Afiche. El experimento que adquiere plena consciencia de sí y supera al creador. ¿Nos pasa esto con Dios? |
NEIL BLOMKAMP parece obsesionado con la
conciencia, aparte de imprimir un aire contumaz, pero bien llevado, de
historieta manga a sus películas. En DISTRITO 9 recrea sui generis Thypares/El Patio de los Desperdicios, que luego amplía
en ELYSIUM. Aquí incorpora un toque
de APPLESEED al protagonista, quien
desde la chatarra (otra referencia a ALITA),
se abre azaroso paso hasta la consciencia, las emociones, el libre albedrío, la divina
capacidad del perdón.
En sus cintas anteriores sucede algo
similar; desde el funcionario atontado pero víctima propiciatoria de las
oscuras maquinaciones de la Corporación para la cual trabaja, cuya metamorfosis
(más amena que la de KAFKA) le eleva sobre distintos prejuicios o ideas
preconcebidas, pasando por el exconvicto transformado en potente cyborg con los
días contados (un plazo similar al de Chappie) que se sacrifica por la
Humanidad, hasta Chappie, cuyo creador invirtió horas sin fin-sin fin para
generar el algoritmo que le hace una nueva forma de vida en un planeta quizás mal
dispuesto a aceptar más inquilinos.
Obviando estas consideraciones, debo empero
imputarle mínima-nimia originalidad al planteamiento de Chappie. Soslayaré repasar la insistencia de la ciencia ficción en
dotar de alma al androide (acaso el primer ejemplo, el MONSTRUO DE FRANKENSTEIN), intento de emular a Dios,
consiguiendo además dar un punto de vista insólito del ancho mundo que se nos hurta
por estar demasiado encima del objetivo, como dirían a RICK DECKARD en ¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS? (Y
los replicantes son otro paradigma de los
artificiales que persiguen conciencia y ánima.)
Creador y creado enfrentados; uno sólo tiene preguntas; el otro carece de respuestas. Los dos tantean a oscuras la vida |
Iré a la materia. Directo. Blomkamp, afirme
lo que quiera, esta vez se ha tirado al palo. Para nosotros, sin embargo, favorablemente.
Porque se ha limitado a copiar la estructura de RoboCop (la buena, la de VERHOEVEN) adaptándola a Johannesburgo, un
Soguetto de violencia tribalpunk
donde irrumpe no un guerrero cibernético con tejido humano empotrado en el
resistente titanio, sino una brigada entera de ágiles máquinas policiales que
combaten resueltos/sin sentimientos al encrespado crimen.
Con el severo castigo que nuestro protagonista
artificial recibe Blomkamp casi intenta despistarnos (también las pasó putas ALEX
MURPHY). De que no es “su” RoboCop.
“Lo” parece. Sucede que, listo al desguace, el inventivo creador lo somete a
una prueba de inteligencia artificial total. El resultado es exitoso. A modo, este Murphy… recuerda.
Claro, que a estos megatatuados tanta filosofía se la trae floja. Las complicaciones del día-a-día prima sobre todo |
Tras ese “acto de generosidad” no obstante se
oculta un extraño egoísmo, aun desprecio. Pues Chappie, dañado, durará unos
días. El creador, pues, estaba ensayando con una máquina que adquiere una noción
absoluta de sí y su entorno consciente de que, agotada la batería, terminaría
el experimento. Y ahora ¿qué? Chappie no sólo debe lidiar con los delincuentes
que le educan en la rudeza de la vida, ¡encima su existencia, que desea vivir
con plenitud, acabará porque su creador no le vio individuo, sino test clínico
de ensayo! Desechable. (No sé si Dios actúa así con nosotros también… —Otra
idea lanzada en la cinta, pero poco desarrollada, sutil—.)
Lo de un ingeniero competidor con un .02
del ED 209, envidioso del éxito del más joven creador, a quien destinan
atención y fondos abundantes, evidencia sin tapujos que Blomkamp “recarga” la
trama de RoboCop. No sé si por “homenajear”,
por si consideró que merecía recuperarse/recontarse aquello de la toma de
conciencia/resurrección de Murphy dentro del sistema computarizado, por falta
de originalidad…, lo que sea. Pero el resultado, eliminado el cinismo
sociopolítico/publicitario sangrante que imprimió a su cinta Verhoeven, es un… remake… afortunado de RoboCop.
¡Hola, ED 209! Parece irte mejor aquí que con la OCP |
Y afortunado afirmo pues el remake “oficial” de RoboCop es CRIMINAL. Aunque, pese a todo, me temo que Chappie confirma esta opinión: Hollywood
se ha quedado sin ideas. Y, seguro, que las tiene. Mas, por alguna negra razón,
no permite salgan.