¿Cómo semejante portada no va a llamar la atención de tu sibaritismo? Lo más notable: la colaboración de tantas firmas de calidad. A tomar como ejemplo aquí |
Empezando por el ilustrativo (y
desmitificador) prólogo de HOWARD CHAYKIN sobre los coches y Norteamérica
(donde al parecer, diga la ficción filmada lo que sea, no todos tienen coche o es
fácil encontrar aparcamiento), nos encontramos con una pléyade de autores que
tienen un hilo común para desarrollar su talento: un Camaro de 1968. Ilustran
distintas historias noir en las que
el protagonista, eso es, es el vehículo.
Compré este volumen por la portada. Engancha. En ese sentido, la editorial
española RECERCA ha tenido visión. Ha
sabido venderlo. Es honesta desde este plano. Que luego el material decaiga una
vez el ¡aclamado! JASON PEARSON deja la trama, es otra historia. Y creo justo
advertir al respetable sobre esta cuestión. Porque la economía no anda nada
boyante y tenemos que medir con mucho cuidado en qué invertir, si lo hay, el
dinero destinado a TBOS.
Fue como un flechazo. Ver la ilustración
con la adolescente en uniforme de colegiala con un Desert Eagle que oculta
haciendo lo que parece una putesca proposición indecente al menda conductor del
coche y pensar: Esto promete. Intuyes una mierda (en sentido coloquial para describir calidad oculta) a lo KILL BILL publicada por las editoriales menores indie y que ha pasado desapercibida a
las majors ahora obsesionadas con los
supertipos y tipejas en armadura o ajustados trajes de rata voladora y que
merece la pena comprar porque ahí hay ¡tralla!
Empieza el viaje. Con policías corruptos, o con mala reputación, y criminales sin compasión |
El cuento ilustrado lo pilota el Camaro (ya
lo dije, ¿no?) pasando por distintos episodios ideados para el B/N de sustancia
policíaca (al tipo HARRY EL SUCIO, o sea: me cago en el Manual y el
Procedimiento; estoy más cerca de ser un vigilante que un pasma) que en algún
caso tampoco se ciñe al presupuesto asignado. La historieta del vet de Vietnam
no tiene per se un elemento criminal
(guerra aparte) como ofrece el resto de las narraciones.
En este surtido hay (casi) de todo. Desde
el cuerpo principal, situado en las primeras páginas, que parecen de verdad
algo a lo JAMES ELLROY, pasando por el relato del vet, para llamar la atención
con el capítulo del psicópata que recoge autoestopistas (recuerda a CARRETERA AL INFIERNO —la buena, de la
RUTGER HAUER—) para pringarlos con un marrón de siniestro total y así obtener
pasta para comprar otro Camaro y preparar el siguiente accidente que le lucre…
y financie otro buga.
Pléyade de autores y diversos estilos cuya variedad es otro de los alicientes de una obra que, por desgracia, no peca de tanta originalidad |
Tiene empero atractivos (el trabajo de
lápices y tintas aplicadas es uno; otro: los diversos autores) que no
desalientan del todo/completamente. ¿Lo recomiendo? Con cautela. Hay igual
adictos a historias de este cariz que, sin embargo, encuentran todo esto Excelsior!, contradiciéndome. De gustibus non est disputandum. Mas avisados
vais.
[Chunga
nota final: ya quisiera la producción nacional gráfica tener su The Ride; envidiable ejemplo de colaboración y
participación de distintos autores. Porque aquí todos son egos soberbios celosos
y la despiadada maniobra para impedir a otros mostrar que son mejores que algunos
consagrados. Y eso sí que da ASCO.]