miércoles, 1 de marzo de 2017

BLADE (CÓMIC) – PECADOS DEL PADRE — PENITENCIA PARA EL LECTOR

Equívoca portada: no sabemos si
BLADE mata nósferos o zombis. Bueno,
tanto da, al parecer
A resaltar virtudes, las focalizaré en el apartado gráfico, obra de BART SEARS, que intenta atrapar nuestra atención sobre un producto con todas las trazas de haber sido horneado aprisa-y-corriendo para aprovechar/explotar el tirón del primer Blade en fotogramas, producción de carácter modesto que dio empero inmensa sorpresa.

Mas este Pecados del padre va muy corto en cuanto al argumento, mínimo-nimio; aun tiene aspectos que lo hacen absurdo, amenazando con deslucir incluso a este “cameo” negro de VAN HELSING, quien manifiesta reforma nada desdeñable. No es aquél oscuro secundario setentero que transitaba calles londinenses donde la niebla tapaba algo más que mugre procedente de las chimeneas victorianas, todo bajo el prisma norteamericano de entender otras naciones y al modo Marvel.

El “nuevo” Blade, con el hierático semblante de WESLEY SNIPES, es hombre cargado con una tremenda responsabilidad y la maldición que infesta su torrente sanguíneo. Lo ha marcado, comprometiendo los pensamientos, costumbres y actos de esta suerte de vengador que hiende las nuevas nieblas de polución de las grandes ciudades (estadounidenses) cazando entes ávidos de sangre al amparo de un palio protector de siervos que facilitan su tarea alimenticia o la gestión de sus provechosos negocios.

Página que muestra un grosero error
que impregna este tebeo. Por algunos.
las décadas no pasan. Tampoco en
su vestuario, o hábitos
El “viejo” Blade se enfrentaba con DRÁCULA (una versión más bien icónica —pero no en sentido positivo— que reflejaba los rasgos de elegancia histriónica de VINCENT PRICE) y cuantos secuaces a mano tuviese, necesarios para mantener al personaje en imprenta y quioscos. La calidad de su trama… era cosa relativa. Éramos lectores más ingenuos; podían colarnos ciertas bobadas. Siempre no fuesen muy grandes, esto es.

Tara que perpetúa este Pecados del padre. MARK ADREYKO, guionista, precisamente no se luce con cuanto ha pergeñado para “nuestro deleite”. Presenta un nuevo episodio, precuela de la película además, de lo que parece la eterna cruzada de Blade contra los chupasangres estilosos que cobran víctimas en las discos de diseño. Pero Andreyko lo aborda con ‘extraordinaria originalidad’, remontando los acontecimientos a cuando ELIOT NESS, ahí nada. Bueno, en principio, ¿por qué no? Tratamos con una mortífera leyenda urbana medieval. Lo chungo viene cuando descubres que aquellos viejos gansters de la Prohibición… ¡mantienen su indumentaria y vehículos aún flamantes!

Blade siempre cautivo con las mismas
intenciones de sus captores
Ni por un segundo se han enterado de cuántas décadas han pasado desde el momento en que el JOHN FORSON de turno les convirtió en enemigos del Sol y habitantes de la noche perpetua. Visten, se comportan, conducen esos Ford T de “su juventud”. ¡Incongruente! Sólo la hija del Mafioso Prime y fautor de mordiscos contaminantes, CORDELIA, lamia con grandes secretos, ha ido remozando vestuario. Va de moderna, desafiante y excitante en las prietas curvas, acechando a Blade para obtener de él esa suerte de inmunidad que les permitiría andar por la calle a pleno high noon.

Lo valioso del conjunto, sin embargo, aparte del trazo de Sears, se centra en que el mito del nósfero busca revitalizarse. Abandona las decadentes criptas góticas y los oscuros parajes para moverse a ritmo hip-hop o se desliza, con caros trajes de corte italiano, como una tremenda ironía, por las salas de juntas de las Corporaciones chupasangres. Es virus con un poder remarcable: la renovación, la adaptación. 

Dinámica contraportada que merecía
ser portada
Sin embargo, ¡alarde de novedad!, Andreyko ancla a “sus” nósferos al cumpleaños de AL CAPONE. He aquí una preocupante limitación creadora y de la que Marvel hace gala. Entiende de un modo demasiado sui generis la realidad, encasillando de forma implacable países y figuras, a los que condena a la inmovilidad perpetua.

Destroza así parte del encomiable esfuerzo por renovar un mito medieval explotado también en viñetas. Creo conviene criticar esta penosa lacra creativa.