Afiche... de tantos. Aquí no se cuestionan actuaciones o escenas trepidantes, sino una extraña deriva creativa de (política) justificación |
¿De veras una secundaria de dudosa garra o
recuerdo en el espectador merece ciento sesenta y pico millones de dólares para
contar su relato… y luego recaudar sólo ciento cuarenta y cinco (hasta ahora)?
¿No evidencia eso el acceso de megalomanía que posee a George Miller? Comprendo
tenga cariño a su creación, empero tengo esto claro: Furiosa es una figura impuesta
por la nociva Agenda WOKE, que quería su MAD MAX hembra, por eso existe, y no
ha reparado en conceder créditos al director. Este factor ha primado sin duda más
que el de una real demanda del público o la Industria cinematográfica.
Puestos a hacer spin-off de
personajes de la saga, ¿por qué no rodarlo de WEZ y su novio; de HUMUNGUS y
cómo acabó desfigurado; o cómo el CAPITÁN DEL GYRO obtuvo su helicóptero?
¡Hasta PAPAGAYO se merecería una historia que cuente cómo montó la refinería! O
de AUNTY ENTITY, que mostrara cuánto luchó por edificar Bartertown.
Miller, encoñado de Furiosa (personaje que no me interesa; tiene su
aquél, pero…), habrá asediado durante esta casi década entre películas determinados
despachos para que le financien lo que ha terminado siendo un fiasco en
taquilla. Porque, sinceramente, esos millones debiera haberlos invertido en la
secuela de FURY ROAD, en el genuino icono-matriz de la saga:
MAX ROCKATANSKY, tan citado como RAMBO y ROBOCOP.
Sin embargo, los difiere a contar una fábula de su chica mutilada favorita, refinado remozado de viñetas de 2000AD y su Tierra Maldita de JUDGE DREDD, lo bastante maqueado todo como para dejarnos en la duda, no obstante. El filme, aun así, o gracias a eso, estará constelado de electrizantes momentos de épica factura, ritmo impecable, seductores personajes secundarios y conseguirá mantener en tensión al espectador durante bastante metraje… sazonado con burdos fotogramas poco espectaculares, incongruentes y que cueste creer pertenezcan al mismo filme.
[A menos que sean en realidad desastrosos,
esos momentos tienen todavía una función: hacen sublimes las secuencias ‘legendarias’.
Claro que, si quieres ver la cinta de nuevo, por sus excelsas imágenes, también
evocas las peores, que logran eclipsar tu deseo de repetir menú. Por
mínimos-nimios que sean, te arruinan la sesión de cine.]
Baso esta disquisición en reseñas que pululan por ahí, que contienen un dato fiable: pincha en
taquilla. Esperan que las ventas en plataformas u otros soportes tradicionales
salven del desastre. Pasó con DREDD (aunque no bastó para realizar la ansiada secuela) o WATERWORLD.
(Las ventas en el añejo VHS aliviaron el mastodóntico desastre.)
George Miller debutó en la palestra en las postrimerías de Década 70, la pesimista y de los desastres, estrenando una película de bajo presupuesto (casi paupérrimo): Mad Max. Pese a eso, Miller se lió la manta a la cabeza, tuvo la suerte de encontrar a un guapetón y joven MEL GIBSON, que encandiló al público, y condujo su proyecto con turbopropulsor hasta el fin que, hoy, le garantiza invertir decenas de millones de dólares y quemarlos en su nueva apuesta apoqueclíptica. Esa economía, la capacidad de hacer historia con cuatro perras, le dio prestigio. Reputación.
LA MUJER GUERRERO de THE ROAD WARRIOR, cuyo empaque podría merecer spin-off. ya que estamos, MR, MILLER. Porque FURIOSA sale de ella |
Ahora pregunto: ¿realmente Miller necesitaba esa morterada para nitroimpulsar el spin-off? ¿O atropelló su habilidad “artesanal” para filmar con un adecuado presupuesto (¿cincuenta, sesenta millones?, que siguen siendo lustrosas cifras, comparadas con SALVAJES DE LA AUTOPISTA) y quedar estupendo? Parece ser.
Intuyo sufre un subidón de ego sobrealimentado que desvirtúa al “artesanal” Miller de THE ROAD WARRIOR, cuya magnificencia entusiasmó al mundo entero y creó un verdadero mito. El de ahora semeja uno de esos ricos que cree que un suculento cheque puede resolverlo todo, arropado por una escudería de implacables abogados sin escrúpulos, por si la víctima se pone tozuda. Pienso carece del alma, del genuino impulso creativo primigenio, de la magistralidad que le endosan en los afiches, el del soñador que lo consigue, de antaño. Perdió la imaginación y la audacia por sobrados presupuestos que no garantizan el éxito. Némesis castigó su soberbia.