viernes, 14 de diciembre de 2018

TEAM AMERICA - LA POLICÍA DEL MUNDO — DE CAPULLOS, ZORRAS Y MARICONAS

Afiche. Los protagonistas, a la vista. Una
crítica, en momentos feroz, contra el
artisteo
progre capaz de convertirse en aquello que
dice combatir sin problema alguno

Un puñado de marionetas bordes critica en esta alocada comedia de sal gruesa cuestiones sobre la Sociedad Occidental actual o cómo ciertos sectores del mundillo artístico pueden convertirse en lo que dicen combatir. Occidente, desde que los Bloques se esfumaron, es un fangal de contradicciones, inconsistencias y naderías que le hacen fácil presa de los antiguos enemigos, los Soviéticos, reconvertidos en perjudiciales populismos o mafias que argumentan las películas norteamericanas (como JOHN WICK).

Team America cuenta, grosso modo, cómo un destructivo comando estadounidense de elite (los anti G.I. JOE, S.H.I.E.L.D o THE A-TEAM) viaja por todo el ancho mundo aniquilando terroristas islámicos, surtidos de maletines llenos de bombas para hacer la gran puñeta. El T.A. empero causa más daño (como casi asolar París) que el que pudieran originar los terros. Eso sí: tanta hecatombe inmola a los malos. Algo salimos ganando.

Enrolan a un actor con montones de dudas sobre sí mismo y la misión que le encargan. El comando lo compone la mezcla habitual de sujetos con moral que lamentan tener que hacer tanto tiroteo, dos tías buenas, el duro e irascible con una historia chunga en su pasado y el líder, máquina de disparar consignas y patrioteradas así como frases estilo CHARLTON HESTON de: O lo haces, o todos nos vamos al carajo.

He aquí el grupo de "capullos" dispuesto a dar caña a quien
sea para preservar los intereses estadounidenses en el
Universo y más allá de la Cúpula del Trueno. Una sátira de
los patriotas extremos que tampoco paran en barras
Todo esto permite (junto a los chistes groseros) contar que los “capullos”, como los del T.A., es gente más legal de lo que a priori parezca. La descreída confusión de Occidente, viejo motor civilizador (no siempre con las mejores intenciones, o resultados), abona el que el primer ‘pacificador’ buenista de Ixquierdas mequetrefe con cierta notoriedad pueda, desde el púlpito televisivo o las redes sociales, arengar contra los estamentos “arcaicos”… aunque estabilizadores. Su pretexto: son tiempos nuevos, nuevas formas de pensar y entender la Humanidad. A esos, les definen “zorras”, (y en nuestro aparato actoral, político y cultural nacional abundan).

Finalmente están las “mariconas”. Los malos absolutos. Mas saben camelarse a las zorras (halagando su vanidad) diciéndolas que esto tiene arreglo, soy víctima del prejuicio de los capullos, los curas y los reyes, ay fíjate mira cómo me tienen… y las zorras, ahítas de una progresista culpabilidad tontaina, engullen el marrón hasta la última cucharada. Son incapaces de ver la supina maldad, velada con astucia, de las mariconas.

Claro, que sujetos de este tipo, acaso un poco estereotipados,
no dejan más opción que proceder expeditivamente a veces
Resaltan la estentórea pasión destructiva de los capullos, los tíos con ideales y firmes convicciones sustentadas en defender la patria y su bandera, cosas que las zorras estiman insidiosas, decadentes, anquilosadas. Empero: son el esqueleto, la musculatura incluso, que permite a las zorras decir sus tonterías, porque las zorras, de por sí, no tienen más valor que el vapor caliente de sus aberrantes consignas, vistosas y atractivas para un populux que ha dimitido de su deber de juzgar qué mierda están vendiéndole, tanto unos como otros, para abrazar un muelle conformismo cortoplacista.

El plan de la maricona, o sea, el tirano de Corea del Norte, es liarla parda so pretexto de una falsa conferencia de pax. El tiroteo mundial nuclear posterior le permitirá gobernar el planeta después. Vaya plan. Da igual: es el Mal. Actúa así. Como cuando arroja al estanque de los tiburones al embajador de la ONU, institución zorruna dibujada tal cual: ornamental, torpe, inútil. Cuanta condena pretende hacer de las violaciones de los derechos humanos en Corea del Norte es remitirles una carta de protesta.

Uno de los tontainas supremos de Hollywood, que pasa más
tiempo desorientado defendiendo "causas perdidas" que ante
las Panaflex, pues su carrera actoral está más que acabada.
Un ejemplo de "zorra" abundante en España
Irreverente y bastante profunda, Team America sorprende porque, en una época de cuestionar (las cuestionables) políticas norteamericanas en Oriente Medio, de BUSH, JR., los siniestros lobbys y personajes anejos que le sustentaban, la cinta posee el valor de denunciar lo indenunciable por hipócritas y aberrantes simpatías; léase: que el bando progre tiene tanto o más peligro fascista que el conservador. Pero ODIAN admitirlo.