Afiche. Lo básico en protagonistas, representados. Es una muy afortunada adaptación de un TBO que prometía mucho más de lo que, al final, nos da |
JAMES MANGOLD consigue hacer una proeza;
enfrentado al reto de una producción de ciencia ficción/fantasía, basada en un personaje
de TBO, estrena una película de aspecto convencional/dramático con personajes
creíbles y situaciones que, ceñidas empero a la temática, se hacen “naturales”.
Cuando vi su nombre en los créditos, y recordando WALK THE LINE, el biopic
sobre JOHNNY CASH, me asombró su implicación en el proyecto.
¿Cómo un hombre que se desenvuelve en el
drama biográfico, o el drama per se,
aborda una tarea de esta naturaleza, antípoda lo que aparenta su medio usual de
acción? Porque se implica bastante; coescribe el libreto, y por como dirige la
cinta, parece que el personaje le mola, o le atrapó la idea central que mueve su
película.
El Ocaso de los Dioses Mutantes. El
apoqueclipse de los destinados, en virtud a su sobrehumana capacidad, a sucedernos.
Una Norteamérica distópica en un futuro cercano que ha expurgado (imaginamos
que del resto del ancho mundo también) a los mutantes. No quedan personajes en
bizarros uniformes intentando salvarnos o condenarnos. Los reemplazan secretas
fuerzas paramilitares de mancos biónicos intentando atrapar a CHARLES XAVIER,
en las últimas y con una enfermedad mental, catalogado su cerebro además como
arma de destrucción masiva.
Lo último en mutantes... y los últimos, en apariencia. Donde nadie espera puedan estar, habitan. Todo viejo y obsoleto, aunque aún dispuesto a dar una memorable buena pelea |
Pruebas da de qué peligroso lo ha vuelto la
senectud; inestable, siempre dopado, medio enloquecido por la marea de
recuerdos e impresiones del pasado y el hambre que, desde su forzado exilio en
los secarrales mejicanos, su cerebro siente al no contactar con nadie.
Logan es un borracho conductor de limusinas;
el adamantiun bajo su carne, que le hacía poderoso, está matándolo, envenena su
cuerpo tal como a TONY STARK el paladio implantado en su pecho iba
aniquilándolo poco-a-poco. No obstante, aunque hace un mínimo-nimio esfuerzo
por contenerse, siempre tiene la violencia en ON. Está más avinagrado que
nunca. Pienso que por valorar el extenso arco de su existencia, basada en la
brutalidad, y ante el fin, sin posibilidad aparente de dejar legado positivo,
comprende qué fracaso ha sido su existencia.
El jefe de los mancos de las fuerzas paramilitares que ahora cazan a la nueva generación de superindividuos |
Una última misión sin embargo viene a
intentar remediar esa sensación de inutilidad, de malgasto. Viene de la
necesidad de escapar (run, Logan, run!)
cuando las fuerzas oscuras del gobierno le cercan, persiguiendo a Xavier. Cae
en sus manos la que presume ser la última mutante, LAURA, alias X-23, que
desarrolla sus facultades asesinas con maestra perfección. El antihéroe
emprende ahora su último viaje (viacrucis inevitable de todo héroe), intentando
comprender mejor el balance general de su vida desde la perspectiva que ahora le
da Laura.
Todo va muy bien; Mangold conduce la
película de tal forma, a un tiempo sobria, también dinámica, los intérpretes
convierten en creíbles los fantabulosos sucesos que les rodean, que produce impresión
de hábil maestría. Esperas un desenlace insólito que dé colofón de genialidad
al trabajo… hasta que Logan cae agotado, enfermo, estresado… y una panda de
críos en lo más recóndito de la frontera con Canadá se ocupa de él.
Dos generaciones que comparten más de lo que al principio piensan |
Es cuando se transforma en MAD MAX MÁS ALLÁ DE LA CÚPULA DEL TRUENO. Toda la sobresaliente originalidad que nos había magnetizado, de pronto disuelve en el paladar un tenue sinsabor. Porque intuyes cómo terminará todo. Desde ese momento, Mangold, con diferencias, casi copia a GEORGE MILLER. Logan asume el otro viacrucis inevitable del héroe (el supremo sacrificio en bien de la comunidad) y cerramos con los créditos donde canta Johnny Cash.
Acaso es la pega que le imputo a un
excelente film que ha recaudado un pastizal. Dándole esa visión de vida corriente a lo que no pueda
tenerla, rompe con la dinámica circense más usual de Marvel, o los wagnerianismos góticos de DC COMICS. Agrada el cambio.