MICHAEL A. STACKPOLE. Desde el punto de vista crematístico: sí, querría ser él. Desde el de legar obras que me inmortalicen, por su estilo, por ejemplo, no tanto |
Cuanto más he leído de este señor es su
nombre en lo que parece ingente cantidad de libros de temáticas de género
pero distintas colecciones. Desde ampliaciones de juegos de rol a STAR WARS, imagino que también STAR TREK si se tercia, y cualquier
añadido del sword-against-sorcery que
el editor de turno considere oportuno.
¡Aclamemos al versátil autor! Es como un jeep: todoterreno que transita las
escabrosidades de los argumentos citados a voleo y a los que se adapta con capacidad
líquida, más que plástica habilidad. Tanto le da escribir sobre bárbaros
rompecráneos que de Jedis con tendencias Sith o trekkies confusos con la talla
de su pijama espacial. Lo aborda sin problemas. Su truco: tiene una máquina
similar a la del churrero. Pero en vez de arrojarle masa, le echa pasta de
papel y un par de diccionarios con rimas concluyentes, gira la manivela un rato
y, he voilá!, novela del tema
sugerido. ¿Misterio? ¿Complicación? Ninguna.
Esto justifica que sea tan prolífico. No sé cuánto
ganará un escritor como él. Parece que bastante. Hasta supongo tendrá un hueco preferencial en las
convenciones, donde lo asaeteen a preguntas tontas los freakies acostumbrados a torturar así a los profesionales inmersos
en la movida. Demandas idiotas sobre disfraces y relaciones o concordancias
poco concordantes, personajes muertos que no encajan luego con una futura
referencia. Hasta pueden tenerle un reverente respeto, porque ha estampado su
firma en la Leyenda. Ha participado en su ampliación. Alguna de sus ideas hasta
pueden verse reflejadas ora el juego, ora la película, ora el cómic adaptando
no sé qué.
Un primer ejemplo de la reseña; ahí está: aupado al Mito... pero no como creador original |
La actividad de Stackpole no es
deshonrosa, dentro de la Literatura. Tiene cientos de precedentes. Les
contratan por su talento camaleónico y capacidad para ofrecer una sabrosa comida
rápida, mas no alimenticia. Un ejemplo magnífico a citar: LIN CARTER y SPRAGUE
DE CAMP. Tenían algo propio, de escasa repercusión; sólo subiéndose al coche
fúnebre de los apuntes que ROBERT E. HOWARD dejó sobre CONAN, han pasado a la Leyenda.
Estos escritores surten las librerías y
las querencias de los aficionados desde un competente pero plano/inocuo estilo literario
cuya fuerza radica en eso: su versatilidad. No tiene complicaciones, carece de
personalidad, se moldea al encargo sin dificultad. Stackpole nunca dejará una
obra que le inmortalice por las cualidades que sí hacen Legendarios a los
escritores que definimos como Clásicos; entre ellas: emplear las palabras para
causar emociones.
Son Clásicos porque abordaron un tema
tabú, o la bordaron con un llamativo estilo genuino, un uso particular de la
prosa (o el verso). Nos animan a ser únicos, individuos, sujetos. No masa. Y,
sin embargo, los editores matan (carreras literarias) por tener impersonales escritores/camaleones
en nómina que no aporten realmente nada a las Letras. Parecieran temer el
individualismo literario. El carácter. La firma. El Estilo. ¿Por qué? Debe ser,
en el fondo, doloroso ser Stackpole, comprendiendo todo esto.
¿Complicaciones, él, con las colecciones? Ninguna. Baila todas las tonadas |
Los que amamos las Letras me entenderán
enseguida. Los que agradecen las grandes descripciones y personajes, los
párrafos epatantes, las urdidas analogías, la greguería, el barroquismo en
prosa. Vamos a encontrar en Stackpole (hay más como él; de vez en cuando, una
Firma de Renombre aporta un texto porque es un capricho personal, a la vez que
un intento del editor por prender a lectores exigentes) a alguien que llena el buche
en plan comida china. Dentro de dos horas: volverás a tener hambre.
Dignifico su esfuerzo; ya digo, muy
constante y diversificado. Pero condeno su falta de estilo. Personalidad. Corre
el riesgo de ser mencionado en el futuro como un activo juntaletras con cierto
donaire. Mientras, “tirados” como EDGAR RICE BURROUGHS, o LESTER DENT, seguirán
marcando estilo y recuerdo. Generando comentarios.