo

L. FRANK BAUM es un poco embustero en el epílogo sobre sus intenciones al escribir esta pequeña fábula que, como ningún otro paradigma (LA ODISEA aparte, cuya estructura Baum copia sin pudor), versa sobre el ÚNICO argumento literario: el viaje. Baum pretende innovar el cuento clásico que nos legaran (o recopilaran) LAMARTINE, PERRAULT o los HERMANOS GRIMM, por citar a voleo, acerca de que eran historias truculentas con clara intención moralizante final. El Mago de Oz contiene truculencia, e incluso moraleja: no hay lugar como el hogar.

La misma génesis de EL LEÑADOR DE HOJALATA posee brutalidad. Uno, si no el primero, de los cyborgs (activado con magia, o la inmensa voluntad del amor) de la literatura. He aquí un voluntarioso hombre al que un conjuro va mutilando, debiendo sustituir todo su ser por prótesis de hojalata. Si eso, señor Baum, no es espeluznante, ya me dirá usted. Y el sujeto al instante emplea su afiladísima hacha para decapitar lobos (sigul de la avaricia) o pumas (¿de la lujuria?). ¿Hay que cercenar? ¡Dejádmelo a mí!

La misma travesía de la huérfana DOROTHY y su perrito TOTO sucede a través de parajes cuando menos desasosegantes, tenebrosos bosques (sigul de las conflictivas emociones oscuras) y encuentros con entes aterradores que el grupo, de un modo y otro, derrotan. Sádicas bestias espantosas que están muy poco en consonancia con lo que se supone debiera ser un cuento infantil divertido, aun instructivo. Pienso en HEIDI, por ejemplo, donde no se exceptúa la amargura o el conflicto, mas no decapitan a nadie, ni los monstruos saltan sobre ti con cegadora velocidad para despedazarte.

L. FRANK BAUM, un hombre decimonónico
de múltiples empleos hasta que encontró un
filón literario, asentándose. Su biografía es la
de EDGAR RICE BURROUGHS, CLARK
ASHTON SMITH o LESTER DENT

¿Modifica, pues, algo Baum con respecto a la tradición folclórica que pretende cambiar, o, al menos, de la cual quiere diferenciarse? Hasta la llegada de Dorothy a Oz tiene mucho de aventura de El BARÓN DE MÜNCHHAUSEN: un tornado arranca su pobre casa de Kansas, trasladándola a esos pagos de calzada de ladrillos dorados donde su primera/accidental acción es matar a una de las malvadas brujas del reino.

Empezamos bien, dándole a entender a los niños que hay muertes justificadas, y que la fuerza, que no la conciliación, o el diálogo, como alientan tanto TANTO hoy día lerdas (y cerdas) mentes muy perturbadas que creyéndose instruidas, ubicadas en puestos de gran responsabilidad, procuran crear una moñas ficción “buenista” que contiene, empero, una deformada-peligrosa/generosa copia de mefítico adoctrinamiento.

Interesante que el temido Mago de Oz sea un feriante embaucador, no el habitual sabio o hechicero que mantiene intacta su voluntad bondadosa o se ha torcido al Mal, o las fuerzas cósmicas lo concibieron con tejido del Reverso Tenebroso. 

JANE BADLER como DIANA, la
lagarta mala de V. ¿Y a qué citarla?
Pues, como en su momento JUDY
GARLAND, ¡es icono del travestismo
actual, ese que quiere hacer filmes
a su costa! (Por suerte, vio a tiempo
el engaño; huyó del timo enseguida)

Hombrecillo que ha comprendido su extraño avatar, procura ahondarlo engañando Engañando ENGAÑANDO sin tregua. Siendo tal farsante, sorprende librara batalla con la otra Malvada Bruja (un esperpento cíclope), si evitaba abandonar lo máximo su hermético aunque prodigioso castillo de esmeralda, real o creado dicho color por las gafas. ¿Es una velada crítica a los credos, quizás? ¿El clero embauca con La Voz Suprema, que siendo truco suyo de ventriloquía, ocultos detrás del telón, intimidan a la parroquia?

Tengo entendido (espero sea trola) que este libro, de intrincada simpleza, está prohibido en ciertos, o quizás todos, los colegios de Estados Unidos. Ese faro de democracia y libertad está cada año recortando más democracia y libertades; al menos, en librerías y bibliotecas. No entiendo la causa; hay materias más peligrosas a las que vigilar (las matemáticas, según las femirulas). Quizás sea porque la versión filmada fue uno de los iconos de los travestis de entonces; copiaban el inofensivo estilo pueril de JUDY GARLAND. ¿Se travelan a quienes les ¡encanta! El VAGO de Oz? Pensaba que ahora imitaban a JANE BADLER; ya sabéis, la lagarta mala de la añeja teleserie V

viernes, 24 de marzo de 2023

LA MISIÓN — TUPIDAS JUNGLAS DE INTERESES Y REMORDIMIENTOS

 

Afiche foráneo. Vale, juguemos a
lo de las demás reseñas: BSO de
ENNIO MORRICONE (RIP)

Ignorad las monsergas de las “sensibilidades progresistas” sobre que esta película de ROLAND JOFFÉ está en su onda: en realidad va sobre los torturadores remordimientos y la búsqueda incansable del perdón, una redención que sólo la muerte en martirio da.

Es infrecuente encontrar cintas que hablen bien de los españoles, en especial, de cuando la Conquista. Ya, ya, aparece un elemento en el filme que me contradice. Empero apreciar que ROBERT DE NIRO se enfunda la piel del hidalgo cuya conciencia le obliga a hacer las cosas como es mandado, si no por Dios, o los Reyes de España, por su mismo sentido de lo justo. Al final se revela empeño quijotesco; mas empeño que le purifica (lo que ansía para purgar su crimen) frente a sus enemigos, hundidos en un espeso légamo de políticas y componendas que les sepulta en la iniquidad.

Tampoco es exacto del todo, pues a Su Eminencia y a los adelantados de España y Portugal les recordarán gracias al sacrificio que los Jesuitas realizan, motivados por el mismo ardor, más que guerrero, de indignación que mueve a RODRIGO MENDOZA a volver a empuñar la durandina contra los soldados portugueses y sus aliados nativos.

¡Con qué facilidad los "críticos progresistas" 
ignoran esta fase del remordimiento del sufriente
MENDOZA para centrarse en "su rollito"! Otra
abducción de la Izquierda sobre el Arte en general

Detengámonos en este punto: los movimientos comu-digenistas (que más delirios no pueden impostar en las redes sociales, calando sus desvaríos de forma fabulosa en las mentes de la “sensibilidad progresista” —entre las que deben contarse los peleles que se honra tener la Derecha—, hasta el punto de obnubilarlas) hacen creer a un vulgo, por lo demás cortoplacista, acomodaticio e iletrado, que HERNÁN CORTES o PONCE DE LEÓN llegaron allí, vini-vidi-vici, con cuarenta jinetes y otros tantos CAPITANES ALATRISTE y conquistaron Méjico, Perú, Uruguay, lo que fuera, por sus cojones trujillanos. No-señor: Cortés aprovechó un clima de sublevación local para agilizar la Conquista. Por muchos arcabuces y corazas que llevasen, seguían siendo ochenta o noventa tíos contra toda una jungla esmeralda poblada de indígenas, caníbales por ende, que, tras una refriega más/menos sangrienta, se los acabarían merendando.

Caracteres opuestos condenados a trabajar en
pos de un mismo fin. El... buenismo... del PADRE
GABRIEL es sano e inspirador; por desgracia, el
mundo es más a "lo Mendoza", y negarse a
admitirlo no ayuda; es casi suicida,
pater

La colaboración aborigen en la Conquista es capítulo que, a patadas, los indigenistas pretenden echar debajo de la alfombra de sus antropófagas vergüenzas para incrementar el peso de la leyenda negra criminal sobre nosotros. Que hubo corrupción y excesos: sí. Empero señálenme una empresa colonialista que, por desidia o putrefacción de los intereses, no haya pecado, o más, de lo mismo.

¿Fuimos peores los españoles que anglos o galos en sus empeños conquistadores? No; hasta podría darse el caso de que fuimos incluso más beneficiosos, mas cualquier ejemplo de nobleza o justicia (ISABEL LA CATÓLICA prohibió esclavizar a los nativos) queda sepultado bajo la leyenda negra y la hispanofobia (un racismo, atención) que pululan por el exterior, y que las distintas administraciones nacionales se han negado a combatir, o con la energía requerida, plegándose abyectos a la “sensibilidad progresista” que lesiona la verdad, la justicia, nuestra nación. Y la nación somos todos, no sólo los de la bandera.

Ni un símbolo tan poderoso como el que el
Padre Gabriel empuña puede detener a todas
las hordas de los intereses económicos de
aquellos que, luego, se designan cristianos

Joffé pienso nos hace bastante justicia, porque si bien está ahí el potentado ávido de tierras y esclavos, Mendoza sale en tromba en defensa, no tanto de los indígenas, como de la equidad más obvia, elemental. Ambos personajes encarnan caras de la misma moneda: la corrupta institucional, lejana de Madrid y sus disposiciones, y la decente y humana que exige el código de hidalguía, nuestra versión de la Caballería artúrica. Toca, llegados a este punto, volver a remitirse a los expansionismos extranjeros. ¿Están libres de pecado? No; aunque su prensa es mejor. Consiguen ocultar sus desavíos y corruptelas mucho mejor, predisponiendo al mundo en nuestra contra.

Tampoco escapa bien la Iglesia, llena de contradicciones entre su prédica y su práctica. Los lamentos del enviado papal pueden rebosar arrepentimiento y asunción de culpa; sin embargo, distinto a Mendoza, rechaza hacer penitencia para obtener la redención. ¡Perder las poltronas es sumamente doloroso, como sus señorías de la "izquierda asamblearia" nos están demostrando!

viernes, 17 de marzo de 2023

EL SOL DE BREDA — CAPITÁN ALATRISTE 3

 

Añeja portada que intenta dar
sensación de antigüedad al
manuscrito; el entretenimiento,
junto a un repaso a la Historia,
están garantizados

Debemos reconocerle astucia a ARTURO PÉREZ-REVERTE al encarar este serial con todas las trazas de ser su opus magna literario. Creo van siete, o nueve, títulos, así como una película fastuosa en su imaginería, empero notablemente deficiente en cuanto a su resultado final.

Reverte pretendió ‘complementar’ los temarios de Historia de España de los estudiantes de los institutos mediante estas novelas (dudo hoy día las recomienden; el progresismo —¡qué lata tener últimamente que citarlo en casi toda reseña!— estima que la educación es una sarta de bujarronadas y sensiblerías cuya finalidad persigue desbaratar el espíritu crítico del individuo) y descubriesen las luces y sombras que posee nuestra Historia, en especial, en su cima, antes del declive. Fue astuto al hacer que el narrador de estas leyendas fuese un joven, el cual va madurando y, más/menos, con quien el adolescente lector pudiese sentirse identificado; planteó las historias como retablo de grandes figuras a las que humanizó al incluirles defectos, y a estos personajes admira, o aborrece, ÍÑIGO BALBOA, el cronista; escogió un eficaz sistema narrativo que no se complica demasiado la vida con perífrasis, metáforas o rebuscados recursos literarios. Pretendía instruir al lector detallándole diversos grandes hitos “contemporáneos” de manera llana, didáctica, que enganchase.

Sin embargo, no he leído una sola página de El Sol de Breda que no me recordase GENERAL SS, la novela de SVEN HASSEL. La copia, sin copiarla. En General SS cuenta el asalto, luego resistencia y final escapada de Stalingrado; a modo, Reverte hace ídem. Este es relato de guerra pura y dura, con sus combates de gran magnitud y escaramuzas guerrilleras. Igual que General SS. Y, aunque los partiquinos de estas andanzas no queden atrapados en “la marmita de Breda”, debiendo huir de ahí como mejor pudieran, aquél compendio de batallas, triquiñuelas, túneles, lances, forrajeo para seguir pugnando, reviven en estas páginas.

El "corso" PÉREZ-REVERTE, que
estará reventado de risa con la
última cagada femirula: prohibir
el Día del Padre. ¡Bien vamos!
Ni en el Siglo de Oro hubo tanto
disparate, señor Reverte

Hay que imputarle, no obstante, un enojoso defecto a estas novelas de sesgo histórico (ando amoscado con ese término; la Historia es algo que sucedió así, no asá; no creo que hacer decir a IULIO CESAR “¡Por la izquierda, camaradas!”, cuando se limitó a señalar, sea ser riguroso con los hechos, algo que debemos exigir a los historiadores, así como imparcialidad); a saber: la INCONGRUENCIA.

En la primera, es nada menos que meter al PRÍNCIPE DE GALES, CHARLES, en un lance a espadas para salvar la gorja a ALATRISTE; en la segunda, hacer de FRANCISCO DE QUEVEDO émulo de jinete de Pony Express para salvar la vida a Íñigo, cautivo del riguroso Santo Oficio; en esta, empeñarse, hasta el hastío, en afirmar que existió DIEGO Alatriste; que tiene un “borrado” en el famoso cuadro de La rendición de Breda, y que, por extraños avatares, VELÁZQUEZ lo anuló de la tela.

Acentúa este empeño Quevedo al componer unas odas y tal que confirman que el singular sicario fue persona real, además, pieza importante en momentos específicos de su época. Encuentro harto grosera esa obstinación. 

Tengo la impresión de que la ha
leído, y su tono ha impreso a
la novela que reseño

Es como RIDDICK: cuanto menos sepas de él, que cabalgue entre la leyenda urbana y la realidad, mucho mejor. Así, Reverte convierte a Alatriste en especie de super-antihéroe que, por pelotas, debemos creer estuvo allí, ¡en efecto!, y que una brumosa maquinación judeomasónico nubló su auténtica aventurera semblanza, malicia que hace incluso desaparezca de la célebre pintura citada.

Por ahí, no paso, señor Reverte. Y aunque sé que, de leer esto, a usted le dejaría frío mi modesta opinión, le pido que, en futuras entregas, desista de perseverar en esta manía de hacer de Alatriste personaje verídico, no ameno testaferro de su era. Mire: DOC SAVAGE nunca existió. No me importa. Igual, o más, disfruto sus andanzas.

Imite ese modelo.

viernes, 10 de marzo de 2023

EL ÚLTIMO VALLE — EL PERRO DE LA GUERRA Y EL DOLOR DEL MUNDO

 

Afiche foráneo de una magnífica
cinta que todo amante del buen
cine no puede dejar pasar

JAMES CLAVELL adapta la “histórica” novela de J. B. PICK ‘recreando’ un episodio de la Guerra de los Treinta Años, que consumió ingente cantidad de vidas y recursos por la radicalización de los fanatismos religiosos en liza, en principio: católicos contra herejes luteranos. O protestantes, que ahora se descubren en una tremenda tesitura con visos de cisma: movidos por la oleada de inclusivismo que barrena, como otras calamidades de corte similar, nuestra Zoociedad, pretenden eliminar de sus plegarias el nombre de Dios; en especial, el de Dios Padre. Cambiarlo por alguna fórmula que suena a concepto de JACK KIRBY sobre GALACTUS: Ser Celestial, Divinidad Superior, algo así. Ocurre que:

Jesús dijo que “cuando debáis dirigiros a Mi Padre, orad diciendo: Padre Nuestro…”; o sea: los anglicanos profundizarán su herejía ¡enmendando al mismísimo Jesús! Quien afirmó que hay UN Padre Celestial (ergo, varón) y, por menos que dudar de eso, en Europa ardieron casi sin tregua hogueras durante siglos.

[Hablo de los herejes, cierto; mas habiendo en Roma un cura comunista en función de Papa, fijo copiará la tontería y pondrá en tal situación (cismática) al catolicismo que, juntos, acabarán mandando la religión cristiana al c*a*r*a*j*o. (Y no me pesa; aunque tenemos lo de que el Hombre debe creer en algo, y lo que sustituya a la Iglesia puede ser peor. —En SOGUETTO eran los Dioses del Rock y la Pantalla. Los ateos comunistas elevan panteones a asesinos genocidas como EL CHÉ o STALIN, venerándolos como ningún capillita hace de un palio. Esta hipocresía confirma, sin embargo, la necesidad de Ser Superior Inmaterial en el que creer de la Humanidad—.)]

Dos protagonistas para una historia en una era
irracional por su desmedida violencia... algo
así como está sucediéndonos ahora. Pese a
todo, no son ambos tan disímiles. Uno, acaso,
es más cínico que el otro

El escribano VOGEL, huyendo por fantasmagóricos parajes arrasados por la guerra, el pillaje o la peste negra, acaba milagrosamente en un valle, fecundo en cuanto a cosechas y anejos, apartado de toda catástrofe. Un trocito de Paraíso, considera. El lugar parece despoblado. Con Vogel llega, sin que lo sepa, una tropa mercenaria (esbozo de bárbaros sin compasión de media Europa) que pretende hacer lo que llevan años practicando: saqueo. Mas, de un modo no menos milagroso, Vogel persuade a EL CAPITÁN, ilustrado caudillo, que allí están a salvo; el invierno llega. ¿Dónde encontrarán otra oportunidad mejor de pasar una estación tan inclemente que allí?

El Capitán es hombre arrasado por la guerra, empeñado en no tener creencias. Aunque, latente bajo su inexpresivo cinismo, que emplea para criticar esa guerra como sus causas religiosas y, en especial, al fanático sacerdote católico de la aldea, perdura la necesidad de creer en algo. Alguien. No puede, pese a cuanto argumenta a Vogel (y, primero, a sí mismo, justificándose su postura, o actos), abandonar la necesidad de culto: Dios, rey, guerra. El final de la cinta lo remarca: pide que haber custodiado el valle, como concepto de pax y convivencia pese a las diferencias, le sea reconocido; ¿lo harán, Vogel?

Y no olvidemos el toque de
romanticismo, un vehemente
amor bárbaro (porque, oigan,
¡esta mujer prefería hacerlo con
un hombre antes que a
solas!
¡Qué salvajes eran, entonces!)

Acaso la moraleja de El último valle sea la de que, necesidad humana de la fe en fuerzas sobrenaturales superiores, los fanatismos perjudican profundamente a la Sociedad; la transforman en Zoociedad. Y más, cuando se trata de una materia como la religión. Hoy día, con su influencia cuestionada, en reflujo, ese ansia hace que nuevos dioses reclamen el lugar que dejará.

Como el feminazismo desbocado, que ha deformado la causa de forma escalofriante; ha encadenado otras peligrosas barrabasadas (lo transX, lo inclusivo, lo…; en la prensa a diario palpitan) emprendiendo una insensata y despiadada cruzada que puede dejar la Guerra de los Treinta Años en anécdota. Su lógica es Sith: o estar con el Movimiento, o ser aplastado/a. Los viejos autos de fe, modernizado, se llaman “redes sociales”, y, por su brutalidad, como hace Vogel, la tentación de esfumarse entre la niebla, olvidar todo este deletéreo delirio, se hace cada día más Más MÁS imperiosa.

viernes, 3 de marzo de 2023

LA MUERTE DE LA HIERBA — EL ÚLTIMO VALLE

 

Cubierta edición española; que
parece una promoción de algún
tipo de estupefacientes

JOHN CHRISTOPHER (pseudónimo), desde mediados de Década 50, refiere una parábola con ciertas repercusiones actuales. Publican en España la novela en los 70 del pasado siglo, así que la ilusión de estar leyendo una distopía que “retrocede” en el tiempo hace más sabrosa su lectura. Descubres en internet que, en realidad, el autor estaba siendo casi contemporáneo con su ficción, y pierde ese glamour que has ido atesorando mientras consumías la narración.

Es libro bueno, bonito y barato. Está escrito con tablas y elegancia y, pese a algún ejemplo reseñado recientemente, esta vez esa “ortodoxia narrativa” es un extra a una historia llena de peculiaridades e interés, examen tanto del individuo como de su comunidad.

Una sensación que produce asimismo la novela es la de estar leyendo una ampliación de una parte de LA GUERRA DE LOS MUNDOS, en concreto aquella en que H. G. WELLS pasa el testigo del “orador” a su hermano, fugitivo del populoso Londres por mor del avance marciano y su letal humo negro, anticipo de nuestra guerra química. Relatan esos segmentos cómo la población de la capital avanza hacia algún santuario que les libre de los invasores, pormenorizando detalles de las circunstancias que degradan, impresionan o condicionan a los fugitivos.

Christopher amplía esas particularidades porque lo que le interesa contar es algo que SVEN HASSEL destaca de sus experiencias en la Segunda Guerra Mundial: nuestro aspecto civilizado es una tenue pátina de convencionalismos e hipocresías; apenas algo trastoca ese superficial orden efímero, sale el monstruo a relucir. La bestia de la caverna y todo eso.

Según parece (admito tengo dudas)
JOHN CHRISTOPHER (un alias);
prolífico autor británico con obra
extensa en el género de la CF

Interesante detalle de la obra: todo se debe a una complicación originada en una restrictiva China Comunista que, sólo cuando ya les desborda, lo comunica al resto del planeta. (Es muy cuidadoso Christopher a la hora de hablar de Bloques o ideologías. No obstante, La muerte de la hierba es analogía sobre los cincuenta millones de chinos que MAO TSE-TUNG, ese líder ¡aclamado! por perniciosos elementos de nuestra progresía, mató de hambre a consecuencia de unas impresionantes obras arquitectónicas.) Un virus ataca a la hierba, en concreto, al arroz, y por aquellos lares, el arroz es la dieta básica de la población. Una hambruna brutal asola China. Así, al no tener con qué alimentar a la nación, es como informan de la existencia del virus.

¿Os suena? Seguimos bajo la férula del último virus chino que nos ocultaron sus comunistas autoridades hasta que la cosa explotó de mala manera mundial.

El virus empieza a destruir cultivos. Durante unos dos años y medio, a base de restricciones, Occidente aguanta, hasta que descubren que los remedios que han diseñado son ineficaces… como algunas de las vacunas que nos inocularon. ¿Solución? El Gobierno británico pretende lanzar nukes sobre todas sus ciudades importantes. Los que sobrevivan podrán tener raciones. Planea un genocidio de treinta millones de ingleses. Los motines estallan apenas se consolidan los rumores.

Afiche adaptación al cine de esta
novela; a ver qué tal, cómo de
respetuosa es con el original, o
se fueron por los cerros de Úbeda

Christopher envía a los CUSTANCE al último valle donde, a base de patatas y remolachas, un pequeño grupo selecto podría reiniciar la civilización… si la radiación lo permite. Este es punto débil de la obra, mas característico de los Años 1950. Creían que un bombardeo atómico era más bestia que el blockbuster convencional… ignorando las radio-secuelas.

Chistopher sin embargo se ceba en el muelle carácter anglo. La idea esa de la flema británica ha calado tanto en su Sociedad (productora de Holligans) que, ante una alarma como ésta, mantiene el tipo y se permite engañar hasta el último/irreversible momento. Denuesta este carácter de su nación, al que cierto brío sanguíneo la vendría bien (se ve no conoció a los Holligans).

El relato es el argumento, único, de la literatura: el viaje; cómo los refinados burgueses van transformándose en una medieval fuerza primitiva, que sin dudar desecha a otros infortunados, según sostienen combates que pulen esa pátina de civilización (hasta eliminarla) y los subterfugios filosóficos para mantenerla, para alcanzar el último valle… donde les aguarda una desagradable sorpresa. Altamente recomendable este clásico.