domingo, 28 de julio de 2013

LA JUNGLA, UN BUEN DÍA PARA MORIR — Y TODOS BUENOS PARA NO VERLA

Afiche foráneo que amenaza con una
perpetuación de la saga a cargo de
JACK, hijo de JOHN MCCLANE
A resaltar que, cuando filmaron la primera entrega de la serie basaba en una novela de RODERICK THORPE, Rusia era guarida del Agente del Mal y GORBACHOV dicho elemento mefistofélico. Poco después, la Historia aniquiló al comunismo (bastante duró; su inoperancia debió liquidarlo a mediados de Década 60) y Gorbachov se convirtió en el mejor amigo del mundo occidental. Rusia se transformó en un sitio encantador que se abría, ávido, a las grandezas de la democracia, el turismo y, como resaltase el villano de DANKO, CALOR ROJO, el consumo masivo de cocaína. Los rusos modernos pasaban ya de la vodka.

Ver cómo (presuntamente; luego te enteras que rodaron en Bulgaria o Rumanía) JOHN MCCLANE (BRUCE WILLIS) sembraba de chatarra y escombros, conforme a la mejor tradición del cine de acción catastrofista de los últimos años, las atestadas arterias urbanas de Moscú, me produjo una extraña impresión. Rusia estaba, sí, ajá, finalmente integrada en el mundo. Hermanada con la hecatombe espectacular. Ya podemos celebrar rallies de demolición en sus calles, como si fueran las de cualquier población estadounidense (que después resulta ser canadiense), al uso del celuloide.

Allá va eso; todos esos flamantes Mercedes y Audis listos
para ser masacrados junto a varias toneladas de escombros
Era ese detalle, reparé. Un héroe de la ERA REAGAN, enemigo acérrimo de los rojos perversos domiciliados tras el Telón de Acero, ahora transitaba esas vías salvando los enemigos del ayer, aun congeniando con ellos. McClane ha sobrevivido; el comunismo ruso, no. Termina sus días confiando que un hijo de la mayor democracia del mundo, alimentado con baseball y tarta de manzanas, resguarde sus gloriosos muebles y monumentos. ¡Qué diría ALEXANDER NEVSKI!

Esto de que la furgonetilla embista al mastodonte y lo
mande a tomar viento no se lo cree ni el que lo concibió
La Gran Madre Rusia no tiene un héroe autóctono al que recurrir en caso de catástrofe como la que expone este deficiente y absurdo filme de JOHN MOORE. La industria de Hollywood internacionaliza sus héroes más destacados, y combaten el Mal indiferentes a fronteras o idiomas. Bueno. Es un argumento más al que apelar. Y bastante viejo.

Pero ¡es cómo se desarrolla lo que lo luce o desdora! Y, esta vez, pudieron haberse ahorrado el despliegue pirotécnico, porque no ha servido a ningún fin útil ni concreto, ni siquiera a la propia trama, excepto su autobombo.

YULIYA SNIGIR como la traicionera IRINA. Se ha puesto
de moda esto del vestuario
fetish; o sale una tía así,
o no hay peli
Ignoro cómo ha funcionado esta secuela en taquilla. En justicia, debe haberse estrellado. Y merecidamente, pese a que, de su producción, dependen para subsistir numerosas personas. No se puede ir por el mundo con una cinta como esta, con tan elemental argumento que apenas logra sostenerse.

Se nota, además, que Willis encarna a McClane a disgusto. Cansado. Sin ganas ni pulso. Todo él es relente del personaje. Esto lo intuimos en la escena, en comisaría, donde le presentan: vencido por los años y la alopecia. Aún tiene buena puntería, ajá, sí, pero en cuanto le pasan el expediente de su díscolo hijo, JACK (JAI COURTNEY), se reclina en la mesa y pide tregua. La filmación lo mata.

A ver cuál de este trío comunica menos y está más cansado
No quiere. Willis no quiere ser McClane otra vez, y menos, en estas condiciones. Viajar a Rusia, ex Imperio del Mal y tal, y partirse la cara contra un millón de sicarios tatuados hasta el paladar, y fuertemente armados. Qué va. Estoy para sopita y buen caldo.

Al comparar la tercera entrega de La Jungla con esta, de título injustificadamente rimbombante, notamos sus carencias con desnuda intensidad. A años luz queda el brío interpretativo de los integrantes del reparto, la vehemencia trepidante como SAMUEL L. JACKSON retrucaba al John McClane resacoso. En esta secuela, no existe química entre los participantes. Los malos son rutinarios; actúan según clichés. Aun la traición que efectúa KOMAROV (SEBASTIAN KOCH) termina intuyéndose, y no por alguna cosa especial o detalle significativo, sino porque lo esperas. Está todo tan visto que…

No sé cómo será la Rusia real, pero que aparezca un
bicharraco de éstos ametrallando edificios fijo que lo
investigan exhaustivamente; JOHN MOORE, el director,
muestra con esta secuencia que piensa que Rusia es una
dictadura bananera que América puede domar con facilidad
Cuando analizas el filme, descubres que cuanto cuenta de él es la salvaje persecución de coches por Moscú, un amontonamiento brutal e insólito de chatarra y cascotes, ¡sin que la policía moscovita sea vista, ni de refilón! ¡Bienvenidos al mundo moderno occidental, excamaradas! No sólo gozáis de nuestros ataques de ansiedad fruto de los atascos, ¡los McClane los incrementan apilando flamantes automóviles alemanes por las calles!

Este malo y sus comparsas ni agradan, convencen ni animan
Tal la violenta masificación de daños, en mobiliario urbano y vehículos particulares y oficiales, llegué a pensar que, finalmente, estaba viendo la adaptación a la pantalla de plata del HARD BOILED de FRANK MILLER y GEOFF DARROW. Todas esas escenas son miméticas a las viñetas referidas; aun Willis podría trasuntar ser el caótico protagonista del cómic. Ajustaba perfectamente.

La corrupción en las altas esferas rusas. Si algo bueno
tiene la saga de
LA JUNGLA es que muestra que los
criminales sólo persiguen un fin monetario; el resto, la
propaganda, el terrorismo, son pretextos para los lerdos
Y, ante todo, que no le encaja ya a Bruce Willis la piel de John McClane, dueño de una serie de tics y peculiaridades que lo han popularizado (y demasiado profundamente arraigadas como para sobrevivir al cambio que brinda la madurez). De continuo lo vemos agotado, hastiado, tirando desmotivado del personaje que le consagró. A modo, (se) pretendió pasar el testigo a Jack (agente de la CIA —seguro, hombre—), pero no convence, en absoluto. Es un engreído. Nació para superhéroe y lo irrita que su decrépito papá pueda eclipsarlo. No es que pretenda demostrarle su talento. Es un lotófago de la fama.

Se nota que somos padre e hijo en la calvicie, ¿eh, pa?
John McClane se transformó en leyenda merced a las circunstancias; su vástago las genera, buscando una gloria que lo inmortalice muy por encima de su progenitor. Sólo engendra un caos que debe mitigar el padre, de cuya sombra al final no logra escapar.

Presentar al estamento legislativo y judicial ruso como órganos comunicantes de corrupción no es una injuria, pues consta en los noticiarios, pero que tire la primera piedra el país libre de lacras similares. Pudo hacerse con mayor elegancia, o sutilidad, sí, pues EE.UU. no puede dar tampoco lecciones de moralidad (de esa, al menos).

La marca de fábrica McClane: la devastación brutal. Ahí
van, paseando tan frescos por entre las radiaciones de
 Chernóbil. ¡Aquí no pasa ná! Somos mericanos.
¡Ingulnerables!
Y qué llamativo que la radiación latente en Chernóbil afecta a todo Cristo excepto a los McClane. Vemos al personal embutido en calurosos e incómodos trajes antirradiactivos, mas los McClane, ¡a camiseta descubierta! Entablan sostenidos tiroteos contentísimos de saber que, gracias a su poderosa genética estadounidense, podrán sobrevivir a los letales estragos de la contaminación atómica, sin importar cuántas horas pasen expuestos a ella.

En resumen: secuela manida, sin sentimiento, agotada, innecesaria, poblada de pobres y acartonadas interpretaciones, su breve metraje invita a lamentar el tiempo invertido en su visionado.

Vuestro Scriptor.

viernes, 26 de julio de 2013

LI´L TERHLI — ASÍ OCURRIÓ…

…la “brava” lucha por la posesión del martillo encantado. Ya veis con qué celeridad Terhli solventó el asunto. Cómo envidio su capacidad para hacerlo, igual que su resolución para acometer los distintos problemas que obstaculicen su camino. Supongo que tiene un pequeño déficit de remordimientos, o realmente le importa muy poco qué consecuencias futuras puedan tener sus acciones.

O se pasa de obstinada, y en su obcecación no se percata de la posibilidad, bien cierta, de crearse enemigos merced a algunas de sus decisiones “irrevocables”.

Un año más, a quienes las toméis, y os encontréis entre los lectores habituales, o sólo “de paso”, os deseo felices y relajantes vacaciones.

Vuestro Scriptor.

domingo, 21 de julio de 2013

SPIDER-MAN: LA POLÍTICA NORTEAMERICANA Y LA ACTUALIDAD DE LOS CÓMICS MARVEL — DE LAS VIÑETAS SUMISAS Y LOS ESCRITOS SERVILES-1

La sarta de sandeces aquí contenida no
puede, ni debe, ser obviada, sino
denunciada. La tralla está servida
Caveat lector: entiéndase esta reseña necesaria secuela de 1963 — QUIS CUSTODIET IPSO CUSTODES 1 y 2.
Lo auténticamente carnoso de este tebeo es el prolijo artículo escrito en tándem por ALEJANDRO M. VITURTIA y JULIÁN M. CLEMENTE, profundos conocedores del lodazal donde penetran con el valor que caracteriza a los héroes que encomian. Los admiran; lo viven, los respetan y sienten un cariño por ellos surgido en una juventud marcada por su influencia. Esto no es nada censurable. Todos tenemos nuestras filias. Los problemas empiezan cuando éstas desdibujan la realidad.
PANINI reedita una luctuosa historieta del LANZARREDES, alias PETER PARKER, alias Spider-Man, de Diciembre de 2001, que induce bochorno. Y, aprovechando que sobraba espacio, incluyen cómic que muestra cómo MARVEL rinde pleitesía, indecente y descarada, al actual Presidente norteamericano, esperando obtener prebendas de él, sin duda. Astuto oportunismo comercial, el suyo, al agasajar así a la poderosa figura mediática, frente a una gótica, caduca, conservadora, DC COMICS, que parece haber vuelto a perder, otra vez, el tren de la modernidad… y el negocio.
Caricatura de WERTHAM, que en
los tebeos de todo veía, menos lo
que había. Y luego se censura a
los nazis por quemar libros
Los autores citados enfatizan ciertas apreciaciones que estimo discutibles. Admito su honestidad, atentos, y señalo su considerable esfuerzo rastreando numerosas colecciones para reforzar argumentos y conclusiones. Espero, por tanto, que mis valoraciones no se entiendan ataque contra ellos, sino simple divergencia con varios postulados. Porque, si fuera malvado, comenzaría imputándoles falta de imparcialidad al trabajar en la editorial que publica este producto.
Empiezan con una apreciación “al alza” del enmascarado americano que induce la insidiosa sospecha de que antes no hubo nada semejante, ni mito artúrico, la caballería en pleno, el CID o ROLANDO, figuras similares. Despuntan la importancia del GOLEM en la génesis del héroe made in Marvel. Declaran:
De todas las imaginables, Marvel Comics optó, desde su creación a la actualidad, por una vertiente liberal y progresista que ha salpicado una y otra vez las viñetas, la forma de actuar de sus máximos iconos y las historias que se han contado en sus revistas.”
JESSICA ALBA como SUSAN STORM,
LA CHICA INVISIBLE. Un ejemplo de
la "modernidad"
MARVEL encomiada
¿Quizás lo hizo porque DC ya ocupaba el otro espectro? Y si por “liberal y progresista” entendemos los siguientes ejemplos, ¿qué será “conservador y reaccionario”?:
SUSAN STORM es LA CHICA INVISIBLE como reflejo del concepto de “segundo plano” que debe ocupar la mujer tradicionalmente.
BETTY ROSS no aspiraba a más que a señora de BRUCE BANNER, tener una lavadora automática, dos niños, un perro y un adosado en los suburbios conservadores.
NICK FURY es el espía; chorrea sangre. Lidera una oscura fuerza paramilitar y parapolicial que vulnera leyes y derechos civiles arguyendo defender la paz y la libertad. Ha roto muchos huevos haciendo según qué tortillas.
PANTERA NEGRA: rey de Wakanda, TÍO TOM de LOS VENGADORES.
BRAD PITT haciendo de NICK FURY
en este despreciado filme de QUENTIN
TARANTINO
Los autores transforman eje editorial de Marvel a Spider-Man, testigo/notario de unas décadas convulsas. Prefieren ignorar qué paradoja se da en Peter Parker, un joven pusilánime y timorato, un nuncanada como casi todos nosotros, avasallado por los matones, pero tras enmascararse (oculta su cara) se desmadra, tornándose arrogante, temerario, descarado, vocinglero. Cosa digna de estudio. Pero, vale, Parker no es el único ejemplo de este estilo.
Citan a MCCARTHY y WERTHAM, las bestias negras recurrentes. Conforme, pero, objetivamente, recordar que mientras esos dos hacían de las suyas en América, con luz y taquígrafos, STALIN y adláteres llenaban los gulags… que no son un plato húngaro… y ¡a callar toca! Ah, esa selectiva amnesia de la izquierda y adláteres progres…
Evocan los orígenes de CAPITÁN AMÉRICA (otro enclenque que sufre metamorfosis) eludiendo verlo grotesco reverso de lo que MENGELE hacía en Auschtwitz entonces. Al CENTINELA DE LA LIBERTAD (¿cuál?, porque SUPERMAN defiende “la libertad, la justicia y el modo de vida americano” —del NEW DEAL— como óptimo modelo social de existencia global) le agregan a BUCKY, bello efebo que le adora y sigue servil. Mas su chaqueta es sospechosamente parecida a las de los confederados (y todos sabemos que la Confederación defendía nobles principios democráticos, ¿eh?).
IRON MAN, el descastado de Marvel,
es, sin embargo, exponente del inmenso
poder bélico norteamericano, tan
querido por ellos. Fijaos: surfea en un
carro blindado
Tras citar la génesis de LOS 4 FANTÁSTICOS, nombran a otros héroes, resaltando rasgos de HULK, DAREDEVIL o X-MEN. A IRON MAN no le destacan positivamente, pues TONY STARK representa armas, alcohol, guerra, plutocracia, RICHARD NIXON y LYNDON B. JOHNSON, lo opuesto a lo que “defiende” Marvel. En referencia al argumento de CIVIL WAR, que replica aspectos de la saga KINGDOM COME:
“[…] quienes apoyan la nueva ley, liderados por Iron Man […]
lo cual refuerza mi teoría respecto al desapego Marvel por el vengador rojo y gualda. (¡Con todo lo que está haciendo por sacar adelante un cine de superhéroes decente!)
De la saga de STEVE ENGLEHART sobre el “Capitán América real y el falso”, destacan:
“[…] se enfrentarían en un memorable choque […], sino también de ideas: los Estados Unidos del miedo y la desconfianza frente a los Estados Unidos de la clase trabajadora y los derechos civiles. Este mensaje se identifica con el Partido Demócrata […]”
Un famoso justiciero de DC COMICS, ¿a
que sí? Un personaje con tan mala
sangre no puede pertenecer a
Marvel,
la editorial sociata de los tebeos USA
Reparé en cómo evitan escribir clase obrera, algo realmente contraproducente en Norteamérica (por su vinculación al comunismo, o a toda izquierda sin excepción). Y ¿hablan del mismo Partido Demócrata de BILL CLINTON, que mandó bombardear Irak para obviar su escándalo con MONICA LEWINSKY? Algunas felaciones salen caras en vidas inocentes, oigan.
Dato: ABRAHAM LINCOLN, el Gran Emancipador, era republicano, como BUSH, JR.
Digresión, permitidme, sobre Capitán América: el escudo, su frisbee antibalas, es símbolo de la defensa; mientras JOSEPH KENNEDY amedrentaba a la comunidad judía americana, indignada por los crímenes nazis, Norteamérica decidía mantener su neutralidad según HITLER engullía Europa: pensaba quedarse cómodamente detrás del escudo. De no haber ocurrido Pearl Harbor, la historia de Europa sería otra, con el beneplácito americano. El norteamericano es aislacionista por naturaleza. Antes del 11-S 2001, Estados Unidos pretendía retomar ciertos criterios previos a la Segunda Guerra Mundial, que truncó la “guerra contra el terror”, la necesidad, pues, de recibir apoyo extranjero. (Por cierto: Occidente se equivoca con el Mundo Islámico completamente. No es Alemania tras Hitler, ávidos de libertad. En absoluto.)
Imagen de ALEX ROSS de U.S. A
años luz de esta basura de SPIDER-
MAN y OBAMA
Tan ávidos estaban nuestros autores por forjar laudables metáforas por sus iconos, que se auto-hurtaron uno trascendental, y más procedente de una editorial con tal tradición “liberal y progresista”: FRANK CASTLE. THE PUNISHER encarna idóneamente esos estándares. Ah, perdón: EL CASTIGADOR es de DC Comics. Qué dislate.
(Continuará aquí)
Vuestro Scriptor.

Relacionado:
http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com.es/2012/05/heroes-mucho-ruido.html

domingo, 14 de julio de 2013

FURIA DE TITANES — ¿QUIÉN NOS DERROCARÁ?

La figura del afiche foráneo expresa el
desafío del Hombre contra los dioses que
les crearon sólo para divertirse con ellos.
Tal la cosa, ejecutar a MEDUSA fue un
acto de piedad
No he encontrado opiniones favorables para este filme de LOUIS LETERRIER; sobre todo, lamentan que LIAM NEESON sea ZEUS; esto pareció desencantar a todos. Qué cosa la crítica: no vemos a determinado actor en un papel específico, y todo el conjunto debe ser deplorado. No perdonan nada. Con renuencia, acaso se despuntará algo (por alguna razón incongruente, ¡la BSO!), pero el sentido general es negativo. Y todo porque, repito, tal intérprete no encaja como ese personaje.

Cierto que Neeson parece “recuperar” su GALVAN en EXCALIBUR, con más Sidol, eso sí, en su rutilante armadura. En el filme de JOHN BOORMAN, MORGANA LE FAY (HELEN MIRREN), lo engatusa para intentar enfrentar a LANCELOT (NICHOLAS CLAY) con ARTURO (NIGEL TERRY), confiando hundir Camelot, y vengar la violación de su madre, etc.

"Niña, a ver si me dais bien el Sidol que se vea, por mi
refulgente armadura, que soy ZEUS... aparte de
LIAM NEESON"
Aquí, Neeson-Zeus es embaucado (con apenas sutileza, y con deseos de serlo no del todo/completamente disimulados) por HADES (RALPH FIENNES), quien promete causar tal devastación que resucitará el perdido prestigio/presencia del Alto Panteón Olímpico entre los mortales, hastiados de las divinas veleidosidades y su trato injusto, conductas que, en verdad, ofenden el sentido de la más elemental justicia.

La mitología consigna que hay una inflexible cadena de destituciones en el enigmático orden del Universo, y que sus últimos eslabones se obstinan más en no ser derrocados. Los Titanes crearon sui géneris el Cosmos (que era más bien un Caos inconsecuente y mutante al estilo que MICHAEL MOORCOCK describe en sus narraciones fantásticas) y luego los Gigantes, sus descendientes, los desbancaron para dirigir el cotarro según creían debía ser regido.

Mas los Gigantes paren dioses que no tardan en obedecer el sino genético y arrasan con sus progenitores. CRONOS, padre del panteón olímpico, intentó impedirlo, consciente de que su sentencia, leída, esperaba ejecución a manos de Zeus, mas fracasó.

HADES (RALPH FIENNES) manipula los rencores ajenos
en beneficio propio. (Pero ¿cómo tomar en serio a ese
tipo, andrajoso y greñudo?)
En Furia de Titanes, los dioses contemplan que una de sus invenciones (de Zeus, en concreto) amenaza con liquidarlos. El Hombre, el “esclavo del miedo” moorcockiano, no tiene las potentes armas, o poderes, del panteón para destruirlo, pero ha descubierto que, adjurando de él, negándolo en lo más profundo de su corazón, logrará abatirlo. Es la Era de la Razón. De las Máquinas.

Se ha establecido una extraña simbiosis entre creador y creado. El primero se sustenta de las preces del segundo, que existe merced al “amor” implícito en el acto de su génesis. Pero no es un verdadero gesto de amor, o generosidad, el dimanado del Creador, pues exige un tributo (adoración, sometimiento pleno, fe) a su vástago. De no obtenerlo, se esfuma. Perece. Y, como ser vivo, reniega de tal destino, forcejeando contra él tanto como puede.

La búsqueda de PERSEO (SAM WORTHINGTON) precisará
de estos veteranos, convencidos de lo suicida de la misión
(¿Realmente Dios, ente todopoderoso e indescriptible, anda necesitado de nuestro reconocimiento, loa, o elogio, para apuntalar Su estima, ego de volumen inmarcesible, que puede ocupar todo el Cosmos acaso? Es un dilema con interés y que podría solicitarnos elucubraciones filosóficas-teológicas.)

Furia de Titanes comparte otro punto más con Excalibur: el origen de PERSEO (un SAM WORTHINGTON mucho más competente que HARRY HAMLIN. El filme en que se basa este remake —logrado, afortunado, agradable—, parecía por entero concebido para lucimiento de Hamlin). Hay un elemento vindicativo por medio que no aparece en la leyenda (el cómo-por qué Zeus poseyó a la madre de Perseo, adoptando la semblanza de ACRISIO —JASON FLEMYNG—, como UTHER PENDRAGÓN —GABRIEL BYRNE— sedujo a IGRAYNE —KATRINE BOORMAN—). Pero es artimaña para prender nuestro interés y hacer las cosas aún más grandes y fantabulosas.

Estos tíos son un puntazo de la película, una expresión de su
deseo de magnificar la ya fabulosa leyenda en que se basa
Perseo es una suerte de Arturo que no persigue las elevadas metas del legendario monarca de Camelot. Es un hombre tranquilo que rehúye los artificios siniestros de hombres y dioses. Pero el hombre propone y Dios dispone, e irremediablemente se ve complicado en un conflicto que detesta. A partir de ahí, todo es generoso espectáculo e impresionantes escenarios.

Acaso de esta cinta veo desacertada la elección del villano, Hades. Aparece como un harapiento tullido de voz raspante que busca venganza por el lugar que Zeus le destinó en la creación: señor del inframundo y sus surtidos tormentos. La mitología griega anota que el Hades tenía salas para castigar a los malvados, pero distaba de ser el tétrico paraje que tanto DANTE como la religión cristiana han descrito.

ÍO (GEMMA ARTERTON) es la figura femenina destacada
del
remake, sustituyendo a la de ANDRÓMEDA, motor de
la misión emprendida por Perseo, pero apenas tan influyente
como esta inmortal a la fuerza
Hades parecía satisfecho con su posición (dominaba las riquezas subterráneas y residía en los Campos Elíseos, con los justos, los buenos y los héroes) y no lo veo, por tanto, conspirando contra el primogénito, lotófago de oraciones y rogativas que exaltasen su figura todavía más MÁS. Cronos, sin embargo, encajaría en esa trama, pues perseguiría recuperar sus dominios arrebatados por sus ingratos hijos, ayudado por otros Gigantes.

Este Hades desea ser quien se nutra de mezquindades y ruindades, de preces pidiendo ruina y desgracias. Perseo, que resiste su condición semidivina, tendrá que oponérsele, y liquidar sus protervas intenciones, obedeciendo el sigul de todo héroe que se precie. Quizás así su parte humana agradezca a Zeus el haber sido, la Humanidad, concebida.

Triunfante entre las ruinas de un mundo
pasado arrasado por una bestia primordial,
asesina de Gigantes: KRAKEN
Zeus verifica en lo fosco de su hijo (uno más habido fuera de su matrimonio incestuoso con HERA) el pedernal con que el Hombre está lapidando su fidelidad, aun abyecta, a los dioses. Empero el filme surte de ejemplos que justifican la postura del Hombre. ÍO (GEMMA ARTERTON) es uno de ellos. Otro, el triste avatar que padeció MEDUSA, relatado por Ío. Lo de ANDRÓMEDA (ALEXA DAVALOS) sólo abastece el argumento.

Furia de Titanes no trata, sin embargo, de resolver si nos crearon los dioses por amor o por interés, mas señala que, por su conducta injusta y veleidosa, debemos rechazarlos. No pueden pedirnos justicia si ellos, sumun de lo moral, no la ejemplifican. El filme es un vehículo excelente para un muy bien aprovechado esparcimiento enriquecido por estupendos FX computarizados, beneficiado por competentes actuaciones. Punto. Quererle buscar más (¿qué?), y tirotearlo porque no tiene “eso” que se desea ver (y que responde a gustos particulares), es un defecto de crítica tan arbitrario como el que denuncia la película sobre la conducta divina.

En imagen promocional, los diversos monstruos del filme; a
modo, recrea la disputa fratricida de CAÍN y ABEL
Personalmente, agradezco disfrutar del espectáculo. Es simple, eficaz y tratado con profesionalidad. Bastantes complicaciones ya tiene el día-a-día para que nos las surtan, además, durante nuestro ocio.

Vuestro Scriptor.

domingo, 7 de julio de 2013

EL ALIMENTO DE LOS DIOSES — TEMER LA GRANDEZA INTERIOR

Portada foránea de la novela reseñada
Al iniciado en la lectura de ciencia ficción, siempre le recomiendan antes a JULES VERNE que a H.G. WELLS. Verne posee bien merecidos laureles que reverdecen a cada generación. Es un atavismo mecánico éste de situar al galo el primero y necesario para adentrarse en el género; en especial, como “tutor” del neófito escritor.

La gente, quien lo encomienda, ha olvidado el porqué. Semeja especie de socorrido arquetipo al que citar en momentos de apuro, o presunta erudición literaria, en una tertulia. Después, el audaz recuerda a Wells, llegando, si su conocimiento lo permite, a mencionar aun a EDGAR ALLAN POE y sus relatos “futuristas”, aunque Poe ¿no creó al prototipo de SHERLOCK HOLMES? Huh. La duda.

Muy pocos saben decir por qué se recomienda Verne antes que a Wells. Quizás porque Verne abrió la senda, en efecto, y Wells le siguió… pero tan próximo que ambos pueden compartir la paternidad de la ciencia ficción en igualdad.

Un joven y prometedor H.G. WELLS distraído un
instante del consejo de su Musa para posar en la
instantánea
Difícilmente estas personas apreciarán que se destaca a Verne por hábito más que porque inventó el Nautilus, dio la vuelta al mundo en ochenta días y… esto del centro de la Tierra… no recuerdo qué. Mira, no me agobies. Verne escribió antes que Wells y concibió en sus novelas la electricidad, ¿vale?

Los que mejor pueden diferenciar la trascendencia de la obra del inglés sobre el escritor francés resaltarán la importancia de La Máquina en la producción de cada cual. Verne a ella estaba rendido, a su poder. La describía exhaustivamente. Podía existir, funcionar aun. Wells apenas la esbozaba, apretando a correr hacia el desenlace de la novela. El Artilugio lo empleaba como anzuelo para exponer una elaborada fábula sociopolítica y qué secuelas generaba en la costumbrista población la introducción de esta Novedad.

JULES VERNE también posando para la
inmortalidad pero con aire más reservado. No
quiero ver competencia entre ambos autores,
pero creo que es obligado contrastar sus obras
Al imperialista Verne apenas le importaban las personas y casi no paró un instante a reflexionar en cómo un cañón brodignaniano que disparaba una cápsula-bala con gente dentro contra la Luna podía ayudar, o perjudicar, a la Humanidad.

A Wells, tal cañón le vale para desnudar las obtusas debilidades de su Sociedad, basada en atávicos/arcaicos convencionalismos meticulosamente apilados, como muestra LA GUERRA DE LOS MUNDOS.

Así, el joven neófito, alimentado con la profusa maquinaria y los hombres de ciencia-acción (un poco borradores de DOC SAVAGE) de Verne, cuando topa con Wells queda desarbolado. Expresa inquietudes muy distintas a Verne. Apenas es espectacular. Mas su grandeza aumenta conforme cumples años, y Verne, aunque guardándole el respeto debido, queda relegado a un plano menor.

Un grabado de la novela
comentada. Quizás sea el
joven CADDLES, víctima
del odio sembrado por el
político CATERHAM

Wells halló en la ciencia ficción un arma de largo-largo alcance que razonaba cómo un elemento X (los marcianos, la Titanoforbia de esta novela…) desbrozaba la Sociedad conocida. Sus metáforas reflejaban qué pujantes variaciones estaba sufriendo su época post-victoriana, agitada por el comunismo y una anarquía asesina que perseguía crear un caos insensato. Y dichos Cambios qué resistencia generaba.

Wells, como periodista (también El Alimento de los Dioses tiene ese sesgo de crónica-por-entregas publicada en un prestigioso dominical) ocupaba su butaca para caderas cómodas y veía la Historia mutar ante su ventana. Hoy día ocurre igual, pero creo que no somos tantos quienes lo apreciamos. Wells anotó cómo su Sociedad tradicionalista contemplaba, con creciente pavor, la innovación aportada por los inventos físicos (electricidad, telégrafo, fonógrafo…), influyendo, además, en la mente del colectivo, aturdido a base de recetas inmovilistas donde Dios aún tenía la Última Palabra de Todo, así fuese la desgracia general o la riqueza personal, haciendo, por tanto, intocable a la nobleza.

Veía también llegar, merced al Progreso que Verne ceñía a los blindados mamparos del Nautilus, personas que lamentaban, como los gigantescos HERMANOS COSSAR de El Alimento de los Dioses, su Sociedad hundida en miseria y antros desaseados, lugares que perpetuaban estirpes de analfabetos y/o maleantes, y comprendían que eso no podía seguir así, sólo por cuestión de decencia y ética elemental.

Una curiosidad; una versión cómic de
la novela, donde algo tan convencional
como un pollo podía ser un arma letal
...si adquiría cierto respetable tamaño
Quizás sea en El Alimento de los Dioses donde Wells mejor expuso sus inquietudes morales, sociales y políticas. En La guerra de los mundos sentó los principios de esta narración. Lo torturaba el Cambio, cómo podía ser una mutación desamable. Como biólogo, sabía que podía ocurrir. En esta novela, describió qué profunda erradicación de hábitos acendrados, aunque malsanos (que consignó en el trato que sufre el joven gigante CADDLES a manos del minúsculo VICARIO de Cheasing Eyebright y LADY WONDERSHOOT, a la que describe, sin ambages, como “la tirana del pueblo”), concita una reacción virulenta pese a las buenas intenciones de la Innovación. De nuevo, Wells quería cambiar el mundo merced a la educación… fracasando otra vez.

También está más desarrollado que en La guerra de los mundos cómo la introducción de un potente modificador opera cambios en la Sociedad. Allí, el autor habla, apenas, de un planeta espartano que mira receloso al Cosmos, cuyas estrellas dejaron de ser románticas candelas para transformarse en focos de hostiles especies inhumanas. Aquí, describe con mayor detalle las secuelas generales de la Titanoforbia, madre de cuantiosos estragos, situó cañones antiaéreos en emblemáticos lugares londinenses, y que las periódicas plagas de insectos, o ratas gigantes, causaban tanta mortandad.

Y versión celuloide del libro. El afiche
confirma su existencia
Wells ahondaba en el Daño que podía causar la Máquina; Verne, ni lo intuía.

Y el Cambio operado en la campiña inglesa afectaba a todo el globo, intimidando a una población hostil que admiraba con fosco pasmo cómo los Cossar, y gigantes dotados de un intelecto también aumentado por la Titanoforbia, construían artefactos increíbles capaces de mejorar el mundo… si se lo permitieran.

Negado, los Gigantes deciden, pues, como único recurso frente al exterminio dictado por CATERHAM, político con señas idénticas a la de tantos ‘líderes’ actuales, escapar de la Tierra y desarrollar su civilización en otro mundo, libres de la mezquina opresión mediocre de los Pequeños. ¡Qué grandiosa idea para 1904! Ahí concluye la novela, cuya moraleja bien podría ser que todos poseemos nuestra dosis de Titanoforbia.

Fotograma de ese filme; sus autores fueron a la carnaza, a
los bicharracos gigantes, ignorando todo el contenido
moral, social y político que engrandece e inmortaliza
la novela
Y que podemos/debemos emplearla para crecer, progresar, mejorar. Es casi obligatorio. Pero este mundo, regentado por anquilosados pigmeos tradicionalistas, nos lo impide. Hacerlo es exponerse a la envidia, el ostracismo, la marginación. Y ¿quién acepta este destino, voluntariamente…?

Vuestro Scriptor.

Relacionado:

martes, 2 de julio de 2013

LOS INCREÍBLES — SON NECESARIOS

El afiche recoge a lo más granado del
elenco de esta producción PIXAR
Más que un documento gráfico que homenajea a concretos y reconocibles iconos de la historieta mainstream de superhéroes, hábilmente modificados para evitar enojosas demandas de plagio, o cosa parecida (el mundo está sembrado de tiquismiquis incapaces de advertir qué gratuita y masiva publicidad se hace así de su creación), o aventura vibrante y bien urdida con tintes bondianos, BRAD BIRD, su realizador, efectúa una elegante denuncia contra el pantano de mediocridad donde una estudiada “pedagogía” está sumergiéndonos.

BOB PARR (alias MR. INCREÍBLE) lo enuncia cuando, exasperado, informa a su esposa, ELLEN (ELASTICGIRL —interesante elección de superpoder: la flexibiliza al cambio—), que se celebra todo lo trivial del mundo. Nadie con habilidades conspicuas, o talento superior al habitual, puede demostrarlo; debe ocultarlo, confundirlo, con el mismo pelaje de incapacidad que exhiben todos, a fin de no herir la sensibilidad de la mayoría que, en bastantes casos, no es mejor por mera desidia.

MR. INCREÍBLE, entonces respetado, alecciona con
aspereza a BUDDY PINE, incubando así un peligroso rival
Una de las más grandes y frustrantes contradicciones con las que topa el opositor a un empleo es cuando su CV o experiencia se rechaza por estar “demasiado cualificado” para el trabajo. Pero ¿en qué quedamos? ¿No quieren eso? Al mejor. Al más preparado. Constantemente nos solicitan una formación superior-excelente porque sólo los excepcionales lo consiguen. ¿Ahora debo mutilar todo mi esfuerzo en nombre de… de… una mediocridad carente de impulso y/o ambición, que desmiente lo que los pertinaces anuncios de las academias formativas pregonan? ¿Qué contrasentido es este; de dónde sale? ¿Quién lo impulsa?

Años después, es BOB PARR (Mr. Increíble) quien recibe
broncas... de lo más insignificante y ruin de la Sociedad
El mayor esfuerzo, finalmente, del supervillano del filme, SYNDROME (ese VEGETA pecoso), es sumir al mundo en tal uniformidad que a nadie permita destacar. “Cuando todos sean super, nadie lo será”, afirma al Mr. Increíble preso en su isla con el pintoresco barroquismo de la guarida de un adversario de JAMES BOND.

Y esa es la principal bestia contra la cual combate la plétora de superhéroes que aparecen en la cinta: la uniformidad de criterios, conceptos, ideas, aun poderes. Como en BATMAN, THE DARK KNIGHT RETURN, o WATCHMEN, la inmensa presión social (de los uniformes, de los negados) obliga a los enmascarados a retirarse, fundirse con un magma anodino compuesto por seres anónimos que no despuntan sobre sus vecinos en nada; respetan cierto “código” de conducta, efectuando iguales actividades que mantienen terso el cuero de la Sociedad.

Y surge la oportunidad de desahogarse, de volverse a sentir
necesitado, útil. Mr. Increíble se esfuerza a fondo
Pero no puede contenerse tamaño potencial, al menos en el caso de Mr. Increíble, que aún debe acudir al rescate siempre que ve algo que barrena su noble y generoso sentido del Bien. Consiguió arrastrar a FROZONO, su mejor amigo, a este juego no exento de peligro, pero en Frozono el virus del “sé como todos” tiene mayor calado y va aceptando su nueva vida gris con mejor resignación.

ELLEN PARR (otrora ELASTICGIRL) no comparte el
entusiasmo de Bob, su esposo, por el superheroísmo. Esos
tiempos pasaron. Le da grima aún el canto a la grandeza
que EDNA MODE esgrime al evocar aquella época. Ellen
perdió la máscara y, por tanto, también la confianza
Ellen sí la ha asumido del todo/completamente. Su genética se ha aliado con esta orden tácita de “anonimato vulgar o muerte” y acepta con gran entusiasmo su existencia de ama de casa laboriosa y responsable. En ella, la infiltración de su “nueva condición” es más profunda.

En un mundo donde se condena ser “ama de casa” (algo muy respetable y en absoluto denigrante; todo lo contrario) por las feministas-hembristas como una tara/atavismo menospreciativa, que subyuga a la mujer, ella lo abraza con agrado. La ha dado las riendas que permiten contener al grandullón de Bob y sus afanes de superaventurero. Ser honrado padre de familia tiene virtudes que terminará viendo.

El antiguo Buddy Pine es ahora Syndrome. "Voy a freírte
los sesos, SON GOKUH, digo, Mr. Increíble"
Mas lo ama lo suficiente como para ignorar que esto está también ahuecándolo. La identidad civil de Bob, embutido en empleos sin estímulo que lo obligan a soportar (a él, a Mr. Increíble) a mezquinos jefecillos de estatura moral aún inferior a la física, no está “normalizándolo”; peor: empieza a borrarlo, a difuminarlo. Va perdiendo color y entidad. No ha nacido para ser otro gestor de reclamaciones (Bob sin duda opina que existen cien mil mejor preparados que él para el honroso empleo), encajonado en un cubículo gris claustrofóbico. Existe para combatir colosales Amenazas Maestras como la que Syndrome termina representando.

Un flipe superar la velocidad del sonido... corriendo, como
descubre el muy capacitado DASH PARR, decidido a
socorrer a sus padres
La desesperación de Ellen aumenta cuando ve a DASHIELL, su segundo hijo, seguir los pasos de su padre sin recato. (Otra consecuencia genética: ellos, cazan; ellas, cosechan.) El chaval está en “esas edad” además, y tiene un ímpetu de naturaleza incontenible incapaz de entender por qué no puede manifestarse.

Quien sí aprendió perfectamente la lección es la primogénita de los Parr, VIOLET: es transparente. La han inculcado tan bien la materia 101 NO DESTAQUES que se vuelve invisible. Anodina de apariencia, apenas cuenta para nadie; confina las riñas juveniles al ámbito doméstico donde, a su vez, las expresa como auras de fuerza que indican otro deseo de estar embotellada, enclaustrada. Contenta a mamá. Contenta a la Sociedad.

La familia que combate el crimen unida..., etc. Interesante el
superpoder de VIOLET PARR, más que un guiño a SUSAN
STORM RICHARDS
El peque de la casa, JACK JACK, aún tiene que demostrar sus talentos, manifestados en el oportuno momento de ser secuestrado por Syndrome. En la mejor tradición del cómic, éste le quiere para educarlo como su adlátere y así, desde algún opaco y remoto refugio, conquistar el mundo. ¿Podrían impedírselo? Las naciones caerían, desnudas de defensores, campeones o vengadores con fantásticos poderes X que se les opusieran.

Un ambicioso y vengativo intelecto como el de Syndrome, aquél joven fan de Mr. Increíble que quería combatir el crimen a su lado merced a sus gadgets, quizás fuese invencible. Arrasaría.

Y, como Mr. Increíble acaba descubriendo, quizás la mayor
aventura de su vida sea la de formar parte de esta familia.
Eso contiene un inmenso valor con frecuencia desdeñado
Fresca, inteligente y divertida fusión de distintos géneros que el espectador fácilmente reconocerá, Los Increíbles es también un lúcido cumplido a los cómics de los cuales sus responsables supieron cribar lo mejor. Me sorprendió que estos Increíbles no temieran matar, llegado el caso. Cierto que, directamente, no aniquilan a nadie; están aquí para proteger vidas. Pero no caen en el estúpido de hacer un malabarismo absurdo que salvara también al villano, como en tantas historietas. Si andas mal, acabarás peor. Los Increíbles también tiene este agradable punto de madurez que la separa de las ñoñerías que terminarían perjudicándola.

No siempre todo lo igual, lo mayoritario, es bueno. Necesitamos héroes, nobles modelos de conducta que estimulen nuestro progreso. Debemos disentir con esta “moderna pedagogía” que ensalza lo mediocre y lo anodino y no avergonzarnos de nuestros talentos, especialmente cuando éstos sirven para hacernos mejores.

Vuestro Scriptor.

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