viernes, 23 de noviembre de 2018

HISPANOFOBIA HOSTIL DE MINORÍAS NORTEAMERICANAS — URGE ERRADICARLA

Los movimientos indigenistas (creo se
definen) prefieren ignorar que, antes
de nuestra llegada, entre ellos se mataban
como perros, se esclavizaban y puteaban
de mil modos. Nosotros somos los malos.
Vaya, hombre

Lleva tiempo la Sociedad Occidental inmersa en una serie de perniciosas estupideces y contradicciones que denotan su fatal desorientación. Una de esas imbecilidades es juzgar la Historia con los actuales parámetros de justicia, dignidad, o decencia.

En el ayer, se pensaba de otro modo. Los intereses eran distintos, aunque si valoramos que veinte mil niños esclavos mueren al año, no tanto; a la ONU se la refanfinfla como a CANTINFLAS (hace alguna cosilla inútil de las suyas; postureo, nada más), y las geoestrategias militares, políticas y económicas obedecen patrones del actual Imperio, donde no se habla el latín del ayer, sino el inglés USA de hoy.

Han arrancado de Los Ángeles, por culpa de un subnormal herido en lo más profundo de sus sensibles entrañas minoritarias, la estatua de CRISTÓBAL COLÓN por estimarlo un terror nazi genocida, una calamidad bíblica receptora de todo el ODIO que puedan procesar la bilis de las minorías racistas (¿qué creen ustedes; que el racismo es artículo de uso exclusivo del Blanco? No, señor. Es internacional, y a todo-color), arrojándoselo a la cara del Blanco Opresor como un inmundo trapo mojado pestilente. En este caso, el rostro agredido es el español.

En tiempos de Colón, perpetuando tradiciones mediterráneas (o de donde hubiera quien quisiera esclavizar a sus vecinos), esto de la colonización, el comercio mineral o humano, era habitual, y ensanchar los límites del Viejo Mundo, un sagrado deber (KIPLING dixit). Juzgar eso con nuestros hipócritas estándares modernos es una soberana GILIPOLLEZ de Nivel MAX.

Pues tampoco Acción de Gracias. ¿O los que llegaron a bordo
del
Mayflower u otras expediciones inglesas o francesas lo
hacían como los Reyes Magos, cargados de regalos? Una
exhibición de la más sórdida hispanofobia hipócrita
En realidad ocurre que: «La palabra latino aplicada a los habitantes de las naciones que van desde Méjico hasta Tierra del Fuego es usada en sentido despectivo por los estadounidenses, especialmente por los racistas wasp (white anglo saxon protestant), que consideran la conquista de los territorios yanquis como una epopeya y la colonización española o portuguesa como un crimen.» (CARLOS FISAS. Frases que han hecho historia, pág. 19.)

Nunca empleo el término “Latinoamérica” o “latinoamericano” por esto: sé que es un agravio norteamericano. Uso Hispanoamérica o hispanoamericano por pudor histórico. Mas ese insulto ha calado nefastamente. Y algo lo empeora: toda la porquería progre patria, sea de Ixquierdas o Derechas, ¡se ha apuntado a la movida sin escrúpulo!

No es WONDER WOMAN, sino COLUMBIA. Nótese en el
ángulo inferior izquierdo cómo los nativos huyen del puro
avance civilizador blanco anglo. Y todos sabemos qué
trágicas secuelas comportó ese "avance civilizador"
Tres puntos deben indignarnos; uno está expuesto en negrita; dos: cómo nuestra progresía de memoria selectiva acepta el desprecio norteamericano por nosotros con completa complacencia, y tres: la selectiva memoria hipócrita estadounidense, de los anglos en general. ¿Olvidan qué azote supuso para las tribus aborígenes de las graves planicies de América del Norte (Canadá incluida) la llegada a sus tierras de los blancos de LA CASA DE LA PRADERA? ¿Cómo les sometieron, exterminaron, alcoholizaron, vejaron hasta convertirlos en lo que son hoy día: parias dipsomaníacos o ebrios dueños de casinos? Al parecer, todo quedó resuelto con que KEVIN COSTNER hiciera BAILANDO CON LOBOS.

Las naciones hispanoamericanas SON naciones independientes (sometidas, como todas, al flujo de los intereses económicos). Empero, NO HAY en EE.UU. una nación apache, o kiowa, o comanche propiamente. Están todos amalgamados en la barra de un bar, o haciendo collares, o abalorios tribales. ¿Vienen ahora a lincharnos por Colón?

En todo caso: esas injurias quedaron
perdonadas y olvidadas con este filme.
O eso parece ser
No sé qué respuesta diplomática ha tenido esta agresión. Intuyo que: nula. No tenemos bemoles de contestar estas actuaciones racistas acomplejados por mor de escrúpulos que la Ixquierda Progre ha insertado en nuestra Sociedad, porque protestar equivale a defender nuestro pasado poblador en Hispanoamérica (y parte sustanciosa de Estados Unidos), cosa propia de franquistas falocráticos. Eso, ¡jamás! Ser patriota es idiota y lo que mola es el republicanismo cosmopolita cobarde vendido a ofendidas minorías insaciables que nunca se cortan al exhibir su racismo rampante. Si fuese el caso de algún personaje francés, seguro que habría habido reacción. No digamos inglesa. Española…

Por amor propio, debió haber habido réplica. Últimamente USA está hispanófoba (como los traidores “socios europeos”) y se permite estas pasadas ignorando sus propios genocidios. Le sale mejor culparnos que asumir sus crímenes. De Manual del Racista. Sería aconsejable crear una Comisión, o Agencia, u Oficina, de Asuntos Hispanófonos que denunciara con toda dureza estos excesos internacionales.

Pero mucho exijo a un país a punto de fractura, enfermo a causa de una Ixquierda Intolerante incapaz de construir futuro porque sólo sabe revolcarse en críticas constantes, no aportar soluciones, que así está propiciando el auge de la UltraDerecha.

Sobre este terror genocida norteamericano, ¿nadie protesta?
Imitando el espíritu de esta aberración colombina, propongo empezar a expurgar cuanto legado romano haya en la península. Tildar a CÉSAR o a AUGUSTO de genocidas, reclamando a Italia daños y perjuicios por su colonización esclavista.