viernes, 26 de mayo de 2023

MÁS ALLÁ DEL VALOR — LA VIEJA CICATRIZ REZUMA

 

Afiche foráneo, simbólico sobre
el contenido del filme: nadie queda
atrás; a nadie se le abandona.
Aventura dramático-bélica que los
WOKEespabilaos de hoy día no
tardarían un instante de tachar de
alarde misógino. Qué sabrán esos
miedosos del honor y la lealtad

RAMBO, secuela de ACORRALADO, consiguió mejor internacionalizar una cuestión que debía seguir trastornando a Estados Unidos; aunque no sé hasta qué punto la nación patria de la tarta de manzanas realmente estaba angustiada con esta cuestión concreta. Sospecho debía seguir habiendo un enconado sector del populux que seguía considerando vital VITAL resolver el asunto: devolver a las cultivadas graves planicies de Kansas a los prisioneros de guerra cautivos aún en los arrozales del Sudeste Asiático.

Eran sus hijos, hermanos, en algún caso, hasta padres. El avatar del conflicto los dejó presos en pestilentes campos de prisioneros sin poder contactar con el exterior, sin posibilidad de reanudar la relación con los suyos, sin permisos de visita como los de las prisiones convencionales. La comunista Vietnam, o Laos, se limitó a esclavizarlos almacenados en gulags selváticos, permitiendo murieran de cualquier miserable manera.

Rambo excitó la imaginación de esos parientes, de ese delta de norteamericanos, al poner a un superhombre del combate en acción vengando la clamorosa afrenta que suponía HABER OLVIDADO a esos hombres, hacer como si nunca hubiesen existido, pese al máximo sacrificio que enfrentaron entonces. Es notable baldón para el espíritu de cuerpo de un Ejército que abandones a los camaradas, más tras haber cumplido de firme. ¿Quién quiere ir a la mili cuando sabes que tus mandos te van a dejar tirado cuando les pinten bastos, traicionándote largándose en sus helicópteros, apáñatelas como puedas? Nadie. Muy masoca debe serse para aceptar alistarse en esas condiciones.

El coronel retirado RHODES; desencantado con
la cobarde frivolidad de la diplomacia, tenaz pone
pies en pared y ¡ejecuta! Aúna pensamiento a
acción... tras convencer a otros a seguirle

Los políticos… bueno, ya les conocemos. Se refugien tras las siglas que sean. Ellos habían metabolizado el problema evacuándolo como que no podían reiniciar las hostilidades por un puñado de MIA; imposible gastar millones, y vidas, en fantasmas. Un político no tiene entrañas, sólo rapaces instintos que abonamos votándoles. Pero, para un soldado… un oficial y caballero… intolerable aceptarlo.

El retirado coronel RHODES lo asume así. Y, en la ficción al menos, JOHN MILIUS y TED KOTCHEFF resuelven el tema. Actúa con una inteligencia que desaprovechó SYLVESTER STALLONE, pese a ser notable dramaturgo cuando desea. La trama de Más allá del valor tampoco excluye esos elementos superheróicos tan caros a Norteamérica, tan hambrienta de sus autóctonas mitologías artúricas, que le libren al fin de las importados de Europa por los inmigrantes. Un obstinado hombre maduro, moralmente bien orientado, forcejea con una farragosa burocracia que ODIA hacer algo por los olvidados, su hijo entre ellos, pese a ser sangrante problema para la estima nacional. Porque para la honra norteamericana, Vietnam, notable fracaso, derroche de recursos y vidas, es vergüenza que esperan sepultar. Aunque la honda cicatriz sea imborrable.

Las distintas Administraciones no querían solucionar nada, haciéndose los diplomáticos y tácticos, buscando demorarlo todo más Más MÁS para que el tiempo aplicase otra capa de mugre sobre el problema que anestesiase a la población. Para Rhodes: no hay olvido.

El variopinto comando, compañeros de su hijo,
hombres traumatizados y señalados por su
participación en la impopular guerra de Vietnam.
No sé hasta qué punto recicló STALLONES esta
idea /de los guerreros rechazados) para montarse
la franquicia de
THE EXPENDABLES

Harto, emprende la hazaña. Reúne a un equipo de veteranos angustiados con lo que allá sucedió (el estrés postcombate que más palmario Stallone reflejó en Acorralado) y les da la oportunidad de volver para ganar. Demostrarse que ellos no fallaron, sino que fue la política. Más allá del valor no es una incitación a Estados Unidos para que retome la guerra de Vietnam, sino una salida a la lesionada estima de hombres desalentados, de redención para su orgullo herido. Pax para el ansia de Rhodes.

La inteligencia de la historia está en que Rhodes pierde. Su comando queda diezmado. Distinto a lo que después haría Stallone en Rambo, obteniendo la victoria total sobre aplastantes fuerzas mejor equipadas, cuanto consigue Rhodes no es el vindicativo triunfo, demostrar poderío USA, sino conciliarse consigo mismo; saber que hizo cuanto pudo de verdad. Él no abandonó a su hijo.

viernes, 19 de mayo de 2023

EL ORO DEL REY — CAPITÁN ALATRISTE IV

 

Portada (de tantas). Un fuerte
carácter náutico impregna estas
páginas que "rescatan" uno
momento de España que puede no
diferenciarse tanto de la actualidad

Transcurre en Híspalis la casi totalidad de la novela (aventurero/didáctica, sospecho que imitando lo que ALEJANDRO DUMAS, PADRE, persiguió con LOS TRES MOSQUETEROS o novelas anejas —o aun SIR WALTER SCOTT—: el folletín de capa y espada con un grandioso —o grandilocuente— escenario verídico). Sus principales escenarios me son familiares, por tanto. Empero excita la curiosidad saber cómo fueron algunos otros, desaparecidos en la actualidad. Dibuja una Sevilla adicta a la opulencia, la Corte y el desfalco, hervidero de complots como el que pretendió transformar Andalucía en nación (ese mefítico ‘cuentecito’ que se traen los retrógrados nazionalistas cavernarios) y que, según esta obra, tal intentona golpista quedó anulada merced a una combinación de habilidad, sangre y oportunidad.

[Quitando a desnortados que pululan por ahí, Andalucía es monárquica; y, de ninguna forma, podrán convencerme que convertir a España en república vaya a beneficiarnos. Sus arteros promotores sólo persiguen instaurar su propia dinastía, a perpetuar con trucos, violencia y corruptelas. Pierde otra vez el populux. Recuerda: República: CACA.]

En la última reseña dejamos a DIEGO ALATRISTE y a ÍÑIGO BALBOA en Flandes. Toca retornar a la patria por fin (denostada por uno de los camaradas del frente del capitán, de quien recibe una dura reprimenda mediante una escalofriante mirada, lo habitual en el lacónico —y quijotesco, a su pesar— personaje) y, apenas desembarcan, tras agitada travesía donde las naves españolas demostraron su alta capacidad frente a la piratería inglesa y holandesa, venciéndoles, quedan implicados en una operación de alta política regia que, sobre todo, pretende abortar la intentona sediciosa de quitarle otro trozo del Imperio al Cuarto Felipe (Rey Planeta que retrata ARTURO PÉREZ-REVERTE con una suerte de piedad, amabilidad y comprensión, diferenciándose de los avinagrados detractores) y recaudar, de paso, un importante caudal en oro y plata de las Indias que pensaban despistar a la sedienta hacienda nacional, acabando en otras malas manos.

ARTURO PÉREZ-REVERTE "a lo espía";
se aboca bastante en hacer un retrato de 
"entonces" que, a grandes rasgos, recuerda
a hoy (repito)


Íñigo es ya joven curtido; bregado en una terrible guerra, se siente, más que mocetón con posibles, veterano del frente merecedor de respeto. Al momento empuña la herreruza, dejando tieso al ofensor de una buena mojada. (Ese lenguaje, decaído hoy día, contiene ciertas expresiones que debieran recuperarse.) Mas el atontado sigue perdidamente enamorado (un amor masoquista) de ANGÉLICA DE ALQUÉZAR, la cual, ganando a su vez en esplendores, enseguida planea la muerte de Íñigo, dejándolo tieso de unas cuantas buenas mojadas en la, entonces, espectacular Alameda de Hércules. (Hoy día, una ruina.)

Reverte condena a FRANCISCO DE QUEVEDO a la suerte de Alatriste e Íñigo. Y, eso, reproduce los momentos inverosímiles del relato, eclipsando el esplendor de la saga. Si en EL SOL DE BREDA se trataba del empeño, continuo/desesperado, de hacer real a Alatriste (que, oye, igual existió en algún ángulo de la Historia de entonces personaje muy parecido), ubicándolo incluso en el lienzo de LAS LANZAS, en esta ocasión es la “oportuna” aparición, para nada explicada, de Quevedo & Cía. cuando a Íñigo, víctima de esa celada urdida por Angélica, está a punto de ser enviado por la posta por un grupo de sicarios en la citada Alameda. Es dramatismo extremo que nadie del grupo se encarga de aclarar. Se limitan a aparecer, cuan Deux Ex Machina, batiéndose, vertiendo sangre, para luego escapar de la gura, alertada por el clamor de las durandinas blandidas.

Un momento de gloria de la Alameda de Hércules,
muy distinta a la progreporquería que es hoy día

Bordea ese sinsentido el capítulo tragicómico del bandolero en vísperas de ajusticiamiento; mas descubres que encaja por dos razones: rebosa de un sombrío humor y pormenoriza idiosincrasias de la época que enriquecen a una, sobre todo, amena novela de digna lectura.

viernes, 12 de mayo de 2023

HALCONES DE LA NOCHE — AVERGÜENZA A SUS PROTAGONISTAS

 

Afiche. Película que, vista, ya no
deseas verla. No acapara méritos.
Rutinaria. Empero... estando de
actualidad los terroristas que van
a las elecciones sin reparos morales
de la vestal izquierda, viene al punto

Desde luego. Puede no ser la película más bochornosa, o deleznable, de SYLVESTER STALLONE; pero seguro que no le enorgullece, conviene no recordársela en entrevista. Ni RUTGER HAUER, ni NICOL WILLIAMSON, pueden ya mostrar ese sonrojo, porque nos abandonaron. Empero, encuestados, seguro que preferirían cambiar de tema.

Para Hauer debió serle conocido el argumento cuando rodó el muy poco brillante filme SE BUSCA: VIVO O MUERTO. Repite idea, haciendo dos salvedades. Mientras que en Se busca (esa especia de secuela de la serie protagonizada por STEVE MCQUEEN) persigue a un grupo de fanáticos peligrosos terroristas islámicos (acaso una de las primeras cintas que alertaban sobre el actual problema), en Halcones de la Noche interpreta al terrorista, uno de esos personajes sin entrañas a lo JACK HIGGINS, que ha pasado por todas las organizaciones terroristas de entre los cincuenta hasta los ochenta. Por supuesto, inevitable citar al IRA, organización que suele gozar (todavía) de la avenencia de Hollywood.

El paradigma había cambiado según pasó el tiempo. No hay tanta distancia entre ambas películas, pero los acontecimientos avanzaron a tal velocidad que el cambio de nacionalidad, u orientación política, del terrorista, hace sospechar han pasado décadas entre tanto.

Cuando ruedan Halcones el terrorista era un caucásico más/menos fanático que se formó en el IRA u organizaciones italianas o alemanas. Un radical izquierdista que quiere imponer la Dictadura del Trabajador subvencionado por la URSS, que luego de usarlos los tiraba sin escrúpulos a las balas de la policía, que no querría montar un espectáculo judicial que acabase con el martirologio del terrorista ante los medios de prensa, siempre tan progresistas y dispuestos a exculpar a esos asesinos, por numerosas que sean las víctimas, so pretexto de la progresía, el franquismo, la represión.

Oye, RAMBO... que me han propuesto para ser 
empresario en Bespin... ¿Me trae más a cuenta que
ser pasma en Nueva York? Tú ¿qué crees? ¿Acepto
o pringo aquí?

Basura hipócrita que hoy se permite incluso aleccionarnos desde las ondas, radiofónicas o hertzianas, y si les recuerdas sus despreciables palabras del pasado, quieren anularte llamándote facha, y, por tanto, enemigo de la Humanidad. Triunfa por aclamación de un populux carente de moralidad.

Mas centrémonos en la película, poco más que una especie de episodio más duro de THE A-TEAM, por centrarlo rápido; hay sangre. Muertes. Mutilaciones. Sobre las actuaciones: Hauer acaso aún tendría un pase; al fin y al cabo, el malo puede permitirse extravagantes excesos. Stallone encarna a ese tipo de policía obsesivo, en el Nueva York del DPNY de VINCENT MURANO, empecinado en limpiar las calles empleando todo método preciso, legal o no. Su compañero apoya su cruzada, aunque de modo cada vez más pausado. Instándole a tomarse un respiro ocasional, que no descuide su relación romántica (la perfecta novia rehén, de paso), que afloje la presión contra el mundo del crimen, porque por muchos delincuentes que enjaule, mañana habrá dos ocupando ese puesto vacante.

Ojito, COBRA, que soy un Señor del Acero
y un Replicante de cagarse patas abajo. Y
tú madero semimolón

Lo importante, en este drama policial antiterrorista, que querría desmitificar a esos asesinos, era señalarle a sus liberales apóstoles que: uno de estos tíos puede poner una bomba que mate, o mutile, a tu hijo, así que no les coloques en un altar con el rollito del politiqueo, los pueblos oprimidos, etc., que no puede haber tal mítica mártir. Ser un pretexto. La verdad es que el circense final, con los rehenes en el teleférico sobre el río, es absurdo. Tal escenario tampoco beneficiaba a los terroristas, porque, por mucho que prediquen de sacrificios y tal, aman sus pellejos sobre todo, para así disfrutar de dos ventajas: repetir sus actos actuales, y gastar el dinero que saquen del asunto. Los terroristas no son extraños arcángeles vengadores de lo que sea: es gente sin entrañas que nunca se arrepiente de sus crímenes. En todo caso: una vez vista, ya está vista.

viernes, 5 de mayo de 2023

CAZADOR DE POLICÍAS — VINCENT MURANO CUENTA…

 

Portada. Relato absorbente que
da una visión mejor y más justa
de un deplorado departamento de
la policía; Una miniserie, sobre
este texto, me parece buena idea

Interesante libro ‘biográfico’, escrito empero por WLILLIAM HOFFER, que relata los años que Murano pasó en la División de Asuntos Internos del NYPD, durante los setenta y los ochenta; relata sucesos que películas de entonces reflejan, a modo. Aquél NYPD era, con salvedades notables (FRANK SERPICO, el mismo Murano, al que le consideraremos honesto por entero en sus palabras), una madriguera de agentes corruptos que carecían prácticamente de límites. Es una era entre un clásico Cuerpo de Policía irlandés y otro que empieza a ser multiétnico. Cuando los jefes de Asuntos Internos (y, por extensión, los del Departamento) se fijaron en el aumento de corrupción entre los agentes (siempre la había habido; Murano pone ejemplos), descubrieron que se debía a que, en un vuelco liberal de la política municipal, empezaron a aceptar candidatos que ya valían por el simple hecho de ser negro, hispano, chino o cualquier otra cosa. Que entre ellos hubiera honesta gente responsable, es a su vez estadístico. Sin embargo: antes había una criba, una observación más estricta sobre el aspirante al Cuerpo; el impulso progre de hacer una pasma multicolor omitió ese escaneo, aceptando a sujetos con tendencias criminales, aun antecedentes, porque era políticamente correcto.

Y, claro, éstos, ¿a quiénes beneficiaban? A sus compinches, brindándoles una información privilegiada; conocían los mecanismos de vigilancia y procedimientos como la policía actuaba para eludir arrestos. Encima, siendo del Cuerpo, estos corruptos se crecían, llevando un poco más lejos cada vez su actividad. Empieza la historia con un policía corrupto que vende armas a un mafioso italiano (Murano infiltrado) y, según iban haciendo averiguaciones del tipo, más cosas terribles iban saliendo.

No el primero en denunciar la
corrupción tras el Muro Azul, pero
sí el más popular

Siempre retratan al policía de Asuntos Internos como una rata, un traidor despreciable, que procura putear a todos esos nobles agentes que protagonizan el filme. Pese a que nuestro héroe se salte los procedimientos o la misma ley para justificar el fin: enjaular al malo. Murano sin embargo hace un retrato duro, desalentador, de una tarea menospreciada por los integrantes del “Muro Azul”, la hermandad de los policías que practican una omertá sobre sus asuntos, que suelen ser de considerable turbiedad.

Murano insiste Insiste INSISTE en afirmar que a quienes arrestaban, o apartaban del Cuerpo, no era al clásico poli que gorronea comidas a cambio de dejar aparcar en doble fila, o no multar; WLLIAM CAUNITZ hace ya retratos bastante gráficos de tales ejemplos en novelas como CORRUPCIÓN EN LA POLICÍA. Murano cuenta de los agentes que vendían informes sobre sus compañeros, o de sospechosos, a peligrosos mafiosos, que podían degenerar en asesinatos, no sólo agresiones o extorsión. 

Murano perseguía auténticos pesos pesados. Policías sin escrúpulos que no se limitaban en deshonrar su uniforme o el juramento que hacen, cuenta a un vecino, también policía. Usan su posición para enriquecerse, extender raíces criminales, librarse del tribunal.

Para más inri, esta novela desnuda
el procedimiento de corrupción en
el Departamento de Nueva York

La mayor decepción de Murano, a quien el corazón se la juega debido al estrés, es la de comprobar que el propio Departamento detesta limpiarse, pese a sus campañas públicas de querer ser una policía honesta, ejemplar, de la que se enorgullezca Nueva York. Abundan las componendas e intereses políticos; dificultan la labor de Asuntos Internos. Su peor experiencia sucede cuando, tras declarar contra unos mafiosos, éstos lo acorralan en los juzgados y descubre que no tiene cobertura de nadie; su propia gente le deja indefenso. Sólo horas después, uno de sus superiores acude a rescatarle.

El hijo de Murano, cierra el libro, entra en la Academia. Confía sea más limpio el Cuerpo que él investigó para su hijo. Pero el lector desestima esa esperanza. Es un hábito arraigado que él mismo comprobó durante su instrucción: cómo sus compañeros buscaban los mejores destinos para poder desempeñar su labor corrupta con comodidad.