jueves, 20 de diciembre de 2018

READY PLAYER ONE (NOVELA) — LA GUERRA DE WADE WATTS

Cubierta original; hoy día venden la
novela con la 'camisa' del afiche de la
película (lo cual la encarece)

Un problema que encuentra el lector de la novela frente a su adaptación al cine es que a ésta última no la “siente”, la ve distinta, inferior incluso. El problema empero se resuelve así: entendiendo que ambas son independientes, pese a sus muchos vasos comunicantes. Hay incluso que recordar que el autor del libro, ENERST CLINE, es uno de los guionistas (quien ha accedido a la desviación con ignoro cuánto grado de complacencia —o prostitución— voluntaria). Atacan a $TEVEN $PIELBERG por haber deformado un homenaje masivo a Década 80, retorciendo una sobrecarga de nostalgia por la llamada Década Maravillosa, para transformarla en otro de sus cuentos con moralina DISNEY de consumo de palomitas/familiar que ha borrado la identidad del relato casi por entero.

Algo de esto hay. El MIDA$ DE HOLLYWOOD ha llevado a sus pagos la idea  para hacerla algo visto en LOS GOONIES o REGRESO AL FUTURO, esa evocación romántica con la que crecimos y que la esterilidad de las décadas pasadas desde los 80 ha ido cercando de un dorado misticismo clásico-mágico, algo que incluso empieza a tener resonancias artúricas, como que fue la Década que Fue y Será.

ERNEST CLINE posa superchulo en su
DeLorean que le permite regresar al
pasado, como su novela nos sugiere
Ciertamente la mitomanía por los 80 crece, esta novela lo denota, y se debe a que, repito, lo sucedido después eran refritos, carecían de la suficiente (o ninguna) originalidad, la desesperanza ha ido en aumento, porque todavía durante los 80 el futuro tenía una auténtica oportunidad de ser fantabuloso (pese a los malos agüeros de MAD MAX, ROBOCOP o TERMINATOR —que empiezan a ser los que pueden acertar—).

Mientras que el espectáculo visual engrandece capítulos de la novela, ésta es más incisiva sobre lo brutal del entorno en que madura el protagonista adolescente, Wade Watts. Es un mundo a un paso de Soguetto, víctima de una recesión económica bestial sin visos de acabar, donde los empleos giran en torno a la órbita cada vez más potente de los titanes de internet OASIS e IOI. Es transformación laboral que empezamos a sentir. El comercio electrónico liquida grandes superficies (se acabó ser MALLRATS) y la gente empieza a vivir más encerrados en su cómodo/seguro mundo virtual a medida mediante múltiples (en muchos casos, cobardes) avatares de redes sociales decadentes.

$pielberg hace un apresurado bosquejo de todo eso; elude hablar de la violencia callejera o escolar o cómo OASIS ha permitido la asistencia a clases virtuales para que los alumnos no sean víctimas de tiroteos, agresión de otros compañeros, o secuestro en las calles de los que pretenden jóvenes para sexo, para sus órganos. Esto, borrado del filme. Cline lo apunta en varias ocasiones. Hay momentos en que pareces estar leyendo EL FUGITIVO: un futuro contaminado, depauperado, tribalpunk, coto de Corporaciones. Los poderosos Estados Unidos a punto de economía tercermundista.

Otra obra de este señor. Sobre su
estilo como escritor: es limpio,
resultón, nada provocativo. El
típico estilo anodino al gusto
del lector insípido actual
No obstante, podemos entender Ready player one bajo otra más interesante sublectura subyugante: denuncia las sectas. El autor de la competición, un mitómano freakie con trastornos mentales, fuerza a la juventud de su futuro desolador a ser mitómanos de los 80 en toda su extensión. Y lo aceptan. Participan. Se hace forma de vida, religión, más que experimento sociológico sobre cómo gustos ajenos pueden influirnos. Sacrifican su individualismo (esto también consta en el libro. No hay un héroe, sino un conjunto internacional-racial de ellos) al sometimiento a un credo. Los ateos de esta novela, sin modelos que seguir en su tiempo, como sucede ahora, se hacen acólitos de la atractiva Religión de los 80, y al autor del juego lo elevan al papel de apóstol-papa-dios, como insinúa su avatar, pese a su traza de personaje de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS.

Por ahí van también los tiros en la novela. Sin embargo, la lucha de Wade y su banda lo difumina, para que $pielberg acabe por borrarlo del todo/completamente en el celuloide. De ahí la acusación de banalidad que sufre la cinta. (Aunque el asalto al castillo que ofrece $pielberg es mucho mejor que el escrito en la novela.)