viernes, 12 de diciembre de 2025

REINA ESTELAR — TAN SIMPÁTICO COMO ANODINA

Cubierta. No encaja con lo que
cuenta el libro, empero ¿qué más
dá? Parecen en un parque de
atracciones... espacial

No se complica CLARK CARRADOS (y respetemos su pseudónimo, por el cual es mucho más popular —o lo era; las generaciones de las tablets ni puñetera idea de la trascendencia de estas modestas aunque prácticas literaturas de bolsillo [y aún peor: ni les importa]— que por su nombre real) al momento de producir otra historia de las tantas, y en varios géneros, que publicó bajo el sello de la indefendible Bruguera. Sólo espero le pagaran con decencia tanto esfuerzo. 

Insisto sobre la importancia negada a los escritores de “novela de a duro” o pulp (los habituales LESTER DENT o WALTER GIBSON), desprecio debido a su ingente labor y la amplia penetración que tenían entre un público masivo/bastante tolerante, al que no obstante iban adecuando para obras más resonantes (ese sobrevalorado hipócrita de THOREAU) con sus vibrantes relatos de las hazañas de unos Hombres Audaces. 

Las esnobs elites literarias críticas han señalado con su dorado dedo índice qué o qué no autor leer/no leer por salirle de los cojones, pues cuentan del afecto de un cautivo público esnob, y en un reino de sombras habitan los Carrados, Dent, Gibson o LAFUENTE ESTEFANÍA que hacían palpitar a sus lectores con más entusiasmo que los Célebres Nombres de la veleidosa querencia de las elites. Este cáncer persiste, y además de denunciarlo: ¡conviene combatirlo! 

Como CLARK CARRADOS quería
ser conocido, y lo respetamos. Eso sí:
¡qué pedante queda lo de la pipa! En
serio: da mala imagen

Carrados obedece al aparente patrón de producción de la serie La Conquista del Espacio (creo recordar que con ese rimbombante título estrenaron STAR TREK en esos años del Régimen que inmundos chacales a sueldo ahora siguen maldiciendo —aun siendo especie protegida entonces—): un emprendedor terrano con capacidad DOC SAVAGE para superar la adversidad acaba como sea en un planeta similar a la Tierra, donde una despampanante beldad está en entuerto quijotesco que solo él puede resolver. 

Una pléyade de bigardos enemigos (cortados un tanto al patrón MING DE MONGO, más que familiares tiranos del lector) y sus lacayos acosan hasta el extenuante exterminio a la joven flapper, obligando a intervenir al héroe (EDDIE TICKNER en este caso) que lidia la villanía hasta obtener la victoria total, más/menos forzada o sangrienta. 

LYSSIS es la víctima asediada; otro avatar de DEJAH THORIS para que el lector se sienta cómodo en “esta casa”, caso de conocer la saga de Barsoom o la que estaba popularizándose: Gor. Han elegido a Lyssis para ser reina de su planeta (al cual Eddie accede tras su poderoso avión atravesar una peculiar nube), lo cual encona al que piensa está ampliamente capacitado para ser mandamás. Un malo sin ninguna doblez o grises. 

Otra muestra de su prolífica labor
dentro del género; que también se
atrevió con el terror o el policíaco


Decide eliminar a la que una IA global (algo con pinta de artefacto de relato de STANISLAW LEM) ha escogido siguiendo patrones de idoneidad (eso significa que hasta el cartero, por respetable que sea, algún día podría suceder en el trono al rey o reina, descubriéndose superado por el cargo —Lyssis lo confiesa—), como desde años luz lleva sucediendo. Gran batalla, astuto gambito triunfal, happy end.

 Hasta aquí pienso contar. No esperes de este Reina Estelar más de lo que da. Pulida narración sin escabrosidades, inspira suponer que estos escritores podían haber generado estupendas sagas o aun historias de mayor calado; artes, tenían. Correrían no obstante el riesgo de difuminarse, dejar de ser auténticos, no tan ellos como en sus inofensivas correrías de a duro. 

Imputo defecto a esta obra el absurdo de que Eddie y Lyssis se lleven el manso de días y kilómetros recorriendo esos páramos sin llegar a establecer una conversación (y sabemos de la locuacidad/curiosidad femenina) nutrida de los hitos o deméritos de sus vidas. ¡Que vienes de otro mundo, Eddie! ¿No serías de especial interés para Lyssis? Forjar amistad. Gustándose, fomentar el derecho a roce, premio a los peligros corridos. Pues, no. Nada. 

Asumo la poca exigencia de estas novelitas, empero esos son elementos que van de cajón.