viernes, 19 de noviembre de 2021

HECHIZO EN NORTHAMTON, UNA BIOLOCALIZACIÓN DE ALAN MOORE — UN HOMBRE TIENE UNA IDEA…

 

Portada del libro, exhaustivo
repaso de la vida de este genio
británico. Irónicamente, quienes
ahora están destrozando su mito
son de la ideología que practica,
no los conservadores que suele
criticar en sus obras

…la idea atrae a otros hombres; la idea se convierte en una institución. ¿Cuál era la idea? (TOP DOLLAR dixit.) La pregunta al final quiere señalar que, conforme la idea ganaba adeptos (en este caso, los imitadores que el barbado escritor ha tenido), éstos sumaban sus pareceres, deformando de tal modo la idea (el abuso del “superhéroe oscuro”) que ésta quedaba reducida a postales de la Noche del Diablo. Mercantilismo.

Este espléndido libro de ALEJANDRO BARBA tiene dos inconvenientes; a saber: su poca difusión (más merece) y que se centra en un tema para especializados, o especialistas: la (psico)biografía del genial historietista (y actividades anejas a la divulgación, la imagen, la música…) quien pasmó al mundo de las viñetas, desde casi comienzos de Década 80, con obras tan refinadas, controvertidas e imitadas como V DE VENDETTA y la más célebre: WATCHMEN. En efecto: hablamos de Alan Moore, hombre-espectáculo que explora sin cesar vertientes polémicas, si fuese necesario, para procurar encontrarse en ese laberinto que es su peculiar vida.

Porque, Alejandro, lo que tu admirado Moore hace es intentar encontrarse. Recurrir a la magia (al ocultismo, pienso lo describe mejor) es la muestra más desesperada de su huida al miedo a no saber quién es (acaso por eso se esfuerza por conocer cada centímetro de su ciudad natal, por si encuentra rastro mínimo-nimio de algo que le conduzca a sí mismo por ahí) y querer encontrarse para, por fin, hallar la pax que reclama.

El autor, ALEJANDRO BARBA,
a la derecha. El señor mayor es
ALAN GRANT, veterano de
2000AD, sobre todo

Al margen de esto, o acaso como consecuencia, destaca su actividad prolífica, inagotable, cómo encara cada reto artístico con efusiva energía (la que constante describes con tu esmerada y prolija prosa, estilo literario docto, elegante, depurado, tan ameno como didáctico), esa furia genial que le distingue de la mediocridad general. Ese mismo ingenio le lleva a la extravagancia (el ocultismo —sería cauto con alguien que afirma haber garlado con un dios sierpe, al que venera, tras haber “experimentado” con psicotrópicos, pues parece el inicio de la locura que tanto teme padecer—), impresa en su imagen casi de chatarrero, siendo a un tiempo válvula de escape de los enormes bríos creativos que bullen en su interior, como manías de un hombre excepcional.

Está bien documentada, detallada hasta lo extenuante, esta biografía que tanto procuro por encomiar y recomendar. Compuesto de seis capítulos, subdivididos a su vez en varias entradas cada capítulo, hace completo examen de la vida personal y trayectoria profesional de Moore, desde la pringosa fábrica a la “gloria” de ser acosado en los lavabos por los freakies en la convención aquella de cómic. Pasando a continuación por su caída (se pasa pronto del hosanna al crucifícale) y el resurgir, el de ABC COMICS de comienzo del milenio, que, feminismos radicales aparte, concluye en esa placidez de la tercera edad (ajá, sí) que parece gozar ahora. Quizás al fin se encontró a sí mismo. Tal vez vio que su obra estaba culminada y, como Dios, al séptimo día descansó.

ALAN MOORE, algo más joven, en su residencia
habitual. Fuertemente ligado a su terruño, no cree
que deba emigrar a escenarios cosmopolitas para
inspirarse o crear. A Moore le pasa como a éste,
vuestro
Scriptor: considera las obras un conjunto
de elementos que influyen en el transcurso del
relato de diverso modo. Es un elemento fluido.
Por otra parte, su apreciación despectiva sobre
Los Vengadores y al público maduro que gusta,
es errónea, Y ahora explico por qué

Llamativo detalle, referente a su vida personal, porque la profesional está documentada y es accesible (acaso en títulos como SUPREME o W.I.L.D.CATS, aun SPAWN, que parecen demasiado frívolos y bastardos para Alan Moore), es que su primera pareja, la biX, le deja por la otra con la que convivían (un nido de cotilleos malsanos, esa situación “matrimonial”) y, sin embargo, con su actual esposa, que lleva la tira de años, la cosa perdura. La convencional vida heteroX le ha aportado una estable “continuidad” que la fogosa relación de trío no proporcionó. No sé si ha reflexionado sobre la cuestión.

Al hilo de esto destaco el aparato político de sus creencias. Moore vive en un insostenible espejismo ácrata. No sé si debido a sus creencias, o por la hierba del diablo que consume, o sumadas, pero está archiconvencido de que la anarquía es EL sistema político válido (su primer matrimonio lo desmiente), y apela a lo de Atenas como ejemplo, pese a su endeble validez.

El problema es que Moore es hombre íntegro. Cumple con sus compromisos y convicciones, y supone que todo cristiano a su alrededor es igual. ¿Acaso las experiencias editoriales, o la de JIM LEE, no le han persuadido de que el codicioso elemento humano desbarata su lógica anarquista de gobierno? ¿Cuántos Jim Lee no poblarían su régimen “ideal”? ¿Qué pretende hacer, cuando le traicionen? ¿No hablarles, como a DAVID LLOYD, o DAVE GIBBONS? ¿Enrocarse en la dignidad de no querer el dinero de las lamentables películas que adaptan sus historias? ¿Cree que eso reformaría a los fraudulentos anarcos que persiguen ser aquello que quieren derrocar, en el fondo? ¿No conoce, hombre tan culto, la criminal historia opresiva del comunismo y la URSS?

El milenio empieza con TOM
STRONG y otra batería de obras
que acomete Moore con arrojo.
Así intenta reconciliarse con
la ficción, más simple, que le
motivó en la infancia. La misma
que agradecen los otoñales que
flipan con
Los Vengadores. Les
devuelve a tiempos más gratos, a
fantasías
no inclusivas politizadas

En ese sentido (y abundo en él, porque ocupa espacio en esta biolocalización, e impregna sus obras), Moore es de los que despanzurran al capitalismo y los males de la democracia parlamentaria, pero cuando le preguntas por Cuba, o Venezuela, o mira hacia otro lado con avinagrado rictus erectus, o te espeta una chorrada, refrescando su discurso sobre los males del parlamentarismo corrupto y el capitalismo explotador.

Es otra huida, mas hacia el hipócrita cinismo. En su disputa con FRANK MILLER por lo que podemos comparar como el 15-M norteamericano, Moore no tiene razón. Sí Miller. Porque, agitando a la masa de legítimos ofendidos, estaban niños bien pijipogres que, para escapar de sus negadas vidas, se apuntaron al anarcofascismo de la careta de V, consiguiendo en recompensa so pretexto de estar erradicando los problemas de los pobres chalets de seiscientos mil euros y/o ministerios.

Sin embargo, prefiero más resaltar las virtudes de este estupendo libro, el cual debería haber tenido difusión mucho más amplia, sobre todo entre los aficionados a la Historia de la Historieta, y de Alan Moore en particular. Fecundo, agradable, interesante, espero que Alejandro goce de una segunda oportunidad para poder difundir este documento a un diverso público más amplio.