sábado, 22 de diciembre de 2018

¡PASCUAS FELICES Y 2019 FECUNDO! — UN AÑO MÁS DESEAMOS

´Nuff said! Si no hay sorpresas,
¡hasta 2019!

Es ya tradición de este blog desear al amplio aparato de lectores de estos espacios Fiestas Fecundas, desbordantes de alegría, salud y buenos deseos, y un venturoso 2019.

La recapitulación del año (vertiginosamente pasado) deja un balance agridulce, como es la vida en sí: altibajos que los momentos agradables intentan compensar los que traen malas noticias y/o decepciones. Mejor empero eludir esa materia y pasar, como también es costumbre, al sermoncito navideño, para evitar que el fantasma de JACOB MARLEY o alguno de sus socios nos agobie con una pesadilla antes de Navidad. (Hemos cumplido, por tanto, con un deber “cívico”.)

Quienes denuestan las Navidades, abrazando la saturnalia (todo por fastidiar, creen, a los curas), argumentan que, por encima del concepto religioso (que no les impide, por otra parte, celebrar Halloween, pagana, pero efemérides religiosa), la Navidad es un mercadeo, consumismo. Todo es para gastar Gastar GASTAR. Puro capitalismo, vaya, sólo que adornado de brillantes bombillas callejeras y papel de regalos satín-coloreado.

Estas personas sin embargo no tienen reparo mínimo-nimio en soltar unas perras para que el cachorrito de la casa esté en la onda norteamericana (lo digo por la potente infiltración televisiva) de PAPÁ NOEL, KRIS KRINGLE o SANTA CLAUS. Agasajar a ese señor tripudo, ¿no es también caer en un truco consumista? Parece ser: no. Lo malo y arcaico, encima monárquico y antifeminista, es la Navidad y los REYES MAGOS. Lo moderno y laico es Papá Santa y sus elfos Kringle (alimentados por la SEÑORA Claus, de ahí el feminismo que hace correcta la celebración; claro, que la Señora Claus no sale de la cocina. Incumple el paritarismo, pues no reparte regalos chimenea abajo yendo en un trineo adecuado —color morado—. Todo el éxito es para el Papá PITUFO del Polo Norte).

Reflexionemos, que son nuestras tradiciones, merecen respeto, se hacen entrañables no por la salvaje descarga de dinero que se invierte en estos señalados días. Sino porque son distintos a los restantes del año; con luz especial en las vías y la esperanza de un mejor año entrante, con excelentes intenciones incluso.

Felices Fiestas en la moderación y alegría.

PD: Los animales no son juguetes.