Afiche. Aunque suene presuntuoso, tras BLADE las pelis de nósferos no fueron ya iguales. Pregúntenle a VAN HELSING |
Saber los antecedentes (el tío con la
bandolera llena de cuchillos de madera que mataba nósferos por lo decadente de
Londres), hizo sintiera yuyu por la
película. Pero constituyó agradable sorpresa. Suponía corolario a un revulsivo
que llevaba algunos años cociéndose (un aspecto distinto del nósfero, entendido
como un refinado pero inquietante forastero a cuyo alrededor empieza a
desaparecer la gente, todo desde una pausada perspectiva llena de misterio y suspense,
para no espantar además a las futuras víctimas), bullendo en cintas como LOS VIAJEROS DE LA NOCHE o ABIERTO HASTA EL AMANECER.
Esos ejemplos mostraban un aspecto ‘bélico’
del mito. VAMPIROS (la novela)
también abordaba, desde ese enfoque, ‘la problemática’. Todas, empero,
comparten un mismo caudal: la existencia de un submundo, una especie de
pararrealidad, donde imposibles que meten pavor a adolescentes en la pantalla
de plata o narraciones más-menos escabrosas, son reales, y el miedo, algo banal.
¡Puro pánico experimentas en situaciones de combate como las que afronta Blade!
Así, el nósfero abandonaba su aire de rancio
aristócrata de Europa del Este, expeliendo decadencia y sensación de refinados sadismos,
aislado en una mansión u hogar de aire confortable/acaudalado, romántico-trágico
encadenado a los sobados clichés de la productora Hammer, que a fuerza de usarlos los dejó harapientos, para
convertirse en unas nuevas generaciones PP (party
permanente) que abarcaban todo el espectro social. A un tiempo son fuertes,
elitistas, clasistas, arrogantes, groseros, irrespetuosos; abren discos de moda,
para atraer a sus víctimas, donde se alimentan de ellas.
Blade (al menos, la primera) muestra asimismo
aire de contención económica. Exhala Serie
B por casi todos los fotogramas. Eso la hace, curiosamente, aún más
agraciada, pues adviertes cuánto se esforzó el personal por hacer útil cada
dólar invertido. WESLEY SNIPES sin duda vio en Blade $uculenta franquicia. Vamos a aportar hasta el último gramo
de talento (generando una imagen fría, poderosa, icónica, que comete algunas
chulerías coreografiadas para aumentar el espectáculo, rehuyendo lo artificioso
del drama) para reventar taquilla y luego dormirnos en los laureles (cosa que sucedió
en la nefasta tercera entrega).
La dama en peligro, para que la peli cumpla con todos los tradicionales requisitos de la aventura |
Lo importante, al menos para mí, fue el
remozado que sufría el caduco mito europeo. (A señalar, sin embargo: ROBERT
RODRIGUEZ mostrara que los nósferos de Méjico podían ser aún más antiguos que
los europeos, con quienes podían compartir lazos, o ser raza muy viajera,
acendrada en la Historia y el mundo.) Blade
transforma la imagen del siniestro elegante de capa con forro de escarlata
seda, que parece cargar penas de amor eternas pero de implacable voracidad al hallar
alimento en las arterias palpitantes de sus víctimas, cansino por su repetición
encorsetada a parámetros harto vistos, en algo moderno, similar a un ejecutivo
de una Corporación despiadada que sólo busca beneficios sin reparar en
consecuencias físicas o morales, que atraviesa las ciudades como relámpagos, y sustenta
una corte elitista donde la democracia es una idea risible.
Imperan los machos alfa y los aspirantes,
como en las manadas de los más elevados predadores. Combatiendo ora por
mantenerse, ora por ocupar el trono. (La idea no excluye a ámbitos donde este
concepto pareciera ajeno. La competitividad adquiere numerosas formas.)
El malo, por mucha música moderna que escuche, no deja sin embargo de desarrollar tribalismos prehistóricos, como la desmedida ansia de poder |
Este
feliz refrescado, lamentablemente, acabó torciéndose a la izquierda, y todo el muestrario
de monstruos que aterrara nuestra infancia se volvió blanditas encarnaciones de
crepusculares jovencitos de fabricación cosmética para llenar los cines de chiquillas
enamoradizas que simpatizan con el taciturno licantro de turno o el repeinado nósfero
obligado a sorber sangre con una novia perdonalotodo boba que quiere ser la
MARGARITA de este adolescente mito atontado de FAUSTO.
Por
suerte, Blade, para hombres de pelo
en pecho, sigue salvando la situación.