viernes, 15 de febrero de 2019

IRON SKY — LA DISFUSA LÍNEA DE LA IDEOLOGÍA

Afiche. El Ocaso de los Dioses está a
punto de sonar. Esta es la obertura. Y
lo precipitará la lucha por un
combustible milagroso

Coproducción europeo-australiana con buenas dosis de imaginación e interpretaciones correctas dispuestas a referir un par de cosas, sobre Norteamérica y los ‘lenguajes’ de Propaganda. Cuando cuentas con pre$upue$to limitado, debes, si estimas posees un relato de calidad que merece la máxima difusión, compensar las carencias en SFX con actuaciones meritorias, ideas ingeniosas, planteamientos novedosos (o lo aparenten).

SAM RAIMI, ROBERT RODRIGUEZ o KEVIN SMITH pueden orientarnos al respecto; ¿falto de ca$h? Imaginación, macho. Descaro. Osadía. Inventiva. Nada de arrugarse, como si pretendieras rodar una película en Salamanca, o Palencia, empero como tienes rapados los wevos y mínimo-nimio deseo de trabajar, prefieres lloriquear como una de esas damiselas del decadente gótico del monumento a GUSTAVO ADELFOS BÉCQUER para hacerte la victimita importante e inspirar inmerecida compasión a tontainas.

Bueno, al lío. Esta comedia de aventuras con dosis steampunk cuenta que los nazis se trasladaron a la cara oscura de la Luna y allí han continuado el Reich Milenario preparando un contraataque que dejará al planeta temblando, ansiando postrarse ante el Poder Ario. Una (oportunista) expedición de la NASA aterriza próxima al vasto complejo nazi, siendo uno de los astronautas capturado, interrogado, sometido a un singular proceso de “depuración racial”, con objeto de infiltrarlo junto a un comando selecto en la Casa Blanca y obtener nuestra tecnología de computadoras y celulares.

Llegas a su Guarida del Lobo selenita, ¿y qué encontramos?
Estos tipos pálidos con cata de verdura pasada; el futuro de
una Humanidad de estándares arios de belleza y pureza
Ahora empieza la película a ponerse interesante; de momento, fue tirando de algunos clichés resultones (los nazis siempre lo son; pregúntenle, si no, a HELLBOY). Cuando el aspirante a Nuevo Fhürer contacta con la Presidenta de los Estados Unidos de las Américas (una mofa sobre OBAMA) y su asesora de imagen (una agresiva amazona de preferente vestuario de cuero negro —y tacones afilados, oigan—), ambas quedan magnetizadas por el viejo mensaje de supremacía, unidad, uniformidad. (Pretextos, no obstante, para aferrarse al poder.)

La Presidenta encabeza una administración desacreditada. Mandar una nueva misión a la Luna parecía una acertada decisión, audaz. Un fiasco. Mas cuando escucha las voces que tronaban en la Alemania nazi, su mensaje, cómo se solapan y pueden integrarse las ideas que sostienen sus políticas (somos un solo populux, las mismas metas perseguimos, el futuro nos pertenece por destino manifiesto…) ve su salvación. Los EE.UU. estilo BRUCE SPRINSGTEEN viran hacia una avanzada concepción de la superioridad aria con acento de Tejas. ¡Comparten Propaganda! Remonta la popularidad de la Presidenta. (Se ve que el simple hecho de elegir a una mujer como Lideresa del Mundo Libre no obra un inmediato milagro regenerador. Resulta como los hombres: todo puede empeorar bajo su férula. ¿Quién afirmó lo contrario?) Y busca una guerra para afianzarla.

Toda esta peculiar banda sabe qué hacer para que todo
funcione como es debido; tienen un plan
fashion infalible
Y mientras la Tierra de la Libertad se transforma en una sutil distopía totalitaria, la profesora encargada de predicar la benevolencia del régimen de la cruz gamada a sus alumnos (convendría discutir sobre cómo crecerían personas en una gravedad tan baja como la de nuestro satélite), fanatizados desde alevines, descubre que ha estado viviendo una poderosa mentira edulcorada por carecer de otros fiables patrones de comparación. Desnazificándose sola, se impulsa a desprogramar a sus alumnos, tras un azaroso retorno a la Luna. Expresa la insidia de Propaganda. Cómo sus palabras desvirtúan la realidad.

Otro mensaje es que: Norteamérica inicia guerras que enseguida precisan le cubran las espaldas. Su temerario arrojo es suicida, e implica a sus aliados en problemas que no necesitan. Su rapacidad por el “helio-3” le pinta como un codicioso socio desleal, listo a romper graves acuerdos y batallar con tal de perpetuar… su Reich Milenario.

Artefactos espaciales nazis con marcada aire steampunk
Iron Sky es, acabando, producción que se defiende. Le falta algo del toque Hollywood, mas es que sus recursos no son los nuestros. Improvisaremos según llegan, por tanto.