MIKE MIGNOLA (¡aclamad al dibujante!), un cincuentón que arrasa... ahora, que es cincuentón |
No me importa cumplir años. Cierto que te
acercan a los achaques de la edad, pero es también garantía de haber vivido,
tenido experiencias (enriquecedoras, amargas, neutras), adquirido sabiduría. Lo
importante es tener juvenil espíritu. Saber evitar comportarse como un idiota,
guardar las apariencias, no hacer el ridículo.
Estamos empero en época en que madurar es
suerte de crimen. Hay quien aún aprovechan la circunstancia para
denostar. Vaya injuria que te llamen maduro. ¿Y lo que he vivido, y cuánto
sé?, se puede replicar. Y añadir: Poseo más disciplina, manejo de la prosa y el dibujo, que a los veinte, llegado el caso. Eso
ha redundado en beneficio y calidad de mi producción. La hace más interesante
para los editores. Más dramático sería, por ejemplo, y en una Sociedad tan adolescente,
hedonista y sexualizada como la nuestra, que en esa edad de chulear estilo TONY MANERO, un madurito
molón te levante la novia,
porque su experiencia la ofrece cosas que el impulso juvenil no puede dar. Seducción. Detalles. Labia. Eso hacía MAURICE CHEVALIER en sus pelis, al menos.
Pero, eso: ¡nos rigen los anuncios de TV!
Muestran una juventud hitleriana triunfadora que arrasa en Wall Street, surfea
en Sydney y escala el Everest los fines de semana, triunfando en las discos con cuanta tía se le cruza, y como los de LA FUGA DE LOGAN, a los veintitantos,
casca. Lamentable imagen que cala en el colectivo.
Todos esos jóvenes acaban también madurando.
Algunos/as lo aprovechamos para crear un CV interesante, tanto laboral como
vital. Otros/as que creen que la edad es cosa ajena a
ellos/as y jamás les tocará madurar, descubren un día canas en la cabeza y advierten
que no tienen nada, ni han hecho nada, en la vida.
Bueno, no pasa nada. Es otra opción. Es
más lamentable, empero, que teniendo talento para ser algo, no seas nada. Se
desperdicia una vida que pudo contribuir al colectivo de algún modo. No tiene
que ser necesariamente curar el cáncer. Una obra de ficción que aporte una hora
de diversión, ya es un hito.
Ya hubiera querido dibujar así a los veinte; a saber cómo lo haría en estos momentos |
No: cumplir años, no me importa. Y más
cuando compruebo que los profesionales que actualmente crean iconos culturales,
que perdurarán, que todo el mundo admira, sigue, venera, son maduros. Siempre ha habido genios que consiguen destacar en la juventud, ¡desde luego! Empero, son rara avis, y la
inmensa mayoría nacemos en modestos nidos. Cuesta un poco más destacar, también, si el
entorno es adverso. Es nuestro carácter y ambición lo que después nos puede
discriminar del resto de la pollada.
Edad. Madurez. Aportan al genio creativo
considerable masa de experiencia y talento que los pimpollitos (exceptuemos a
los jóvenes genios) no consiguen tener hasta… que son maduros...