viernes, 30 de noviembre de 2018

EL HOMBRE QUE PUDO REINAR — AMISTAD, LEALTAD, SORTILEGIOS

Colorido afiche. Bajo la capa de una
audaz aventura se oculta un proceso
histórico que escapa al juicio moderno

Excelente clásico del cine familiar de aventuras, o de todo espectador. Desde el relato de RUDYARD KIPLING, uno de los grandes promotores del Imperio Británico, el cineasta JOHN HUSTON construye un imperecedero elogio a la lealtad, la amistad, la aventura, con una singular dosis de magia, o sortilegio, que impregna la narración efectuada por un desventurado MICHAEL CAINE.

La otra gran baza es SEAN CONNERY, el sólido DANIEL DRAVOT que encarna los arrebatos terrenales, el brío e impulso a veces desmedido, opuesto al truhán que Caine interpreta, astuto y calculador hombre de Estado (y finanzas) que tiene la mala suerte de emparejar su destino con el de Dravot. El trágico desenlace no tiene una gota de rencor o resentimiento, sino la triste sonrisa que suelen esgrimir los hombres que tienen una fuerte y vitalista pasión por la existencia, y desdeñan lo material (pese a llevarse toda la vida persiguiéndolo). Comprenden que cuanto llevamos con nosotros al final es el cartapacio de nuestras obras, buenas o malas, y serán las pruebas a presentar al Altísimo en el Juicio Final. (Cosa de creer en esto último, esto es.)

El conjunto de estos elementos, sazonados de una fina capa de humor, a veces negro, puede sin embargo desviarnos de una más interesante perspectiva que quizás no se haya tenido muy presente: la cuestión colonialista. La entrañable camaradería de ambos ex militares labrándose una suerte de majestuoso porvenir en una remota tierra pasado Afganistán en verdad distrae mucho.

Estos caballeros, puntales del expansionismo victoriano en la
India, serán asimismo testigos de sucesos extraordinarios

Gran Bretaña gobernaba parte del ancho mundo de manera rigurosa, llegando a acuñar aquello de que “las costumbres del mundo son las de Inglaterra”. No tenían dudas. Era lo del Destino Manifiesto norteamericano pero con las costumbres de su isla, que conseguía disimular su desdén por el resto de Europa con una suerte de elegancia y sofisticación, a qué negarlo, envidiables.

Mientras que a nosotros nos imputan crímenes sin cuento tanto entre las naciones que antaño constituyeron el Imperio donde jamás se ponía el Sol como los anglos en general, ingleses y norteamericanos celebran su expansión imperialista como una maravillosa gesta, sagrado deber civilizador que no temía pampas, páramos o roquedales de doquiera la Tierra se extendiera. Y Huston lo retrata de forma ejemplar. No ve en las maquinaciones expansionistas de Inglaterra (o Estados Unidos) agresión a las culturas indígenas, a las que embroman para arrebatarles todo y algo más, sino como eso: una cristiana obligación educadora, enriquecedora, en pagos sin temor a Dios, paganos que deben llevar levita y chistera y polisones las señoras. Té, a las cinco, please.

¡Misión cumplida! Al menos, uno de estos rufianes logra
coronarse. Esta cinta también puede tomarse por buena
parábola sobre cómo el poder corrompe; y el absoluto,
absolutamente. Tarde lo descubren los protagonistas
Nadie decide censurar esta conducta no exenta de sangre. Repito: pueden afearnos excesos de todo tipo, aplaudidos aún por según quiénes, que si hicimos esto en tal sitio cuando HERNÁN CORTÉS o aquello otro en Cuba, o si martirizamos tribus en no sé dónde del Alto Nilo (por disparatar, no quede), mostrándolo con maligna crudeza en cuantas películas se les antoje, ora también relatos o novelas.

Empero ¿hablar sobre cómo los británicos expoliaron la India, Virginia, Australia, Nueva Zelanda, donde ondease la Union Jack? ¡Ni hablar! Es la Civilización. Con Mayúsculas. Buena, pues es Inglesa (o estadounidense). Cui-dado. Algo sí debemos reconocerles: qué hábilmente emiten su Propaganda. Su poderosa y eficaz diplomacia lo logra todo como por ensalmo. Por desgracia, España rebosa de incompetentes y un desgarrador complejo de desorbitada culpabilidad inculcado por la progresía miserable y cretina.

Una desafortuna elección que precipitará el desastre
Las virtudes que acapara este western (lo es, si lo reflexionamos bien) deben asimismo contemplarse desde el que es también enaltecimiento del imperialismo blanco británico, inmaculado para esas mentes “bien pensantes” que nos satanizan donde sea y como sea. Aun así: esta disquisición no debe impedir disfrutar de este magnífico filme.

viernes, 23 de noviembre de 2018

HISPANOFOBIA HOSTIL DE MINORÍAS NORTEAMERICANAS — URGE ERRADICARLA

Los movimientos indigenistas (creo se
definen) prefieren ignorar que, antes
de nuestra llegada, entre ellos se mataban
como perros, se esclavizaban y puteaban
de mil modos. Nosotros somos los malos.
Vaya, hombre

Lleva tiempo la Sociedad Occidental inmersa en una serie de perniciosas estupideces y contradicciones que denotan su fatal desorientación. Una de esas imbecilidades es juzgar la Historia con los actuales parámetros de justicia, dignidad, o decencia.

En el ayer, se pensaba de otro modo. Los intereses eran distintos, aunque si valoramos que veinte mil niños esclavos mueren al año, no tanto; a la ONU se la refanfinfla como a CANTINFLAS (hace alguna cosilla inútil de las suyas; postureo, nada más), y las geoestrategias militares, políticas y económicas obedecen patrones del actual Imperio, donde no se habla el latín del ayer, sino el inglés USA de hoy.

Han arrancado de Los Ángeles, por culpa de un subnormal herido en lo más profundo de sus sensibles entrañas minoritarias, la estatua de CRISTÓBAL COLÓN por estimarlo un terror nazi genocida, una calamidad bíblica receptora de todo el ODIO que puedan procesar la bilis de las minorías racistas (¿qué creen ustedes; que el racismo es artículo de uso exclusivo del Blanco? No, señor. Es internacional, y a todo-color), arrojándoselo a la cara del Blanco Opresor como un inmundo trapo mojado pestilente. En este caso, el rostro agredido es el español.

En tiempos de Colón, perpetuando tradiciones mediterráneas (o de donde hubiera quien quisiera esclavizar a sus vecinos), esto de la colonización, el comercio mineral o humano, era habitual, y ensanchar los límites del Viejo Mundo, un sagrado deber (KIPLING dixit). Juzgar eso con nuestros hipócritas estándares modernos es una soberana GILIPOLLEZ de Nivel MAX.

Pues tampoco Acción de Gracias. ¿O los que llegaron a bordo
del
Mayflower u otras expediciones inglesas o francesas lo
hacían como los Reyes Magos, cargados de regalos? Una
exhibición de la más sórdida hispanofobia hipócrita
En realidad ocurre que: «La palabra latino aplicada a los habitantes de las naciones que van desde Méjico hasta Tierra del Fuego es usada en sentido despectivo por los estadounidenses, especialmente por los racistas wasp (white anglo saxon protestant), que consideran la conquista de los territorios yanquis como una epopeya y la colonización española o portuguesa como un crimen.» (CARLOS FISAS. Frases que han hecho historia, pág. 19.)

Nunca empleo el término “Latinoamérica” o “latinoamericano” por esto: sé que es un agravio norteamericano. Uso Hispanoamérica o hispanoamericano por pudor histórico. Mas ese insulto ha calado nefastamente. Y algo lo empeora: toda la porquería progre patria, sea de Ixquierdas o Derechas, ¡se ha apuntado a la movida sin escrúpulo!

No es WONDER WOMAN, sino COLUMBIA. Nótese en el
ángulo inferior izquierdo cómo los nativos huyen del puro
avance civilizador blanco anglo. Y todos sabemos qué
trágicas secuelas comportó ese "avance civilizador"
Tres puntos deben indignarnos; uno está expuesto en negrita; dos: cómo nuestra progresía de memoria selectiva acepta el desprecio norteamericano por nosotros con completa complacencia, y tres: la selectiva memoria hipócrita estadounidense, de los anglos en general. ¿Olvidan qué azote supuso para las tribus aborígenes de las graves planicies de América del Norte (Canadá incluida) la llegada a sus tierras de los blancos de LA CASA DE LA PRADERA? ¿Cómo les sometieron, exterminaron, alcoholizaron, vejaron hasta convertirlos en lo que son hoy día: parias dipsomaníacos o ebrios dueños de casinos? Al parecer, todo quedó resuelto con que KEVIN COSTNER hiciera BAILANDO CON LOBOS.

Las naciones hispanoamericanas SON naciones independientes (sometidas, como todas, al flujo de los intereses económicos). Empero, NO HAY en EE.UU. una nación apache, o kiowa, o comanche propiamente. Están todos amalgamados en la barra de un bar, o haciendo collares, o abalorios tribales. ¿Vienen ahora a lincharnos por Colón?

En todo caso: esas injurias quedaron
perdonadas y olvidadas con este filme.
O eso parece ser
No sé qué respuesta diplomática ha tenido esta agresión. Intuyo que: nula. No tenemos bemoles de contestar estas actuaciones racistas acomplejados por mor de escrúpulos que la Ixquierda Progre ha insertado en nuestra Sociedad, porque protestar equivale a defender nuestro pasado poblador en Hispanoamérica (y parte sustanciosa de Estados Unidos), cosa propia de franquistas falocráticos. Eso, ¡jamás! Ser patriota es idiota y lo que mola es el republicanismo cosmopolita cobarde vendido a ofendidas minorías insaciables que nunca se cortan al exhibir su racismo rampante. Si fuese el caso de algún personaje francés, seguro que habría habido reacción. No digamos inglesa. Española…

Por amor propio, debió haber habido réplica. Últimamente USA está hispanófoba (como los traidores “socios europeos”) y se permite estas pasadas ignorando sus propios genocidios. Le sale mejor culparnos que asumir sus crímenes. De Manual del Racista. Sería aconsejable crear una Comisión, o Agencia, u Oficina, de Asuntos Hispanófonos que denunciara con toda dureza estos excesos internacionales.

Pero mucho exijo a un país a punto de fractura, enfermo a causa de una Ixquierda Intolerante incapaz de construir futuro porque sólo sabe revolcarse en críticas constantes, no aportar soluciones, que así está propiciando el auge de la UltraDerecha.

Sobre este terror genocida norteamericano, ¿nadie protesta?
Imitando el espíritu de esta aberración colombina, propongo empezar a expurgar cuanto legado romano haya en la península. Tildar a CÉSAR o a AUGUSTO de genocidas, reclamando a Italia daños y perjuicios por su colonización esclavista.

viernes, 16 de noviembre de 2018

LA CARRERA DEL SIGLO — LAS SUFRAGISTAS TAMBIÉN QUIEREN BODAS


Añejo afiche, del siglo pasado. Una vez más,
reúne los principales elementos de la cinta
BLAKE EDWARS hace homenaje a STAN LAUREL y OLIVER HARDY con esta inocente comedia de competiciones automovilísticas a comienzos del siglo XX. Es un humor blanco, sin leguaje soez ni escatologías innecesarias, que recuerda un tiempo, más ingenuo, aun elegante, de hacer reír al público. Lo sazona un supervillano y su secuaz con un repentino fondo moral que se destapa al final de la competición. El DR. FATE es toda una galería de tardíos artefactos steampuk cuyo epítome es su bólido, cuya hechura tiene su aquél, comparado con otros vehículos. Excepto el del protagonista, EL GRAN LESLIE, hombre-paragón políglota paradigma de nobleza, caballerosidad y esgrima sin par. Por no hablar de su apolíneo aspecto, inmaculado y níveo siempre.

Tercera e importante rueda de esta película (que a carcamales como yo debe recordarles a la serie animada LOS AUTOS LOCOS) es la feminista (aunque en ese momento, es sufragista) MAGGIE DUBOIS, atractiva y emprendedora repórter que pretende derribar las barreras entre hombres y mujeres, estas últimas muy capacitadas para desempeñar cualquier tarea que un hombre pueda acometer. Hasta mandar un importante rotativo.

EL GRAN LESLIE, derroche de viriles virtudes caballerosas
que tiene encantado al ancho mundo; siempre asesorado por
su fiel ayudante y mecánico (el sombrío cruzado de brazos)
[De entrada, es cierto. Pero hay límites para unos y otras que los femirulismos no quieren admitir por imbécil tozudez. Del mismo modo que un hombre ni puede gestar ni parir, una mujer no puede (supongamos) levantar ciento cincuenta kilos. Un hombre, sí. El fememccarthysmo está instalado en que esa “proeza” es una agresión a la mujer, y por lo tanto, los hombres deben reprimirse para no ser tachados de machistas y no levantar más de, no sé, cincuenta y cinco kilos.]

[Esto suena disparatado, ¿verdad? Pues vamos por ese camino. Y entre la grey masculina (idiotizada, politizada, temerosa, pensando en los populismo populares que aportan votos, sobre todo) hay quienes recomiendan dejar de levantar cien kilos o parecerse a ARNOLD SCHWARZENNEGER de joven, porque eso es el epítome del machismo. Los niños, tomándole como ejemplo, pueden culturizarse con mancuernas, no con libros de SIMONE BEAVOIR o alguna de estas pencas que tenemos por España predicando discriminación y humillación, y ser de adultos machistas ejemplares.]

MAGGIE DUBOIS, heraldo de una revolución sufragista que
no teme a nada ni nadie; en los albores de esta gran aventura
La carrera del siglo dispara con mucha sutileza contra los excesos feministas como satiriza ciertas “posturas heroicas”. Maggie demuestra cabezonería en sus tesis femirulas pese a que los elementos están dándola a entender que va a palmarla. Que el calor del desierto, o el frío del Polo, no tienen ni afiliación política ni sexual: acaban contigo.

El Gran Leslie (según mueve ficha para trajinársela) se lo explica de continuo. Que no es cosa de que lo diga yo porque sea un hombre. ¡Es la Naturaleza: asexuada y apolítica! La respuesta recalcitrante de Maggie es la de que “cualquier mujer puede hacer lo que un hombre”… hasta elegir el modo más estúpido de morir por pura obstinación.

Surge un factor que derrota a Maggie. Cuando Leslie intenta un acercamiento amoroso (previamente propiciado por Maggie), empleando los argumentos dados por Maggie del “sexo libre”, ella lo rechaza con firmeza de señorita bien no-sufragista y aun se indigna. Bueno, termina asumiendo Leslie: son así. Tornadizas. Hasta las sufragistas liberadas.

Los villanos (toda buena película se precia de tenerlos, de
calidad): los inefables DR. FATE y MAX. Depósitos de trucos
ruines, tienen trampas de todos los tamaños
Y al final, substanciando todo el metraje con peleas a tartas, aventuras de capa y espada y maquinaciones del Dr. Fate, cuando Leslie la propone matrimonio, ¿qué hace la sufragista que rechaza tal tipo de esclavitud social? Aceptar. Vestirse de blanco. Pasar por el altar. La victoria se decanta al final por el hombre; el factor amor triunfa. Aunque supongo que a Leslie le quedaba ahora una laaaarga vida en común aguantando murgas sufragistas que, sin duda, terminaría apoyando.

Entonces el Dr. Fate, viendo que no gana como quiere, exige se repita la carrera. ¿Cómo quiere vencer? ¡Demostrando ser el mejor! Por tanto, tan ruin, no es en el fondo.

martes, 13 de noviembre de 2018

NOTIFLASH: STAN LEE FALLECE — UNA PLÉYADE DE PERSONAJES, DESOLADOS

El protagonista del comentario.
Dentro del mundo del TBO,
repasando su creativa trayectoria,
descubres cuán influyente ha llegado
a ser. Nos deja a la edad de 95 años

Como millones más de comentarios en internet hoy, debo sumar el mío para confirmar la noticia que titula esta entrada. Sin duda, muchos de esos textos harán, con mayor o menor profundidad, repaso a la trayectoria personal, aunque más profesional, de STANLEY LEIBER (creo era su nombre auténtico), un hombre entregado a la historieta y que trató, como muy pocos, de dignificarla definiéndola como “literatura gráfica”.

El término ‘literatura’ se aplica para definir a un género grandioso y respetable, fuente de obras cuyo contenido ha inspirado, divertido, consolado, asombrado o apenado, al mundo entero. Da prestigio a quienes invierten tiempo en la novela. Eso pretendía Lee con sus guiones: honrar algo desacreditado al entenderse de niños y locos, los ahora llamados freakies, labor que pienso al final ha logrado mediante las populares y exito$a$ adaptaciones al cine de sus más emblemáticos personajes.

Personajes insólitos, aunque tuvieran en
qué o quién basarse, abrieron la puerta a
otra infinidad de creaciones que rinden
hoy pingües beneficios
Creación compartida y que, a veces, es causa de polémica, como la que indujo al otro gran arquitecto (o quizás, EL arquitecto) del Universo Marvel, JACK KIRBY, a alejarse de La Casa de las Ideas y el trato con Lee. Rumores afirmaban que, pese a las palabras elogiosas que Lee dedicaba a Kirby y su trabajo, éstas no eran tan sinceras como pretendía. Siempre esa sombra ha perseguido a Lee, las disputas con otros autores de los albores de Marvel, un tinte que haría decir a ALAN MOORE que Lee se había enriquecido a costa del trabajo de hombres muertos.

Eso lo juzgará la Historia ahora. Trapos sucios y virtudes se disputarán pronto el campo de nuestro conocimiento o morbo. Pese a todo, quisiera quedarme con el aspecto más positivo. La Industria no trata bien a sus autores. Lee formó parte de esa Industria; hasta pudo llegar a ser LA Industria. Y, probablemente, en ocasiones no fue todo lo generoso o justo que correspondía. Como un ejercicio de justicia poética, fue despedido de Marvel a comienzos de la Década 00.

No obstante, debemos a Lee la dignificación del TBO. Empleando la fórmula de DC, de sujetos en bizarros uniformes con pasmosos poderes, supo cómo recrearlos para apresar la imaginación de decenas de millones de lectores de todo el planeta mediante una galería de identidades que podían conectar con esos lectores. 

Aun esta pandilla debe su popularidad, en gran medida,
a la imaginación de STAN LEE
Su PETER PARKER es un adolescente que siente las punzadas de su juventud y puede errar. No es un alienígena invulnerable, o un perturbado vestido de animal totémico que combate el crimen. Sufre SPIDER-MAN desamores, desempleo, enfermedades. Dudas. Como todos nosotros.

Hoy toda una generación de personajes de ficción, que han redefinido y reconstruido un poderoso medio de escapismo y divulgación, quedan huérfanos. Saludos a Stan Lee, quizás el más relevante nombre de la Historia de la Historieta.

viernes, 9 de noviembre de 2018

THE FLASH 1990 / THE FLASH 2014 — COMPARATIVA

Que sí, macho; que era mejor. Lástima que
no poseyera los recursos de su remake.
Hoy sería más que mítica

Hace unos años ya escribí sobre el remake, o reboot, o como sea, que hacían de la serie, casi mítica, de The Flash de 1990, a la estela del tirón del BATMAN de TIM BURTON. Me equivoqué con lo de su continuidad, pero los demás apartados (el irritante refractario elenco, sobre todo) siguen vigentes. Y más ahora, una vez visionada completa la primera temporada de la saga de 2014.

Quien decida ponerle algo de rigor analítico a la temporada (no revisarse fotograma por fotograma los episodios; sólo cierta atención), descubrirá que, en Laboratorios STAR, entra quien le da la gana cuando desea. No hay mínimo-nimio control de seguridad. Los supervillanos penetran en la sala de control a placer, igual que los cargantes secundarios.

Léase: el grupito de asistentes científicos de este joven BARRY ALLEN. No digo ya cuando aparecen encalomados de la serie de ARROW. Recuerdan a los presuntuosos de CSI: DONDE-SEA, con su frase tonta y una conducta atolondrada que permita al villano en silla de ruedas incrementar la sensación de suspense (que va acumulándose con cierto donaire) y explicar cosas sucedidas, casi todas sobre el asesinato de NORA ALLEN.

Esa panda de engreídos es lo que más detesto de la serie nueva. Cuando los comparas con los personajes de la serie de 1990, descubres que aquéllos eran más llanos, simpáticos, empatizabas con ellos. No te ofenden con sus masters y conocimientos supremos sobre todas las ciencias habidas y por haber. El Flash de WESLEY SHIPP era amable, divertido, entrañable. Cargaba con una pequeña dosis de drama, pero lo remontaba, hacía impresionante al borrón rojo justiciero de Central City.

El moderno FLASH. Hará el muchacho cuanto pueda. Pero
no termina de convencerme
El moderno Flash es su antípoda. Es otro listo que parece único encargado del CSI de Central City, aunque nunca investiga un caso (algo tangencial) distinto al que aporte un supervillano. Además, siempre está preguntando: ¿Puedo hacer esto? ¿Puedo hacer aquello?, dejando a sus ayudas expresar su sabihondez académica y resolver el problema.

Esta es otra. La serie actual evidencia los problemas que estropean los remakes de filmes de Década 80: desapareció el héroe. Todo es cooperación feminizada, todos tienen algo que aportar. El Flash de los 90 pedía consejo en momentos clave; empero, todo el peso de la acción la llevaba solo. Por instinto o inteligencia, aun astucia, aquél Barry Allen sabía que su poder le permitiría afrontar los peligros que se le presentaran. Este chico está en constante ON LINE, cuestionando sus facultades. Como si le acomplejaran.

Esto me revienta: la panda de sabihondos secundarios que
acompañan al héroe al punto de robarle el protagonismo
Luego está la candente cuestión militar. Un fenómeno (o más, supervillanos incluidos) como Flash apenas recibe su atención. La vida real revela que, encontrado lo que podría ser el Arma Definitiva, o la amenaza definitiva contra la Seguridad Nacional, se volcarían con infinidad de recursos para saber dónde, cómo, cuándo, cuántos, pueden clonar. Aquí, hay un esbozo, una tontería para dar argumento a unos episodios. Pero nada más.

[Esto puede aducirse, eso es, de la serie de los 90. Pero lo soslayaron tan airosamente que impedían pensar en la existencia de un espinoso asunto como el criticado.]

Y el final. El supremo error esencial de los viajes espaciotemporales. Si el PROFESOR ZOOM es autor de Flash, al morir su antepasado, ¡no nace para retroceder al pasado, construir el acelerador catastrófico de partículas, generar la descarga que origina a Flash! Y, sin nada de eso, ¡tampoco hay agujero negro listo a jalarse Central City!

La nueva aparición de MARK HAMILL (el del traje de
flamenca roto) es tan innecesaria como burda. Los dos o
tres episodios previos al climax son insustanciales
¿Cómo han fallado en algo tan ELEMENTAL? Por engreimiento. Sin duda. Habrán dado un mogollón de explicaciones que lo contesten, pero el error está ahí en garrafal tamaño. Lástima que los impresionantes recursos que este Flash de 2014 faltaran al de 1990. Porque estaba más conseguido. Sientes carecieran de esta inyección de medios y dinero. Hicieron lo que pudieron con lo que tenían, dejando aun así algo que evocas con afecto.

viernes, 2 de noviembre de 2018

EL FASCISMO VIOLADOR DE LO POLÍTICAMENTE CORRECTO - O LA TIRANÍA DE LAS MINORÍAS

Por ser motor de la digresión, los coloco
en cabecera. Ha tomado un rumbo siniestro
y preocupante, con la decisión acordada
de eliminar a APU. Toda minoría que
se crea dañada, ¡atacará! ¿Qué quedará,
después, de
LOS SIMPSON?

Ya es sabido: LOS SIMPSON, de entre las más queridas familias de la CultuPop, elimina a uno de sus más emblemáticos secundarios por mor del torbellino étnico levantado por un listo que piensa es víctima de bromas microrracistas que vejan a toda la comunidad hindú-norteamericana, degradándola a niveles que ni el genocidio emprendido por los europeos (y el Séptimo de Caballería) sobre los nativos.

La explicación del tío (ha revisado treinta años de episodios para anotar todos los ataques xenófobos…, capítulos que muestran a un esforzado emprendedor extranjero atracado con regularidad, sin embargo) hace pensar que, por todo el pellejo de EE.UU., tratan a los hindúes a palos, obligándoles a llevar un sigul amarillo característico/delatador, como a los judíos de la Alemania Nazi, y aun prohibirles tomar autobuses.

Tras mínima-nimia resistencia, los productores de la longeva serie han claudicado. El personaje desaparecerá sin grandes alharacas, sin estruendo. Se diluirá como tinta en el agua. Esperan que, así, no sólo desaparezca la enojosa polémica, sino toda su herencia. Será vaporizado. Como los ciudadanos de 1984 que el IngSoc quería fuera de cuadro para siempre. Como si jamás hubiese existido, WINSTON SMITH dixit.

Al aceptar así humillarse, aparte de ahorcar la continuidad de la serie, expuesta a más cancelaciones de personajes por motivos similares, esos productores abren una peligrosa puerta que atenta contra TODA la creación artística y cultural. Permiten que ruines patanes ignorantes digan qué pintar, escribir, filmar, componer, siguiendo pautas de lo políticamente correcto/no ofensivo sacadas de una mefítica chistera. Ejemplo de esto: retirar al arbitrio egoísta de una sola persona el cuadro del museo de Manchester, al considerarlo machista.

Su contenido puede gustarte o no; pero no
podemos empezar a modificar y amputar
cosas (cuando hay otras muchas más que
 sí lo merecen) porque a alguien, luego muy
progresista y libertaria, le ha salido
de-donde-digimos censurarlo todo
En Los Simpson, quizás la comunidad que más debiera protestar sería la italo-norteamericana (en Canadá y Méjico —Estados también encuadrados en la América del Norte— existen inmigrantes de Italia; eso de “italoamericano” es el ombliguismo habitual estadounidense). Son plasmados o mafiosos, o pizzeros. Sin remisión. No potentados de la energía atómica o las computadoras.

Y recordar las degradantes alusiones a los hispanoamericanos (un cojón de mico sifilítico “latinoamericanos”; eso es un apelativo racista norteamericano que los progres tontainas de la Izquierda han aceptado sin reparos, porque ‘borra’ nuestra “negativa herencia colonialista” —¡manda wevos!—, aplaudida ¡encima! por tontolavas de la Derecha que quieren parecer guays al votante de Izquierdas) u otras culturas o religiones. Vapulean a gusto a los católicos.  

Entendidos como WAPS supremos, Los Simpson se critican a sí mismos de forma feroz en ocasiones. ¿No ‘tirotean’ a los Republicanos por sus salidas de tono sectariobelicistas? ¿No ‘tildan’ a los Demócratas de gays imbéciles veletas? O las propias costumbres de muchos paisanos de Springfield. HOMER, por ejemplo. Lo dibujan como obtuso sujeto con buenas intenciones aunque haragán dipsomaníaco. O el JEFE WIGGUM: la viva incompetencia de uniforme. Los mismos norteamericanos, ¿no tendrán motivos para lapidar la serie? No obstante, los productores se rinden al delirio indignado de un donnadie que ha visto, así, cómo tener sus cinco minutos de gloria (ya no llegamos a los quince de WARHOL, debido al hype de las redes sociales).

Y algún día descubrirán que CONAN es un machista
vehemente y lo eliminarán pues atenta al plan social
en desarrollo en rencorosas mentes obtuso-
progres.
¿Exagero? Eso espero
Un fantasma recorre el ancho mundo: es el FASCISMO de lo políticamente correcto. Lo nutre las sandeces contradictorias incoherentes que el femirulismo y la Xtrema Ixquierda Laico-Republicana Femirulista vocifera a pleno pulmón desde púlpitos televisivos o internet. Van insinuando que JUSTINE (la novela sadomaso de DE SADE) debe ser reescrita pues su contenido ofende al rampante fememccarthysmo. Y, por supuesto, ¡faltaría más!, algún iluminado líder de Xtrema Ixquierda apoyará tal violación artística. Una cretina, ¿no se ha negado a interpretar una canción por considerar una expresión coloquial homófoba? ¿Vamos a parar en sutilezas? ¡NO! Es preciso un Brave New World paritario de hombres-feminizados dispuestos a discriminar sin sonrojo entre alumnos y alumnas, portavoces y portavozas, la madre/el padre que los/as parió/á, hijos/as de puta/o imbéciles/as (FORD FAIRLANE dixit).

Tradicionalmente, imputan prohibir cosas a la Derecha. Pero está dando la coincidencia de ser la Xtrema Ixquierda Laico-Republicana Femirulista y sus adláteres femirulas (o sea, los/as tradicionalmente más democráticos/as, permisivos/as, liberales/as…) quienes más están prohibiendo, interviniendo en el ámbito privado o familiar, a diestro y siniestro cercenando, para saciar oscuras vendettas personales. Y aún tienen bemoles de criticar la censura franquista cuando ellos/as están actuando con mayor ferocidad. Por imponer un matriarcado des-igualitario que esta acojonada Sociedad no tiene valor de contradecir y/o combatir.

Pues en esta superpopular serie tampoco se andan con
tapujos racistas. Ya termina, sino, también ordenarían
eliminar personajes. Fijo
Porque, quien osa hacerlo, es tachado de franquista. Acabó tu carrera. O proyectos. ¿De veras vivimos en una democracia con tipejos/as así? ¿De veras debemos estimarles/as demócratas/os? Porque así vistos son todo lo opuesto… Puro Dime de qué presumes y te diré de qué careces