Afiche foráneo. Como nunca, SUPERMAN identificado con el MESÍAS. Y, no, no lo es |
Sigo sin comprender por qué el SUPERMAN RETURNS de BRYAN SINGER quedó
ahí. El realizador canadiense dejó el listón altísimo. Dignificó la muy
harapienta imagen que del ÚLTIMO HIJO DE KRYPTON habían dejado los inefables
SALKIND. Efectuó una grata continuidad con el legado de CHRISTOPHER REEVES.
Realizó la película que SUPERMAN merecía. Incluso le dio su propia aureola de
continuidad.
Pero el relativo fracaso económico de Superman returns abortó, parece ser, una
secuela emprendida por este equipo creativo que desdeñaba las amargas payasadas
que otrora se rodaron sobre el escultista kryptoniano. Se intuye que es mucho
menos vituperable la nefanda época en que BATMAN/SCHUMACHER
agujereó la leyenda urbana del CABALLERO OSCURO que la saga, mal parida, de Superman.
La escena del sacrificio supremo: JOR-EL y LARA entregan al Nilo del Cosmos a su hijo, KAL-EL. El remoto santuario ofrece oportunidades perdidas en el agotado Krypton |
Para revitalizar (¿o invalidar?) el Planeamiento Singer, los estudios eligieron
a ZACK SNYDER, que ya saltara a la fama por filmar en bronce añejo las viñetas
del 300 de FRANK MILLER, inyectándole
excesos visuales que lograron conmocionar nuestra atención al recordar, en
clave aún más fabulosa, los sucesos históricos de la batalla de las Termópilas.
Este realizador está perfilándose como el
Gran Director del Cine de Superhéroes. Tendrá el instinto, la visión, los
redaños, qué sé yo, que lo destacan sobre otros autores que, sin embargo,
pueden lidiar tan volátil encargo con notable solvencia, como JON FAVREAU y
JOSS WHEDON han demostrado recientemente.
El émulo del edicto del FARAÓN: el GENERAL ZOD. Por si Krypton no tuviese problemas, Zod le añade más iniciando una revuelta militar para "sanear" una burocracia inepta |
Snyder acepta el ambicioso encargo de
reconstruir todo-todo Superman
dotándole de un tono sombrío que, empero, no encaja con Superman. Su Man of Steel
recuerda, en lo gráfico, al Superman,
IDENTIDAD SECRETA, el LEX LUTHOR,
HOMBRE DE ACERO y Superman: LEGADO.
Esas páginas oscilaban en el violento claroscuro que Snyder ha sumergido a
Superman, donde la mano ‘tenebrosa’ de CHRISTOPHER NOLAN también se percibe,
importando (se sugiere) la “magia” de sus Batman,
un recargado escenario gótico (pese al barroquismo visual de los artefactos)
que pareciera reflejo, a su vez, del contenido de las almas de los personajes.
KEVIN COSTNER, a mi parecer, no da la talla del paternal JONATHAN KENT interpretado por GLENN FORD. Costner no transmite la paciente y amable sabiduría del otro actor |
Man
of Steel ha generado
vívidas contracorrientes de opinión. Se ensalza y encuentra decepcionante; no
han querido ver, en la cinta, más que un vehemente derroche de FX de soberana e impecable factura, como
demanda toda película de Superman que
se respete. Sus exégetas apelan a argumentaciones tontainas y sibaritismos
relamidos. El colmo es argüir “no sabes
qué te pierdes” como toda razón para invalidar una opinión crítica opuesta.
¿Qué me pierdo? Acláramelo, ¿no? Porque
se supone que la época “porque lo digo yo”
felizmente quedó en el ayer. Hoy se argumentan las cosas.
No sé qué LOIS LANE es peor; si MARGOTT KIDER, que necesitaba valium por un tubo, o esta trepa, encarnación de la "moderna mujer emprendedora" que sólo imita estilos masculinos de ambición |
Este tipo de nuevo tirano de internet no
es amigo de tal procedimiento. Te marca con el “no sabes qué te pierdes”. Y si no modificas tu criterio, alineándote
ciegamente con su parecer, en obediencia a esa lacónica sentencia, no sabes qué
te espera.
Sigamos: Snyder ha proyectado a Superman a
una Época Oscura que rediseña la vida del superhéroe de la S en el pecho totalmente.
Ha dirigido un Elseworld que apunta
al tan de moda reebot en las
editoriales hoy día. Ha negado la épica a Superman (algo que le brindó Singer a
raudales) para dejarnos groguis con unas epatantes luchas que obligan a
afirmar: en efecto, así dan caña Superman y los tíos poderosos como él. Se
salen del marco. No pueden evitarlo.
Un nuevo sheriff en SMALVILLE, cuyo nombre de guerra, Superman, aún está por acuñar. Es extraña, esta oscura indumentaria del escultista de Krypton... |
Pero esta grandiosidad ha sacrificado la
luz y el calor amistoso, de querer integrarse, que la figura de Superman
irradia, junto a la BSO de JOHN WILLIAMS. No concibo un Superman sin sus acordes, tan familiares como la obertura de STAR WARS. En vano esperé oírlos.
Singer, en clave de homenaje, los respetó en su filme. Su ausencia, aquí, resta
entidad al Superman de duras facciones encarnado por HENRY CAVILL.
Snyder, empero, tendió aún lazos de unión
con la saga del recordado Reeves; Man of
Steel ‘recupera’ la secuela al Superman
de 1978. Reaparece el GENERAL ZOD (MICHAEL SHANNON), mas acompañado de un
séquito de kryptonianos mayor que en la película original.
Que me aclaren esto: si la nave de los kryptonianos refleja las condiciones de su mundo natal, ¿por qué Lois sigue en pie? Y no se trata solo de un problema de atmósfera, sino de gravedad |
Este Zod ‘ha ganado’ con el cambio. El de
TERENCE STAMP seguía la flatulenta estela de los personajes de cómics
endiosados y grandilocuentes, expertos en posturitas, pero parcos en hechos que
respaldasen sus altivas amenazas. Con la ayuda de DAVID S. GOYER, otro experto
en superhéroes-en-pantalla, dotan a Zod de un tenebroso carácter tan pródigo en
actos como palabras. Y puestos en las reformas, el Krypton ‘revitalizado’ no es
aquél paraje nevado de los diáfanos cristales cargados de información.
No es cuestión racial, pero no veo un PERRY WHITE negro, como tampoco un HEIMDALL de piel oscura (y ese cantaba más: Heimdall es un dios nórdico) |
Es suerte de pesadilla steampunk que orla la siniestra
arquitectura recargada de los NECRÓFEROS de LAS
CRÓNICAS DE RIDDICK. Han caracterizado, mejor que nunca, a los kryptonianos
como una anquilosada raza decadente, ampliamente arrogante en la molicie de sus
pasadas conquistas gloriosas, memorable recuerdo que, sin embargo, son
incapaces de recuperar.
La voz disonante que denuncia el notable
riesgo que comporta esto sigue siendo la de JOR-EL (un RUSSEL CROWE de amplio
protagonismo), que expide a la Tierra a su único hijo con la esperanza de que
pontifique entre mundos, uno pujante pero al borde del abismo abierto por sus
errores y precipitación, y el agotado Krypton, necesitado de savia nueva, mas
no como requieren sus leyes inmovilistas estilo UN MUNDO FELIZ.
En el apartado de FX, MAN OF STEEL es impresionante. Por desgracia, las películas son mucho más. Al menos, las que pretendan legar algo más que hostias supersónicas |
Snyder centra la atención en este punto.
Krypton, como el Japón previo al siglo XX, se había estrangulado forjando una
Sociedad de castas que impedían su regeneración física, cívica y moral. En la
aleatoriedad de la concepción natural reposa la virtud de engendrar alguien que
impulse la Sociedad un enorme trecho. Krypton intuyó que, con su método, también
anulaba el riesgo de concebir un HITLER. Irónicamente, lo obtienen en su máximo
protector, Zod, que, no obstante, no se subleva por deliberado gusto por el
poder, sino forzado por el ciego estigma obsesivo estampado en sus genes.
Man of Steel no termina con esta habitual imagen de lo que venían siendo los filmes de Superman. También rompe con esto, como con la clásica BSO de JOHN WILLIAMS |
Los flashbacks
diseñados para mostrar la infancia-adolescencia de KAL-EL, y depositarnos en
las apabullantes peleas, descoyuntan la película. Y, en serio, KEVIN COSTNER (cuya
muerte es un exceso absurdo) no supera el recuerdo, paternal y educativo, de
GLENN FORD. Parece listo a darte una paliza, no una bondadosa lección sobre
cómo soportar a los seres humanos según JONATHAN KENT.
Vuestro Scriptor.
También en: http://spnkgirl.blogspot.com.es/
Relacionado:
http://unahistoriadelafrontera.blogspot.com.es/2012/05/heroes-mucho-ruido.html