Portada de SIMON BISLEY para esta edición de la extinta y fugaz Alex Cómics |
Para entender la grandeza de este
personaje creado por PAT MILLS para 2000AD
debemos contrastarlo con CONAN. El
cimmerio (¿o cimmeriano?) es un existencialista brutal que recorre,
gráficamente, el mundo ataviado con un tapavergüenzas/portaenfermedades venéreas y
cutáneas blandiendo hachas, espadas, lanzas o garrotes en pos de sus metas, concretadas
por un augurio, vagando por los primitivos intersticios de la Historia Muy
Remota, enfrentado a dioses paganos y cultos heréticos. A veces, empero, se
topa con un embaucador que aprovecha la corta inteligencia de sus antagonistas
y sicarios para darse pábulo.
Conan acaba dándole matarile, sacudiendo
garboso su pestilente taparrabos peludo, que debía abrigar lo suyo, pues ni
siquiera necesita camisa cuando transita por esos helados páramos norteños. A
continuación, coge lo que quiere, aun a golpes, cepillándose alguna díscola
para que su hombría siga intachable, que eso de andar siempre entre fortachones
musculosos daría de qué hablar.
MIKE MCMAHON imprime su estilo característico en cada plancha. Aquí, los protas en un autobús del Pasado |
En cambio, Sláine respira un aire preñado
de elementos mágicos y sobrenaturales donde la degradación de la Naturaleza
(apenas importante en Conan) es
subtrama que llega a ser argumento en momentos determinados, enfrentándose, de
paso, a criaturas complejas y retorcidas, víctimas de rituales obscenos, o capaces
de arrancar de otros mundos amenazas difíciles de eliminar.
En la historieta reseñada, Los carros del cielo, Sláine y UKKO, ese
aprovechado enano parásito, diametralmente opuesto a lo que suele ser imagen de
tal criatura, ladrón, embustero, buscavidas, desvergonzado, levantafaldas
oportunista, atraviesan un erial resultado de las brujerías de los DRUNES,
quienes han edificado calzadas y erigido dólmenes que drenan fuerza de la
tierra (de la diosa DANU) para darle diversos usos, como alimentar una piedra
arcana capaz de elevar currajs.
Aquí se establece una imagen: el dolmen
como un símbolo fálico que extrae poder de la tierra, a modo de torre
petrolífera.
He visto magníficas páginas de CONAN, pero, con esta fuerza y dimensión de grandeza, no |
En Sláine,
constantemente se hace reflexión de los recursos naturales con un alegato
ecologista muy moderno. Esto permite ver, comparar, qué diferencia existe entre
las inquietudes de ROBERT E. HOWARD (o toda la caterva que depredó su
personaje) y Mills. El primero era/se sentía señor de la Creación, Dios dixit; el otro comprende que es un
inquilino, de paso en este planeta. Y le preocupa qué dejará después.
En todo Conan, la Naturaleza es un escenario, un telón de fondo de desigual
relevancia para el curso de la historia. JOHN BUSCEMA, o cualquier otro
ilustrador, concentra la atención en las priápicas proezas del cimmeriano (¿o
cimmerio?) o los secundarios, eclipsando el proscenio. En Los carros del cielo, MIKE MCMAHON hace lo opuesto. Sólo porque el
género lo impone, Sláine adopta escorzos y posturitas de las que se espera ejecute
un bárbaro nudista con un pellejo apelmazado tapandole las ingles. Pero muchas
páginas y viñetas muestran profusas frondas, montañas, animales, y por allí, al
fondo, corretea el Hombre, un elemento más. No dueño del entorno.
No es inhabitual ver en esta saga que la Naturaleza y sus habitantes tienen mayor protagonismo que los personajes |
En Los
carros del cielo, aparece una nefasta figura druida, el Drune SLOUGH THROT,
con poder para conjurar los elementos y las fuerzas volcánicas de la Tierra.
(Siendo, pues, Danu la Tierra, interpretamos que los druidas lograron dominar a
la diosa, y de ella consiguen cuanto desean.) En cambio, y centrados en un
ejemplo quizás archiconocido, en Conan EL
BÁRBARO (JOHN MILLIUS), ¿a qué llega THULSA DOOM (JAMES EARL JONES)?
Ciertamente es notoria su metamorfosis en sierpe, pero ¿provoca una erupción?
¿Incita a los elementos a atacar a Conan? ¿Contiene a los animales salvajes
mediante símbolos? No.
Hace algo pálidamente sobrenatural, y
casi de modo indirecto. Lo suyo es la oratoria. La persuasión verbal. El
populismo resonante pero sin trasfondo.
Sláine abate su hacha, Comesesos, directamente sobre siniestros
dioses y sus no menos letales acólitos. Comparte la vida intensa y amoral de un
“hombre de su época”, fuerte y necesitado de placeres que considera idóneos de
su leyenda urbana.
Otro ejemplo acerca de lo prioritario de mostrar animales antes que héroes |
Pero mientras que Conan aspira a la
monarquía (trono que ocupa tras ensayar el golpe de estado en cuanta partida o
banda se integró), Sláine se hace rey con una reluctancia matizada por su
ambición personal. Le agrada su poder transitorio, pero se corona para contener
una amenaza que podría arrasar su mundo, evidencia de un rasgo de compromiso y
sabiduría ausente en Conan.
Luego, empero, está ese “mensaje
feminista” que incrusta Mills a las andanzas de Sláine. Aunque una lectura más profunda nos hace ver que el interés
del británico no es tan “progresista” como pretende hacer creer. Al fin y al
cabo, la maternal Danu, la diosa
principal, ¿no traiciona a Sláine, inundando Tir Nan Og, ahogando a miles de
los que identifica como sus hijos?
Pero, cuando toca dar leña, se asesta de esta manera |
Todo Sláine
se orienta a predicar, más o menos, que la Mujer comprende valores morales
superiores y sutilezas que el Hombre ha simplificado en fuerza, violencia y
rudeza, y por eso la hembra es mejor que el macho. Mas después asesta este traicionero
golpe, y no menos exento de ferocidad que la criticada en el Hombre. Queda esa
mácula de cinismo, que impulsa a reflexionar.
Y unas líneas para el dibujo de McMahon,
muy distinto al que podríamos calificar de “realista y académico” de Buscema (o
SIMON BISLEY). Roza lo cubista, lo abstracto. Slough Throt parece un leño animado.
El arte, empero, posee enorme fuerza expresiva que el entintado destaca más. Ha
sido el meticuloso detalle que ha puesto en las viñetas que contienen
“elementos ecológicos” lo que me ha impulsado a especular sobre la naturaleza
de ambos iconos barbáricos y verles las ‘diferencias’.
O de esta otra. SLÁINE, sin duda, es la opción más recomendable de toda la barbarie que la ficción, novelada o gráfica, ha parido |
McMahon es, sin duda, un dibujante de
culto, quizás de amplio rechazo por la mayoría. Aun así, posee considerable
fuente de recursos, que lo hacen vistoso y sugerente. Sobre todo, cómo compone
la plancha, engarzando con espacios en blanco distintas viñetas, que hace casi
ilimitados los espacios por donde Sláine combate, a diferencia de algunas
páginas de Conan, cerradas hasta la
claustrofobia.
Como alternativa a un Conan sobado hasta el harapo, e
incomprendido por muchos de quienes han “trabajado con él”, Sláine es dignísima alternativa.
Hartamente recomendable. A veces, muy superior al bárbaro del que parece
surgir.
Vuestro Scriptor.
También en: http://spnkgirl.blogspot.com.es/
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