domingo, 17 de diciembre de 2017

LA GUERRA DE LAS GALAXIAS — 40 AÑOS DESPUÉS

Conmemorativo afiche para la nostalgia.
Un poderoso surtido de referencias la
hicieron aún más grande
Este año celebramos el cuarenta aniversario (¡que no es poco!) del estreno de la primera película de STAR WARS. Por la fe que la misma Fox tenía del film, nadie hubiese creído, parafraseando a H.G. WELLS, que pudiera convertirse en el actual fenómeno social y base de una amplia porción de nuestra CultuPop de consumo y referencial.

GEORGE LUCAS, ese hombre tan desamable, dicen, nos mostró una galaxia muy, muy lejana, donde la maravilla era incesante. De inmediato borró de mi infantil memoria los relentes de recuerdos sobre el STAR TREK televisivo (falto de tal amplitud de horizontes). Éramos más ingenuos; estas fantasías escaseaban, o no se tenían tan serias como son ahora. Lo más fuerte que podías haber visto era LA FUGA DE LOGAN, la cual, contemplada con presente perspectiva, pega pellizcos.

La ciencia ficción seguía siendo ese cutre hermano pobretón de los Grandes Temas del Cine (algo ROGER CORMAN tiene de responsabilidad en su descrédito), aunque podía despuntar con algún título inquietante, pero cuya secuela era bastante endeble. El drama, el western, lo histórico, lo bélico… seguían reinando. Prometían: por siempre. La ciencia ficción y sus autores estaban (resignadamente) felices de ser eso de tercera categoría a la que, a veces, permitían atisbar vagones de segunda clase. ¡Impensable viajar en primera!

Secuela que mostraba más amplia aún
la galaxia. Con rincones muy sombríos
Hasta que Lucas rompe, de modo accidental, con toda esa tendencia maligna al demérito del género designado por Iluminadas Iluminarias que deciden, con despótico capricho, qué debemos amar u ODIAR. Desde una modesta distribución, La guerra de las galaxias se transforma en un espectacular fenómeno de masas gracias al boca-a-boca y el meticuloso hacer de una larvaria ILM (junto al veterano trabajo del elenco británico), que mostraba que si bien un hombre no podía volar, junto a una trepidante flota estelar los grandes temas morales se dirimían con sables láser de cegador resplandor.

Lo que sigue es bien sabido, aun por los más acendrados trekkies. Escalada hacia el esplendor y la maravilla. A la Fuerza, a citarse en las series y películas, a tener imitadores más/menos afortunados, a modificar un Star Trek anquilosado, víctima de aburridos pero pretenciosos argumentos e interpretaciones destinadas a un consumo propio, no al Gran Universo que Star Wars ofrece.

[Estimé máxima ironía que Star Trek dependiese de ILM para mostrarnos las angostas sendas de una Galaxia muy, muy cercana, llena de caretas estrafalarias. Pero eso es otra historia, como relataría MAKO.]

Presunto colofón. El Bien ganaba. Esa
ilusión no se traspasa al día-a-día
Hace cuarenta años, los cines empezaron a abarrotarse con las cintas de ciencia ficción; se ganaba el respeto de la crítica. El ejemplo de Lucas envalentonaba (gracias al éxito de su saga) a otros realizadores (acaso SPIELBERG sea de los más beneficiados) a saltar a la palestra con su panoplia de fantasías, brillantes, estremecedoras, decepcionantes. 

Sin ese inesperado/resonante éxito de La guerra de las galaxias, ¿tendríamos hoy MAD MAX, ROBOCOP, INDY JONES? Puede. Pero ¿de la poderosa magnitud actual?

¿Serían ejemplos del “continuará” de las matinés que alimentaron la imaginación del adolescente Lucas, con escenarios péplum de cartón piedra de Corman? A este respecto, debemos más a La guerra de las galaxias y la ‘afortunada’ tozudez de Lucas por culminar el proyecto de lo que pensamos. Este moderno cine de superhéroes, donde crees que un hombre puede volar, ¿no es quizás el heredero más afortunado de todos?

Aléjate de STAR TREK, LUKE. Haz caso a tu padre. Sus
tonterías son contagiosas
Los años revalidarán, opino, la ahora denostada “Primera Trilogía”; captarán detalles que, por una extraña inquina, se “ocultan” al público, como las fuertes matizaciones que tienen a esas matinés y al cine de Década 50 presentes en EL ATAQUE DE LOS CLONES. Sin embargo, hoy os animo a festejar poseamos un espectáculo como Star Wars, cuya leyenda se extenderá hasta el infinito y más allá (espero).