viernes, 19 de octubre de 2018

EL VIEJO LOGAN — TANTO QUE CONTAR, TAN POCO NARRADO

Cubierta del recopilatorio. Road-comic
que podía relatar más de lo que, al final,
termina contanto

Ya he comentado que no leo reseñas sobre algo que tengo pensado comentar para evitar influenciarme; después sí miro para comprobar cuánto diferimos o acertamos cada cual.

Empero esta vez no seguí la regla de oro. Lo he pagado caro.

En vez de seguir la norma, confiar en mi instinto, preferí fiarme de la opinión de nosécuántosmil que ¡ensalzaban! la costosa novela gráfica, vertiendo ditirambos que sólo pueden explicarse así: el nivel cultural del lector medio, en plan kamikaze, cae vertiginoso, sin freno. Pues esos comentarios destacaban más/menos que la fortaleza del recopilatorio está en un punto concreto: la violencia.

Nada más. Los restantes elementos que componen una obra (en este caso, TBO), como la historia per se, qué idea desarrolla, todo el apartado gráfico, la sensación de literatura (léase: calidad de los diálogos), es menudencia mínima-nimia para estas personas, que únicamente descollaban que había violencia para dar y tomar en clave SIN PERDÓN.

¿De verdad esto depara el futuro a la historieta? ¿Insinuaciones y superficialidad? Es verdad también que el escritor no ha pretendido más. Plantea una muy notable premisa que ha desaprovechado como un criminal. Se ha centrado en que LOGAN (avejentado y con sus poderes curativos en Nivel KER) corta a un mogollón de tíos una vez queda unleashed o hace macabras mutilaciones para deleite de una plebe infantiloide de lectores incapaces de ver cómo se ha desaprovechado un buen argumento.

La madurez (y las minusvalías) están cada vez más en boga
en la historieta, ¿en contraposición a aquellos tiempos en que
estas figuras parecían
forever young forever?
Para entendernos, un breve resumen: Norteamérica, futuro MARVEL relativamente próximo. Han ganado los SuperVillanos (o sea, WANTED otra vez) y se han repartido el país de la tarta de manzanas. (De nuevo, el ombliguismo estadounidense: más allá de sus costas el ancho mundo es una bruma de adulterados estereotipos culturales con acento mejicano o aliento a borchs.) Ignoramos cómo los SuperV se han distribuido el resto de la Tierra. Tampoco parece sea importante.

Logan cultiva una parcela desolada. Tiene problemas para pagar el alquiler. Sus caseros, la BANDA DE LOS HULKS, lo ponen en un tremendo brete y el canadiense (viendo qué chungo todo estaba en Norteamérica, ¿por qué no volvió al hogar? Si debe pasarlas putas, mejor hazlo en tu país, ¿no? Hasta RIDDICK apreciaba valor en la patria) acepta una misión suicida (a ese filme de CLINT EASTWOOD —RUTA SUICIDA— debió ajustar la historieta MARK MILLAR) propuesta por OJO DE HALCÓN. Gana una pasta, se libra de problemas con los Hulks, se entrega a criar a su gente y cultivar su finca.

Cierto: algunas viñetas desprenden crudeza.
Pero una historia es la suma de numerosos
elementos; los autores han priorizado empero
la violencia sobre otras cuestiones; como si
así contentaran a un publico que nada más
entiende de  que es"la hora de las tortas"
Cruzan el país (balcanizado, en la miseria, lleno de peregrinos que ansían retornen los SuperHéroes) para entregar la mercancía. No diré cuál ni a quién para que, cualquiera de desee cometer este riesgo, tenga esa curiosidad al menos. Al regresar a casa, descubre que los Hulks han masacrado a su familia y esto motiva a LOBEZNO a ‘lobo-tomizar’ a toda la ralea de canallas. Más violenta deadpool. La historia, que daba para tanto (el acoso de quienes ansiaban adquirir la valiosa mercancía que transportaban, dibujar más ácidamente el CV de los personajes que aparecen, narrar cómo los SuperV empezaron a matarse entre sí cuando desapareció el leit motiv de sus existencias, porque son malvados bastardos codiciosos traicioneros y siempre quieren más Más MÁS), se reduce a un puñado de matanzas que STEVE MCNIVEN, el hombre de los primeros planos, intenta esbozar con la mayor visceralidad y crudeza posible.

Esto no es contar una historia, con diálogos monosilábicos encima. Es otra cosa. Y si el lector moderno no puede verlo, el ya amenazado porvenir de la industria se oscurece aún más. Compárese este El viejo Logan con las saltimbanquis aventuras de los Superhéroes de los 60-70. Preñadas de tonterías, ajá, sí. Pero cargadas de acción, tensión, drama, aun romance, a un nivel que este recopilatorio ni soñar puede dar. Solo… bosquejarlo.