lunes, 8 de octubre de 2012

SEINFELD — LA VIDA MISMA, YA TE DIGO

Un cuarteto que ha inspirado otros, como el de THE BIG BANG
THEORY, por ejemplo. A destacar, la 'asediada' ELAINE BENES
(JULIA LUISE-DREYFUS)

Nueve temporadas y ciento setenta y dos episodios jalonan la existencia de esta sitcom. Al comienzo, en su primera y titubeante temporada, serie nacida por probar, tema que posteriormente reflejarían en la saga, nadie creía que Seinfeld se convertiría en un icono televisivo cuyo formato rompería con determinados estándares de producción de la pequeña pantalla, copiándose como norma en lo sucesivo. Dos ejemplos palpables de esa ‘revolución’ son FRASIER  y FRIENDS (o léase: el refrito de Seinfeld y Frasier.)

Y, como CHEERS, Seinfeld vio amenazada su existencia apenas nacida. Pero ahí estaba un obstinado que veía en el proyecto virtudes que despreciaban los demás. Al cabo, en la robustísima novena y última temporada, vemos que el riesgo se recompensó con el título a la mejor teleserie del siglo XX, y quizás mantenga ese título por largo tiempo.
Es cierto que, vista desde “afuera”, Seinfeld parece protagonizada por cuatro desquiciados con diverso grado de locura; el más normalito es JERRY Seinfeld, cómico judío neoyorkino que vehiculiza la saga. De apariencia ordenada y responsable, encarna un estereotipo del neoyorkino de Década 90 que, curiosamente, también refleja AMERICAN PSYCHO: alguien intachable, de recursos económicos, pero incapaz de asumir el compromiso. Cambiaba de pareja semanalmente, como hace Jerry. Estaban, ya entonces, criticando un sigul que definiría la infértil década.

La "base secreta" donde JERRY SEINFELD y sus amigos
(GEORGE COSTANZA -JASON ALEXANDER-, Elaine Benes
-Julia Luise-Dreyfus- y KRAMER -MICHAEL
RICHARDS-) reponían fuerzas
Jerry tiene un amigo del instituto, GEORGE COSTANZA (JASON ALEXANDER), el ejemplo del hombre medio común universal, con complejos, rechoncho, de calvicie galopante, inseguro y neurótico, listo a dar salidas de tono espectaculares que dañan más su ya pobre autoestima. Anda siempre preocupado por su ropa, manifestando un agudo lado femenino.

ELAINE BENES (JULIA LUISE-FREYFUS) fue novia de Jerry, pero mantienen una amistad que les hace recaer en las relaciones sexuales una vez. Por probar, vaya. Elaine, vegetariana que come pescado y carne, y maldice a quien viste pieles (aunque compre a George un costoso gorro de marta cebellina) orea aptitudes feministas en las que no cree tampoco. Parece la crítica a las feministas que, faltas de la capacidad para ocupar un puesto, enseguida agarran un estandarte resonante, como que las discriminan por su sexo, y montan un escándalo. La vida apalea a Elaine poco después, poniéndola en su lugar. Y mucho más abajo de donde pretendía estar.

Jerry Seinfeld en "inspirado fotograma" donde imita ante su
ex novia, Elaine, a su superhéroe favorito:
SUPERMAN
Pero el alma de la serie es KRAMER (MICHAEL RICHARDS). Desgarbado, desordenado, caradura, metepatas, el vecino gorrón de Jerry, su contrapunto también, empezó como un secundario peculiar, mas su vívida gestualidad (digna de HARPO MARX) fue situándolo a la cabeza del cuarteto. En las dos últimas temporadas alcanza su apoteosis, y creo que no puede entenderse el éxito de Seinfeld sin él.

Seinfeld es fiel retrato de la Humanidad y las relaciones personales, las filias y fobias que poseemos, compartimos, detestamos en otros. Pocas series pueden afirmar tal cosa, pese a los dólares invertidos en ellas (ALLY MCBEEL). Podréis entender mejor esta apreciación mía si os solicito que visionéis Seinfeld y Frasier, y descubriréis que la más lujosa producción (que también recomiendo por su gran calidad) drena para sí ideas de Seinfeld, telecomedia sin embargo mucho menos premiada que Frasier.

NEWMAN (WAYNE KNIGTH), cartero y vecino de Jerry;
su 'alter ego' a modo y supervillano de la
sitcom. También
protagoniza algunos momentos épicos
Y creo que la razón subyace en que Seinfeld es la misma, esperpéntica y dramática vida que nos rodea. George Costanza, con sus estridencias, parece imposible que exista; nadie puede ser tan George, hasta que recordamos a no sé quién, que hizo no sé qué, y, sí, fíjate, igualito-igualito que George. Hacer esto, en el caro reino de la evasión, tiene un precio, y puede ser que no te lleves tantos premios como un elegante acabado glamuroso con un romance entre medio para nutrir su sustancia (Frasier).

Y todos, ¿a qué negarlo?, pretendemos ser Jerry Seinfeld, la sota de oro de la comedia (guapo, con dinero, e ingenioso), pero vamos descubriendo que somos más George que nada, pidiendo a Dios no acabar siendo Kramer, aunque sus dotes de supervivencia son tan agudas que siempre está a flote, sin conocerle oficio ni beneficio.

Michael Richards como Kramer; conforme la
serie avanza, se advierte su importancia en
ella. Por cierto, por
Seinfeld pasaron muchos
actores que repetirían en
FRASIER
Los personajes fueron desarrollando tics que les destacaban de otros protagonistas de series, detalles que podemos encontrar en numerosas personas. En Frasier esto está más atenuado; el sibaritismo de los HERMANOS CRANE tiene algo de falso, pese a que el papel couché retrate figuras muy parecidas a ellos. Y Frasier también la protagoniza un cuarteto (unos FANTASTIC FOUR de alta sociedad) que mimetiza al neoyorkino.

Estas personas se van rodeando de secundarios que realzan sus figuras, como el obeso cartero NEWMAN (WAYNE KNIGHT), archienemigo de Jerry, o el esperpéntico GEORGE STEINBRENNER (LARRY DAVID, amigo de Seinfeld y co-creador de la serie), pasando por una fauna singular, como el TÍO LEO (LEN LESSER), el SOPERO NAZI o los padres de Jerry y George, en especial, FRANK Costanza (JERRY STILLER), todo un caso, capaz de traumatizar a la misma ESTATUA DE LA LIBERTAD, si se pone.

Jason Alexander encarnaba al neurótico George Costanza. La
vida misma, sí señor...
Todos juntos van formando una estructura en la que Seinfeld reposará en las sucesivas temporadas, mostrando un comportamiento muy propio del cómic. Poco a poco, las referencias a la historieta, de una gran agudeza por otra parte (dignas apreciaciones que los críticos del tebeo deberían ponderar), y su forma de proceder, se va adhiriendo a la serie, lo cual le brinda aún más mundanidad que la que esboza Frasier, cuyo auto-Universo, manado de Cheers, era asimismo rico, pero no tan fresco. Aunque no lo señalo como un demérito, pienso que, librados a una suerte de supervivencia, Seinfeld demuestra más capacidad pues posee menos escrúpulos y tiene más recursos. Aun así, en premios y nominaciones, no le fue mejor.

El grupo caracterizado para la que iba a ser última secuencia
de la
sitcom. Luego buscaron un final mucho más inesperado
Son igualmente recomendables los diálogos que se disparan el cuarteto (QUENTIN TARANTINO los tuvo también presentes para RESERVOIR DOGS), como sorprende la forma despiadada como entre ellos se tratan o lo hacen con sus semejantes. Ejemplo: George compra las invitaciones de su boda más económicas, y su novia, SUSAN (HEIDI SWEDBERG), muere envenenada a consecuencia de lamer la tóxica goma adhesiva de las solapas de los sobres. ¿Reacción de George ante su lápida? Hablarle de los cambios producidos en los NEW YORK YANKEES, donde él trabajaba, embargado por una inmensa sensación de alivio al no tener que casarse…

Vuestro Scriptor.