viernes, 30 de junio de 2023

INVENCIBLE (TOMOS V y VI) — FATHER FIGURE?

 

Portada tomo V. Cañero, el tío
es cuando se pone a repartir estopa..
Problema: cuando decide hurgar en
su adolescente día-a-día, chungo.
Aunque debe marcar eso de tener
un padre genocida cósmico y una
madre alcohólica y eso los autores
quieren asimismo explorarlo

En estos dos tomos poco he visto que justifiquen la exacerbada notoriedad que diversas fuentes le han dado al serial. Esas opiniones me han inducido la sospecha que nuestra presente Zoociedad es como un producto Burger King o McDonnalds, alguna de esas comidas rápidas-hypercolesteradas televisivas: efímera, olvidadiza, aunque con una sazón de buen paladar. Empero básicamente: superflua-ignorante.

Yacen los únicos méritos de esta narración gráfica de ROBERT KIRKMAN y CORY WALKER (y lo que el ilustrador RYAN OTTLEY aportara, que esto quede claro: guionista y dibujante mantienen constante comunicación que perfecciona —o puede deprimir— la obra en la que trabajan; a ver si los iluminados Iluminati trotskistas de Tebeosfera se enteran de una vez por todas, que, para ellos, los TBOS se cultivan en un huerto almeriense, recolectándolos quince días después) en que Invencible es sólo un DRAGON BALL norteamericano.

Intuyo se reunieron, garlaron de lo lindo sobre el concepto, y alguien dijo: Puta hostia, ¿por qué TORIYAMA AKIRA puede destruir planetas con un tío pelopinchos que, en la esencia última, es SUPERMAN, y no nosotros? Superman o THOR andan siempre rompiendo alguna roca, atravesando algún (desocupado) edificio, dándose de galletas en Times Square, cascando el escaparate de una cafetería antipática, volcando coches. ¡Hostia puta! ¡Hagámoslo! ¡Destruyamos a LO GRANDE!

Y, en el Tomo V, destruyen pero bien, en serio, mas destrozan a lo SON GOKUH, porque la historia que relata el padre de Invencible es la de Gokuh: Mira, nuestra raza son conquistadores estelares; tenemos superpoderes, vamos sometiendo/arrasando, a mí me asignaron la Tierra, aunque, en vez de darme un cosqui colosal de bebé que me instaló los circuitos craneales en BENEFACTOR, me enamoré de la que es tu madre. Cambié.

Admitir si reparos la longevidad
del serial. Importante se ve la
importancia de la hoy denostada
figura paterna en esta saga

Si bien durante años ha estado presionándome Presionánd0me PRESIONÁNDOME el prurito de ¡CONQUISTA O MUERE!, que he conseguido aplacar cargándome a este tío, a lo bravo, y por desgracia ante ti, que así has descubierto mi auténtica naturaleza.

El chaval (Kirkman explota un recurso que parece eficiente al máximo: la adolescencia del héroe, sus contrastes sociales/hormonales, lo dificultoso que a alguien que puede doblar vigas de acero, ¡MÁS ACERO!, debe hacérsele soportar al matón carajote del instituto, o sea, el primer SPIDER-MAN —e imagino que el original SUPERBOY, el que no es bujarra—) sin embargo ha crecido en un entorno familiar burgués-venturoso y colapsa; se fuerza a enfrentarse a su padre, quien no le administra el viático de potra.

El Tomo VI recapitula todo eso, y mucha parla Parla PARLA sin parar. Aburrido, porque, todo trata del tránsito del instituto a la universidad, de la novieta (con superpoderes, ojo), el compi un poco capullo, blablablablá…, aliñado con el inquietante hecho de que Invencible no obra samaritanamente motu proprio, sino está integrado en un equipo secreto gubernamental que puede enviarle a invadir un país que Norteamérica considere enemigo... de $u$ intere$e$… y debe obedecer, sí o sí.

Y, sí, esos amores adolescentes.
Lo demás es una galería de ecos
de personajes Marvel o DC para
nutrir los episodios

Invencible sólo destaca, o lo pretende, por la crudeza hyperviolenta de diversas viñetas. Es de la “nueva ola” iconoclasta que, a voleo, impuso MARSHAL LAW a comienzos de Década 90 y que, a voleo también, perpetuó SAVAGE DRAGON. Ottley cumple sin más, al menos, en estas páginas que reseño. He visto otras en que se nota que un entintador ha “fusilado” sus lápices realzando su esquemática línea. Es buen dibujante, quiero decir, con recursos, soltura, línea a caballo de la caricatura-el naturalista, que aun así gana más todavía con el trabajo que el entintador le aplica a su trazo, insisto.

Desde esta honesta perspectiva, dejo a elección del caveat lector querer o no adquirir esta saga. Puede que, más adelante, esto mejore más… o lo contrario.

viernes, 23 de junio de 2023

EL PRECIO DEL PODER — LA CAÍDA DE LA MANSIÓN MONTANA

 

Afiche, eficiente por su simple
presentación. No pienso entrar 
a valorar carajotadas sobre la
elección de los colores y tal

Un excesivo AL PACINO protagoniza este filme de BRIAN DE PALMA, basado en un filme de cuando DOC SAVAGE. Hace elogio a la hyperviolencia estética que, a modo, SAM PECKINPAH “instaurara” en GRUPO SALVAJE. Los 80 estaban por romper techos de cristal, mojigatos prejuicios y señalar de manera descarnada diversos problemas que, hasta entonces, los citados prejuicios habían anublado/anulado por mor de un concepto del Comité HAYS sobre la moralidad en el cine y el puritanismo luterano norteamericano en general. Y este filme fue uno de tantos arietes al respecto.

Muestra: el escritor JOHN IRVING abandonó la proyección durante la escena de la motosierra; ejemplifica lo “hipócrita” que esa cultura, de “esto no pasa ni en pesadillas”, empero ocurre y en peor dimensión de la supuesta (los asesinatos investigados de la Mafia consignan el prolongado sadismo de algunas ejecuciones). Es una negación de una realidad que palpita a nuestro lado, y no desaparece ignorándola. Es eso de “si no buscas problemas, los problemas te eludirán”; es dudosa regla, pues si el problema quiere ir a por ti, irá.

Y negar desertando de la sala según masacran en pantalla a un tío con una motosierra no ayuda; ni decir que son desagradables excesos de calenturientas mentes cocainómanas (la de OLIVER STONE, en este caso) y que la vida real es como uno de esos patéticos westerns de los Cincuenta, que con el único tiro podías abatir a un menda a cien metros y prevalecía el impoluto cow-boy del sombrero bianco como auténtico/único defensor de la justicia. Es de una aterradora ceguera, porque el andoba de la motosierra te entra en casa cualquier día y con negarse a admitir su existencia, no desaparece.

MICHELLE PFEIFER, antes de CATWOMAN,
fue cocainómana novia de cocainómano a punto
de perder la olla

SCARFACE denuncia los graves problemas del abuso de las sustancias controladas; la coca, en boga durante los 80, la droga estilosa (casi constante denuncia que hacían en MIAMI VICE) que te situaba en la más alta órbita social, y cuyas secuelas no suponían fuesen tan dramáticas como la heroína, sucia por lo de inyectársela, era un espejismo del que podías despertar en la más trágica situación.

Mas era eso: lo social, en boga. Además, países anticomunistas contaban con el beneplácito de la ADMINISTRACIÓN REAGAN mientras zumbara a los rojos. Cuando el megalómano e incestuoso TONY MONTANA (cuan otro RODERICK HUSER) desborda Miami con toneladas de coca y dinero de la coca que no sabe dónde meter, o cómo gastar, sin llamar la atención de LOS INTOCABLES, advirtieron que el problema era de incontrolable gravedad. Porque los consumidores ya no eran los chics de las fiestas donde acudían SONNY CROCKETT y RICARDO TUBBS; era tu hijo/a. Quedaban hechos harapos por el consumo. Hay que eliminar esta mugre de nuestra bandera cuajada de estrellas… sin soliviantar a los Gobiernos colaboracionistas, claro. Equilibrio complicado/imposible.

La película muestra que el crimen, pese a todo, rinde. Sólo cuando Tony M esnifa sin parar (algo le advirtieron evitase), paga sus culpas. Lo abandonan y condenan los mismos que nutrían con el infausto tráfico los Gobiernos colaboracionistas que, con la anuencia reaganista, complotan para matar al que denuncia la monstruosa dimensión del negocio. Tony M no supo hacerse útil; por tanto, murió. Sus compinches perduraron en el negocio.

Mira, mamá, estoy en la cima del mundo. No pude
follarme a mi hermana, empero me vengaré en
todas esta cucarachas que invaden mi palacio. Y
así acaba uno de los potentados que movían el
mundo mercadeando con las drogas

La polémica sobre legalización/ilegalización de drogas está envenenada; apelan a que legalizar controlará el negocio (reportando, de paso, pingües réditos al Estado); ahora, ilegalizada, es un Miami Vice harto conocido por todos. Soslayan, sin embargo, el que una Sociedad drogada es sumisa, indolente. El Estado les someterá negándoles el vicio, y dóciles aceptarán cuanto legisle siempre que permitan sigan flipados. La salud del drogota les importa un carajo. Procuran destruir su raciocinio, mente, voluntad, albedrío. Rebeldía. Por eso debes oponerte a la legalización, pese a lo que sus sirenas afirmen. Porque persiguen imponer una dictadura cuasiperfecta e incruenta.

viernes, 16 de junio de 2023

SICARIO — EL OSCURO OLIVER TWIST

 

Portada. Historia desgarradora
 a ratos sobre una realidad que
los izquierdopopulismos 
de Hispanoamérica ni piensan
solucionar, sino ahondar...
culpando de paso a España,
donde hay verracos de su cuerda
que les aplauden

Hace bien ALBERTO VÁZQUEZ-FIGUEROA al decir que esta novela debió terminar en esa especie de happy end que urde tanto para el anónimo protagonista de esta crónica (prefiero no darle el nombre que consta en el libro) y a su también sufrido camarada de pillerías. Aviso a quien no lo haya leído que esto puede reventárselo, empero el mismo lector apreciará que mi aseveración es exacta. Cuando Anónimo se mete a traficar con coca en Miami (cuando CORRUPCIÓN EN MIAMI), la historia pierde interés. En el empeño por demostrar que el Sueño Americano tiene más de pesadilla que del ensalmo como su cine o TV en producciones específicas pretende vendérnoslo, las aventuras se ven forzadas, irreales.

Esa parte, algo menos del último cuarto, encima aprecias está escrita “por pelotas”. Como si alguna regulación interna de producción del autor delatase: Oye, faltan ciento ochenta páginas. Rellénalas con lo que sea. Le arroja unas cuantas frazadas de palabras, algunas flámulas de vivencias y unos nubarrones de adjetivos que, sin parar, remachan la idea de: Debiste dejarlo en Colombia, macho. Iba bien. Era un dramón social dickensiano en la tierra de la cocaína y las mierdas golpistas procomunistas-anticomunistas; tragedia de sujetos prisioneros de salvajes atavismos que los Conquistadores nunca pudieron inculcarles a la población indígena, o mestiza, que lleva a los padres a abandonar a sus hijos en el banco de cualquier parque para perderse en las marañas de las urbes colombianas, donde reanudar la familia… Y, si pintan bastos, volver a dejarlos.

El prolífico ALBERTO VÁZQUEZ
FIGUEROA, arremangado para
lidiar con otro manuscrito

La historia es descarnada en más de un sentido; Vázquez-Montalbán rehúye el perifollo innecesario del gótico o el romántico; se ciñe al vibrante y escueto relato “biográfico” de uno de esos tantos niños salidos de la más profunda ignorancia y miseria de unos países que querían independizarse de la Corona Española y están acabando peor que en ese “brutal colonialismo” que denuncian. La más despreciable dictadura y los más enloquecidos líderes populistas barrenan y socavan el rico continente sur americano, empobreciendo a sus ciudadanos, mas encontrando en España, entre políticos no menos mefíticos (de izquierdas), un tan cínico como vergonzoso respaldo y comprensión.

El menudo, desnutrido y afeado narrador cuenta cosas que DICKENS habría adornado posiblemente lo suficiente como para no alterar el sentimiento victoriano núcleo de la Era de la Moral, donde tales ejemplos sin embargo eran habituales. Mas se imponía no escandalizar a la Sociedad de la crinolina. Vázquez-Montalbán procura ser notario de algo que es actualidad, y no sólo en Colombia. El presunto progreso que estamos viviendo no tiene el carácter universal que pretenden creamos. Beneficia a unos pocos… e incluso ésos empiezan a sentirse mordisqueados por las carencias.

Por sutiles "indirectas" en el
relato... ¿la fuente de la novela?
¿

Pese a las bestiales situaciones en que se implican nuestros dos esforzados protagonistas (el tiroteo indiscriminado, la montería policial a cargo de según qué intereses, las luchas tribales, aceptar volverse asesino a sueldo —un sicario sui generis, pues es de los de “maté a quien lo merecía”, argucia del escritor para hacernos más simpático al sujeto; mostrar que tenía corazón, pese a todo—), consiguen mantener un elevado estatus moral y saben salir de la mugre y la drogadicción. Ejemplos que les rodeaban les alertaban del peligro que supondría exponerse a tales vicios, los cuales sólo empeorarían su ya muy deplorable situación en una gran ciudad sin corazón o paciencia con los desvalidos.

Este sayón, ¿producto de nuestras costumbres, o sólo víctima de nuestro agotamiento? Puede. Precisé no es un psicópata desalmado que mata por obtener un íntimo placer personal. De eso, Vázquez-Montalbán le indulta. Aunque, por lo de que el bien debe triunfar, le aplica el castigo divino, identificado como el tumor fatal que le consume.

viernes, 9 de junio de 2023

PREDATOR — EL PEPLUM DEL ALIEN

 

Afiche, venga. Frente a conceptos de
los extraterranos en plan
trekkie, o
pacíficos-semidivinos, rompen taquilla
con un concepto más básico y pasional,
que el espectador común comprende

Situémonos: comienzos Década 80 (tumultuosa y brillante, pese a sus graves sombras). Un tiarrón como un almacén de ladrillos protagoniza CONAN, EL BÁRBARO, sobre la cual después podemos disertar cuanto queramos. Pese a sus premios del culturismo y diversas y titubeantes actuaciones en filmes como HÉRCULES EN NUEVA YORK o el episodio de LAS CALLES DE SAN FRANCISCO, se trataba sólo de un cachas tipo STEVE REEVES o GORDON SCOTT, reyes del peplum. ¿Podía tomarse en serio al forzudo, con tamaños italianos antecedentes? Porque el peplum estaba kaputt. Y ¿con qué nos vienen en la era de LA GUERRA DE LAS GALAXIAS? Con épico peplum.

Basado en un personaje de TBO (porque lo de los cuentos de ROBERT E. HOWARD era para espabilados que estuvieran al loro de estos temas. El resto, in albis; no existían internet o Gloogglee, ideas locas imposibles de vivir fuera de la ciencia ficción), la mejor manera de acceder/conocer al personaje, JOHN MILIUS sorprende con una tenebrosa visión violenta de un culturista del Remoto Pasado que, atención, hará escuela. ¡Las “secuelas” italianas aparecerán en corto espacio de tiempo!

Así Schwarzenegger atrae atención sobre sí. Llega Conan, EL DESTRUCTOR, que es casi su Reverso Tenebroso. Carente de las previas y estéticas cotas de filosofía y misticismo, es una comedia con personajes cargosos y una estereotipada villana. De peplum chungo. Y, de golpe, TERMINATOR. Palabras mayores. Empero, claro, ese Conan el Destructor, más la "homófoba" EL GUERRERO ROJO, más EJECUTOR… como que amenazaban su carrera.

Todos estos cachas perdidos en una jungla casi
impenetrables enfrentados a algo que les hace
cagarse de miedo. De nuevo, muy esencial, muy
masculino, tocando fibras elementales del
público que reacciona con entusiasmo. Así eran
en los 80. No transnenazasWOKE como ahora

Mas Predator consagra al austríaco que nos obligó a pronunciar su escabroso apellido. La idea no tiene apenas originalidad; es casi otra versión de LA COSA o todas esas baratas películas de alienígenas invasores de una forma u otra. Puede hasta verse Predator como una revisión, a su vez, de ALIEN, la claustrofóbica cinta (origen de otra suculenta —y manoseada— franquicia) de RIDLEY SCOTT. Mientras explorábamos los angustiosos pasillos tenebrosos de la Nostromo, Predator sucede bajo los amplios palios de la jungla centroamericana. A plena luz, vaya, en espacios muy abiertos que, sin embargo, la tupida maleza se las apaña para acotarlos, hacerlos… claustrofóbicos.

Predator “evoca” aun a RAMBO; imagino no debo referir, a estas alturas, el contenido de la popular producción que independizó a Schwarzenegger de los bodrios (a los cuales “regresaría” en ocasiones) y poder elegir sus papeles a gusto, por no mencionar el ca$h; cada músculo suyo suponía un millón de dólares. Incluso Predator se enriquece de una época menos controvertida, más libre, sin la WOKEangustia, el transinclusivismo y el censor neopuritanismo de izquierdas actual, dogales para la creación. Encima, el reaganismo logró arrodillar al comunismo, conseguir que el ancho mundo respetara más Más MÁS a los EE.UU., y sus personajes de la pantalla de plata remachaban esa certeza.

Y, por fin, el enemigo da la cara. Jugó
al misticismo, la superstición, el suspense
para prevalecer. Este ser estaba en la onda
de regenerar el concepto, ya pútrido, del
extraterrano, iniciado co
n ALIEN

No obstante, el concepto del básico barbarismo impregna Predator. Pese a llevar un poderoso arsenal, el grupo de avezados guerreros que Schwarzenegger comanda va cayendo sucesivamente ante una criatura, a su vez provista de una sofisticada panoplia, que se rinde a un estímulo primordial evolutivo: la caza. Escoge a sus víctimas valorando su potencial como rival. No quiere a cualquier mindundi. Necesita un enemigo que permita proporcionarle un trofeo con el cual fardar entre otros de su raza, asimismo duchos en la batalla planteada.

Schwarzenegger, para sobrevivir, debe recurrir a métodos propios de Conan. Y su rival, el alien “invisible” (una idea que se vio intensa/innovadora), no aprovecha las grandes ventajas que le brindaban sus equipos; decide satisfacer sus pasiones viscerales en un brutal mano a mano. La conclusión, o moraleja, a sacar de esta cinta es que el triunfo pertenece al barbarismo, y los refinamientos, técnicos o armamentísticos, son meros bibelots que pueden incluso obstaculizar la victoria.

viernes, 2 de junio de 2023

CAMPO DE BATALLA: LA TIERRA 2 — ¡ESCAPEN! ¡IGNOREN!

 

Añeja portada, de los 80 lo menos.
¡Apartad, JESUCRISTO, RAMBO!
JONNIEGOODBOY TYLER
lo puede todo ¡con un brazo
escayolado a la espalda! ¡No!
¡Es poco! ¡Ambos!

Este voluminoso artefacto (lo escribo en su más despectivo sentido) está destinado a inflar el ego de su autor, el inefable “Papa” de la Cienciología L. RONALD HUBBARD, y punto. Ignórese cuanto digan de su pretensión de hacer el más extenso relato de ciencia ficción (superar el millar de páginas). Todo lo hace para su mayor adoración gloriosa.

Esta secuela está dividida en dos partes, aunque aparezca como una unidad; sólo la primera merece algún interés... con reparos. La segunda es tan trivial, jactanciosa y soporífera que deviene al más puro tedio e insustancialidad. Es una (innecesaria) derivación estilo “dos tipos hablan mucho en un despacho” donde Hubbard amontona cansinas chorradas y suspenses baratos que pretenden ‘electrizar’ al hastiado lector para que no abandone la lectura. Que lo acabas para jamás volver a leértelo, ojo.

[Consideraba cúspide de ese desparrame de presunciones, aspavientos y torpezas a LOS JUGADORES DE NO-A; mira por dónde: lo superan.]

Hubbard, hinchado como un sapo, sospechas que, con esto que parece su opus magna, quiso realizar un colosal homenaje a la ciencia ficción a su gusto; primero, dedicó amplio espacio a la acción, al modo TROPAS DEL ESPACIO (más que a lo DOC SAVAGE o JOHN CARTER, a quienes tanto TANTO debe, y cuyos autores le anulan), para embarcarse luego en los fárragos de la paradigmática in-acción clase FUNDACIÓN.

Esa sabia expresión semijovial oculta un jolgorio
íntimo. ¡Cómo os la he colado, chavales! Lo
acertasteis: L. RONALD HUBBARD

Abundante juego de despachos, intrigantes, antropomorfos extraterranos, angustias para el inagotable protagonista, JONNIE GOODBOY TYLER (mesiánico —ya la cagamos— “buen salvaje” roussoniano, modelo del joven norteamericano ciento por ciento J. C. LEYENDECKER, que TODO lo resuelve, lo puede, lo idea; dependen de él hasta para establecer horarios para cagar; no divide el Mar Rojo, camina sobre las aguas o multiplica panes y peces a destajo por ser de una modestia excepcional), secundado por su rol de exasperantes secundarios maniqueos, caracterizados por este rasgo: la oquedad.

No tienen una puñetera iniciativa propia que Hubbard, el JEPETTO de la máquina de escribir, no les induzca antes. (Algunos personajes, de golpe, “hacen algo” no planificado y dimensionan la obra —GABRIEL T es maestro en eso—.) Son sujetos por entero góticos: sin dobleces, discurso interno, psicología, deseos íntimos de obtener algo que no sea la gloriosa victoria sobre los PSICLOS. Hubbard los guarda en una taquilla, ¿vale? Idea una escena y saca, o introduce, en la taquilla a tal o cual tipejo, idóneo para el momento. ¡Tocapelotas el SIR ROBERTO EL ZORRO de los cojones! ODIOSO, como el CORONEL IVÁN, producto del concepto reaganiano de sometimiento de la Unión Soviética al poderío USA, encarnado por el vestal Jonnie. Porque esa es otra: con su novia, otra sufrida DALE ARDEN, intimidades físico-románticas: mínimas-nimias/ninguna.

Afiche de la también añeja cinta.
Ah, cómo acaba echándose de
menos al personaje de JOHN
TRAVOLTA

¡La mujer de su vida puede morir, y Jonnie preocupado por lucir modelitos tipo ELTON JOHN ante una conferencia de embajadores alienígenas! Manda wevos, L. Ronald.

El verdadero personaje cojonudo es el retorcido, conspirador, malvado, teatral TERL, ése que JOHN TRAVOLTA encarnara en la película, especie de émulo de EL PLANETA DE LOS SIMIOS. Apenas desaparece, termina la novela. Cuanto sigue es bodrio insípido, constante parva Parva PARVA para nuestra frustración.

Esperas que, cuando Terl regresa a Psiclo, monte allá follón, los psiclos preparen un contraataque, como el Imperio, y prepárate, Jonnie. Si nos creías malos antes, ¡ahora arrasaremos! Nanay. Peor: Hubbard borra de la historia a los psiclos restantes en la Tierra, casi una cuarentena, aunque posean cierta importancia capital en la trama, hasta casi el final (casi cuatrocientas páginas). A cambio, ocurre lo siguiente, estableciendo ese segundo ciclo que considero innecesario… en este libro:

Diversos planetas hostiles codician la Tierra; sitiándola con naves, desencadenan un ataque sobre la escasísima población humana. Mientras esperan encontrar, por esos Mundos Exteriores, a “él” (léase, mierda mesiánica. —Lo adivinaste, caveat lector: “él” acaba siendo Jonnie, ¡cómo no!—). Nadie en la plana mayor del puñetero Goodboy sugiere preguntar a los psiclos cómo, qué, de qué van, esos belicosos feos cósmicos, a quienes tenían dominados. Pero porque es innecesario: ¡ya está Jonnie ahí para resolver el horrible trance! Lo que él no haga… (No puede resucitar gente, vaya por Dios.)

Otra cubierta que refleja la naturaleza arrogante
de un "personaje modesto". Lo extraño es que el
sudor de Jonnie no cure el cáncer

Esto viene a ser como si LUKE SKYWALKER, aparte de vérselas con el Imperio, ¡además huyera del Imperio chino de MING de Mongo, el Imperio chino de BUCK ROGERS, lo CYLONES de GALÁCTICA, PREDATORS y ALIENS si se tercia! ¿Podría Luke con tanta matraca, por mucha Fuerza que le acompañara? Imposible sin caer en el absurdo, cosa que le pasa a Goodboy. Pero Jonnie… ¡puede! Es mil Skywalker puestos en fila, y tres mil John Carter seguidos. ¡A todos los supera! ¡Y no viene del planeta Krypton!

Esta inefable novela debió publicarse así: cerrado el ciclo Psiclos, empieza, en obra aparte, a reunificarse y restaurarse el poder humano, donde Hubbard puede desarrollar las vicisitudes bancarias y políticas fundacionales (a lo primer DUNE) que enfangan el libro. Pero, lo junta todo.

Fotograma de la película. El actor no supo verle
el carácter mesiánico; por eso muestra ese 
desconcierto. ¡Le era imposible hacer milagros!
Era mero intérprete humano...

Quizás actuó así porque temió que nadie leyese esa plúmbea secuela burocrática, y la anexionó a la guerrera, como medida desesperada. Porque esto sí manda wevos, entre tantas tocadas de pito: los psiclos llevan un año (¿terrano, galáctico, de cada planeta citado?) sin dar señales de vida, ¡y nadie vuela a Psiclo a ver qué ha pasado, si perduran o se ha roto su yugo por fin! Qué impericia narrativa ésa, Hubbard. ¿Y aún te encumbran?

Y si hablara de la deficiente traducción...