lunes, 18 de noviembre de 2013

SLÁINE, LOS CARROS DEL CIELO — EL BÁRBARO ECOLOGISTA Y SU FIEL ENANO CONTAMINANTE

Portada de SIMON BISLEY para esta
edición de la extinta y fugaz Alex Cómics
Para entender la grandeza de este personaje creado por PAT MILLS para 2000AD debemos contrastarlo con CONAN. El cimmerio (¿o cimmeriano?) es un existencialista brutal que recorre, gráficamente, el mundo ataviado con un tapavergüenzas/portaenfermedades venéreas y cutáneas blandiendo hachas, espadas, lanzas o garrotes en pos de sus metas, concretadas por un augurio, vagando por los primitivos intersticios de la Historia Muy Remota, enfrentado a dioses paganos y cultos heréticos. A veces, empero, se topa con un embaucador que aprovecha la corta inteligencia de sus antagonistas y sicarios para darse pábulo.

Conan acaba dándole matarile, sacudiendo garboso su pestilente taparrabos peludo, que debía abrigar lo suyo, pues ni siquiera necesita camisa cuando transita por esos helados páramos norteños. A continuación, coge lo que quiere, aun a golpes, cepillándose alguna díscola para que su hombría siga intachable, que eso de andar siempre entre fortachones musculosos daría de qué hablar.

MIKE MCMAHON imprime su estilo
característico en cada plancha. Aquí,
los protas en un autobús del Pasado
En cambio, Sláine respira un aire preñado de elementos mágicos y sobrenaturales donde la degradación de la Naturaleza (apenas importante en Conan) es subtrama que llega a ser argumento en momentos determinados, enfrentándose, de paso, a criaturas complejas y retorcidas, víctimas de rituales obscenos, o capaces de arrancar de otros mundos amenazas difíciles de eliminar.

En la historieta reseñada, Los carros del cielo, Sláine y UKKO, ese aprovechado enano parásito, diametralmente opuesto a lo que suele ser imagen de tal criatura, ladrón, embustero, buscavidas, desvergonzado, levantafaldas oportunista, atraviesan un erial resultado de las brujerías de los DRUNES, quienes han edificado calzadas y erigido dólmenes que drenan fuerza de la tierra (de la diosa DANU) para darle diversos usos, como alimentar una piedra arcana capaz de elevar currajs.

Aquí se establece una imagen: el dolmen como un símbolo fálico que extrae poder de la tierra, a modo de torre petrolífera.

He visto magníficas páginas de CONAN,
pero, con esta fuerza y dimensión de
grandeza, no
En Sláine, constantemente se hace reflexión de los recursos naturales con un alegato ecologista muy moderno. Esto permite ver, comparar, qué diferencia existe entre las inquietudes de ROBERT E. HOWARD (o toda la caterva que depredó su personaje) y Mills. El primero era/se sentía señor de la Creación, Dios dixit; el otro comprende que es un inquilino, de paso en este planeta. Y le preocupa qué dejará después.

En todo Conan, la Naturaleza es un escenario, un telón de fondo de desigual relevancia para el curso de la historia. JOHN BUSCEMA, o cualquier otro ilustrador, concentra la atención en las priápicas proezas del cimmeriano (¿o cimmerio?) o los secundarios, eclipsando el proscenio. En Los carros del cielo, MIKE MCMAHON hace lo opuesto. Sólo porque el género lo impone, Sláine adopta escorzos y posturitas de las que se espera ejecute un bárbaro nudista con un pellejo apelmazado tapandole las ingles. Pero muchas páginas y viñetas muestran profusas frondas, montañas, animales, y por allí, al fondo, corretea el Hombre, un elemento más. No dueño del entorno.

No es inhabitual ver en esta saga que la
Naturaleza y sus habitantes tienen mayor
protagonismo que los personajes
En Los carros del cielo, aparece una nefasta figura druida, el Drune SLOUGH THROT, con poder para conjurar los elementos y las fuerzas volcánicas de la Tierra. (Siendo, pues, Danu la Tierra, interpretamos que los druidas lograron dominar a la diosa, y de ella consiguen cuanto desean.) En cambio, y centrados en un ejemplo quizás archiconocido, en Conan EL BÁRBARO (JOHN MILLIUS), ¿a qué llega THULSA DOOM (JAMES EARL JONES)? Ciertamente es notoria su metamorfosis en sierpe, pero ¿provoca una erupción? ¿Incita a los elementos a atacar a Conan? ¿Contiene a los animales salvajes mediante símbolos? No.

Hace algo pálidamente sobrenatural, y casi de modo indirecto. Lo suyo es la oratoria. La persuasión verbal. El populismo resonante pero sin trasfondo.

Sláine abate su hacha, Comesesos, directamente sobre siniestros dioses y sus no menos letales acólitos. Comparte la vida intensa y amoral de un “hombre de su época”, fuerte y necesitado de placeres que considera idóneos de su leyenda urbana.

Otro ejemplo acerca de lo prioritario de
mostrar animales antes que héroes
Pero mientras que Conan aspira a la monarquía (trono que ocupa tras ensayar el golpe de estado en cuanta partida o banda se integró), Sláine se hace rey con una reluctancia matizada por su ambición personal. Le agrada su poder transitorio, pero se corona para contener una amenaza que podría arrasar su mundo, evidencia de un rasgo de compromiso y sabiduría ausente en Conan.

Luego, empero, está ese “mensaje feminista” que incrusta Mills a las andanzas de Sláine. Aunque una lectura más profunda nos hace ver que el interés del británico no es tan “progresista” como pretende hacer creer. Al fin y al cabo, la maternal Danu, la diosa principal, ¿no traiciona a Sláine, inundando Tir Nan Og, ahogando a miles de los que identifica como sus hijos?

Pero, cuando toca dar leña, se asesta de
esta manera
Todo Sláine se orienta a predicar, más o menos, que la Mujer comprende valores morales superiores y sutilezas que el Hombre ha simplificado en fuerza, violencia y rudeza, y por eso la hembra es mejor que el macho. Mas después asesta este traicionero golpe, y no menos exento de ferocidad que la criticada en el Hombre. Queda esa mácula de cinismo, que impulsa a reflexionar.

Y unas líneas para el dibujo de McMahon, muy distinto al que podríamos calificar de “realista y académico” de Buscema (o SIMON BISLEY). Roza lo cubista, lo abstracto. Slough Throt parece un leño animado. El arte, empero, posee enorme fuerza expresiva que el entintado destaca más. Ha sido el meticuloso detalle que ha puesto en las viñetas que contienen “elementos ecológicos” lo que me ha impulsado a especular sobre la naturaleza de ambos iconos barbáricos y verles las ‘diferencias’.

O de esta otra. SLÁINE, sin duda, es la opción
más recomendable de toda la barbarie que la
ficción, novelada o gráfica, ha parido
McMahon es, sin duda, un dibujante de culto, quizás de amplio rechazo por la mayoría. Aun así, posee considerable fuente de recursos, que lo hacen vistoso y sugerente. Sobre todo, cómo compone la plancha, engarzando con espacios en blanco distintas viñetas, que hace casi ilimitados los espacios por donde Sláine combate, a diferencia de algunas páginas de Conan, cerradas hasta la claustrofobia.

Como alternativa a un Conan sobado hasta el harapo, e incomprendido por muchos de quienes han “trabajado con él”, Sláine es dignísima alternativa. Hartamente recomendable. A veces, muy superior al bárbaro del que parece surgir.

Vuestro Scriptor.

Relacionado: