Afiche de la secuela, ajá, sí. Pero es que esa leyenda de cabecera, tan a wevo de este comentario... Irresistible |
El reciente visionado de su ópera prima, CLERKS, me refrescó las tantas
vicisitudes que superó este freakie
realizador de cine norteamericano para poner en fotogramas su guión. Kevin es ‘uno
de los nuestros’, conviene puntualizar. Tendente a las charlas, al coleccionismo
de cómics, querencia por las figuras de las viñetas a las que, sin embargo,
sabe poner crítica y ácida distancia para obtener sano criterio. Degusta buen
cine. Fijo que sus cien pelis favoritas son, más o menos, las que nosotros
apuntaríamos en la lista.
Pero prefiero resaltar más el arrojo que
demostró para materializar Clerks.
Parejo al de SAM RAIMI o ROBERT RODRÍGUEZ con EL MARIACHI, que importó seis mil dólares. Una cinta de acción de
casi noventa minutos, seis mil pavos. Eso, le dijeron a Rodríguez, es lo que
cuesta el montaje del tráiler publicitario.
Otro hito del cine guerrillero económico ¿Podía hacerse? Se hizo |
Kevin vendió parte de su colección de tebeos
para financiar Clerks, odisea de un
joven dependiente al que marran su día de descanso, pretexto que Smith
aprovecha para mostrar un amplio repertorio de personajes (comunes, exóticos,
impresentables, descollando JAY y BOB EL SILENCIOSO) y su habilidad para tejer
elaborados y brillantes diálogos que, en la mayor parte del metraje,
constituyen su columna vertebral. Ya presenta su inquietud por las relaciones
amorosas, qué azarosas pueden llegar a ser. Y la resistencia del varón a
abandonar la zona de confort de sus fetichismos (filmes, cómics, hockey…) para
entrar en el complejo mundo adulto del noviazgo.
También pidió prestado dinero y creo que
trampeó un poco sus tarjetas de crédito para obtener los veinticinco mil
machacantes que costó Clerks. No sé
qué esperaba Kevin al plantearse esta aventura: si estrellarse en Sundace, o ganar
gloria. El riesgo se saldó, ya sabemos, con su estatus presente. Lo cierto es
que algo le reconcomía, este filme, y quería darle salida; la fiebre típica del
auténtico creador, que no mira insignificancias con tal de brindarle a su
criatura medios de expresión.
Y qué decir se ésta; en su momento, la EL MARIACHI del cine de terror. ¡RAIMI, espejo de autodidacta emprendedor! |
Recordé mucho a estos realizadores y el
coraje manifiesto en la fe de su proyecto, y a qué extremos llegaron por tal de
materializarlo, pensando en aquellos que abundan por ahí pretendiendo hacer una
peli. La primera. Y todo son obstáculos para ellos. Quejas. Lamentos. Llantos.
Falta de iniciativa, de agallas, arrojo, compromiso. Por ejemplo: ¿que tienes que rodar, por
no sé qué contratiempos, en B/N tu remake
de, no sé, una cinta francesa de suspense (¡copiando a otros, encima; vaya “originalidad”!)?
¡Mira qué drama! Bueno, ¿cuántas meritorias películas no están filmadas en B/N?
¡Clerks, para empezar!
¡Qué aires suelen darse esos personajes! ¡Vaya
humos! ¡Menudos Mr. Hollywood están hechos! ¡Atrás todos: llega El Marquesito
Cineasta! ¡La grandilocuencia del celuloide! Inculto amateur flatulento, ¡robando trabajos ajenos!, sin tablas,
experiencia, formación, intentando equipararse a los Grandes. Sin arriesgarse,
sin poner de su parte más que su desmesurado pero frágil ego, cuyas quejas
demuestran qué poca autoestima posee. Cuando hablan del fracaso al arrancar el
proyecto, exponen una neurosis de acosos y persecuciones que sólo excusan su desproporcionada
vagancia.
Y, en su momento, MAD MAX llamó la atención por su ajustado presupuesto |
¡Sollozo afeminado por lo del B/N! Bueno,
a veces, el B/N resalta más las expresiones de los actores; preguntad, si no, a
TIM BURTON por ED WOOD. Rodada en B/N
ex profeso para eso: acentuar el
clímax emotivo.
Estos Marquesitos Cineastas, a los que
hay que bajar de las nubes (porque, por menos, ¡ha muerto gente!) parecen, pese
a su oronda perorata de ‘conocimientos del medio’, ignorar este dato. ¡Vaya con
las “prometedoras nuevas firmas” de nuestro cine! Deben recibirlo todo ya
mascado. Que otros se partan los cuernos haciendo su trabajo. ¿No son de
envidiar, así, a tíos como Sam, Kevin o Robert, emprendedores DE VERDAD?